Partida Rol por web

Por obra del destino, los jovencitos Anderson y Van Houten se habían alejado del campo de Quidditch hasta aproximarse a la cabaña de Hagrid, y lo mismo ocurrió con el profesor Rowle y algunos de los alumnos que le acompañaban, huyendo del bosque prohibido. Ambos grupos fueron a encontrarse sin saber nada los uno de los otros, y desconfiando de un posible ataque de aquellos que presuntamente controlaban las criaturas mágicas, actuaron con dureza.

Rubén estaba lesionado en una de sus piernas y tenía serias dificultades para continuar avanzando, por lo que ambos jovencitos se detuvieron cerca de un arbol, esperando el inminente ataque que estaría por llegar, y empezaron a intentar lanzar todo el arsenal de hechizos que eran capaces de recordar de las clases, y una buena lluvia de piedras a todo lo que se moviese. Aunque no supiesen muchos conjuros, uno de los hechizo sirvió para cegar a Thad y otro para impactarle un Rictusempra en el pecho, que ante tanta confusión reinante, no era fácil aclarar si el muchacho lloraba o reía. No iba a ser la mejor noche del pequeño Slytherin, que además de lo ya recibido, que no era poco, aún se llevaría alguna pedrada perdida y acabaría petrificado por su compañera Kayla, quién ya no aguantaba tanto berrinche atronador por parte del jovencito. 

Por su parte, la joven Carrow lanzó un poderoso Flipendo que hizo volar a Daniel por los aires y hacerle caer de culo en el suelo, momento que aprovechó el profesor Rowle para inmovilizar a su presa con un "incarcerous" y observar de quién se trataba. Al ver que era el joven Anderson, mandó parar a todo el mundo, pero entonces se llevó una pedrada de Rubén de improviso.

- ¡Maldita sea! ¡Parad todos! Son el joven Anderson y el jo... - Zas, en toda la boca - Y el profesor, enfadado, agitó nuevamente su varita e hizo levantar por los aires a joven Van Houten y dejarlo allí suspendido en el aire con un Levicorpus hasta que todos se detuviesen. ¡He dicho que pareis! 

Cuando al fin la gente empezó a reconocerse, el saldo de golpes y heridas no estaba nada mal. Thad estaba petrificado, Seth se dolía de un chichón en la cabeza, Daniel se dolía del culo y Rubén de la pierna. La más sensata había sido Raven, quién se había protegido con un maravilloso protego.

- ¡Finite incantatem! Masculló Harold un tanto ofuscado,  finalizando su hechizo y el de Thad. No esperaba que las cosas hubiesen sido tan caóticas, pero al menos todos estaban bien dentro de lo que cabía. Sonrió por primera desde hacía bastante y susurró. En fin, regresemos al castillo y ya hablaremos con calma allí de todo lo sucedido. Daniel, ayuda a Rubén a desplazarse... Thad, yo te llevaré en brazos, ya has tenido bastante por hoy...

Y sin más que añadir, todos regresaron al castillo sin mayores contratiempos.

Sí, no le había faltado determinación para atacar, aunque le había faltado algo más de sangre fría para saber a quién atacaba, pues al ver a su amigo volar por los aires a causa de su hechizo, Gin sintió como se le paralizaba el corazón, y aterrada, sólo pudo verlo caer mientras todos seguían atacando. Si no fuera por el profesor, seguirán con los hechizos, buscando defenderse de un enemigo que no existía, por lo menos en ese momento. 

Cuando se calmaron, la chica corrió hasta donde estaba Daniel y le echó los brazos al cuello, al fin logrando llorar en su pecho, estaba asustada y apenada por haberlo lastimado, y mientras lloraba, la joven pegaba más su rostro al pecho del chico quién seguía sentado en el suelo.

— lo-lo siento Danny... lo siento — gimoteaba, había abandonado completamente su cara de chica dura y sin sentimientos.

Visiblemente muy molesto por la situación Thad ignora al profesor Rowle y se encamina hacia el castillo corriendo, le duele la cabeza, los ojos y encima una compañera le había petrificado, suponía por la voz que había sido Kayla pero en realidad no estaba seguro, la voz que había pronunciado el hechizo estaba distorsionada por el miedo y quizá hubiese sido otra chica.

Si alguien hubiese podido ver en ese momento los sentimientos de Thad sin duda hubiese pensado en salir corriendo. Ya no eran sentimientos de impotencia, inseguridad o de nada de eso, ahora sabía que estaba solo en aquel colegio. Aprendería todo lo que pudiese e ignoraría a todo y a todos los demás, el mundo mágico no se distinguía en nada del mundo muggle, había tardado en darse cuenta, las cosas hermosas que había visto esos días habían nublado o distorsionado su visión de este colegio, pero por fin había despertado. Los matones en el orfanato y los magos en hogwarts, todos creen lo mismo: Si molestas o eres débil, te machacamos. Pues se acabó.

Thad no volverá a llorar.

La ultima piedra que quise lanzar se detuvo en seco, lo primero que sentí fue un golpe que me mando a volar lo suficientemente lejos de Ruben como  para poder intentar llegar con el  o ayudarle de alguna forma, lo segundo fueron las cuerdas que me rodearon aunque no sabía de donde habían aparecido.

Varias lagrimillas salieron de mis ojos, no quería llorar pero eso parecía lo mas difícil y mas en la situación, pero de repente todo se aclaro frente a nosotros estaba el Profesor Rowle y alguno de los chicos, ahora me sentía avergonzado pero la situación cambio cuando Gin me tomo del cuello, quería decirle que no había problemas, quería decirle que no importaba, pero lo único que me salió fue -Dolió- dije bobamente -¿Podrían soltarme?- las lagrimas comenzaron a brotar, una mezcla ambigua entre tristeza y felicidad, tristeza por que me encontraba apaleado, derrumbado, y atado y felicidad por ver a mis compañeros y al señor Rowle ahí, ahora me sentía seguro.

Cuando por fin estuve libre de las ataduras, y caminando con cierto dolor por el golpe que me había propinado me reuní con los demás, al parecer algo le había ocurrido a Thad y solo pude ver como se alejaba en dirección al castillo.

-PorfesorRowlehabíaundragónenelcampodeQuiditch,- las palabras se aglutinaban mientras quería explicarle al profesor -elseñorFlamellocombatióynosotrosteníamosquellegaralacabañadelguardabosque- hice una pausa aunque dudaba si el profesor me había entendido con tanto nerviosismo -peroperoperoque bueno que lo veo- dije mientras instintivamente abrazaba al profesor, ya sea por que me daba seguridad o por que ahora me sentía mas tranquilo de tener a un adulto cerca.

Se había mostrado débil, había llorado en el pecho de un niño que solo quería sacársela de encima, la chica se apartó de él apenas dijo esas palabras, y se quedo sentada en el suelo pasando sus manos por su cara para secar rápidamente las lágrimas y culpando por haber tenido ese arranque de emoción, no era digno de una Carrow, no debió permitírselo. La chica se puso de pie, y sin mirar atrás, apretó el paso, aunque no tan rápido como Thad, al que sólo pudo ver su cabeza alejarse. 

Había sido una pésima noche, y sólo deseaba apartarse cuanto antes de aquellas personas, de todos en realidad, avergonzada por su proceder. ¡Nunca debió haber abrazado a Daniel!. Pocas veces había tenido ese gesto con alguien y viene atenerlo con alguien que no estaba muy dispuesto a devolver ese gesto.

Me acerco a Ginevra cojeando, extiendo el brazo e intento que coja mi mano para levantarse.

- ¿Estás bien Ginevra?

Luego me fijo en que Thad sale corriendo.

- ¡Mierda! ¡Thad espera un segundo, no es lo que crees! ¡Joder!

Miro a Ginevra de nuevo, veo que parece avergonzada. ¡Vamos anda, no pasa nada, todos hemos llorado alguna vez! ¿Tienes frío? Toma. Me quito la chaqueta vaquera y se la pongo por los hombros.

Los siguientes acontecimientos fueron sucediéndose de manera abrupta. El profesor Rowle chillando... ¡enfadado!.... por toda la magia, eso era lo último que esperaba ver la pelirroja en Hogwarts, era más factible observar un dragón campando a sus anchas que al agradable profesor elevando la voz. Pero es que la habían liado parda y ella la primera.

Rowle tras la pérdida inicial de su talante amigable recupera la compostura y le dice a Thad que iba a llevarle en brazos. Kayla se muerde el labio al observar que su compañero de casa, en vez de aceptar entre lloriqueos, cual era su proceder, se marcha corriendo de aquel lugar, dejando una estela de malestar a la niña, la cual, a pesar de haber disfrutado cómo el hechizo le salía correctamente, ahora sentía el peso en su pecho de la culpabilidad.

Los ojos verdes de la niña se fijan en el alumno que corre alejándose, y ella sintiendo un súbito impulso corre detrás de él, sintiendo la necesidad de explicarse, de hablarle, dejando atrás a una Ginevra abrazando a Daniel y a un Ruben muy caballeresco con la bonita rubia. ¿Cómo había sacado aquel mal genio y pagado su miedo contra su compañero de Slytherin?... 

Sentía la necesidad de contárselo a Artemis, probablemente él se enfadase con ella y le reprochara su actuar, era el defensor de las causas justas, pero sabía que al menos la apoyaría, siempre lo hacía, y era mejor escuchar una crítica de labios de tu mejor amigo que un halago de labios del enemigo.

Kayla correría detrás de Thad hasta darle alcance, al menos para poder hablar sobre lo sucedido

Una serie de hechizos fueron lanzados, Raven no sabía como sus compañeros eran capaces de lanzar esos hechizos para atacar el dragón, cuando ella estaba aterrada y solo pensaba en protegerse, aunque a duras penas logro sacar valor como para colocarse junto al petrificado Thad y tratar de ayudarle protegiéndole. Por fortuna solo eran unos compañeros que también huían de allí.

Lo que fueron diciendo y lo que pasaba en aquel momento sorprendieron mucho a la niña, abrazos, llantos, sin duda fruto de la tensión y los nervios. Thad salió corriendo y llorando, ella no había tratado demasiado con él, pero parecía que eso era bastante normal en el, sin embargo, le pareció bastante feo lo que Kayla le hizo, aunque no le dijo nada, ella no era de esas personas que se enfrentaban a los demás de esa forma.

A las palabras del profesor ella asiente y sale corriendo hacia el castillo detrás de Thad, el chico debía estar triste y mal por lo que había pasado, así que no sería buena idea dejarle solo, además iba hacia el castillo, el lugar más seguro en ese momento.

Mi personaje va a estar off unos días, no es por la partida, la cual me está encantando, es porque Thad va a estar concentrado en la biblioteca aprendiendo y ocultándose de todos y todo, es decir, se va a auto-marginar un tiempo incluso si hay clases estos días las perderá.

Está buscando no tener sentimientos o eliminarlos por completo, así que buscará libros sobre pociones, encantamientos, hechizos de todo tipo sobre el tema.

Estaría encantado de que me permitieras esconderme sin tiradas ya que nadie tiene por qué saber dónde buscarme y parece que dos alumnas me sigue la pista después de la escena de la petrificación.

Molaría que si alguien me busca dijeras que he desaparecido y que nadie me encuentra o algún rollo así para crear un poco de malestar en los alumnos que han podido influir en la decisión de Thad.

Bueno, contéstame lo que te parece.

Thad estaba muy dolido y fue el primero en emprender la huída para llegar de inmediato al castillo, escapando de los que hasta entonces consideraba sus amigos. Desde la cabaña de Hagrid donde se encontraba, solo necesitó subir la escalinata de piedras, atravesar el círculo de piedra, cruzar el puente cubierto y llegar hasta el patio de la Torre del reloj que le dió acceso a la entrada del Gran Vestíbulo o Gran Hall.

A pesar de tener los ojos llorosos, fue capaz de darse cuenta que algo resultaba extraño, la puerta de entrada al Gran Hall siempre permanecía cerrada de noche y había que llamar o usar un hechizo de apertura para que se abriera, pero aquel día la puerta estaba entornada y parecía que se escuchaban gritos ahogados, lamentos y lloros. ¿Alguien estaría en peor situación que el joven Slytherin? ¿Aún no terminaban los problemas de aquel fatídico día? 

Al profesor Rowle le dolió la reacción del joven Slytherin que no quiso saber nada de nadie y emprendió la huída hacia el castillo, seguido desde cierta distancia de Kayla y Raven que intuyó querrían consolarle y disculparse por todo lo acontecido. A decir verdad, no le hacía gracia que se volviesen a separar de él, pero no entrañaba ningún peligro siendo que solo quedaba subir la escalinata de piedras, el círculo de piedra y cruzar el puente cubierto hasta llegar al patio de la Torre del Reloj que daba acceso al Gran Hall o Vestíbulo. Tenía perfecta visión de los muchachos hasta el puente cubierto, y una vez en esa dirección, no había otro rumbo que tomar que no fuese llegar a las enormes puertas de roble.

- Comprendo la reacción de Thad, se siente muy dolido... Quizá sea mejor dejarle a solas para que aclare su mente y sea consciente de que ninguno actuó con mala intención. Hoy han sucedido demasiados acontecimientos que nunca deberían haber pasado y de los cuales espero poder obtener una explicación... Comentó el profesor Rowle tratando de reconfortar en mayor o menor medida a los pequeños. Despues observó la calidez y amabilidad de una semi veela abrazando al joven Anderson y sonrió. No era algo común ver una muestra de tal afecto y espontaneidad e incluso él detectó la magia que fluía de la muchacha, haciendo aquel momento sumamente bello. Sin embargo, el pequeño Daniel aún seguía muy aturdido por el golpe y el encierro sufrido con las sogas, y no fue capaz de apreciar lo que la jovencita le había regalado sin reservas. 

Harold observó cómo Daniel corrió a su encuentro y como la semi veela quedaba confundida y un poco decepcionada, y no tardó en recriminarle la acción al jovencito pese a que sabía que no había mala intención en su forma de actuar, de hecho agradecía la confianza que siempre le depositaba.

- Joven Anderson, me parece que no has sido capaz de darte cuenta de la magia que te rodea, y de la calidez y espontaneidad que ha profesado hacia tí la muchacha, regalándote un abrazo que muchísimos desearían obtener, y que a ti te ha ofrecido sin reservas. Se que no lo llegas a comprender, pero deberías disculparte con Gin...

Y hasta ahí fue todo lo que dijo, pues no pretendía influir más allá de eso en las acciones y decisiones de los jovencitos. Rubén, en cambio, si se había mostrado servicial e intuía que si notaba el influjo mágico de la pequeña. Seth parecía todavía dolerse de la piedra en la cabeza...

Estaba tan nervioso o más que había actuado precipitadamente, y lo peor es que no había notado esa preocupación de parte de Gin, ahora me sentía mal todo un traidor a su confianza y sentimientos, me sentía bastante bobo y estúpido, mi respuesta a las palabras del profesor fueron solo un movimiento de cabeza, para luego echar a correr detrás de Gin.

-Gin espera- le pedí a la chica corriendo en su dirección – Me he portado mal contigo, pero no ha sido mala intención- dije mirándola cual cachorro herido – soy un tonto lo siento, tenía miedo y no supe como reaccionar- aun me dolía el golpe del hechizo que me había lanzado por los aires y del cual desconocía quien lo había ejecutado -permíteme enmendar mi error, si algo puedo hacer.

Entro al gran hall desesperado por escapar de Kayla, da igual lo que haya al otro lado, será mejor que convertirse en piedra mientras te ríes por un rictusempra, al entrar veo el mecanismo de cierre y lo acciono, tonto de mi, todavía creo que Hogwarts es un lugar seguro ¿Qué querría Kayla hacerme ahora? ¿No había tenido suficiente? Que se vaya con Artemis a jugar a Petrificus magníficus o como se llame el hechizo que había usado. Por mi que les den a todos.

No lo había notado hasta ahora pero estoy seguro de que oigo gritos ahogados, lamentos y lloros... Por favor que se acabe esta noche ya... susurro.

- ¿Ho... ho... hola? ¿Hay alguien aquí? Soy Thad, Thad Castle, ¿Puedo a... a... ayudar en algo? Me tiembla la voz y salen gallos cada vez que empiezo a hablar. Me empieza a temblar otra vez todo el cuerpo.

- No voy a llorar, me digo bajito, No voy a llorar.

Observasteis como Thad emprendía la huída hacia el castillo, francamente dolido por todo lo ocurrido, y no tardásteis en seguirle los pasos para tratar de razonar con él. El profesor Rowle había dado la aprobación con un gesto para que si querías trataseis de dialogar con el pequeño Slytherin y ambas empezasteis a subir la escalinata de piedra, cruzásteis el círculo de piedra y seguísteis todo recto cruzando el puente cubierto que llegaba hasta el patio del reloj, con su respectiva torre y la entrada principal al Gran Hall.

Visteis a Thad por delante de vosotras atravesando el puente cubierto, pero aunque tratásteis de alcanzarlo, el jovencito fue más rápido y lo perdisteis de vista una vez llegó al patio del reloj. Y en cuanto las dos llegasteis allí, ya no había ni rastro del muchacho. ¿Habría cruzado la puerta de entrada y cerrado tras de sí? ¿Quizá habría descendido por el pasillo anexo hacia el cobertizo de las barcas para que le perdieseis de vista? Lo que parecía claro es que buscaba estar solo y que en el patio del reloj no estaba. ¿Qué haríais? ¿Esperaríais al resto para entrar al Gran Hall? ¿Buscaríais por los alrededores tratando de encontrar al muchacho? 

Kayla corría como alma que llevaba el diablo detrás de Thad, la distancia que los separaba se fue acortando cada vez más al parar el muchacho en su huida al llegar al Hall de entrada.

Sin embargo cuando llegó al patio del reloj el muchacho había desaparecido. La pelirroja no estaba conforme con lo sucedido e intentó escuchar a su alrededor por si había algún sonido que pudiera delatar hacia donde iba el Slytherin. Pues ella no iba a dejar en su empeño para encontrarle.

- ¡Thad!....¡Thad!...., lo siento....¿vale?...., deja que me explique.... - gritó la pelirroja frustrada, poniendo sus cinco sentidos en encontrar al muchacho

Que el profesor dijera todo aquello no ayudó en nada en la situación a Ginevra, la niña se detuvo en su caminata por Ruben que le había extendido su mano y su ayuda y ahora deseaba poner sobre ella su chaqueta, la chica se encogió de hombros y comenzó a ponerse roja, lo que haría aún más evidente su naturaleza, que se descontrolada cuando se alteraba de esa forma, pero al parecer a resto no le importaba ponerla en evidencia, aún más por lo menos.

Ginevra negó con la cabeza al ofrecimiento de Ruben, no necesitaba su chaqueta o quizás sí, pero ya demasiado débil se había visto como para seguir mostrándose como la niñita llorona que había abrazado a un chico sin más, pero le regaló una tibia sonrisa, él estaba herido y le intentaba ayudarla. Agregó, con un hilo de voz, que estaba bien.

— de-debes ir a la enfermería — ella también, tenía algunas quemaduras que ahora comenzaban a escosar, pero antes de que siquiera pudiera insinuar si lo ayudaba, Daniel apareció, Ginevra se giró hacia él, y lo observó de la misma manera en que miraba a todos, con un dejo de indiferencia — no te preocupes, Anderson, no era el momento para ese tipo de arranques, y el profesor está equivocado, no significó nada, solo yo estaba asustada, pero ya se me pasó, no volverá a pasar — sí, estaba molesta por esas palabras — vamos a la enfermería, todos estamos heridos y asustados aún — se puso al lado de Ruben para ayudarlo, pero recordó el comportamiento de su compañero. 

— no intentes nada raro, Van Houten — le advierte a Ruben, aún le hacia sentir incómoda su compañero, aunque debía reconocer que se había portado bien, pero seguramente motivado por su arranque de debilidad. 

Estoy un poco harto de tu comportamiento niña, sólo estoy siendo considerado, en el sitio del que vengo cuando una chica, sea maga o no, está triste o llorando o tiene frío se la ayuda, da igual cuan dolido o herido se esté uno, es caballerosidad...

Al igual que cuando se llega a un sitio y alguien intenta hablar contigo para entablar una conversación porque no se conoce a nadie, más o menos se suele dar un poco de cuartel, quizás para ti todo esto sea normal, pero para los demás puede ser bastante nuevo y frustrante. Por ejemplo no saber nada de este mundo mágico que todos parecéis conocer tan bien. Suspiro y hago una breve pausa para coger aire.

¿En algún momento he intentado sobrepasarme?

Si acaso puedo haberte ofendido llamándote preciosa o algún término que para mi era afectuoso, y cuando eso ha pasado me he disculpado porque no entendía la conotación que tu podrías haber entendido... Sin embargo ahora parece que me tratas como a un acosador o a un... no se como llamarlo... Uno de esos que en el metro aprovechan para meter mano a las chicas, no voy a hacerte nada de eso, nunca lo haría, por lo menos no hasta que no haya cierta complicidad y respeto mutuos. Sinceramente, me ofende que me trates así.

Me adelanto y sin esperar contestación comienzo a andar cojeando hacia el castillo evitando la ayuda de nadie.

Y le llega una reprimenda por parte de Rubén que sí se la merecía pero definitivamente no era el momento. Impávida queda mientras el chico le suelta todo eso y termina encogiéndose de hombros y haciendo algunos pucheros que intenta rápidamente controlar, no le iba a volver a hablar, entre que se sentía mal por como lo había tratado y que en realidad se vio sobre pasada, suspira, pasa de nuevo sus manos por sus ojos y esta vez si sale corriendo, había sido mucho para ella y no supo qué hacer o qué decir. 

Corrió lo más rápido que pudo de esos chicos, mientras las mejillas se le llenaban de lágrimas. Todo lo que habían dicho y hecho era aún más doloroso y angustiaste que el ataque del dragón mismo. 

Escuche con atención todo lo que había pasado al parecer algo que no había notado o quizas en mi despiste había olvidado percibir, pero el tono de la conversación entre Ruben y Ginevra parecía molestos, heridos o de alguna forma afectados, este no había sido un buen día, al verla correr igual, tratando de darle alcance.

La expresión en la cara de la chica denotaba sufrimiento, algo que no me gustaba ver en mis amigos, así que un poco mas apurado me acerque a ella , no intente incomodarla y me mantuve en una distancia prudente - ¿Estas Bien Gin?, no creo que lo haya dicho enserio solo ha sido un mal día,- en sus ojos pude ver que se encontraba dolida, pero no quise insistir mas como había dicho un mal día para todos, primero la discusión con Von Vianden y perder 100 puntos y ahora esto.

-Lo mejor será descansar- le ofrecí mi pañuelo, no le gustaba ver a su compañera así pero tampoco quería que la situación se pusiera más tensa entre ambos, así que después de eso agache la cabeza y me retire a la sala común de Gryffindor, por ahora solo quería dormir.

Raven corría detrás de su compañero, este corría mas que ella, lo cual por otra parte no era excesivamente difícil, cuando llega al patio del reloj junto con Kayla se detienen, realmente estaba sin aliento y no le extrañaba que el chico corriera, junto a Kayla y con la respiración agitada dice en un tono que parecía más bien preocupada que acusador:

Ka… Kayla… ¿Por qué lo hiciste?... esta mal atacar a un compañero… y si cuando se convierte en piedra no puede respirar… ¿o sale el conjuro mal?... además seguro que te riñen por eso

En esto ella era por desgracia bastante experta ya que desde que habían empezado las clases no había sido capaz de hacer bien prácticamente ningún conjuro y aunque no habían tenido malas consecuencias nunca se sabia y por lo que había escuchado podrían llegar a ser muy peligrosos.