El bosque prohibido se encuentra separado de los terrenos del castillo por una fina franja que lo delimita y donde la vegetación salvaje comienza a abundar.
Se escuchan los sonidos de pájaros, los cuales, ajenos a la concurrencia de Hogwarts, campan felices en la copa de los árboles, acechando desde sus escondites naturales todo lo que acontece a ras de suelo.
Quizás algún alumno rebelde quiera acercarse a esta peligrosa e indómita región en busca de aventuras, a pesar de la prohibición de los profesores de que se internasen en aquel lugar. Cada cual actúe acorde a su conciencia.
Me acerco a la linde del bosque y me siento a la sombra de los árboles. Llevo mi escoba por si hay que salir pitando. Empiezo a hablar en un idioma desconocido, hasta llegar a Hogwarts no sabía que podía/sabía hablarlo así que sólo lo uso cuando nadie puede oírme.
h'shosiha, ¿h'shagi'f hasicehuhihesö hah'shi?
Hola, ¿Hay alguien ahí?
¿Pero que cojones? ¿Thad que demonios haces?
Me giro asustado, no sabía que alguien me estaba oyendo.
- Nada, estaba meditando, ¿No has oído hablar de los mantras?
Creí haber puesto el post anterior en "solo para el director"
- ¡Ey chico!..., si tú y tú..., chicos.... - dijo el auror señalando a ambos muchachos con su varita -... ¿no sabéis que está prohibido acercarse al bosque prohibido?....
El hombre que se les aproximaba estaba desaliñado, llevaba ropas sucias y gastadas, el pelo graso y en su rostro destacaba un ojo mágico que giraba sin parar en todas las direcciones como si buscara alrededor de su cuerpo a posibles enemigos.
- No podéis estar aquí, no es momento de excursión, venga vamos..., para el castillo, porque no queréis causar problemas ¿verdad?.... ¿a que no queréis?.... - acaricia su varita con una mano mientras la sujeta con la otra
- No se puede huir de los peligros sólo porque sea prudente esquivarlos, a veces es mejor enfrentarlos, de todas formas, simplemente estaba pensando cerca del sitio en el que casi muero la otra noche.
- De todas formas, si es un problema me iré. Me coloco encima de la escoba y me voy hacia el castillo.
- No se puede huir de los peligros, hasta ahí de acuerdo, pero tampoco ser tan necio de ir a buscarlos cuando hay mucho espacio seguro... - mira al niño con aquel rostro surcado de cicatrices y asegura -... chico, menos drama, puedes morir cualquier día y a cualquier hora, desde una caída de escoba hasta explotándote un caldero en clase de pociones... si vas a quedarte reflexionando en cada sitio donde hay potencial peligro vas a quedarte la vida pensando y no preparándote...., que vienes al colegio a aprender no a lamentar tu suerte...
Thad por lo visto no estaba para escuchar al auror, de manera que se sitúa sobre la escoba y sale volando. El hombre se encoge de hombros ante su marcha, estaba claro que al chaval no le interesaba lo que le decía.
- Estos niños de hoy en día..., en mis tiempos iba a irme así..., sin escuchar a un adulto..., me habrían lanzado un maleficio de mil pares....