Partida Rol por web

Kayla tras llegar a clase se sentó en uno de los pupitres cercanos al profesor y a sus compañeras de Slytherin, como siempre. El hombre le parecía muy atractivo, aunque el tipo de persona que a sus padres no les gustaría. Desaliñado y con, lo que ellos llamarían, "un bicho" en el hombro. El hurón era bonito,  no dejaba de observar el ambiente, como si fuera un vigía que espiara a los alumnos por su dueño. Nyfiken era su nombre.

El profesor realizaba preguntas y algunos alumnos respondían casi de inmediato. Una de las mejores respuestas fue la de Altair, la cual ganó puntos para Slytherin, cosa que le encantó a Kayla, sonriéndole abiertamente... - bien hecho compañera -... le animó, debían apretar en sus calificaciones para poder mejorar sus capacidades y ya de paso, engrosar de honores la casa de la serpiente.

Quitaron las mesas de clase para dejar espacio a la hora de ejecutar el hechizo. Debían ponerse por parejas. Varias se hicieron rápidamente pero Kayla quedó descolgada. Aún no conocía a muchos de sus compañeros, así que levantó la mano para indicar que estaba libre.

- Si alguien no tiene pareja estoy disponible... - sacó la varita para sacarle brillo

-Los hechizos son mejores que las redacciones-bromeó Yvaine recogiendo sus cosas-¡y se te dan muy bien! Así que nada de poner caras de agobio-le dio un empujoncito con el hombro a Altair y la sujetó del antebrazo sujetando la manga de la túnica-¿ya no te molesta la mano?-fuera lo que fuese lo que le habían aplicado tras el pequeño incidente con plantas en herbología había tenido tiempo de sobra para hacer efecto y Altair tampoco había hecho ningún gesto de molestia durante la clase pero no quería que su amiga estuviese haciéndose la dura, ¡no tenía nada que demostrar! Y si alguien decía lo contrario le daría una patada en la espinilla.

La primera impresión que le dio a Raven aquel profesor era la de ser alguien peligroso, era el típico que tu madre siempre te decía que no te acercaras, pues ahora sería su profesor de esa asignatura que sonaba tan peligrosa, lo que por otro lado le pegaba bastante al hombre.

Parecía que sus dudas pronto serian eliminadas ya que el profesor pregunto por la asignatura y rápidamente le respondieron, al parecer iban a aprender a defenderse de magos malvados.

¿Qué? Magos malvados… ¿eso existe? Pero eso es peligroso y cómo vamos nosotros a defendernos de un mago malvado… aunque le profesor también parece que es uno

Pensaba Raven mientras la clase seguía avanzando, entonces empezó a explicar un conjuro de cosquillas y que había que defenderse y ponerse por parejas. Ella no conocía a nadie aun asi que simplemente se fue quedando algo atrás mirando a los demás a la espera que alguien le pidiera actuar como su pareja

Defensa contra las artes oscuras era la clase que había estado esperando toda la mañana, a demás de encantamientos. En la clase, se dijeron cosas muy interesantes sobre las maldiciones, pero solo dos cosas captaron mi atención, la primera el nombre de ese adorable granuja -Nyfiken- lo cual me recordó que no pude comprarme un micropuff, algo que seguía pensandome desde el fondo de mi corazón -T.T-

La segunda fue que por fin nos batiríamos en duelo, uno de cosquillas.

Desenvainé la varita, me coloqué frente al primer oponente que vi libre -Kayla, creo que se llamaba- pensé, le apunté con la varita - ¡en garde!- le desafié con una sonrisa, al tiempo que le indiqué que se pusiera en guardia, acto seguido concluí mi feroz ataque -¡RICTUSEMPRA!-

Kayla se desesperaba...¿acaso todos estaban emparejados menos ella?.... Observó a cierta distancia que una compañera suya de Slytherin también estaba sola, así que decidió acercarse y proponerle de que fuera su pareja para la clase.

- Hola..., soy Kayla Silver..., a ti no te conozco... ¿cómo te llamas?.... - le tiende la mano amablemente como saludo -... necesito pareja para realizar el hechizo... ¿quieres practicarlo conmigo? ¿te parece bien?....

Una chica se acerca, Raven le sonrie y saluda de la misma forma que ella y asiente mientras dice timidamente:

S.... si, yo soy Raven O´Conor gracias.

Decia mientras se colocaba justo delante como hacian los demas, mira a la chica y dice timidamente:

Rictusembra

Casi con los ojos cerrados mira a la que es su compañera y dice:

Lo siento

Graciassss -le dije a Ivy, por decirme que los hechizos se me daban bien. Hasta el momento sí, pero nunca se sabía.

¿La mano? Bien, ya no me molesta. Supongo que el ungüento que me puso el profesor sería muy bueno.

Entonces me giré a ver cómo lo hacían los demás, en especial Kayla y Raven, su otra compañera de Slytherin, con quien todavía apenas había hablado.

Llegué a la clase bastante cansado, el primer dia estaba siendo intenso, aún así tenía muchas ganas de seguir aprendiendo, y el cansancio no me lo iba a prohibir, así que crucé las puertas para entrar a la clase de Defensa contra las artes oscuras, vi que Altair ya estaba dentro y la saludé con la mano, mientras que buscaba un sitio donde sentarme.

Empezó la clase, el profesor nos hizo la pregunta clave:

¿Alguno podría decirme que es esta asignatura y para que sirve?

- ¿Para aprender a defendernos de hechizos malintencionados y conocer cómo contrarrestarlos?- dije mientras levantaba la mano.

Tras unas cuantas respuestas, el profesor Westerberg siguió con el tema. Reí cuando Daniel preguntó por el nombre del hurón del profesor. La verdad es que el hurón era muy gracioso, aunque su mirada parecía estar siempre alerta.

¡Bueno, vamos a empezar! Imagino que más de uno estará deseando usar la varita. Empezaremos con algo divertido: cosquillas. Divertido siempre y cuando se haga en su justa medida, ya que si se alarga, puede ser una sensación muy desagradable. ¿Alguien sabe de que hechizo estoy hablando?

Un hechizo para hacer cosquillas...

Me sonaba mucho un hechizo así, con lo que intenté rebuscar en mi cabeza a ver si lo recordaba.

- Pues claro, ¡es el hechizo Rictusempra!- dije volviendo a levantar la mano, y con una gran sonrisa. Me gustaba saber cosas, me sentía bien.

Sigamos con el hechizo. ¡Rictusempra! Quizá antiguos profesores enseñaban este hechizo en 2º curso, pero a mí, personalmente, me gusta darlo en primero y en la primera clase. Unas cuantas risas harán que nos soltemos los nervios.

¡Bien! Más hechizos.

Esto era lo que más me gustaba, así que me preparé para practicar, cogí mi varita y me puse delante de mi compañero de hechizos para practicar.

- Bueno, alla voy- dije mientras recordaba los movimientos del profesor Westerberg.

- ¡RICTUSEMPRA!

Vio que un chico de hufflepuff se acercaba poco a poco por uno de los lados. Aedan se giró rápidamente y le saludó ya desde lejos, levantando la mano y sonriendo de medio lado. El chico no tardó ni medio segundo en pedirle para ser pareja en clase. Parecía ser que le había escuchado ¡Menos mal!

-¡Perfecto! Soy Aedan, encantado- Aedan retrocedió unos cuantos pasos para darle margen al chico. No sabía en que momento iba a llegar el hechizo, así que se comenzó a reir ya antes de recibirlo, abriendo los brazos como si imitara la posición de la chica de titanic-. ¡Cuando quieras, dame justo en el pecho!

El hechizo impactó rápidamente y Aedan no pudo evitar empezar a reirse como un descosido. Se tiró al suelo al cabo de un rato por las fuertes cosquillas que estaba sintiendo por la zona de la barriga (Su punto débil). Al cabo de un rato, las cosquillas pararon y se pudo levantar. Ahora era su turno.

-¿Preparado Guiles? ¡Alla va!- Aedan hizo un giro con la varita, para luego decir en voz bien alta el conjuro en cuestión, como había aprendido en otras clases: Si no decías el conjuro bien y con una buen pronunciación no funcionaría así qué... ¿Por que no decirlo también lo suficientemente alto como para que lo escuchara todo el mundo? Así si lo hacia mal y la pronunciación fallaba, seguro que alguien le podía echar un cable.

-¡Rictusempra!- El hechizo salió disparado de la varita de Aedan, impactando en su compañero de clase ¡Ahora era su turno de sufrir el horrible castigo de las cosquillas interminables! Aunque en verdad no duraban tanto...

Kayla observó a su compañera de casa y le sonrió con amabilidad cuando se le presentó. La muchacha parecía muy tímida, quizás necesitase una amiga por el castillo, así que la pelirroja decidió acercarse más a ella en próximas ocasiones para poder conocerse mejor y no fuera precisamente en un enfrentamiento.

Raven hizo el movimiento de la varita y Kayla no notó el efecto. Se mordió el labio lamentando que a su compañera le hubiera ido mal, no solía alegrarse por las desgracias ajenas.

- No te preocupes Raven, creo que ha sido por el movimiento de muñeca, ha sido muy rígido..., si lo practicas seguro que a la próxima lo clavas..., si no siempre puedo ayudarte a practicar... - le comenta para animarla -... claro, en el caso de que a mi me vaya bien.... - sonríe dudosa, no tenía muy claro que le saliera adecuadamente

Kayla se concentra y mueve la muñeca un poco para ejercitarla hace memoria de las palabras mágicas.

- Ahí va... - avisa a su compañera para que no la pille desprevenida -.... ¡¡Rictusempra!!... - de su varita sale un haz de luz que se dirige sin piedad hacia Raven, al menos ahora tendría un motivo para reír, aunque fuera mágicamente hablando

Raven suspira y agacha la cabeza tras su fracaso, sin embargo, las palabras de su compañera hacen que sonría levemente mientras dice:

Muchas gracias… todo esto es muy nuevo para mi…

Decía con cierta preocupación. Cuando Kayla le indica que va a hacer el conjuro asiente y se coloca con los ojos cerrados, o mejor dicho medio cerrado. Puede ver un halo y un brillo que le da, al principio esta extraña, pero entonces no sabe porque siente muchas cosquillas, intenta aguantar como puede pero al final se pone colorada por haber aguantado y por la vergüenza y empieza a reírse a carcajada limpia, a fin de cuenta era muy sensible a las cosquillas:

Jajajaja, que de… jajaja cosquillas

Abbadon había prestado atención durante toda la clase aunque ya conocía la parte de la clase sobre el hechizo gracias a su padre. Debería preguntarle al profesor si tal vez conoce a mi padre, puede que coincidiesen en Durmstrang, pensaba mientras buscaba alguna pareja para practicar el hechizo, todos parecían haber encontrado ya una y ahora se arrepentía de no haber socializado más durante estos días. Al fondo de la clase vio a un grupo de 3 por sus túnicas parecían ser de Gryffindor, de ellos la chica parecía que era la que más sabia ya que les estaba dando alguna indicación a los otros 2.

Me acerque a la chica para ver si quería practicar el hechizo conmigo.-Hola soy Abbadon, creo que eres Hermione ¿no? ¿Te importa que practiquemos juntos?-.La chica accedió sin pensárselo mucho, parecía que también desconfiaba de la habilidad de sus dos compañeros, empezó ella lanzando el hechizo y por lo que se veía si que era talentosa, lo hizo bien a la primera. Después de terminar de reír fue mi turno de lanzarlo, levante mi varita y pronuncie el hechizo.-Rictusempra-.Parece que lo hice bien pues al instante comenzó a reír.

Al final me despedí de ella y me encamine para mi siguiente clase, decidí que le preguntaría al profesor sobre mi padre la próxima clase.

Seth acepta ser su compañero de duelo de risas.

-Vale, cuando quieras.

Se prepara para el ataque mortal de risa y es que tras el ataque comienza a reír sin poder parar. Primero no le molesta demasiado, pero luego comienza a sentir que le duele todo de reír tanto. Espera a que el profesor pare el efecto para su turno. Sin duda, será su venganza. Una vez puede hablar y ha recuperado el aliento, se dispone a lanzar su ataque.

-Rictusempra.

Poco a poco recogí mis cosas y me preparé para salir. Anoté antes, no obstante, que debía investigar el conjuro flipendo. Si quería que me saliese bien el día siguiente, tenía que estudiármelo.

De esa manera, poco a poco, me di cuenta de que iba adquiriendo una cierta rutina. Clases y biblioteca, clases y biblioteca. Era un poco agobiante, pero estaba segura de que así, el fin de semana, podría descansar también un poco.

¿Nos vamos? -le pregunté a Ivy.

Terminando la clase me retiro con el resto de los demás chicos, siempre y cuando el profesor así lo permita.

Giles sonreía ante las risas que estaba echándose Aedan por su culpa, parecía hasta divertido y no duraba mucho, no serviría para nada más que para coger soltura con la varita e ir aprendiendo poco a poco. Sabía que tardaría en aprender hechizos de verdad, pero aprender esas cositas le dejaba un mal sabor de boca.

-Listo, cuando quieras -dijo a su compañero y notó el impacto, no fuerte, sino como un toque y luego le dio un ataque de risa que no pudo controlar. Era muy raro verse riendo porque sí, sin motivo aparente ni nada, era muy extraño y pensó que esa iba a ser la tónica general de los hechizos que afectaban el cuerpo, obligaban a este a hacer algo que no quería o no estaba preparado.

-Es una sensación rara -comentó sonriente aún con restos del ataque de risa, intentando controlarse ahora que podía- es como si te obligaran a hacer algo que no quieres.

Aedan se había echado unas buenas risas con el hechizo que había usado contra Guiles. Al igual que él, pensaba que era un hechizo bastante divertido y curioso, puesto que troncharte de risa así por nada era bastante divertido. Guardó su varita en el bolsillo de la túnica y cogió su libro.

-La verdad es que sí que es bastante raro, pero también es muy divertido. Oye, me voy a la siguiente clase ¿Te vienes?- le preguntó a Guiles mientras se acercaba a la puerta para marchar de la clase.