Partida Rol por web

Esperad un momento -les dije a Kayla y Anastasia, acercándome a hablar con Victoria en privado. 

Lo que estaba sucediendo era completamente lógico pero también era cierto que nos habíamos comprometido. No podíamos responder por las demás, pero sí por nosotras, pero también me di cuenta de que lo que necesitábamos era algo qué hacer. Algo que nos alejara de aquel espejo.

Victoria, ¿por qué no miras el mapa y buscas un pasadizo secreto que parezca interesante? Tenemos que convencerlas de que merece la pena estar aquí y no solo por el espejo, así que... demosles un poco de acción, ¿no te parece?

Seguro que en el mapa venía cómo salir de Hogwarts y eso... eso era algo que no tenía precio.

Victoria asiente a las palabras de Altair y saca el pergamino poniéndose de espaldas a las demás chicas que observan el espejo, susurra las palabras y este comienza a llenarse con el dibujo de Hogwarts y su red de pasillos, pasadizos, etc. Mientras Victoria le susurra a Altair:

- Creo que deberíamos decirle a tu abue... ejem al profesor Rowle el interés que están mostrando por el espejo y si pueden pedirle permiso al director para usarlo... antes de que lo usen por ellas mismas...

Cuando el mapa se completa, la ravenclaw mira el mapa y busca algún pasadizo que explorar.

En cuanto Victoria susurró las palabras, el pergamino se desplegó mostrando las distintas estancias de castillo de Hogwarts, y en uno de los laterales, no tardaron en vislumbrarse unas letras escritas.

- Ya pensábamos que nos habían olvidado, ¿No es así, Cornamenta? 

- Ni que lo digas, es muy aburrido si no nos usan... Casi sería mejor seguir en el despacho de Filch...

- Eso ni se te ocurra pensarlo, siempre olió a pescado frito,... Además, ¿No acaban de abrirlo? Seguro que quieren hacer algo divertido...

- Oye, oye, Canuto... ¿No se la están jugando mucho mirando el mapa con aquellas jovencitas detrás? ¡Puede que las pillen!

- Shh... No levantes la voz por si a caso... 

- ¿Sois tontos o que os pasa? ¿No recordáis que solo nos pueden leer? Igual necesitan nuestra ayuda, dejad que hablen, leches...

- Ok...

- Necesitamos vuestra ayuda, mostradnos un pasadizo interesante, alguno para salir de Hogwarts - susurró al mapa, si, se la estaban jugando y mucho, debían darse prisa.

La pelirroja al ver cuchichear a Altair y Victoria se apartó de ellas, era obvio que deseaban hablar entre ellas y no iba a cotillear los asuntos que entre manos tuvieran. El espejo no tenía mucha más validez para Kayla que el resto de la sala, ¿sus deseos?..., los tenía claro, quería aprender, saber magia, tener amigas, tener a su novio... ¿qué más podía desear?..., no necesitaba un objeto para eso.... Lo único que no le gustaba era ser miembro de un club donde no había igualdad entre los constituyentes, y eso se debía a la falta de confianza.

La Slytherin fue hacia la estantería y observó los manuales con interés.

Atendiendo a los deseos de las jovencitas, el mapa señaló un punto en en el tercer piso, al lugar donde cualquier alumno o profesor de Hogwarts sabía que se encontraba la estatua de Gunhilda de Gorsemoor, también denominada por la mayoría la bruja tuerta. ¿Cuántas veces habían pasado por delante de esa estatua para ir a clase de Encantamientos sin ver nada relevante? Lo interesante llegó de inmediato, en el borde del mapa nuevamente intervinieron los merodeadores, y no tardó en aparecer una palabra escrita...

DISSENDIUM

Todo indicaba que en aquel momento el lugar estaba despejado, por lo que desde donde se encontraban hasta llegar allí solo necesitaban cruzar por delante de las armaduras medievales, la sala de trofeos y torcer por el pasillo del tercer piso hasta la estatua que había sobre una especie de pretil. ¿Se dirigirían hasta allí con sus amigas, revelándoles el secreto? 

Sin lugar a dudas, Victoria y Altair estaban ocultando algo de espaldas a vosotras y no dejaban de cuchichear. ¿Qué estarían haciendo? Lo que no cabía la menor duda es que del espejo mágico recubierto por la tela negra se podia percibir una enorme energía mágica que os atraía y os empujaba a querer ver lo que realmente había detrás. ¿Realmente los deseos que pensabais que revelaría el espejo era los que imaginabais? El espejo podía ver hasta los más recónditos recovecos de vuestra alma, vuestras verdaderas intenciones y deseos que no habíais podido aún realizar, vuestros mayores anhelos y deseos.

Un brillo atrayente provocó que levantaseis la vista hasta la parte superior del espejo que no llegaba a estar oculta, e inscrito en la parte superior estaba el siguiente texto: "Oesed lenoz aro cut edon isara cut se onotse". Dando vuelta la inscripción y arreglando los espacios se podía leer perfectamente: "Esto no es tu cara, sino de tu corazón el deseo".

Bueno, el mapa ya nos había indicado lo que queríamos, así que dejé que Victoria lo cerrara mientras yo me acercaba al resto de las chicas. La idea era hacer cosas, no solo estar allí... por estar.

Escuchad, chicas. ¿Queréis salir? Pues seguidnos. Creo que en el tercer piso tenemos justo lo que buscamos, escondido en una estatua, y si nos damos prisa nadie nos verá meternos por el pasadizo.

¿Vamos, V.? - Le pregunté a Victoria, sonriéndole.

Mientras Victoria y Altair estaban hablando entre ellas Kayla sintió una enorme energía mágica, sentía un impulso, estaba deseando ir hacia donde estaba el espejo y observarlo..., de cerca... En la parte superior del mismo había un texto escrito que la niña leyó en voz alta:

- Oesed lenoz aro cut edon isara cut se onotse.... Esto no es tu cara, sino de tu corazón el deseo.... - susurró Kayla sintiendo ganas de hacer algo, quitar la tela negra que cubría tal objeto. Dio un paso hacia adelante y recordó las palabras que tan solo un instante antes había pronunciado. No, no iba a faltar a su promesa...., ella no era así.... Con notable esfuerzo se separó del objeto mágico, sumida en sus propios pensamientos cuando Altair rompió el silencio.

- ¿En el tercer piso?.... - la de veces que ella había estado en el tercer piso y no había encontrado una puerta que señalase claramente: "salida hacia cualquier otra parte del mundo" -... No será una broma...¿verdad?....

Fuera como fuese la pelirroja quería creer en esas niñas, pues sin dudarlo se puso al lado de ellas, dispuesta a seguirlas y comprobar de primera mano si el día de hoy iba a ser especial, no monótono y mundano como habitualmente.

- ¿Y hacia donde lleva esa estatua?....¿qué estatua es?.... ¿es un lugar seguro?.... - podía acribillarles a preguntas, pero no era para menos, esta aventura le cogía un pellizco en el estómago, tenía ganas de vivirla.

Me había puesto al lado de Kayla para leer las palabras que había recitado, al parecer podía leerlo de alguna manera y mis dedos rozaron la tela negra, solo agarrarla y tirar de ella y descubriría todos los enigmas respecto al reloj, a Alex, y... pero mi mano se alejó de la tela. Si la tiraba no solo decepcionaría a mis compañeras sino también a Dumbledore, el hombre que me ayudó para ingresar allí, sería mejor que me dirigiera a él directamente y estaba casi segura de que no me lo negaría y mucho menos si era para encontrar las pistas que necesitaba.

Me quedé absorta mirando las letras mientras las chicas hablaban de dirigirnos al tercer piso, como Kayla ya realizó las preguntas que quería, me quedé esperando la respuesta de las chicas antes de comenzar a andar, según lo que respondieran tomaría la decisión de ir o no con ellas.

Es seguro. Confiad en nosotras. Se trata de la estatua de Gunhilda de Gorsemoor, la que casi todos llamamos de la bruja tuerta. Cuando vamos a Encantamientos siempre pasamos por delante de ella, así que estamos cansadas de verla.

Me dirigí hacia la puerta para salir y cuando llegué, me giré hacia todas.

Yo nunca había hecho algo así, ¿pero sabéis qué? Me han entrado unas ansias rebeldes terribles, así que quien se apunte, que me siga.

Y tras decir eso, abrí la puerta para salir en dirección al tercer piso.

Kayla se puso en alerta cuando Anastasia tocó la tela, temiendo que hiciese una tontería, iba a intervenir cuando la Hufflepuff bajó la mano, permitiendo que la pelirroja suspirase aliviada, y es que si con la tela sentía aquella llamada, no quería ni pensar cómo se sentiría en caso de que ésta fuera retirada.

- Confío en vosotras... - dijo Kayla siguiendo a Altair -... jamás me hubiera imaginado que la bruja tuerta pudiera guiñarnos un ojo para hacer alguna travesura -... indica la pelirroja haciendo un chiste fácil sobre la estatua -... es cierto que a ti te pega ser una buena chica Altair... Yo por mi parte ya he liado una en el colegio..., Artemis no hizo solo lo de la torre de astronomía..., lamentablemente Dumbledore también lo sabe y mañana voy a ir a hablar con Filch para disculparme..., así que debo aprovechar hoy..., si nos pillan ya hago del tirón los dos castigos... - sonríe levemente y es que al final tenía algo claro, no quería perderse la oportunidad de conocer más recovecos de aquella escuela -.... aunque lo ideal sería que no nos viesen, claro...

La pelirroja siguió a Eldevane sin pestañear, y es que le gustaban los problemas, la emoción de una buena aventura no tenía precio.

Victoria siguió a sus compañeras.

- Oh, no me digas que tú también tuviste que ver en lo de la torre de astronomía - le dice riendo a la pelirroja - debió de ser super emocionante - los ojos de la niña brillaron unos instantes - ¿sabéis que? ¿Habéis visto el pelo chamuscado de Filch? Jaja bueno... digamos que lance un petardo que fue a pasar cerca de su cabezota - no podía parar de reír por lo bajito - y... tengo uno más sin usar chicas - les guiña un ojo - ¡seguro que nos será muy útil algún día! Espero que no se enteren ni Filch ni Snape, o estoy muerta...

Estaba muy contenta nunca había hecho travesuras pero era realmente emocionante y tenía la sensación de que se lo iban a pasar en grande.

- Por cierto Kayla, es muy noble por tu parte dar la cara por Artemis.

Cuando salieron todas, me giré hacia Victoria.

-V. Acuérdate de cerrar la puerta -le dije, mirando a continuación a las demás -. Si no lo hiciéramos, cualquiera podría entrar. Lo chulo es que sea solo para nosotras y que nadie más pueda encontrar lo que ahí tengamos, ¿verdad?