Partida Rol por web

Dumbledore aún tenía serías dudas de si debía enseñarle o no al pequeño aquellas terribles imágenes que revelarían el pensadero al colocar los dos recuerdos que Shacklebolt le dio. Sin embargo, la situación era tan imprevisible que decidió ser honesto con el muchacho y revelarle la verdad de lo acontecido. En breves acudiría a la fiesta de compromiso formal que ya estaba prevista para año nuevo, y estaba seguro que incluso Alen o Gin podían ser objetivo de ataque de los mortífagos para crear más desestabilidad en la sociedad mágica. ¿No era sensato ponerlo sobre aviso? ¿Y si por un casual acudía a la fiesta de incógnito el asesino de su padre? Albus no iba a poder acudir, ya tenía otro plan para año nuevo, pero Alen estaría rodeado de multitud de gente desconocida que les darían su enhorabuena. ¿Tendría el asesino la desfachatez de presentarse ante el muchacho? Si, era una posibilidad factible. Y probablemente actuaría con cordialidad y de forma divertida...

- Alen, voy a enseñarte dos duros recuerdos en concreto... En el primero verás al auror que siempre acompañaba a tu padre durante las misiones, Kingsley Shacklebolt, llegar al lugar donde tenían maniatado a tu padre y dónde acabaron con su vida. Ambos tuvieron que separarse en un momento dado durante la misión de aquella noche, y tú padre fue capturado y torturado por el enemigo, mediante maldiciones imperdonables... Lamentó el director, poniéndole sobre aviso de lo que iba a ver. 

Dumbledore colocó primero en el pensadero el recuerdo de Kingsley, y las imágenes empezaron a materializarse.

En primer lugar el muchacho pudo vislumbrar que Shacklebolt caminaba con sigilo por unos tejados de un viejo castillo abandonado, en lo alto de una colina, en plena noche, y con escasa iluminación. Llegó a una robusta puerta de madera y al ser infructuosos los intentos de abrirla mágicamente mediante el hechizo Alohomora, el auror reventó la puerta en cientos de pedazos usando Bombarda máxima, y accedió al complejo. Se escuchaban gritos desgarradores de dolor y sufrimiento de uno de los pasillos de la parte superior, y no tardó en seguir aquella dirección, siendo atacado de improviso por un mortífero, al cual pudo detener y eliminar con talento, después de detener el tiempo.

Los gritos cesaron momentos antes de que Kingsley entrara donde tenían maniatado al padre de Alen, y tras comprobar que no habia nadie ennla estancia, no tardó en ofrecerle socorro y practicarle los primeros auxilios, aunque ya era imposible hacer nada por salvarle la vida. Estaba destrozado por dentro y por fuera, y parecía haber perdido todo atisbo de cordura...

- Ryder, joder... Estoy tratando de cerrar las heridas y restaurarte los huesos pero te han destrozado... ¿Aún puedes escucharme? - le preguntó visiblemente afectado, viendo que la vida de su amigo se iba apagando como una tenue luz. Joder, ¿Quién puedo hacer por tí?

Ryder trató de mover la boca para susurrar unas palabras, y cuando Kingsley se acercó, a duras penas se pudieron escuchar un par de frases.

- Toma mi recuerdo y vete de aquí, aún corres peligro... Y entonces se pudo observar como una lágrima brillante brotaba de su ojo, que rápidamente Shacklebolt recogió en un vial. Cuidad de Alen por mí, por favor... Dolohov y Callaghan irán por él... Saben lo de...

- Tranquilo, la Orden de Fénix cuidará de él en Hogwarts. Está con Albus Dumbledore ahora mismo, lo protegeremos. Sin embargo, para entonces Ryder ya había expirado su último aliento, y se empezaron a escuchar voces acercándose al lugar.

El recuerdo se desvaneció y Alen volvió a percibir el despacho donde se encontraba y al director, quién le preguntó si se encontraba bien y podia continuar viendo el último recuerdo de su padre,... y en cuanto el jovencito asintió a duras penas, Dumbledore depositó un nuevo recuerdo en el pensadero.

Este segundo recuerdo le transportó al mismo lugar, pero en esta ocasión su padre estaba acompañado por un hombre trajeado que sonreía malévolamente. Le torturó con Crucio repetidas veces para debilitarlo, y continuamente trataba de penetrar en su mente usando la legeremancia. 

- Ambos sabemos que vas a morir, Ryder, pero puedes morir rápidamente y sin dolor si me ofreces la información que preciso por las buenas, o podemos hacerlo por las malas y con mucho sufrimiento. Créeme que por ambos métodos obtendré lo que preciso... Le advirtió el hombre con una risotada final, y volvió a torturarle. Dime dónde están los dos doblones negros malditos de a ocho que nos robasteis ¡Habla! Maldito hijo de puta, ¿Te ríes? A ver si sigues riendo cuando obtenga la información y asesine a tu familia... Me beneficiaré a tu mujer hasta que me suplique matarla, frente a los ojos a tu hijo. ¿Alen se llama? Puede que hasta le fuerce con un imperio a abusar de su madre antes de que lo mate...

- No les tocarás ni un pelo a mi mujer e hijo, bastardo. Él es más hombre que tú, y no tengo ninguna duda de que acabará lo que yo no he podido completar. Eres hombre muerto Callaghan, tú y todos los mortífagos... Le mencionó con determinación, no dándole el placer de suplicar pormsu vida.

Ryder ya no volvió a hablar en todo el tiempo hasta que la información le fue sustraída, y solo cuando aquel abominable hombre se fue del lugar complacido, no ofreciéndole la muerte aunque sabia que ya era irreversible salvar su propia vida, logró susurrar.

- Alen, te quiero... Espero que me perdones... He dejado sobre tí mucha responsabilidad...

La imagen se disipó y Alen volvió a percibir que estaba junto a Dumbledore, quién le ofreció una infusión y un poco de chocolate para que el muchacho se recompusiese.

- Siento que hayas visto todo esto, pero tarde o temprano afrontarán tu destino enfrentándote con el asesino de tu padre... Cuentas con la ventaja de que él no sabe que tú sabes que fue quién mató a tu padre, por lo que estará confiado cuando acuda a ti. Aprende y prepárate para cuando llegue ese momento Alen. La mirada de Albus lo decía todo, te protegería y prepararía a conciencia los años que estuvieses en Hogwarts. Pero probablemente debería ser Alen quién vengase a su padre. Estate tranquilo, tu madre está siendo vigilada constantemente por la Orden del Fénix, no le pasará nada. Ahora necesitas descansar...

Sabía que iba a presenciar duros momentos que no eran aptos en absoluto para niños de mi edad pero eso era lo de menos ya que desde hoy debía no solo lidiar con mis problemas personales si no crecer de forma apta para convertirme en un gran auror y un gran mago capaz de ayudar a Dumbledore en batallas futuras. Lo que no me esperaba es que fueran dos recuerdos, el primero pertenecía a Kingsley Shacklebolt, lo conocía un gran amigo y compañero de mi padre había venido a comer a nuestra casa en varias ocasiones por lo que recordaba perfectamente quien era. Impaciente observaba como si hubiera estado presente y caminando tras Kingsley el recorrido que hacía para tratar de rescatar a mi padre. Nada mas entrar en el edificio pude escuchar gritos y sabía perfectamente quien los estaba emitiendo, me mordí el labio y continué siguiendo al auror.

No preste demasiada atención a su combate con el mortifago, eso era irrelevante ahora, finalmente llegamos donde estaba mi padre, camine hasta estar al lado de ambos con ojos llorosos mirando la escena, como lo que era un mero espectador. Dolohov y Callaghan, dos nombres que nunca olvidaría los nombres de quienes sufrirían primero mi venganza.

Volví al despacho de Dumbledore y para sorpresa de este no tarde prácticamente nada en asentir para ver el siguiente recuerdo.

Ahora me tocaba ver como momentos antes torturaban a mi padre... este hombre debía ser uno de esos dos, cuando le encontrará no se reirá tanto... ¿Lo que buscan son los doblones? Y hay dos, uno es el que me dio a mi y ahora esta en manos de Dumbledore por lo que es imposible que lo recuperen pero ¿y el otro? Mi rostro se fue retorciendo poco a poco de la rabia que tenía hacía ese tipo, aunque no entendiera a que se refería con "beneficiarse" hasta que dijo lo de matar a mi madre que a pesar de saber que no iba a conseguir nada con ello le solté un puñetazo por pura rabia. Callaghan, ese era su nombre, ahora sabía quien era y estaba convencido de que no iba a olvidar su cara sin importar que pasara. El resto de la escena fue muy dura, aunque trate de escuchar si en algún momento mi padre decía el paradero del otro doblón.

Nuevamente volví al despacho de Dumbledore, esta vez a punto de llorar... por suerte ya había acabado y el director me ofreció algo de beber y un poco de chocolate que tome con calma sentado. Escuche lo que me quiso decir mientras y finalmente cuando el se calló y yo me disponía a irme hable por última vez.

- No creo que con las clases normales pueda cumplir mi objetivo por lo que le pedí al profesor Westerberg que me ayudara a convertirme en auror, iré frecuentemente a su despacho para mejorar mi habilidad en los duelos para ser capaz de hacer frente a Callaghan algún día.

Y entonces abandoné el despacho.

Dumbledore escuchó con atención y procesó con calma toda la información que ambos profesores le proporcionaron. Estaba más o menos al tanto de todo lo ocurrido en cabeza de Puerco por su hermano Aberforth y los aurores de  quesu confianza que se presentaron momentos después de lo ocurrido y que interrogaron a muchos de los presentes, entre ellos Alastor Moody y Kingsley Shacklebolt. También le ofreció curioso que ambos docentes hubiesen estrechado sus lazos entre ellos, aunque prefirió reservarse su opinión al respecto. No obstante, trató de responderles y darles, si no una solución, si su punto de vista para afrontar el problema.

- Es mucha información que analizar con calma la que traéis, pero puedo deciros que nada de lo ocurrido me toma por sorpresa, salvo quizá que la señorita Foxier no decidiese confiar de primeras en mi persona y decidiese embarcarse a lo que claramente era una emboscada malintencionada, por parte de los mortífagos. Comentó un tanto triste pero sin reprocharle nada. La mujer era libre de tomar sus propias decisiones y no buscar el apoyo de gente que la tenía en alta estima. Al menos esperaba que se hubiese dado cuenta que contra los mortífagos no se puede hacerles frente estando solos, y que fue una verdadera suerte para ella que estuviese allí el profesor Westerberg, aquella noche. Era evidente que en cuanto se le pasase el efecto de la amortentia, Harley quisiese tomarse la venganza por su cuenta. Es posible que en otras circunstancias, ahora mismo estarías suplicándole piedad, bajo su control, y forzada a elaborarles pociones a todo el grupo. 

- Creo saber quién puede ayudarle a mejorar la seguridad de su establecimiento,... Se quedó unos instantes pensativo, para volver a hablar. El profesor Drake Scamander goza de mi entera confianza y se que podría lograr negociar un buen trato por alguna criatura mágica, que se encargue de defenderlo durante su ausencia, y aquí mismo el profesor Westerberg es el más capacitado para colocar hechizos defensivos y ofensivos si tratasen de vulnerar nuevamente el lugar. En cuanto a los alumnos que vayan a Hogsmade por propia voluntad, siempre firman una autorización sus padres o tutores legales, todos son conscientes del peligro que entraña salir en estas fechas, incluido el Ministerio de Magia. Quédese tranquila, de la seguridad en Hogwarts me encargo yo personalmente, y fuera de estos muros, dudo mucho que capturasen a algun alumno y propusiesen realizar un intercambio por usted o extorsionarla,... antes me tomarían por objetivo a mí, pero lo dicho, no es responsabilidad mía si no de los padres y tutores, y todos lo saben...este año pocos alumnos irán al lugar. Pero aún así, siempre me he tomado la molestia de llevar a gente de mi confianza que les acompañen en el día de la excursión, no tema por ello. Serían unos estúpidos si tratasen de hacer algo justo en ese día, cuando la seguridad mágica es es mayor.

Las palabras de Melker le hicieron asentir, coincidía en que todo lo ocurrido respondía a un gran plan bien elaborado, pero ya estaba tomando cartas en el asunto.

- Así es, profesor Westerberg. Ya debatía arduamente con el Ministro de Magia Cornelius Fudge, acerca de lo ocurrido la noche de los dragones, yestoy al tanto de la visión del joven Lestrange. También de los intentos de Lucius Malfoy por controlar el Consejo y hacer que me destituyan del cargo de Director, pero para todo eso mi influencia tiene ciertos límites. comentó con seriedad pero sin alterarse lo más mínimo. Yo sigo actuando y lo seguiré haciendo incluso si en algún momento he de dejar Hogwarts. No solo los mortífagos se están organizando, también lo hacemos nosotros y les hemos dado donde más duele. La mayoría de ellos han sido expuestos y ya no tienen influencia, descubrimos recientemente la sede donde se reunían, y pese a que sufrimos dolorosas pérdidas, ellos salieron más malparados. Por eso se están viendo obligados a jugar tan agresivos, no pueden esperar al regreso de Lord Voldemort y necesitan que alguien les dirija de inmediato.

- Seamos prudentes, tengamos paciencia, y aprovechemos para prepararnos y aprender a conciencia, ayudando en el proceso a las nuevas generaciones. Ellos cobrarán mucha más importancia de la que creéis en todo esto dentro de poco, y el enemigo es consciente de ello. No, os aseguro que no atacarán a los alumnos bajo ningún concepto. Saben que son el futuro del mundo mágico, lo que querrán conseguir es el control, educarles e inculcarles sus ideales. Volverán a golpear y con dureza, y aquí estaremos para hacerles frente. Finalizó su discurso con una sonrisa sincera. Para Albus, los alumnos de Hogwarts eran su bien más preciado, sus propios hijos. En cuanto a los unicornios asesinados en el bosque prohibido... Todo parece indicar que alguien se ve obligado a alimentarse de estas magníficas criaturas para preservar su existencia...Tengo mis sospechas y se que vosotros también, pero no hay pruebas que lo confirmen, y el Ministerio no nos creería. No es momento de insistir en ello.