Partida Rol por web

Abedul y pluma de hipogrifo, 12 pulgadas

En habilidades, en otros, apuntate +2 en primeros auxilios

Hagrid me recogió puntual, nos encaminamos hacia el callejón Diagón, un lugar que al parecer los magos usan para comprar todos los cachibaches que hacen falta para las asignaturas.

Los libros, las túnicas, todo eso me daba igual, yo quería lo que me había dicho Hagrid que era el bien más preciado para un mago, mi propia varita, cuando la vi me enamore de ella al instante, notaba una energía que me conectaba a ella y de repente se convirtió en una extensión de mi mano, era una sensación increíble, dejé de darle importancia a todo lo demás, guardé la varita en su estuche y éste a su vez en mi bolsillo.

Lo siguiente que recuerdo es estar en el andén despidiéndome de Hagrid desde la ventana.

Te falta zapatos, botas, el libro de criaturas mágicas y donde encontrarlas, telescopio. ¿No lo compras?

Zapatos y botas es obligatorio

Te falta la tirada de la varita

Zapatos: 2 galeones

botas: 3 galeones

Telescopio 3 Galeones

el libro de criaturas mágicas y donde encontrarlas 7 galeones

Quito un kit de ingredientes

Total 99 galeones

Varita= 5

(Mañana de Halloween)

Era una mañana muy ajetreada en el callejón Diagon. Con la festividad de los difuntos la comunidad mágica se había lanzado a la calle, literalmente,  para realizar las pertinentes compras de pertrechos y elementos decorativos para celebrar una de las fiestas más conmemorativas de Inglaterra.

Andrómeda portaba un par de bolsas, por un lado había comprado un interesante libro sobre Artes Oscuras, un ejemplar magnífico que analizaba la vida y acciones del que no debía ser nombrado, así como las actuaciones de los mortífagos, sus puntos fuertes y errores, algo que a la señora de 70 años le interesaba, conocer la perspectiva que el autor había sacado en claro de todas aquellas antiguas acciones, aunque a decir verdad, ella tenía una idea muy personal de todo aquello y no iba a dejarse influir por los comentarios de un simple observador.

Por otro lado, se había comprado una túnica nueva, por supuesto de lujo, y es que no concebía la idea de ir a una fiesta de Halloween sin estrenar modelo, y es que Andrómeda era cualquier cosa menos vulgar.

La mujer se movía con agilidad a pesar de su edad, y quienes la conocían podrían jurar que era muy rápida con la varita e implacable a la hora de lanzar hechizos, todos con clara intención de hacer daño, no por nada era especialista en aquellas artes que en Hogwarts eran motivo de defensa y en Durmstrang, de enseñanza.

Andrómeda había desviado su paseo hasta uno de los lugares de peor reputación de la zona, el callejón Knockturn, donde se encontraba el negocio de pociones de Cyllene, la bonita profesora de Hogwarts, y como era costumbre desde hacía un mes, cerrado se hallaba, así no habría forma de dar con ella y dar el paso que debía por el bien de la agrupación. La mujer observa disgustada a través del cristal de la ventana, pero tenía protección mágica el lugar, así que su interior estaba preservado ante las miradas incautas. Suspiró molesta y se fijó en alguien a quien reconoció...., ¿acaso era él? ¿el profesor de Hogwarts?.... Sus dudas se disiparon casi al instante, sí..., estaba claro...., los alumnos de Slytherin hijos de sus nuevos asociados habían hablado de él, y esos muchachos, no solían equivocarse... Además le pasaron un informe con su fotografía mágica, y es que su gente, era buena investigando.

- Disculpe...., ¿Von Vianden?.... - No diría nada más hasta que el caballero se girase y preguntara por sus intenciones, que para qué mentir, eran completamente ilícitas.

Después de una productiva misión encargada por el ministerio de magia, o al menos así fue para el mago, ya que todo ese tiempo de letargo que la asquerosa burocracia le había concedido a Albert fue usado en sus investigaciones relacionado con la extracción mágica en criaturas de misma naturaleza con el fin de potenciar la deprimente raza de los magos… resultados, que, para el perfeccionista hechicero, fueron bastante ineficientes-. Y eso que órdenes a mi guardia que capturaran muestras de buena calidad-. Es lo que susurró con decepción al mudo cielo mientras dirigía sus claros y ambiciosos ojos al cielo.

Albert había llegado a aquel lugar hace pocos minutos atrás, escoltado por sus sirvientas de batalla que, por orden de su maestro, se habían retirado a las sombras para evitar cualquier desencuentro que juegue en contra de la agenda del mago.

Su atlético cuerpo estaba cubierto con una larga capa de color negro y un traje que, en conjunto con lo anterior, le daba un aire de un oscuro monarca. Sin embargo, era su simple, pero elegante bastón de matices oscuros, aura escalofriante y de mango serpentino lo que llamaba sumamente la atención a cualquiera que tuviera una sensibilidad aguda con las vibraciones mágicas, en especial en aquellos que han visto en carne propia los efectos caóticos y oscuros de la magia.

-. Oh-. Es lo que expresa el apuesto hombre con una pícara sonrisa mientras que elegantemente se gira hacia la dueña de aquella voz-. Señorita Selwyn-. El arqueo de sus labios se mantiene al mismo tiempo que Albert forma una leve, pero caballerosa reverencia, sin embargo y a pesar de esta escena sacada del siglo XVIII, sus ojos muestran una frialdad sobrenatural digna de un reptil listo para despellejar sin piedad cualquier rastro de debilidad de su presa-. Es un honor conocer en persona a una erudita de las artes más profundas de la magia, solo pido disculpas que no haya sido en un lugar acogedor, digno de su presencia-. Su cuerpo vuelve a su posición original, manteniendo su coqueta sonrisa para luego dirigir sus frías y oscuras pupilas a las de la veterana mujer-. ¿Qué le trae por estos lugares desprovistas de la luz de los ingenuos? Si es que se puede saber, claro está mi bella dama-. Pregunta con una clara insinuación a que ambos estaban en un lugar que olía a corrupción y a malicia.

Era un detalle absurdo, pero le encantaba que la denominaran como "señorita" a pesar de ya ser septuagenaria. Andrómeda Selwyn era una mujer notable por las muchas excentricidades que exigía en su presencia, tales como la educación, la elegancia y sobre todo, la reverencia a su persona. Los gestos de Von Vianden le encantaban, pero no era una necia. Las formas eran una máscara perfecta para esconder las sombras e ideas tormentosas de cada ser, y aquel, era probablemente de los peores.... Eso de cierta manera, le fascinaba y atraía.

- Vaya, me habían hablado muy bien de usted, señor Von Vianden, pero no ensalzaron lo suficiente la exquisitez de sus maneras... Ser un mago tan capaz en transformaciones, apuesto y educado es algo extraño en los tiempos que corren..., y debo decir que me agrada mucho haberme encontrado con vos en este.... - mira a su alrededor -..."sitio" tan.... adecuado para mentes que son capaces de encauzarse por otros derroteros menos evidentes que los que discurren por el callejón Diagon....

Los ojos profundos e intensos de la mujer se posan en los del varón, por su mirada puedes intuir que es una señora de firmes convicciones y no vacila en sus designios. Su frialdad tan solo podía competir con la del profesor de transformaciones.

- Me preguntaba profesor si es usted feliz en Hogwarts.... Un mago de su categoría sin duda es un fichaje excelente para la docencia, de hecho me enorgullezco de que transmita sus conocimientos mágicos a mi nieta Kayla Silver.... Pero siendo sincera..., ¿niños de 11 a 17 años?... Usted probablemente aspire a algo más importante en su vida..., ¿conocimiento? ¿libertad de movimientos?... ¿poder?... Puede que Dumbledore no le deje poder actuar con total libertad y albedrío en el castillo..., una situación que podría cambiar si.... - hace una parada dramática -... usted apoyara causas externas a las que ahora dominan la escuela....

La mujer toma el brazo del profesor con delicadeza, casi con afecto,  como si fueran madre e hijo paseando por las oscuras calles pedregosas, parándose a pocos pasos, justo delante de una pequeña tienda de pociones cuyo nombre estaba escrito sobre un rótulo: Poison´s Foxier

- Oh fíjese..., este negocio es de una colega de profesión suya, quizás la conozca... Cyllene Foxier se llama...., experta en pociones..., de hecho dicen las lenguas que supera con creces al profesor Snape..., terriblemente hermosa....según los rumores.... y muy amiga de... creo que se llama.... Melker Westerberg.... ¿le suena o quizás mi anciana mente ha hecho caer en el olvido la denominación del profesor de defensa contra las artes oscuras?.... - desde luego la memoria de la señora era de todo menos olvidadiza -...como si alguien pudiera defenderse contra las artes oscuras... - sonríe divertida -... siempre que dicha magia sea realizada por un mago o bruja competente, por supuesto... Aunque me dan curiosidad...., ya sabe..., una abuela preocupada por la formación de su nieta en cualquier caso....

Cualquier persona normal que viese a aquella escena, llena de buenos modales y palabras melosas, solo vería una educada y noble conversación entre dos integrantes de la más alta alcurnia de la sociedad mágica. No obstante, para los ojos más agudos y experimentados, es como si dos grandes y peligrosos depredadores se evaluaran con cada gesto, mirada y palabra que dicha interacción va dejando a su pads, con el único objetivo de esclarecer si en ambas partes se encuentran con un enemigo o aliado potencial.

-. Me sobre estima mi bella dama, solo expreso mis más sinceros pensamientos hacia su persona y, sobre mis, deberían ser el promedio de esta sociedad que lentamente se va decayendo con absurdas costumbres y tradiciones obsoletas, si me permite mi más sincera opinión-. Declara con una honestidad que hace un fuerte contaste con el deprimente lugar que se encuentran para luego competir brevemente con la mirada evaluadora de aquella noble-. No me malinterprete señorita Selwyn, pero la docencia siempre me ha fascinado de cierta forma, encontrar alumnos con potencial y con talentos únicos como el que está emergiendo de su nieta para guiarlos al verdadero camino del éxito es, sin lugar a dudas, el mejor método que poseo en estos momentos para evitar la mediocridad que gobierna a nuestros jóvenes y pares por igual ¿no está usted de acuerdo conmigo? -. Sin desperdiciar ningún movimiento, Albert se acerca a la mujer mayor para ofrecer su brazo e iniciar una lenta caminada y proseguir con sus respuestas-. Creo que esos tres factores que ha nombrado están unidos teniendo al conocimiento como el pilar máximo de los otros dos. Me explico…-. Albert recibe de buena manera el brazo de la maga-. Es el verdadero conocimiento el que desemboca al verdadero poder y este a su vez genera libertad, camino que, en mi humilde parecer, están estancadas por una burocracia digna de una fina tienda de mascota que solo busca resguardar a los jóvenes al fracaso y al riesgo… simplemente lamentable-. Finaliza, dejando implícito su visión sobre las políticas de la academia mágica, manteniendo siempre su sonrisa y buenos modales, caminando con gracia por las oscuras calles de aquel lugar…

-. ¿La señorita Foxier? No he tenido el gusto de interactuar con ella personalmente debido a pequeños deberes que me surgieron de la nada en las últimas semanas, sin embargo, le aseguro que por mi experiencia que aquella profesora no es para nada incompetente, sino todo lo contrario ya que si no fuese así ¿Por qué estaríamos contemplando su tienda? -. La sonrisa coqueta característica del profesor se vuelve a iluminar-. Sobre el profesor Westerberg, tengo que decir que tiene potencial, pero carece de eficiencia, capacidad de reacción y racionalidad, pero no se preocupe por su nieta, si usted quiere, yo me puedo encargar de su formación académica y otras variables importantes que podríamos conversar en otro momento mientras disfrutamos de los servicios de mi guardia ¿le parece? -. Sus ojos exploran el lugar por un par de segundos para luego posarse en la tienda de Foxier-. Y totalmente de acuerdo con usted, esa rama llamada DCAO solo es un patético intento para dar refugio a los cobardes y mediocres que no pueden entender que la verdadera naturaleza de la magia es caótica y peligrosa, por lo tanto, aquellos que no son aptos solo tienen las opciones de retirarse o morir-. Con una sinceridad aterradora y con una expresión alegre, el apuesto profesor hace un educado gesto a su acompañante para comenzar a acercarse a la entrada de aquella oscura y sospechosa tienda.

No cabía decir que a Andrómeda le gustaban las formas del varón. Se podía ser depravado y refinado a la vez, algo que muy pocos magos comprendían. Habían algunas ideologías que  compartía con aquel profesor, una de ellas era la referente a las costumbres, así que no dejó pasar la oportunidad de subrayar sus palabras, aunque quizás, éstas pudieran ser interpretadas de mil maneras distintas.

- Sí que hay tradiciones sin sentido en nuestra comunidad, una de ellas que Hogwarts siga siendo regida por un director que no potencie las habilidades mágicas del alumnado, actuando de manera permisiva, casi infantil, ante las acciones de los jóvenes estudiantes.... Pero creo que la comunidad mágica ya está trabajando en ello y puede que lleguen al castillo nuevos vientos para dotar de frescor la enseñanza.... Y quien sabe..., si hubiera una nueva dirección, quizás el profesorado podría obtener mucha más libertad en sus acciones dentro de la escuela.... - mira a los ojos de Von Vianden antes de continuar -... ¿en alguna ocasión no ha sentido incomprensión hacia su persona?...., quizás el nuevo equipo directivo pudiera contar con figuras tan imponentes, inteligentes y capaces como su persona... ¿no le agradaría ser la mano derecha del posible nuevo dirigente de Hogwarts?... En el caso de que la comunidad mágica diera finalmente ese paso de expulsar a Dumbledore, por supuesto...

Aquel paseo era bastante refrescante. Andrómeda quería algo de Von Vianden, y él analizaba, cual gato observa a un roedor, qué vías se le iban proponiendo para así poder elegir si lo que aquella mujer podía ofrecerle era digno o no de ser considerado en cuenta.

- Como vos comentáis, la señorita Foxier es una mujer altamente competente, tanto es así que sus pociones son requeridas en toda la comunidad mágica... Sin embargo, he de decirle que sus últimas actuaciones fueron poco apropiadas... Usando sus brebajes contra personas que intentan hacer cambios en la comunidad mágica, obviamente para sus fines personales...., así que digamos, se ha ganado unos cuantos enemigos, los cuáles estarían muy pero que muy agradecidos, si tuvieran la posibilidad de echarle el guante encima a tan escurridiza docente.... El problema es que el día que fueron a ajustar cuentas con la mujer, el compañero suyo, Westerberg..., se interpuso, y claro, mi gente no es de dar escándalos públicos... y ese.... llamémoslo "hombrecito".... estaba más que dispuesto a hacer una escabechina en medio de Hogsmeade... Imagínese que escándalo, peleando a punta de varita sin posibilidad de hacer un duelo adecuado, cierto es lo que decís de que carece de racionalidad.... El caso es que los siempre educados magos de los que hablo dejaron pasar la oportunidad por el bien de la seguridad ciudadana.... Y ahora, ninguno de los dos profesores se atreven a salir de Hogwarts..., como si de ratones se tratasen..., cobardes a una confrontación abierta y privada...., o a enfrentarse a duelo alguno....,  así que es imposible atraparles...

La mano de la anciana se posan en el picaporte de la tienda de Foxier, la cual estaba cerrada. La mujer sonríe levemente.

- Tiene diversas protecciones mágicas casi con total seguridad... Y hace un mes que no regresa por aquí..., varios informadores controlan este lugar día y noche... No sería complicado entrar en la tienda por las malas, las seguridades mágicas se quiebran, pero sería un acto vulgar, nada acorde con mi forma de proceder... Así que me preguntaba, señor Von Vianden...., ¿tendría la amabilidad de ayudarnos a que la profesora Foxier abandonase Hogwarts, para poder tener con ella la charla que varios magos tienen pendiente con ella?.... No le quepa duda de que el agradecimiento puede ser de múltiples formas..., pero me temo que usted no es un hombre que precise galeones o reconocimientos, eso es demasiado vulgar..., vos podríais tener una gran parte de poder en la nueva Hogwarts que está por venir, siempre y cuando mis.... amigos..., estén satisfechos....

La mujer se gira para observar detenidamente al varón, el cual estaría pensando ágilmente una contrarrespuesta, pues de una manera u otra, la anciana lo precisaba.

- Sobre lo de conversar sobre la educación de mi nieta es algo que sin lugar a dudas me agradará..., la dejo en sus manos para que haga de ella una bruja de provecho, usando los métodos que considere adecuados.... Por mi parte no tendrá queja alguna si incluso debe educarla a golpe de varita.... Tan solo le pediría algo..., que si puede, dentro de sus posibilidades, no le permita que se relacione con holgazanes o compañeros que pudieran estropear sus capacidades.... Le estaré personalmente muy agradecida....

El apuesto profesor escucha con total atención las palabras de la bella maga, cada silaba que eran invocadas por los labios de Andrómeda eran como gotas de veneno que esperaban ser bebidas por Von Vianden tal como lo haría un pequeño y peligroso depredador con su presa, esperando cualquier oportunidad para atacar y someter a su objetivo… algo que Albert estaba muy familiarizado-. No, jamás-. Contesta de forma cortes y directa la pregunta de la maga-. Nunca me ha interesado que la gente entienda mis ideas e investigaciones, es decir…-. Sus claros ojos se posan en los de la veterana dama-. No es mi responsabilidad que la escoria ignorante no pueda comprender la grandeza de mis resultados… Los que si me interesan son aquellos que son capaces, de forma voluntaria e individual, de comprenderlos y, si es posible, refutarlos para mejorar el progreso adquirido. Ahora ¿Ser la mano derecha de una autoridad? Me tengo de negar, digamos que nunca he disfrutado mucho la sobre exposición mediática, sin embargo, si usted me propone algo entre las sombras no tendré ninguna objeción de discutir los detalles en un lugar más refinado, digno de su presencia -. Su paso es lento, pero seguro como si aquel aristócrata estuviera caminando por los terrenos de su gobernanza.

-. ¡Oh! -. se escucha de la boca del profesor con un tono que explícitamente señala que esta en presencia de algo bastante interesante-. Me interesaría saber más detalles del actuar de la profesora Foxier y de las reformas que ella misma estuvo en desacuerdo y no se preocupe de los sigilosos e incautos oyentes… tengo a mi guarda personal resguardando el perímetro para hacer este dialogo mucho más pacífico y tal como dice usted, es un agravio destruir la propiedad privada de otra persona, especialmente si hablamos de nobles como nosotros-. El elegante hombre mira por un momento la chapa de la puerta de la tienda para quedarse pensando un par de segundos con una coqueta sonrisa, dando entender que no aceptara ningún trato al menos que se muestre todos los axiomas y terminos del contrato y de la situación en cuestión-. En ese caso ¿le parece si me acompaña a beber un café en un establecimiento que parte de la propiedad de mi familia para así aprovechar de hablar de forma más relajada varios temas como la planificación educacional de su nieta y otros de nuestro interés? -. Una invitación que es acompañado de una leve reverencia con claras intenciones de que el noble mago esta al menos interesado en las propuestas de la bella mujer mayor, algo bastante poco inusual para un hechicero que gran parte de su vida se ha negado en asociarse con otras familias y derivados.

La bruja observaba a Von Vianden intentando catalogar las ideas que el mago, sin duda oscuro de espíritu, tenía. Había algo que le agradaba y era la inmensa seguridad que en sí mismo procesaba, determinando que no trataba con un varón cualquiera que se dejaba influenciar bobamente. Aquel hombre comenzaba a resultarle interesante y no dudó en darle algún tipo de respuesta a su demanda.

- Me interesa que me comente sobre sus investigaciones e ideas... Sin duda el aprendizaje es poder, y bueno es tenerlo en estos días nefastos, cuando toda la comunidad mágica parece irse a pique por dirigentes sin intelecto y sin un ápice de magia más allá de la básica que cualquier alumno podría aprender en quinto año.... - indica la fémina sin soltar el brazo masculino

Las propuestas de Von Vianden no tardaron en llegar. Ir a un espacio privado donde ambos podían charlar sin ser molestados era en parte tentador, y por otro lado peligroso. El hombre le llevaría a su terreno pero la anciana mujer tenía la tranquilidad de saber que tenía recursos para evitar ser dañada, y su rastro mágico podría ser seguido por su gente en caso de que la situación se tornara particularmente peligrosa. No dudó, dando muestra de que no temía, ¿cómo hacerlo con sus habilidades para las Artes Oscuras?....

- Le acompañaré y le detallaré los pormenores que tienen que ver con la señorita Foxier, así como las expectativas que mi nieta pudiera tener con usted a nivel educativo... No cabe decir que nuestra conversación será privada y espero en cualquier caso que en el futuro, llegando a acuerdos o no, siga siendo así.... - indica manteniendo el contacto con el brazo masculino. Sin apartarse de él, mirando de reojo la tienda de Foxier, era obvio que tenía muchas ganas de echarle el guante encima.

Andrómeda se movía con delicadeza, seguramente en su juventud habría sido una bruja muy bella y sofisticada, una de esas mujeres que pasan por la vida de los hombres dejando huella, pues aún con esa edad, su porte y formas elegantes no pasaban desapercibidas, demostrando en cualquier instante de que era toda magia..., aunque eso sí, oscura.