Partida Rol por web

Me quedo sonriendo y asintiendo a Maxine sin moverme. Simplemente la observo marcharse y lleno de odio por dentro que no manifiesto de ningún modo.

Anthony y Maxine se fueron alejando del lugar y saliendo de la fiesta, ante la impotencia del joven Van Houten. En verdad habían sido muy groseros, y a pesar de tantos alumnos y profesores que reían y bailaban alegremente, nadie parecía advertir lo que ocurría, como el pequeño tejón está allí parado de pie sin emitir ni una palabra, completamente inmovil. No fue hasta que terminó el siguiente baile que Cedric Diggorry Cho Chang se retiraron a beber y reposar un rato tras su baile, que el carismático buscador de Hufflepuff se dio cuenta de que algo no andaba bien con Rubén.

- Ey Rubén, ¿eres una estatua o que? Que sepas que me alegré de que Maxine bailasen contigo, pero recuerda que es mi mejor amiga,... te estaré vigilando por si... comentó sonriente y en broma para romper el hielo. Al ver que el muchacho no respondió, fue cuando se dió cuenta de lo que ocurría. Finite incatatem - lanzó un hechizo hacia Rubén para romper cualquier hechizo sobre el muchacho y le preguntó al respecto un tanto preocupado. Vaya, lo siento. No tenía ni idea de que estabas ahí pasándolo mal, siento haber bromeado con lo de la estatua. Oye, ¿puedo saber quién se ha sobrepasado contigo? Te prometo darte mi apoyo, estoy completamente en contra de actitudes así y más con alguien de mi casa y de mi equipo.

Se podía ver a la legua que Cedric estaba molesto con que hubiesen atacado a Rubén, y esperaba que el muchacho fuese valiente y no se callase. Sí o sí le ayudaría, y hasta Cho parecía dispuesta a tomar cartas en el asunto.

- Puedes confiar en nosotros, de verdad. Entonces se percató de que Maxine no estaba en la sala y sintió que algo no estaba bien. ¿Sabes dónde puede estar Maxine? ¿Está bien?

Gracias Cedric. Anthony Rickett obligó a Maxine a bailar con él, luego la enseño algo y pareció que Maxine cambiaba de opinión y bailó con él pero en realidad no hay que ser muy listo para ver que fue una especie de chantaje, luego se fueron juntos. Perdonad los dos pero esto me supera, soy de primer curso y creo que debo irme al dormitorio antes de acabar peor parado.

Cedric trataba de animar al pequeño bateador tejón de su equipo, no debía ser fácil ser de primero y ganarse tantos enemigos por haber congeniado bien con Maxine. Él también tuvo sus problemas cuando empezó su estadía en Hogwarts, muchos creían que ser talentoso con los hechizos, ser un gran buscador y muy guapo le garantizaba el éxito y que todo fuese como la seda, pero la realidad es que siempre se había granjeado muchas enemistades, celos y envidias,  para nada había sido un camino de rosas.

- Rubén, había pensado que quizá querías acompañarnos para tratar de encontrar a Maxine. Si está a solas con Anthony contra su voluntad, de ser cierto que está siendo chantajeada, presiento que podría estar en peligro. Anthony siempre ha tenido fama de... No importa. ¿Te apetece acompañarnos o te retirarás por hoy? Lo que decidas nos parecerá perfecto.

Ya empezando a moverse, y sin saber con seguridad si iría con ellos, le mencionó para finalizar.

- Este martes que viene día cinco tenemos el primer enfrentamiento contra Ravenclaw, ¿Te ves preparado? Confío en que sí.

Os acompañaré pero no creo que sea de mucha ayuda.

Tanto Cedric, Cho como Rubén salieron por la puerta del Gran Comedor para tratar de encontrar a Anthony y Maxine, pero en principio no los vieron por ningún sitio a la vista del resto. Había bastante gente tomando el aire, por los pasillos y el Gran Hall, pero ni Cedric ni Fui parecían lograr encontrar a nadie que los hubiesen visto. ¿Dónde diantres estarían? Realmente era extraño. ¿Habrían ido a la sala común de Hufflepuff? ¿Quizá a los baños? ¿puede que hacía el viaducto?

- Quizá la mejor opción sea separarnos para abarcar más sitios, cada segundo podría contar. ¿Dónde creéis que puedan estar? - Preguntó el buscador tejón. Propongo vernos aquí en cinco minutos, que nadie actúe por su cuenta si los ve. 

Encuentro unas pisadas en el barro que llevan en una dirección, reconozco la pisada de un tacón de mujer y también se que es de Maxine, lo sabía bien ya que Maxine me había pisado un par de veces cuando habíamos bailado. Maxine era increible sobre la escoba pero bailando era otro cantar, aún así me encantaba poder enseñarla algo que no supiese. Sonreí al mirar a cedric.

Mira estas pisadas, estas del tacón son de Maxine. Parece que van en esta dirección. ¿Vamos?