La segura muerte de Gastón LeFou parecía no importarle lo más mínimo a Gunther y a Esme, quienes estuvieron hablando y coqueteando durante todo el viaje, con unas amplias sonrisa y aún más amplias caricias. Por el contrario se encontraba Jerome, quien apenas podía hablar y cuando decía algo tartamudeaba, en un estado completo de Shock.
El viaje en el ascensor fue incomodo, casi tanto como el paseo por la calle de la Avenida Oscura, la cual estaba demasiado abarrotada como para poder caminar en paz, pues miembros del Ayuntamiento se encontraban talando esos árboles que impedían pasar la luz del sol, pues ahora la luz era "IN".
Al llegar al restaurante y tal y como su nombre parecía indicar; todo estaba ambientado en los salmones, desde las decoraciones, las sillas e incluso los trajes de los camareros. Sentándose en una mesa central, las 6 personas esperaron por recibir la carta, la cual no sería sorpresa alguna que estuviera en forma de salmón.
El Patrón estaba en shock
Aún no podía creer lo que había pasado y más q parecía que a nadie le importase,
quien será esos pendejos que nos están apiolando poco a poco hijole!!
Arthur sólo pudo sentarse y sujetar su cabeza con una mano, tratando de calmarse. Creyó que podrían tener unos momentos tranquilos, sin la presencia de asesinatos, pero parecía estar bastante equivocado.
La voz del Patrón lo trajeron de nuevo en si, soltó su cabeza, dió un largo suspiro, y lo miró.
-Creo que es una situación realmente estresante, aún así, como usted dice, sería bueno poder saber quiénes son los culpables y sacarlos de encima nuestro. Pero por cómo van las cosas, nunca lo lograremos...- Tras decir esto miró al resto de los presentes.
Un cuervo se posó en el alfeizar de la ventana y comenzó a graznar violentamente hacia los que allí dentro se encontraban, pese a ello solo los Millonarios se enteraron de su presencia pues Gunther aún seguía agasajando a Esme y Jerome estaba tan alicaído y con miedo de molestar a su esposa para decir nada o enterarse de nada.
Satur dejo las bromas dentro del edificio y decidió mantener las tripas tranquilas, sin intentar hablar para evitar nuevas nauseas. Al parecer los invitados que se unieron a él estaban igual de atónitos.
-Sabia yo que estábamos demasiado tranquilos, en cuanto bajamos la guardia pasan esas cosas, pero yo creo que si que podemos, según el francés dijo descubrir a dos de ellos y ya no están entre nosotros ¿No? Ni él, ni sus acusados. -Se acerco a las cabezas pensantes. -Creo que se han deshecho de él, porque realmente decía la verdad y temían que mas fueran descubiertos. Con suerte solo quedan un par de ellos.
Miro entonces a la mujer y al Señor Conde. -¿Creen que esos dos están compinchados? A la mujer le ha aceptado tanto como al mismo Conde, nada. -Y cuando quiso decir algo mas un graznido de un cuervo no mas grande que un puño de bebe gigante, se poso para gritarles. -Vaya, hacia tiempo que no veíamos uno de esos.
Motivo: REbuscando
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Un Salmón gigante se acercaría a la mesa dando leves saltos de un lado hacia otro, casi tambaleándose y al llegar a la altura, este pasaría uno a uno los menús, todos ellos con la forma de un Salmón; por medio de este proceso, todos los presentes pudieron ver un rostro familiar, el cual estaba embutido en el traje del salmón.
-Hola, Soy Larry su camarero.
-Bienvenidos al Café Salmonela, el restaurante más "IN" de la ciudad, y el único restaurante que sirve un menú exclusivamente de salmón, incluido bebidas y entrantes.
Gunther comenzó a sudar, se encontraba realmente nervioso ante la presencia repentina de Larry, un enemigo con el cual había combatido y luchado desde aquel pequeño restaurante familiar con temática de payasos, y que posteriormente se volverían a encontrar las caras en la Academia, y ahora... aquí.
-Larry...
Dijo apretando los dientes postizos mientras lentamente se levantaba del asiento.
-Yooo... creo que ser mejor que yo volver al apartamento de la hermosa mujer, la barrera del idioma ser muy fuerte por aquí....
La mano de Larry, el camarero vestido de Salmón con Traje, agarró su clavícula y lo detuvo a medida que este se levantaba y haciendo una mueca de dolor; Gunther tuvo que resistir la agonía que sentía y seguir sonriendo ante la atenta mirada de los millonarios, una preocupada Esme y un atónito Jerome.
-Tonterías, Señor. Nuestro menú está traducido a la perfección para regocijo de nuestros clientes extranjeros.
-¿Y a qué idioma lo tienes traducido? Por favor. -Gunther replicaría en agonía, buscando una forma de huir.
-El que usted hable con mayor fluidez.
-Bueno, Bueno... yo los hablar todos con mucha fluidezación. -Gunther contestaría aguantando el dolor.
-Entonces no hay nada de que preocuparse.
Con esto dicho, Larry hizo sentar a Gunther, quien llevó una mano a su hombro magullado y dolorido.
Antes de proseguir en aquella aventura, los Millonarios así como el Señor y la Señora Miseria, además de un dolorido Gunther tendrían que superar otro tipo de aventura, una aventura culinaria; pues Larry había sacado del carrito de metal dos pequeñas jarras de cristal con un líquido rosado.
-¿Puedo ofrecerles agua o agua con gas, ambas ellas con sabor a salmón?.
Los Miseria dejarían de leer la carta por unos instantes para tratar de procesar a la pregunta, para ellos, por mucho IN que fuera, tendrían un límite, y ese límite es beber agua rosada; uno porque se preocupaba de su posible sabor y la otra porque no deseaba que su boca se volviera rosada. A fin de cuentas, el rosa no era "IN".
-¿Co-como hacéis que el agua tenga sabor a salmón? -Preguntó un asustado Jerome.
-Le ponemos Salmón.
-Entonces agua normal, sin salmón, por favor... -Replicó casi al instante Jerome.
Por desgracia para Jerome, no iba a ser tan fácil; pues casi tan deprisa como Gunther volvía a acariciar la mejilla de Esme, esta saltó a reprender a su marido, en particular sus acciones y decisiones, siendo más específicos, el hecho de escoger algo tan vil y repulsivo como era el "agua", a fin de cuentas, había dejado claro mil y una vez, que el agua no era "IN".
-Tonterías. ¿Y si alguien te ve bebiéndola?. El Agua normal no es "IN".
-Sírvanos a todos, Agua con Sabor a Salmón. Y no quiero quejas.
Con esa orden, Larry el camarero y sin importarle en demasía las preferencias de los invitados en cuanto a bebidas, comenzó a servir todos los vasos de los presentes con el agua con sabor a salmón. Incluso a un Gunther que pese a estar dolorido seguía tratando de una forma demasiado cercana a Esme.
Por suerte, o desgracia, Larry aún no había terminado de hablar; por lo que, dirigiéndose a los Millonarios Invitados de forma especial, habló directamente, mirando fijamente los ojos de cada uno de ellos, saltando de unos a otros tan rápido como podía; a fin de cuentas quería dar a entender lo que era evidente, que les estaba hablando a ellos.
-Supongo que algunos invitados no han escuchado nuestro lema sobre Salmones: Vivo, Fresco y Delicioso.
Tras esto Larry se fue, basicamente porque en el menú tan solo había un entrante, un primer plato y un segundo plato y un solo postre a escoger, y por supuesto, todo ello hecho de Salmón. Así que el hecho de dar una carta era algo por cortesía y para mostrar esas hermosas cartas en forma de salmón.
El Patrón comenta para los comensales
Pinches pendejos salmoneteados! Donde están las chimichangas!!!
Licenciado Satur, podría exponer su teoría sobre el gabacho falso?
A mi entender es una pendejada!!!
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Tirada oculta
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-Yo tambie... -Quería agua, cualquiera cosa que se alejara de los anisakis. Pero aquella mujer era tan mandona como su ex-mujer por lo que no supo replicar y como el resto tuvo agua con salmón para beber.
La presencia de Larry el camarero le sorprendió y mas las letras que mostraba el papel igual que las panqueques de días atrás, con las mismas iniciales, asi que penso que eso mas que siglas sobre ellos debía ser algo mas importante.
-¿Que hay que explicar? -Miro al Patrón e hizo memoria tal vez él no estaba ne ese momento. -Resumiendo, cuando se descubrió que no era francés, LeFou dijo que sabia de que la Rusa pija y el Hombre callado que callo por el acantilado eran parte de aquellos que nos están diezmando. Y ahora esta muerto... Así que creo que tenia razón al menos en lo que dijo. ¿No les parece?
Satur miro el primer plano servido y tuvo que taparse la nariz para evitar el fuerte olor que desprendía.
Motivo: Arthur Tirada
Tirada: 1d20
Resultado: 19
Motivo: Adolf Tirada
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Distraído con la conversación logras fijarte en la zona de la cocina de aquel Restaurante especial; en él pudiste ver con total claridad a un hombre alto y con bigote, con el cual Larry, el camarero, estaba hablando con cierto nerviosismo. Aunque aquel hombre desconocido trataba de tranquilizarlo como buenamente podía.
Pese a que no tenías ni la más remota idea de quién podía ser aquel hombre, sabías que era amigo de Larry tal y como este se estaba comportando y por una furiosa mirada que echó a la nuca de Gunther, también pudiste deducir que no era amigo del Conde Olaf.
Por desgracia, este hombre salió del restaurante, intentando pasar desapercibido y se subió a un Taxi, el cual parecía ser el dueño, y tras dar un último vistazo a Gunther quien aún estaba tratando de adular a Esme ante un acomplejado Jerome, este hombre arrancó y se fue calle adelante.
Larry volvería y serviría a todos la comida, y luego sin decir ni una sola palabra, a parte de lanzar una mirada de odio contra Günter, se iría de nuevo a la cocina, y aunque parecía que estaba haciendo otras cosas, no dejaba de observar desde la distancia a aquel extranjero. ¿Acaso sería xenófobo?.
Sea como sea, la velada continuó.
Una vez terminado el primer plato, y sin tener que esperar al segundo, el famoso "Salmón Quemado Vivo", Günter se levantaría, aprovechando que Larry estaba distraído porque alguien se había quejado que en la sopa de Bacalao no le habían puesto el Ojo del Bacalao en el fondo, tal y como era la especialidad; el extranjero se levantaría y agarrando de la mano a Esme se disculparían.
-Por favor. Nosotros tener que hablar de negocios. La Subasta comenzar en 30 minutos, no antes. En Veblen Hall. Por Favor. Nosotros tener que preparar.
Con esto dicho, ambos salen de la estancia, cogiendo una limusina blanca casualmente aparcada frente al Restaurante y se perdieron en la distancia.
Larry volvería tiempo después, tanto para servir el segundo plato como para el postre; pero ante la falta de Esme y de Günter retornaría para hacer lo que serían unas importantes llamadas por teléfono, aunque por desgracia para los Millonarios, ninguna palabra dicha pudo ser escuchada por ellos.
Sea como sea, una vez que la comida fue terminada, Jerome con una amplia sonrisa pagó la cuenta de todos y mirando el reloj apremió a los Millonarios Invitados a ir raudos y veloces al encuentro de su esposa en Veblen Hall. A fin de cuentas, según las palabras de Günter, en 5 minutos comenzaría, tiempo más que suficiente como para llegar y coger los sitios reservados.
-¡Vamos!. No quiero que os perdáis la gran Subasta. Veblen Hall está aquí al lado, en apenas 4 minutos llegaremos sin problemas.