Partida Rol por web

Daphne, Nichole, Renata y Steve llegaron al parking de caravanas sin demasiados problemas. En la entrada se encontraban ya tanto Lara como Mindy, que habían salido un par de minutos antes por su cuenta. El sitio era bastante lúgubre y oscuro, se notaba que la gente de allí vivía muy al límite, de hecho la gran mayoría tenía las luces del interior de su caravana ya apagada, indicando así que se habían ido a dormir, bien sea porque trabajaban al día siguiente o porque se habían puesto hasta las trancas y andaban durmiendo la mona.

Fuera cual fuera la situación, aquello estaba bien oscuro y era lo suficientemente grande como para no abarcar todo el lugar con un simple vistazo. Las caravanas estaban puestos en tres líneas bien definidas, por desgracia, ninguno de ellos tenía conocimientos de aquél lugar, por lo que no sabían dónde podrían converger o a dónde podrían llegar. - Parece que nos vamos a tener que dividir. - se cruzó de brazos, mostró cierta autoridad. - Yo iré con Lara, aunque la calle me da igual. - Lara solo se rascó la cabeza, parecía no querer contrariar a Mindy, se estaba esforzando mucho en cuidarla.

Los chicos tendrían que decidir entre la calle central, la de la izquierda o la de la derecha. ¿Dónde iría cada uno?

¡Coño! - dijo sorprendido. - ¡¿Conoces al señor Miller?! Sí tío, es él, me compra piezas de coches que he... Bueno. Pedidos prestados permanentemente. - rio de forma exagerada. - Que veinte pavos ni veinte pavos ¡te llevo gratis! Me has caído guay, pareces legal y así me ayudas a imponer algo de respeto al viejo señor Miller.

Scott subió a la caravana de aquél tipo, era una pequeña y roñosa, por dentro igual de cochambrosa, pero para lo que lo gastaría aquél individuo era más que suficiente. El sitio era bastante lúgubre y oscuro, se notaba que la gente de allí vivía muy al límite, de hecho la gran mayoría tenía las luces del interior de su caravana ya apagada, indicando así que se habían ido a dormir, bien sea porque trabajaban al día siguiente o porque se habían puesto hasta las trancas y andaban durmiendo la mona.

Por suerte para Scott, Stanley se conocía el lugar al dedillo, por lo que dando un rodeo, accedió por una entrada secundaria y aparcó la caravana. - Y ahora solo queda esperar. ¿Ves tío? Aquí no hay movida, la gente es muy legal y está muy cansada, por eso nunca hay líos y es el sitio ideal para hacer buenos tratos. - se frotó las manos.

Al llegar al parking de caravanas, Nichole arrugó la nariz y sus labios se torcieron en una suave mueca. Aquel lugar era tan deprimente... Recorrió con la mirada lo poco que podía ver desde donde se encontraba, comprobando que no había señal ni de Scott ni de Jack. Pero aquel sitio era demasiado grande y desde donde estaban no podían verlo todo. Asintió a la propuesta de Mindy con un leve gesto de cabeza.

— Sí, separémonos por parejas para poder inspeccionarlo todo. Si veis a Scott, porfi, no os acerquéis a él y avisadme enseguida. — Dijo, llevando su mano al bolsillo donde había guardado las pastillas. Si era verdad que le había dado una crisis, debían actuar rápido. Se mordió el labio, indecisa. Llevaba todo el camino hacia el parking dándole vueltas a si debía contarles que la policía podía estar por las inmediaciones. Pero si Ghostface estaba detrás de lo que le había ocurrido a Scott, seguro que estaría atento a sus comunicaciones y si decía algo, podía ponerle en sobre aviso... 

Finalmente optó por no decir nada. No podía arriesgarse y fastidiar la operación de su tito. 

Aunque le fastidiara admitirlo, en las que más confiaba de allí era en Renata y Mindy. Sabía que la latina era la mejor amiga de Scott y haría lo posible por ayudarle y Mindy le debía la vida. 

— Lo mejor será que vosotros vayáis juntos... — Dijo, mirando alternativamente a Renata y a Steve. — Y tú y yo iremos juntas. — Su mirada se volvió hacia Daphne. Estaba segura que a nadie le extrañaría que hiciera esa propuesta. Steve era su ex y había congeniado con la latina, nadie sospecharía nada. Se volvió de nuevo hacia las caravanas y frunció ligeramente el ceño. — Recordad, avisadme si veis a Scott... — Susurró y le hizo un gesto a Daphne para que la siguiera. Nichole estaba acostumbrada a que la gente hiciera lo que ella solía decir y en ningún momento se planteó que su plan pudiera ser rechazado. Empezó a caminar hacia el pasillo del medio, pero cuando llevaba un par de pasos se detuvo y se volvió de nuevo hacia sus compañeros.

— ¡Ah! Si veis a Jack no le digáis nada. Recordad que puede que no sea él... — Les advirtió y volvió a girarse, echando a andar sin mirar atrás. 

Se sentía dentro de una película de terror y estaba tomando las mismas decisiones que tantas veces había cuestionado a los protagonistas. Estaban en un lugar oscuro, sin señales sobre Jack o Scott, con muchos lugares donde Ghostface podía esconderse para sorprenderlos y por si eso fuera poco estaban por separarse, una de manual de esas películas. Él habría preferido que todos vayan a todos los lugares revisando de uno en uno, pero era cierto que el tiempo no estaba de su lado. 

Sin que tuviera mucho que decir u opinar los grupos quedaron armados y ciertamente estaba satisfecho con su compañera, pues así podría cuidar personalmente a Renata y eso le daba algo de paz, pero de igual manera no podía evitar sentir preocupación de dejar que Nicky vaya sola o mejor dicho no con él. 

-Pues parece que no te librarás de mi hoy.- Bromeó Steve, tratando de disimular la tensión que sentía, especialmente por el mensaje que había recibido antes. -Yo caminaré adelante y podemos usar las linternas de nuestros celulares para iluminar un poco esto. Quizás nos delate un poco, pero caminar a oscuras puede ser un sentencia de muerte, literalmente.- Propuso a su mejor amiga. Luego la miró a los ojos para que se diera cuenta que lo que iba a decir a continuación iba muy en serio. -Si algo pasa y te digo que corras debes prometerme que no dudaras y correrás como si no hubiera mañana. 

Habían llegado al sitio sin mayores problemas, a pesar de que aún estaba muerta de miedo el hecho de que el asunto de Mindy se hubiera solucionado sin mayores problemas la había tranquilizado mucho. Por lo menos hasta que vieron que la disposición del lugar los obligaba a separarse si no querían perder a Scott en alguno de los improvisados caminos. Tragó saliva y por la forma que Steve miraba las tres opciones pensó que debería estar pensando lo mismo que ella y sintiéndose culpable por todas esas veces que criticó cuando los personajes se separaban en las películas de terror. 

La rápida acción de Mindy de colgarse del brazo de Lara la tomó por sorpresa, había asumido que irían juntas. Rápidamente Nichole formó las parejas restantes. Estaba claro porque esa disposición y la verdad que no se sentía en ánimos de discutir con ella. Volvió a mirar a Lara poniendo cara de que hubiese preferido ir con ella. 

—Tengan cuidado ¿Ok?  Y cualquier cosa no se hagan las heroínas —tomó la mano de Lara para despedirse mientras se dirigía a los demás—, ¿No Y si pasa algo nos pegamos un grito y... ¡Nichole, espera! 

Trotó tras ella tras soltar, lentamente, la mano de su amiga.

—Oye, ¿no deberías dejarle una pastilla a cada uno? ¿Por si no pudiéramos llegar a tiempo?

Una sonrisa afilada asomó a los labios de Nichole al ver que nadie le discutía y al escuchar a Daphne trotando detrás de ella. Escuchó su pregunta y la miró arqueando suavemente una ceja.

— ¿Y que intenten hacerse los héroes y probar dársela alguno de ellos? Mejor que no... Si le ha dado una crisis no les hará caso y no aceptará la pastilla. Y si todo esto es una paranoia nuestra y él está bien... — «Ojalá» — ...No necesitará tomarse la pastilla... — Le respondió, segura de sus palabras. Sus labios habían borrado la sonrisa para torcerse en una suave mueca. — Espero que no sean idiotas y me hagan caso. — Murmuró, más bien para si misma y siguió caminando.

Miró hacia las caravanas y un escalofrío recorrió su espalda. Se imaginó que se abría una puerta y alguien le ponía un saco, sucio y apestoso, en la cabeza y la obligaba a entrar a la fuerza. Tragó saliva y volvió a dirigir su mirada hacia su compañera de equipo. 

— Procuremos no hacer mucho ruido. — Y siguió caminando, aflojando un poco el ritmo y atenta a todo lo que había a su alrededor. 

—y si, nos toca a nosotros hacernos las heroínas... ¿Cómo vamos a darle la pastilla a Scott si no está bien, ¿le haría caso a Nichole?—pensó, pero se guardo sus palabras. Igual Nichole tenía razón y mejor hacían el menor ruido posible. 

Volvió a mirar atrás mientras, con un gesto de la mano, se despedía de Lara, Renata y los demás.

Alejándose y en silencio al lado de Nichole, Daphne se alejó del grupo. Miró atrás y con un gesto se despidió de Lara, Renata y los demás, alzó el pulgar en lo que esperaba fuese un símbolo de suerte y apoyo moral. Trató de mostrarse confiada, pero estaba claro que su cuerpo no pensaba igual. 

Fue en silencio todo el camino, pensando los pros y los contras y el riesgo que asumían, pero no les quedaba otra opción. No podian fiarse de casi nadie. Incluso la policia podía estar implicada también tal. Renata se sentía como un ratón que iba directo a la trampa.

Scott era el queso al que habían obligado a sucumbir en su propio oscuro secreto. Gosthface los conocia bien entonces, porque... ¿quién más a parte de Renata y ella lo sabía? Estaba segura que su amigo no iba divulgando aquello por ahí.

Llegaron y se dividieron y la latina no abrió la boca salvo para poner sobre la mesa algo obvio - Las pastillas no hacen efecto al instante. Lo sé bien. Habrá que dejarle inconsciente primero - Ahí clavó los ojos en la pelirroja. No es que le agradara golpear a Scott pero si querían salvarle la vida y evitarle la cárcel, era lo que había que hacer. Se agachó a recoger una piedra y la metió en el bolsillo de su pantalón rosa fucsia.

La piedra para Scott. El cuchillo para Gosthface. Echó a andar por el camino de la derecha pegada a Steve. Dejó que fuera él quien iluminara. El móvil de la joven estaba en el otro bolsillo de ella, pues de momento necesitaba las dos manos para otras cosas.

- Steve. No puedo prometertelo y lo sabes - su voz sonaba muy bajita, pero con naturalidad sin ningún enfado ni miedo, aunque su corazón latiera con fuerza por la tensión de lo que estaban viviendo - No voy a dejar que te pase nada - se llevó un dedo a los labios para que no siguieran hablando. Necesitaban todos sus sentidos alerta para poder responder a lo que llegara.

Renata y Steve echaron a andar por el camino de la derecha. Estaba oscuro, habían pequeños animales correteando de un lado a otro, a cada paso que daban se notaba aún más la situación preacaria en la que vivían aquellas personas y ya era decir para Renata, quien tampoco tenía una situación agradable.

Al llegar al final, pudieron encontrar una pequeña camper abierta de par en par. Revisando a los alrededores, no parecía haber nada ni nadie. Dentro de la camper había el espacio justo para que cupieran dos personas tumbadas, había también un poco de espacio arriba para maletas y demás. Por supuesto, también contaba con un asiento de conductor y otro de copiloto.

Con un vistazo rápido con la linterna, se podía comprobar que aquello estaba completamente vacío, aunque en mitad del colchón de la camper habían dos cosas.

La primera, una foto de Sydney Doyle en el ejercito con un chico. Por detrás pudieron ver que ponía.

Lo siento Austin.

Aunque lo que más les llamó la atención, fue un cartel que había allí, de las películas de puñalada.

La último destacable, era que podían moverse por una pequeña calle hacia la izquierda, lo cual los llevaría a la calle central, por donde habían ido Daphne y Nichole.

Daphne y Nichole llegaron al final de la zona central, allí en mitad de la oscuridad pudieron ver a Jack Anderson o a alguien que se le parecía*, aun así, en la oscuridad, podría ser cualquiera de los dos, pues a penas era distinguible su rostro.

Sin embargo, viniendo por una pequeña calle de la derecha (la zona por donde ahora estaban Renata y Steve), apareció alguien a quien si reconocieron de un simple vistazo. Caminaba rápido y sin dudar hacia el posible Jack, alzó una mano y se pudo distinguir al menos la forma de lo que tenía en la mano.

Si no hacían algo, como advertir al tipo de que huyera, le acabaría clavando el utensilio.

Lara y Mindy avanzaron por el camino de la izquierda, hasta que finalmente se toparon con Scott, quien andaba tan tranquilo de colegueo con su recién adquirido amigo, Stanley Worm. - ¿Scott? - dijo sorprendida al verle. - ¿Estás bien? Llevamos un rato largo buscándote e intentando llamarte. - ladeó la cabeza para ver mejor al tipo que le acompañaba.

Mindy se interpuso entre Lara y Scott. - ¡Cuidado! Aún no sabemos si está bien, no deberías acercarte demasiado. - le miró de reojo y en especial, apartando las manos lo máximo posible de la boca de Scott, no quería que se repitiera el incidente del cine.

Stanley rio de una forma divertida. - Pero que decís colgás. Si este pavo es super buena onda. - le dio un par de palmadas en el pecho y salió de la caravana. - ¡El peligroso soy yo! - gruñó un poco y fingió que las iba a morder, pero solo pegó un mordisco al aire. - Estamos aquí de "bisnes", así que no os preocupéis por vuestro colega, que está en to' buenas manos.

Mindy suspiró, aliviada. - Joder. Si solo habías ido a colocarte podrías habernos avisado a todos... Aunque la nota de tu casa... - no hizo más preguntas, después de todo Mindy confiaba en Scott. - Vamos a llamar a los demás y pirémonos de aquí, este sitio da muy mal rollo.

Pero antes de que pudieran llamar a nadie, una camioneta bastante maltrecha llegó al lugar, de aquél coche bajó un tipo algo perjudicado, pero que se notaba mucho que se esforzaba por mantener una buena apariencia. - ¿Pero esto que es? ¿Una reunión familiar? - parecía un poco nervioso al ver a tanta gente que no conocía.

No se alejó mucho del coche, por si pasaba algo y tenía que salir pitando leches ¡a saber que le hacían entre cuatro en aquél lugar lúgubre!

A Steve le conmovió mucho el gesto de Renata, una y otra vez probaba ser incondicional para él, quizás la única persona en todo el mundo que lo era. Por eso con más razón le haría caso y pondría todos sus sentidos en la tarea que tenían, principalmente enfocado en mantenerla a salvo. 

Por fortuna la exploración transcurrió sin que ningún loco les saltara encima, aunque si que encontraron algunas cosas preocupantes, cosas que indicaban que el asesino podía estar cerca. -¿Reconoces al de la foto Ren? Yo no lo ubico, pero quizás podamos llevarla donde el papá de Nichole y que él la pase por una de sus apps de reconocimiento facial. Quizás ese tal Austin tiene que ver con todo esto y si tiene entrenamiento militar bien podría ser un asesino peligroso. 

Una mueca de desagrado se le dibujó en el rostro al ver el cartel y al leer sangre de estúpido lo primero que hizo fue asociarla con Jack. -Creo que sabemos a quien se refiere esa amenaza. Será mejor que nos sigamos moviendo para ver que más encontramos.- Pero antes de seguir Steve frenó a Renata y añadió. -Tu me importas más de lo que crees, de verdad si algo pasa debes huir, créeme que yo puedo defenderme, pero no puedo defendernos a los dos al tiempo. Y tu sabes bien que haría si me toca elegir entre tú y yo. 

Esa autocaravana parecía hecha de trozos de otras autocaravanas. Literalmente. De hecho, me parecía reconocer piezas del Espantomovil, el Pussy Wagon y la Mistery Machine, todas juntas y puestas en cierto orden para que aquel trasto se moviera como si fuera un automóvil.

Pero no podía quejarme, al final el trayecto me salía gratis.

Por un momento pensé en estrangular al colega Worm, solo por simple diversión. Por eso y por ver de qué color tenían los ojos por dentro los que abusaban de las "hierbas naturales", pero me contuve lo justo después del favor que me estaba haciendo el coleguita.

- Seh, tío. El viejo Miller. Tampoco es que sea su colega, pero... ya sabes. Gente de aquí y de allí... al final conoces de oídas o al menos de vista a la peña.- 

En eso estábamos cuando la Nacys rubias parecieron. ¿Qué puñetas hacían allí? Y no hacía falta ser muy listo para saber que estarían con más gente, además de por lo que decían.

- Vaaamos, señorita Stevens. La duda ofende.- Tenía que haberme cargado a esa rubia cuando pude, pero el bueno de Scott...- Por cierto, ¿Qué tal tu dedo?- La guiñe un ojo con cierta malicia antes de acercarme hacia Lara.- ¿Y tu rubita? Me alegra que salieras del Hospital. ¿Sabes? Te quedaron de puta madre las flores con la cara de ghostface, el día del cine.- Reí un poco maliciosamente y mientras miraba a Mindy como si quisiera revelarle un secreto de Lara- ¿Cuánto te pagaron para que las colocaras allí antes de venir tarde al cine?- Me aparté de ella y levanté las manos- ¿Sabes qué? Me da igual. Quizá si se lo contases a otro Scott, pensaría que tenías algo que ver. ¿Por cierto, que tla la granja de papá? ¿Todo bien?

Suspiré dando un pasito atrás para ponerme al lado de Worm.

- Oh, discúlpame. Soy taaaan sincero...- Di un golpe al Jippy de coleguéo en el hombro.- Tiene que ser por lo que me he tomado. Aquí el amigo ha salvado la vida del pobre Scott. Estaba jodido. Ya sabéis, de esos dolores de cabeza tan intensos... Oh, y la nota. Sí, veréis. Alguien entró en mi casa y me cambio las pastillas que normalmente tomo por pastillas para la tos y... casi tengo una crisis de las chungas. ¡Jeh! Menos mal que fuí a ver mi colega Worm. ¿Sabéis que conoce a Danno? El caso es que... joder, voy a tener que cambiar la cerradura, ya que veo que todo cristo puede entrar en mi casa como si nada... lo que decía... Ah, si la Nota. Venía acompañada de un traje de ghostface. Lo quemé. Solo por si acaso me daban ganas de ponérmelo y matar a Jack. Ese joputa...

En el momento vino el coche de Miller. 

- Si, tío. Yo soy Papa negrito, y la rubia más bajita es Mamá. La otra es adoptada y aquí el jippy es mi sobrino Elton Jhon. 

Le costaba, pero intentaba acompasar su respiración a sus pasos comedidos. No quería hacer ruido. No quería meter la pata. Solo quería salvar a su amigo y detener al psicópata que era capaz de manipular, controlar y matar sin ningún atisbo de escrúpulos o arrepentimiento.

Llegaron al fondo y encontraron una curiosa foto. Así que ese era Austin. El nombre que había mencionado Sydney cuando entró en pánico al encontrar la pistola de Danno. No sabía que relación tenían pero era muy cercana, eso seguro. Observó ambos rostros intentando adivinar. ¿Habría muerto en la guerra? ¿Habría sido la propia Sydney y por eso pedía perdón?

Ante la pregunta de Steve posó su mano sobre el brazo del chico con suavidad - Haz memoria. Universidad - Susurró. No quería hablar mucho, eso delataba y además impedía centrarse en los demás sentidos y no podían descuidarse pero seguro que lo recordaría, solo habían pasado unas horas.

Iban a reemprender el camino cuando la detuvo de repente. Su rostro se demudó por la sorpresa para luego dulcificarse ligeramente. Asintió despacio. No quería exponerlo por ser una cabezona.

Se metieron por la pequeña calle. Aunque era pequeñita avanzaba medio agazapada y con tiento