Motivo: canto
Tirada: 2d6
Resultado: 5(+6)=11
Motivo: canto
Tirada: 2d6
Resultado: 8(+6)=14
Motivo: canto
Tirada: 2d6
Resultado: 4(+6)=10
Motivo: canto
Tirada: 2d6
Resultado: 10(+6)=16
Jueves 3 de Octubre de 1991
Habían pasado un par de días desde aquel encuentro en el lago, ambos habíamos hablado de nuestro sentimientos, pero no habíamos tenido suficiente tiempo de hablar, hoy era día de ensayo para la cena de Halloween por lo cual me dirigí al salón de canto, donde Gin practicaba, me acerqué lo mas cauteloso posible para no interrumpirla, abrí la puerta y me colé en el salón afortunadamente solo estaba Gin practicando su canto.
-Cantas muy bonito- dije casi hipnotizado por el dulce canto de la niña veela.
Había estado ensayando, cantarían aquella canción para Halloween, pero la chica estaba preparando otras cosas, con suerte alguien la escucharía, con mucha suerte, pensó la niña cuando escribió esa canción, y ahora la estaba cantando y tocando con la guitarra,mirando sus dedos deslizarse por el puente del instrumento. Ginevra era feliz mientras cantaba y tocaba su música, pero cuando escucha que Daniel estaba en la puerta, ella se detiene de golpe, avergonzada de haber sido sorprendida por Daniel-
— gra-gracias Daniel — se baja rápidamente del asiento donde estaba y dejó la guitarra a un costado, en su pedestal — pensé que... que tardarías una poco más en llegar — lucia nerviosa, arreglando su cabello detrás de sus rojas.
Motivo: canto
Tirada: 2d6
Dificultad: 10+
Resultado: 10(+6)=16 (Exito)
Motivo: guitarra
Tirada: 2d6
Dificultad: 10+
Resultado: 9(+4)=13 (Exito)
-Perdón- me disculpe ante la niña de verdad que había entrado de improviso y sin avisarle pero bueno habia podido escuchar toda la canción acompañada de la guitarra acústica, la verdad es que a mi se me daba mal todo lo que fuera ser un artista, incluso mis dibujos parecían garabatos de niño de primaria pero de primer grado, tocar un instrumento ni se diga, y mucho menos intentar cantar, la única vez que se me ocurrió tal tontería mi tío Harry me metió un calcetín en la boca para evitar el sufrimiento del canto, las artes no eran lo mío, pero no por ello me desagradaban, en especial oír la hermosa voz de Gin.
-¿Podrías cantar una vez más? me gusta oír tu voz - le dije mirandola fijamente y colocando mi mejor sonrisa, mamá decía que cuando ponía esa cara de idiota risueño, se le ablandaba el corazón, esperaba que también funcionará con la niña - Yo soy malo con los instrumentos y cantando- admití - pero tu cantas hermoso, es como si fuera mágico.
Motivo: Persuadir encanto
Tirada: 2d6
Dificultad: 10+
Resultado: 5(+5)=10 (Exito)
Ginevra no estaba segura de lo que le estaba pidiendo y miró la guitarra un poco más, pero luego asiente, lo haría, así que toma de nuevo la guitarra y se acomoda para empezar a tocar, mirando al chico y luego la guitarra. Sus mejillas estaban sonrojadas, pero intentaba interpretar aquella canción de la mejor manera.
La chica al terminar la canción, suspiró y puso sus manos en las cuerdas y volvió a ponerse muy roja, resaltando sus encantos veelas, sin embargo si la poción de la profesora era correcta, no significaría nada para Daniel.
— no.. no es mágico, es sólo un poco de música y eso, y bueno... ¿viniste a buscarme? — miró hacia la puerta — no nos pueden ver, ¿sabes eso? — se puso nerviosa y fue hacia la puerta para ver que nadie viniera, ahí se giró hacia él — ah... lo siento — lo miró con ojos largos — ¿trajiste algo para comer' muero de hambre — se acercó a él de nuevo, aún avergonzada por su reacción .
Asentí con la cabeza al pregunta, claro que la había ido a buscar, incluso le había preguntado a su amiga Flora si se encontraba en el salón de música y ella lo había confirmado, cuando dijo si había alguien mire a los alrededores, no quería causarle líos y luego la abracé suavemente, una brazo cálido y cariñoso, un abrazo tierno y algo infantil pero que me importaba me gustaba estar cerca de ella.
-Traje unos bizcochos de chocolate- los extraje de los bolsillos del pantalón, había tenido cuidado de que no se maltrataran aunque uno de ellos había llegado algo aplanado, pero el otro bastante bien - y he podido traer un poco de zumo de manzana- le mostré la cantimplora donde lo había guardado y que mantenía oculta bajo la túnica, coloque las cosas en la mesa y tome la mano de la niña - Perdón es lo único que he podido traer- me sentía mal por no haber tomado mas cosas de la mesa sin embargo lo que había llevado era con mucho cariño, rápidamente me senté a su lado para compartir los bizcochos tomé el aplanado y le dí a ella el que se encontraba optimo.
Daniel era demasiado dulce, y ambos, jugando a ser novios, se sentaron en el suelo, ella fue por una alfombra que estaba en un costado y la puso cerca del piano, justo a su lado, armando un pequeño campamento, el chico sacó la comida que compartirían y ella algunas de las ranas de chocolate y otros dulces que había traído. Ahí, ella se puso a su lado y terminó apoyándose en su hombro, luego del abrazo que Daniel le había dado y que tan gustosa había recibido.
— yo traje un poco más, Dani — se separa y lo mira a los ojos, había timidez e inocencia en esa mirada, pues con Daniel no sentía la necesidad de ser agresiva — este será nuestro día de campo — nadie los molestaría, hasta donde sabía, nadie iría al salón luego de los ensayos, así que hasta la hora de la cena, podrían estar ahí —¿cómo estuvo tu entrenamiento? — le preguntó, comiendo el bizcocho que le había dado, pero lo partió por la mitad, y se la dio a Daniel, ella sacando la mitad del bizcocho aplastado.
— yo casi me caigo, pero pude sostenerme, Cassius me ha ayudado mucho con los entrenamientos — come un poco y luego lo mira entusiasmada — ¿sabes qué?, cantaremos en la fiesta de Halloween, ahora tengo muchos nervios... no sé si lo haré bien, además los profesores insisten en ponerme en medio... y no sé si estoy lista para eso — infló un poco sus mofletes, al contarle sobre eso.
La escuchaba atentamente a todo lo que le decía la verdad estar ahí con ella era la cosa mas increíble del mundo-Aprendo bastante rápido sobre el Quidditch, al parecer estaré en la reserva, salvo que alguien se lastime o enfermé jugare un partido, pero al menos estoy en el equipo- le dije emocionado.
Escuchar que tenía nervios de cantar me pareció bastante curioso por lo que había escuchado su voz era preciosa, no solo eso era encantadora, nunca había escuchado alguien que cantará así de bien en toda mi vida -No tienes por que tener miedo, tienes la voz de un ángel, yo se que lo harás mejor que nadie- verlas con los mofletes inflados me daba tanta ternura se veía tan linda y tierna que me hacía querer abrazarla.
Había olvidado que Daniel había quedado como reserva, la niña se movió de su lado, y se quedó sentada junto a él, con esa sonrisa de oreja a oreja, que desde el día en que ella lo besó, parecía no apagarse.
— yo creo que dentro de pocos, o quizás el siguiente año, podrás aprender, pero... imm también podrías enseñarme ese juego que dijiste, el que jugabas en tu país? — realmente parecía tener un mucho mejor ánimo — ¿qué dices? o... ummmm mejorar los hechizos de los duelos, tengo ganas de mejorar y ganar todos los duelos — juntó sus puños, conteniendo sus energías.
-Claro, con mucho gusto te enseño a jugar Quodpot, serías la mejor jugadora, de eso no tengo dudas - le dije con una mirada ialegre a sus hermosos ojos esmeraldas, desde ese día no había parado de pensar en ellos y en lo bonito que se veían cuando ella sonreia.
-Ganaras todos los duelos, de eso no tengo duda, de hecho - por un momento dude pero por ella tenia demasiada confianza, tome la varita y me concentré aunque era difícil quería lucirme - Aguamenti.
Una hermosa rosa de agua salió incluso me había sorprendido que funcionará también, - Tu eres mas bonita que ella, Gin ¿Te gustaría ser mi novia?- le dije algo avergonzado era la primera vez que se lo proponía de manera oficial, la mire fijamente mientras el corazón estaba a punto de salirse de mi pecho.
Motivo: Aguamenti Flor
Tirada: 3d6
Dificultad: 21+
Resultado: 15(+12)=27 (Exito)
Aplaudió, aprendería Quodpot, aunque no estaba my segura si le gustaría, además lo consideraba un deporte algo barbárico, lo que era ser un poco hipócrita, considerando que podían derribarte con una bola y hacer que cayeras desde una gran altura, pero así estaba contenta. Ladeó un poco su rostro, girándose para buscar algo más para comer cuando Daniel hacer el hechizo.
— ey, no seas bobo, la rosa es mucho más linda que yo — sacó su varita y quería hacer lo mismo, de hecho una a pronunciar el hechizo cuando Daniel hace esa pregunta, la chica se queda en blanco, la sonrisa desapareció de su rostro inmediatamente y todo ese brillo se apagó de pronto.
— ummm no Daniel — se encogió de hombros, y sus manos bajaron así como sus ojos — me... me gustas, pero no quiero un novio, te- te lo dije... no quiero ser como Kayla y Artemis, me resultan empalagosos y no... además, ya es difícil ser amigos, más si fuésemos novios, Dani — se mordió el labio inferior, compungida por lo que estaba pasando — estábamos tan... bien, Daniel — resopla y queda a un costado, apoyada en la pata del piano, con un gesto de tristeza.
Palabras equivocadas sesos de alga- pensé al ver su reacción, aún así no me aleje y me mantuve en mi lugar - Perdón , solo he dicho algo que he creído, pero no quiero alejarte, si tu no quieres un novio, esta bien, yo quiero lo que tu quieras- dije con total sinceridad.
-Ha, Kayla y Artemis no lo había pensado pero no me gustaría ser tan empalagoso - tuve que reconocer - aun así estoy feliz de pasar el tiempo contigo, ¿te propongo un trato?- dije tratando de cambiar de tema - olvida lo de los novios y mantengamos estos como hasta ahora y tengamos un duelo mágico, si yo gano me deberás un abrazo, si tu ganas me puedes pedir lo que quieras, vale- le dije aunque estaba temeroso de alejarla esperaba que por lo menos aceptará esta proposición.
Había sido un momento muy incómodo entre los dos, pero Daniel intentó recular de inmediato, la niña vio todos sus gestos, y como realmente deseaba que fueran novios, teniendo la tentación de ser complaciente y decirle que sí sin embargo esa era una pésima idea y aunque no quería verlo triste, no lo dijo, sin embargo puso su mano en la rodilla de él, y luego se movió hacia él abrazándolo aún de rodillas delante de Daniel.
— no es necesario que tengamos el duelo para abrazarte, Dani — se separó de él, ahora pensaba que era injusto que él estuviera esperando a que ella se decidiera a algo, así que tomó sus manos — Dani, sólo quiero que eras feliz, ¿vale? así que.. que te pido que no me esperes ni nada de eso, por si tenías esa idea, y quiero que sigamos siendo amigos, aunque debe ser a escondidas... así que... ¿te imaginas como sería si fuéramos novios? es mucho peor, y... puaggg ¿novios?, creo que no es necesarios, — se ríe volviéndose a sentar sobre sus pantorrillas.
— ¿vamos ya?, pronto será la cena, — calculó el tiempo que había pasado en esa sala, ya pronto sería la cena y tendrían que separarse.
Sonreí inocente a su comentario, ella no sabía lo feliz que era solo por estar a su lado - Soy feliz solo por estar contigo- le confesé con un timbre dulce -entiendo lo que dices pero, es que yo soy realmente feliz contigo, cada conversación cada abrazo para mi es lo mejor que me ha pasado- mis mejillas se pusieron coloradas - No me molesta en lo absoluto ser tu amigo o permanecer oculto, si tu me lo pides de esa manera así será- ahora era yo quien la abrazaba pues me negaba a perder su compañía.
La hora de la cena se acercaba así que accedí a ir con ella, aun no se veía nadie en el pasillo - Puedo tomar su mano - dije como príncipe de los cuentos - al menos hasta donde no halla nadie- le guiñe el ojo con inocencia.
Se sentimiento de culpa que no la abandonaba cuando estaba con Daniel, sabiendo que tarde o temprano le haría daño y mucho, pero ahí estaban, abrazándose como dos tonto, la chica se rió de nuevo, tuvo unas ganas enormes de besarlo como el día anterior, pero prefirió no hacerlo, era cruel decirle no a que fueran novios y luego andar besándose, era jugar con sus sentimientos y con los de ella de paso, así que prefirió simplemente quedarse callada y sonriendo ante sus ocurrencias.
Cuando guardaron las cosas y se disponían a salir, Daniel le pide tomar su mano, Ginevra siente luego de pensarlo un poco, estaría bien, podrían caminar de la mano un poco antes de separarse para que nadie los vea juntos. Ella toma su mano y lo jala, pues comenzó a correr hacia la salida del salón.
fin