Partida Rol por web

El tipo se quedó sorprendido, no había siquiera regateado, dándole el dinero sin ningún tipo de problema o inconveniente, y peor aún..., siquiera era para acostarse con la mujer..., ¿pero qué diablos le pasaba a ese tipo?.... El vendedor se encogió de hombros sintiéndose rico.

- Un placer hacer negocios con usted, si alguna vez necesita cualquier otra cosa, no dude en llamarme..., soy Arnastel Cramber..., recuérdelo, es fácil dar conmigo.... - y dicho esto se retiró felizmente, iba a tomarse otra copa en cabeza de puerco,  las transacciones así debían celebrarse

La bolsa al haber cambiado de manos se agitó notablemente, como si la criatura que estuviera dentro quisiera salir, inquieta en aquel espacio con escasa ventilación, estaría herido pero era un bichito luchador

Antes de dirigirme al colegio tenía que atender al Puffskein así que me dirigí al único lugar que consideraba seguro, gracias a mis viejas charlas con Remus, sabía que era un lugar poco concurrido y que me serviría para desplazarme con facilidad, así que sigilosamente me colé a la vieja casa de los gritos de Hogsmade, el animalillo estaba herido y debía atenderle.

La vieja casa estaba sucia, llena de polvo y telarañas, pero aun así era un lugar optimo para lo que iba a realizar, de mi bolsillo extraje la reducida maleta  y la regrese a su tamaño habitual, quite los seguros y descendí por ella, después de todo era la vieja maleta del tio Newt.

Una vez abajo, decidí atender al pequeño - Tranquilo todo esta bien, estoy aquí para ayudarte- seguidamente saque mi varita para atender al animalillo -Vulnera Sanentur- intente el primer encantamiento pero este no funcionó, claro fallar no me haría darme por vencido, así que volví apuntar la varita para repetir el encantamiento -Vulnera Sanentur-esta vez funcionó mejor, esperaba que estas atenciones fueran suficientes, para llegar al colegio, junto con Hagrid y el Harold Rowle podríamos tratarlo.

-Por el momento tranquilo pequeñín- abrí la puerta para ver como se encontraban las demás criaturas, y el matagot, quería liberarlo pero en ese estado sería algo peligroso - Así que te llamas Devil, interesante nombre, escogería uno mas amable, pero tranquilo- le ofrecí un buen trozo de pescado, carne y pollo, -pronto estarás con una buena persona.

Desde luego Scamander estaría tranquilo en la casa de los gritos, aquel lugar tenebroso y de ambiente cargado de polvo y suciedad no era precisamente un bello lugar turístico donde magos y brujas desearan ir. No fue difícil colarse en su interior, y mucho menos encontrar un sitio tranquilo para curar a la bonita criatura que se debatía dentro del saco

Cuando la bolsa fue abierta la bonita criatura rosa se asomó por su abertura y miró con sus lindos ojitos al profesor, quedando completamente tranquila, pues era una hembra. Sin lugar a dudas Drake podía entender porqué en la comunidad mágica los niños solían tener aquellas bolitas peludas como mascotas, era tremendamente dócil, y adorable como pronto descubriría, al lanzarle un lametón con su larguísima lengua.

El animal tenía un corte en una de sus patitas, pero el hechizo realizado por Scamander fue efectivo y rápidamente comenzó a curarse la extremidad y a favorecerse la cicatrización. La bolita de pelo escapó de las manos del mago hacia su regazo, apretándose contra su abdomen, como si estuviera abrazándole. Era tremendamente dulce y cariñosa y si no fuera por él, estaría sin hogar. Aunque debería plantearse dónde mantendría a tan bonito ser, puesto que el interior de una maleta quizás no era el sitio más lógico para una mascota tan dócil y achuchable como esta, la cual carecía hasta de nombre.

El matagot al escuchar su nombre gruñó, pero recibió de buen grado la comida que el varón le ofrecía, masticando en silencio, reducido al pequeño espacio que la caja la otorgaba.

-Supongo que deberé pensar en un nombre adecuado, para ti- acaricie con cierto afecto a la pequeña criatura, - en cuanto usted no estará bien en ese lugar estoy seguro que apreciará  un poco de espacio- mencioné al matagot mientras preparaba uno de los hábitat acorde  a sus necesidades y su futuro hogar.

-Bien por el momento el mejor lugar para tí es este- dije  mientras lo dejaba salir de la caja - estoy seguro que será mas cómodo  - el hábitat estaba bien acondicionado para que tuviera movimiento, a la mayoría de criaturas les  encantaba tener un espacio para correr.

-Bien por ahora puedes estar mejor Devil- le dije con una mirada empática -ahora debo  regresar el colegio- abandone las hábitats y me dirigí al exterior, empacado todo en la maleta y con la intención de regresar al colegio, el Pufskein viajaba ahora conmigo debajo del abrigo, aunque a Xion mi escarbato no le hacía mucha gracia ver al animalillo.

En el momento en que Scamander acarició al Puffskein el animalito dio varios saltitos de satisfacción, evitando apoyar la patita que fue herida. Chupando de nuevo el rostro del profesor cuando le prometió darle un nombre, siendo la criatura toda afecto y dulzura, casi parecía una bolita de algodón.

Cuando el varón la situó debajo de su abrigo se apretó contra el hombre, sintiendo placer con el contacto humano que le ofrecía. Y el animalito no solo era cariñoso con Scamander, sino también con el escarbato, pues al notar su presencia le hizo un reconocimiento lingual, recorriendo la cabecita del escarbato a modo de caricias, como si deseara ganarse su afecto. La verdad es que los Puffskein eran criaturas realmente encantadoras.

El matagot después de comer y haber sido llamado por su nombre no causó problemas al profesor. El cambio de hábitat se realizó sin ningún tipo de inconveniente, saliendo de la caja de origen hacia la maleta de Scamander, un lugar mágico en el que poder estirar las patas.

Tras acomodar cada cosa en su sitio el profesor se encaminó de vuelta a Hogwarts donde seguramente tendría gestiones que hacer.