Partida Rol por web

[DM08/20] La Telaraña

⋩ Capítulo 4: Negocios ⋨

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16/08/2020, 14:11
Lady Morna Hawick

Morna mantuvo una ceja alzada durante la mayor parte de las intervenciones que siguieron a la suya. La de Lyonell, en particular, hizo que abriese los ojos de par en par durante un instante, antes de llevarse la copa a los labios y mojarlos, posando la mirada primero sobre Hazzea, y acto seguido sobre Lady Gianna. 

Esthal no tardaba en intervenir, estallando. Morna debía romper una lanza a su favor, había empleado en esa reunión más paciencia de la que solía mostrar. Y al fin y al cabo, defendía en gran parte su postura. Tomó su mano, al notar cómo él buscaba la suya, y acarició su dorso con el dedo pulgar, dedicándole una breve sonrisa. Estaba satisfecha con sus palabras, y así quiso hacérselo saber. Pero debía atemperarse, y por ello, apretó su mano, en una señal ya conocida ente ambos. Eran muchos años de matrimonio, y muchas las ocasiones en las que había tenido que domeñar su carácter. 

Hubo también una mirada para Lord Lyonell. Una que invitaba a la cautela y a la vez era advertencia. 

La intervención del maestre Debian le resultó juiciosa, en esa ocasión. O al menos eso podía leerse en su rostro. Y algo en medio de la intervención de Lady Gianna la hizo sonreír, de nuevo, mientras sus pupilas se posaban sobre ella, con cierta malicia mal disimulada. 

Sea entonces en cuanto a los bandidos. Se proporcionará una cantidad de hombres proporcional por cada Casa, revisándose cada año la situación de cada caso, por si tuvieran que ajustarse tales proporciones. Se establecerán puestos de guardia, y se ajustarán aranceles al comercio, y a las Casas que no puedan aportar hombres o recursos. Se establecerán también subvenciones, pero no para la contratación de mercenarios que pudieran empeorar, como bien ha apuntado el maestre Debian, el problema. La administración de los aranceles y subvenciones, así como el establecimiento de supuestos en los que se podrían aplicar estas subvenciones debería correr a cargo de gente entendida en estos temas, ¿quizá un cónclave entre los maestres de cada Casa? Uno en el que el voto de quienes más aportan tenga más peso. -resumió, y a la vez propuso, añadiendo algunos matices, e incluyendo en cierta medida lo que todos habían aportado. 

Respiró hondo entonces, frunciendo el ceño, al disponerse a intervenir sobre el tema de la liberación de Guileon Vance- No hay nada concreto que queramos evitar, en este momento, maestre Debian.-apuntó- No obstante, el futuro es incierto, como bien habéis apuntado. Hay prosperidad y paz en este momento, ¿quién puede garantizarnos que la haya en unos años? No sabemos en qué momento Ser Guileon podría contraer nupcias. Y para entonces, la situación podría ser distinta. -expuso- En cualquier caso, bien, liberaremos a Guileon Vance, a condición de que lo acompañe Ser Alana, quien lo formará y además entrenará a un nuevo maestro de armas para los Vance, en reconocimiento al sacrificio del maestro Umber.-concedió- Y a la concesión de derecho a veto justificado en el caso de un futuro matrimonio, a la casa Hawick, y en caso de que Lady Gianna consienta, a la casa Haffer. -concluyó.

En cuanto a los herederos y su apellido. Bien, si Valder pasa a ser vasallo de Urthen en el futuro y los hijos de este último portan el apellido Hawick, las próximas generaciones, los nietos de Lord Lyonell, serían vasallos de los Hawick en el momento en el que Lord Lyonell perezca. Incluso aunque tomase nupcias con otra mujer, por el bien de su Casa- dijo, posando de nuevo las pupilas claras sobre Lord Lyonell, mientras tomaba un sorbo de su copa- Si Lord Lyonell persiste en su cesión sobre el apellido, yo no tengo inconveniente. Estoy convencida de que entre nuestras Casas no hay rencillas, y sean nuestros vasallos o no, nunca se actuará en perjuicio de los Haffer. 

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16/08/2020, 17:14
Maestre Hazzea

La maestre escuchaba atentamente a los reunidos, aquellos temas de conversación eran realmente interesantes, cómo cada cual ponía su propio tira y afloja según las particularidades de su propia casa. Aunque hubo varias cosas que le llamaron la atención, entre ellas algún comentario del marido de lady Morna.

- Disculpad Lord Esthal..., ¿la doncella que sufrió el ataque de los bandidos era Thaena?... ¿Y qué hacía la muchacha fuera de Fuerte Floresta?....¿Estaba sola quizás?.... - cuanto menos era sorprendente aquello y el brillo en los ojos de la anciana mujer brilló momentáneamente como los de un cuervo que veía ante sí granos de trigo.

El maestre Debian hacía una puntualización sobre el tema de los mercenarios que la maestre tenía a bien el rebatir -.... No todos los hombres son lo suficientemente honorables como para servir a las nobles casas de Poniente, por habilidad y valores, pero tampoco todos son bandidos... - comentó buscando cómo defender su línea de pensamiento -...Imaginad por un momento, maestre Debian que una familia de la costa comercia con sal, si sus señores les pagan una subvención para que esa familia contrate gentes que defiendan el cargamento, lo que yo he denominado como mercenarios, es evidente que esa familia pagará a los hijos de los campesinos no empleados o personas de confianza para que peleen por dicho cargamento, de forma que los nobles ganaremos porque no invertimos soldados, los comerciantes de sal ganan porque eligen ellos mismos a quien pagar sin tener pérdidas, lo que potencia el comercio, y los hijos de personas honradas tienen oportunidades, de manera que no se verán en la necesidad de delinquir... Todos ganamos y los bandidos de baja casta serán los que no consigan imponer el miedo en los caminos... Entre el forajido y el hombre de honor hay un amplio rango de personalidades, no todos serían mercenarios guiados por la codicia, algunos bastante tienen con dar de comer a sus familias.... - finalizó de decir la mujer.

Hazzea escuchó la propuesta de la maestre y sonrió a Lord Lyonell -... Oh querido señor...., yo haré lo que vos deseéis, aunque me temo que si me voy a Fuerte Floresta vais a extrañarme mucho, quizás en exceso... - dijo tanteando su mirada, y es que a esas alturas de la vida, la mujer tenía mucho rodaje hecho -... Podría alternarme también, un tiempo con los Hawick y otro con los Haffer, de esta manera me aseguro que todos tendréis una parte de mi y no lloraréis mi ausencia... - posiblemente llorar no fuera el término, pero aún le quedaban muchos años a la maestre para sacarse cera de los oídos en público. No obstante, los comentarios del maestre Debian evitaban dichas acciones, pues poco sentido tenía el intercambio de maestres, había un juego popular llamado las cuatro esquinas donde los mozalbetes debían correr de una a otra, mientras alguien en posición central debía atraparlos, esta sería la versión metafórica del juego.

Su señor comenzó entonces a hablar de manera más clara al respecto del matrimonio de Guileon, guardando Hazzea silencio y abriendo los oídos, mirando a Lady Gianna con sumo interés, aquello se había puesto interesante, lástima que no tuviera unas uvas para degustar conforme las palabras se iban haciendo cada vez más... clarificadoras... Y es que los sucesos del pasado no debían repetirse, resonando el nombre de Lady Denia con el peso que correspondía. No obstante, La maestre se tomó un tiempo sin hablar de Guileon y las condiciones de su liberación, aún ese tema estaba muy verde y no existían acercamientos, mantener la boca cerrada al respecto le daría obtener una postura más general sobre el conflicto, y de todas formas se dejó claro que los Haffer sobre ello tenían poco que opinar, esperaría al siguiente paso de Lord Lyonell para posicionarse.

La maestre Hazzea recibió la ira de su señor al dar opiniones sobre el muchacho Valder, denotando que la sugerencia le había molestado y lo que estuvo claro era que el hombre no entendió que en realidad lo que intentaba era salvar de una manera u otra las tierras que bajo su nombre se encontraban. Supo la maestre tras todas aquellas palabras que el Lord parecía querer prescindir de sus servicios y ella dijo una frase que esperaba le fuese significativa -... No opinaré más sobre lo que me prohibís, mi señor, pero solo haceros resaltar una cuestión, siempre deberían haber herederos Haffer, la idea de que os desposéis, es más que adecuada y decisión vuestra el cuándo y con quién hacerlo... - apostilló, esperaba que supiera comprender lo dicho, porque la seriedad con la que respondió, no permitía ninguna excentricidad de las suyas, llegados a este punto, sobre el último tema calló, y nada más iba a añadir.

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16/08/2020, 22:55
Lord Lyonell Haffer

Lord Esthal intervino. Lyonell le escuchó estoicamente pero no dijo nada. Acto seguido, Debian parecía estar de acuerdo con el problema de los bandidos y las soluciones adoptadas. Al menos habían logrado llegar a un acuerdo en uno de los puntos.

En el siguiente, el punto acerca de Lord Guileon y su futuro… El Maestre Debian tenía una opinión acerca de los pensamientos de Lyonell que distaba mucho de la realidad. Negó con la cabeza.

- No tengo ninguna persona en mente con la que no desee que Ser Guileon se case, maestre Debian. Me parece un muchacho responsable, y honorable. – Admitió. – Estoy seguro de que será un gran Lord. Pero no está de más que otro par de ojos, en este caso los míos, velen porque dicho matrimonio sea por los motivos adecuados… - No quiso decir más.

Gianna justo había intervenido en favor de que Lyonell pudiera vetar el matrimonio. No era algo que Lord Haffer fuera a hacer sin motivo, o a la ligera. Si creía que tenía que intervenir cuando se produjera la decisión, lo haría… y al menos había conseguido que se le reconociera dicho derecho. Aunque sospechaba, por lo que había hablado el día anterior con la líder de los Vance… que no tendría que llegar a eso.

Lyonell relajó visiblemente su postura, y dedicó un leve asentimiento a Gianna antes de corregir de nuevo la posición de la silla y colocarse en la mesa como era debido.

Segundo punto aclarado y cerrado. Por su parte al menos.

Y ahora, llegaban al otro tema problemático. Otro que, al final, había resultado más perjudicial de lo que Lyonell hubiera imaginado semanas atrás, o incluso hacía dos días.

Primero las palabras de Debian, y luego las de Morna… hicieron que Lyonell sintiera la necesidad de puntualizar algunos puntos.

- Es un matrimonio complicado. Tal y como están las cosas ahora sobre la mesa, los Haffer nos quedaríamos con la mitad de nuestras tierras, la mitad de los impuestos y sin poder pagar a nuestro ejército… – Comentó enumerando el resumen de la propuesta, que en parte él mismo había incitado. Y eso sin añadir que todos los Haffer quedarían como vasallos de vasallos de los Tully.

- Cediendo en el asunto del apellido de los descendientes del matrimonio de Urthen y Bessa … Para poder perdurar y que no suponga un retroceso importante en nuestra Casa… o incluso nuestra desaparición… creo que sería más justo que aportáramos tan solo una cuarta parte de nuestras tierras al matrimonio, y que Valder mantuviera su independencia de los Hawick. Es decir, que pasara a ser mi heredero con tres cuartas partes de nuestras tierras, pero no vasallo de los Hawick. – Argumentó tras meditarlo todo. Sí, los Hawick aportaban todo su patrimonio y tierras, pero solo tenían una única hija, y todo lo relativo al matrimonio pasaría a llamarse Hawick… Era un beneficio jugoso para ellos.

- Los Haffer seguiríamos siendo unos firmes aliados de los Hawick, y el matrimonio lo refrendaría. Los Hawick salen ganando y crecen, y nosotros somos perjudicados, pero no tanto… - Añadió explicando su postura. – Si en el futuro me caso y tengo más descendientes ya vería cómo repartir las tierras que me queden entre ellos y Valder. Pero ése es otro problema que ya se verá a futuro… si se da. -

Tamborileó un poco con los dedos encima de la mesa mientras pensaba de nuevo en esa propuesta que acababa de hacer. Seguían perdiendo, pero era imposible hacer un trato en el que todos ganaran. Si quería una alianza, debía estar dispuesto a hacer sacrificios. De esa reunión debían salir unidos y reforzados todos, tal y como había dicho Gianna.

A ver si los demás también opinaban igual. Miró a Morna y a Esthal.

- ¿Qué les parece esa opción? -

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16/08/2020, 23:13
Lord Lyonell Haffer
Sólo para el director

En su interior, Lyonell resopló armándose de paciencia ante la intervención de Esthal.

Por fuera no sucedió nada. Nadie vio nada. Simplemente un rostro impasible que escuchaba estoicamente a Lord Esthal.

Pero por dentro se alegró de haber ordenado su asesinato... y de no haberse arrepentido después y haber cancelado la orden.

Todo proseguía según lo planeado... Era solo cuestión de tiempo, y eso daba fuerzas a Lyonell para soportarlo.

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16/08/2020, 23:37
Narración
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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16/08/2020, 23:53
Lord Esthal Hawick

Lord Esthal había bajado el vaso de vino tras beber, dejando tras de él una expresión satisfecha. Sin duda estaba contento con su propia aportación. Sin embargo se movió un poco molesto en la silla un momento después, cuando Lady Gianna invitó a su esposa a Nueva Esperanza, pero no a él. Aún así pareció calmarse un poco con los gestos posteriores de Lady Morna e hinchó el pecho con orgullo al escucharla.

Para cuando la maestre sí se dirigió a él, Lord Esthal tomó aire y se echó hacia atrás en la silla, sintiéndose por un momento importante.

—Nuestra querida lady Thaena venía desde Bosque Otoño para convertirse en la doncella de nuestra hija cuando su caravana fue atacada —expuso—. Unos malnacidos la atacaron y la trajeron moribunda. Pero gracias al cariño que le dimos, pronto se recuperó.

Después de aquello Lord Esthal siguió escuchando a Lord Lyonell. Al principio incluso asintió en alguna ocasión. Pero luego, conforme el hombre iba hablando, sus ojos fueron fijándose más en el Haffer.

Para cuando el señor de Puño del Río terminó de hablar, el de Fuerte Floresta estaba pálido y con los labios ligeramente apretados.

—Explicadme una cosa, Lord Lyonell, por favor —pidió, claramente molesto—. Explicadme cómo hemos pasado de casar a nuestra hija con el heredero de una Casa a la que podíamos mirar como una igual, a casarlo con un don nadie que prácticamente no tiene dónde caerse muerto —dijo con un tono que dejaba claro que se sentía insultado—. Ni título de Lord, ni heredades... Porque doy por hecho que Puño del Río caería convenientemente en la parte que hereda lord Valder, ¿no es así? —preguntó de manera retórica—. Creía que erais una amigo, Lord Lyonell, pero sois una rata avariciosa. —Dicho aquello apuntó con un dedo a la mesa con fuerza—. Nuestra Bessa tiene pretendientes mucho mejores que lo que vos ahora nos ofrecéis, Lord Lyonell —señaló—. Habéis pasado de aportar la mitad de vuestras tierras y vasallaje a esto... Pero ganaríamos más casando a Bessa con una Casa menor, y al menos demostrarían el agradecimiento que se merece.

Entonces miró al maestre. Al ver que no estaba anotando nada de lo que decía, Lord Esthal dejó caer con fuerza su puño sobre la mesa.

—¡Y vos! ¿Es que no tenéis nada que apuntar cuando yo hablo? ¿Sabéis con quién estáis hablando?

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17/08/2020, 00:41
Lord Lyonell Haffer
Sólo para el director

Lyonell procuraba centrarse en la discusión que tenían entre manos. Todos los puntos del matrimonio de Urthen y Bessa eran importantes… pero le resultaba inevitable distraerse de tanto en tanto con los pequeños gestos entre Morna y Esthal.

El maldito consorte era un estúpido que no sabía cuándo morderse la lengua y que opinaba sin discreción ni criterio… Y su premio era el contacto de la mano de Morna… El apoyo disimulado de ella en cada momento, que además parecía calmarlo.

Si no estuvieran los demás presentes en la sala lo estrangularía con sus propias manos.

Su mirada se desvió por un momento al maestre Debian. A él también… cuánto lo odiaba.

Pero apartó esos pensamientos tan funestos de su mente. No podía, no debía…

Y en ese momento, Esthal volvió a intervenir, directamente insultando a Lyonell. Tuvo que hacer acopio de toda su voluntad para no atraversarle el pecho con su espada allí mismo. ¿Agradecimiento? ¿Por hacer desaparecer a los Haffer? ¿Pero en qué estaba pensando Esthal? Le miró sin parpadear, sin apartar la mirada... Si las miradas mataran, no habría hecho falta contratar a los asesinos.

No había nada que pudiera contener la ira que Lyonell sentía en esos momentos... Y no habría nada que parara su réplica.. Aunque esperaría a que Morna diera su opinión.

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17/08/2020, 00:48
Maestre Debian

El maestre Debian había seguido apuntando con calma durante los discursos de todos los que hablaron. Ante la explicación de la maestre Hazzea sobre a qué se refería con mercenarios la había mirado un instante antes de volver a llevar sus ojos al pergamino, pero por lo demás se había limitado a escribir. Hasta que llegó la palabra de Lord Esthal, claro. Y cuando este le increpó de esa manera el hombre le miró directamente a los ojos.

—Por supuesto que sé con quién estoy hablando —enunció—. Hablo con cinco de las personas más influyentes de la Tierra de los Ríos. Pero Lord Esthal —dijo con un tono conciliador, haciendo una pausa—, tenéis que comprender que mi muñeca no es la que era, y de vez en cuando debe descansar. A vos prefiero escucharos sin desviar mi atención al pergamino, pero todo lo que decís queda guardado aquí —aseguró llevándose una mano a la sien—. Os lo garantizo.

Ante aquellas palabras Lord Esthal pareció calmarse un poco, al menos en lo que al maestre Debian se refería. Su mirada para Lord Lyonell, sin embargo, siguió siendo furibunda. Mientras tanto, el maestre sí hizo una breve anotación y luego prosiguió.

—El sistema económico que proponéis para contratar hombres y mujeres para defender las caravanas es interesante, maestre Hazzea —aseguró—. Pero no estoy seguro de que los hijos de comerciantes de sal, o de pescadores, sepan enfrentarse con garantías a unos bandidos mínimamente organizados. Probablemente ni siquiera sepan agarrar en condiciones una espada. Por eso lo mejor era tener de nuestro lado hombres entrenados previamente. Sin embargo, si alguna de las Casas quiere entrenar a su pueblo para ese trabajo, adelante. Será una buena forma de potenciar el poder militar de la Tierra de los Ríos. En cualquier caso, me alegro de que este asunto vaya encaminándose.

Tras decir aquello miró directamente a Lady Gianna.

—Lady Gianna Vance, habéis aceptado entonces que Lord Lyonell tenga derecho a vetar el matrimonio de vuestro hijo, mientras argumente al respecto. Pero aquí hay dos cosas que tengo que dejar claras. A todos —especificó antes de pasar su mirada por todos los presentes—. Eso no formará parte del acuerdo oficial de liberación de Ser Guileon. No vamos a sembrar el precedente de que unas familias prohíban los matrimonios de otras sin ser sus vasallas, o pronto tendremos lores envejeciendo sin casamiento, o guerras por este motivo. Si Lady Gianna quiere aceptar el consejo de Lord Lyonell, es asunto suyo. Además, será Lady Gianna también quien juzgará esos argumentos, o quien decidan entre Lady Gianna y Lord Lyonell. —Hizo una pausa—. El otro punto: ¿entiendo entonces que no aceptáis lo mismo por parte de los Hawick, ¿es así? No pretendo poneros en un compromiso, sólo que queden claros los términos del acuerdo. Yo mismo no comprendo por qué habría que vetar a una familia que ya ha pagado por sus pecados y cuyo heredero ya será un hombre libre.

Después de aquello a quien miró fue a Lord Lyonell.

—¿Entiendo entonces que retiráis vuestra anterior propuesta, Lord Lyonell, y nombráis a lord Valder vuestro heredero de facto? —preguntó—. Y... ¿Repartiréis vuestras tierras entre otros descendientes entonces?

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17/08/2020, 01:13
Lady Morna Hawick

Lady Morna entrecerró los ojos, al escuchar a Hazzea, aunque no dijo nada hasta que terminó de hablar- No sería mala idea aportar formación militar a estos jóvenes, aunque sí veo cierto peligro en ello, pues daríamos capacidad al pueblo para formar milicias propias. Y eso podría provocar, en el futuro, ante medidas que no fueran del agrado popular, levantamientos, rebeldía, y aún más bandidaje del que ya tenemos. -apuntó, con un suspiro-  Habría que pensar en alguna medida disuasoria al respecto, si se planea convertir a gente del vulgo en hombres y mujeres de armas.-indicó. 

Luego llegó el turno de ser Lyonell, y ante su propuesta, no pudo sino parpadear, estupefacta, mirándolo como si no lo hubiera escuchado bien, hasta en el momento en que Esthal perdió definitivamente los papeles, y expresó, quizá con excesiva vehemencia, pero con bastante proximidad, lo que Morna pensaba en ese instante. Había aguantado bastante, para ser él, se dijo, mientras se llevaba una mano a la frente y se preguntaba en qué momento había pensado que era buena idea traerlo a la reunión- Esthal...-dijo, tomando su mano, aquella con la que había golpeado la mesa, apretándola, una vez más, siendo ella ahora la que contenía su propia ira, a la vez que trataba de contener la de su marido.

La intervención del maestre terminó por dibujar en Morna una expresión gemela a la de su esposo, pero su ira, era una ira fría. Una ira que había aprendido a masticar y dosificar, convenientemente.

Permitidme una pregunta, Maestre Debian, ¿venís a aportar vuestras opiniones? ¿O las opiniones de Lady Harriet? Porque si vuestras opiniones son las de Lady Harriet no rechistaré, pero si tan sólo son las vuestras, agradecería que fuérais más parco en lo que son opiniones personales y os limitárais a ayudarnos de manera útil, sin añadir animadversión a esta mesa. -  recalcó, casi mascullando- Está bien, no habrá veto. Pero tendrán que pagar una dote, por Ser Guileon. Ya que no van a aportar suficientes hombres al tema de los caminos y el bandidaje, ¿qué menos que aportar algo similar a la dote de un matrimonio, para que los Hawick podamos sufragar los gastos de los hombres que ellos no pueden aportar? Comprended que no puedo aceptar sin más, tampoco. - dijo, evidentemente molesta, antes de soltarse de Esthal, bebiendo un buen sorbo de su copa, antes de clavar su mirada sobre Lyonell.

En cuanto a vos, Lord Lyonell, si bien las palabras de mi marido han sido ofensivas...-dijo, dedicando un breve vistazo a Esthal, para volver a posar las pupilas claras, y en aquel momento casi incandescentes, sobre el líder de la casa Haffer- No le falta razón. Vuestra propuesta es un insulto, a mi Bessa, y a mi Casa. Y si eso es todo lo que pretendéis ofrecerme, más a cuenta me saldría casarla con el heredero de una casa vasalla, o incluso, con otra casa igual a la nuestra. Estoy segura de que hasta la Casa Vance se mostraría más agradecida, a tales efectos, ¿no es así, Lady Gianna?

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17/08/2020, 07:21
Lady Gianna Vance

Lady Gianna miró su copa de vino y la cogió en sus manos. Estaba contenta pues todo lo que le afectaba a ella se había encaminado hacia un acuerdo en el que había hecho algunas cesiones pero en general estaba bastante bien y era asumible por ella. Se llevó la copa a la boca pero la intervención de Esthal le hizo ponerse en guardia, la del maestre Debian la enfadó y la de Lady Morna la dejó allí atrapada sin saber muy bien qué decir. Abrió los ojos y miró a Lord Lyonell. Dejó la copa encima de la mesa muy despacio y consciente de que todos la miraban a ella y esperaban su intervención se tomó su tiempo. 
 

- Vayamos por partes... - dijo arrastrando las palabras. - Maestre Debian. Habéis dicho que pactáramos las condiciones de liberación de mi hijo Ser Guileon y eso hemos hecho, será libre a cambio de que haya derecho a veto. Sois vos el que no queréis aceptarlo y eso me lleva a pensar que Lady Harriet tiene unos planes para mi hijo que tal vez no gusten a Lord Haffer o Lady Hawick. Habéis sido vos el que ha dicho que quedaba en mi mano si el veto era un acuerdo privado o si lo hacíamos constar así que lo haremos constar. No se sienta ningún precedente ya que es una condición que aceptó yo, precedente sería si vos lo hubierais exigido, cosa que no ha sido así. - dijo y puso sus manos encima de la mesa mirando a Morna.- No voy a pagar un rescate por la liberación de mi hijo catorce años después de sacarlo de Nueva Esperanza. Eso no ha estado en la mesa en ningún momento. Desde el principio se ha hablado de veto .- Lady Gianna respiro varias veces antes de seguir hablando.- La garantía de la liberación de Guileon es que Ser Alana venga a Nueva Esperanza, termine de formarlo, forme a nuestro nuevo maestro de armas... y llegado el momento, el matrimonio no no podrá perjudicar a ninguno de los aquí presentes. 
 

Lady Gianna pensaba que había sido lo suficientemente clara respecto a su hijo. Aquel maestre empezaba a cansarla y comenzó a preguntarse si el objetivo del viejo no era otro que hacer perder el tiempo a quienes estaban allí sentados negociando. La intervención de Lady Morna la dejó sorprendida. No esperaba aquel giro en las negociaciones si bien entendió que podía ser un farol de cara a Lord Haffer se lo tomó muy en serio. 
 

- Mis señores. Debo reconocer que la negociación entre los Haffer y los Hawick me ha sorprendido desde el inicio. Pensaba que el objetivo de casar dos herederos era fusionar dos casas. Y así sería en mi caso. - miró a Morna y luego a Lyonell pero volvió a mirar a Morna- Sabéis, lo que opino. Un matrimonio ente Ser Guileon y lady Bessa sería el fin definitivo a nuestras peleas. Asentaría las bases de una alianza entre quienes tanto se han odiado. Pero yo no aceptaría renunciar a mi apellido, ni vos al vuestro. Ser Guileon sería Lord Vance y lady Bessa sería Lady Hawick. Sería su primogénito, nuestro nieto o nieta, quien heredara ambas casas. Una fusión entre ambas. Lord Vancewick, Lord Hawance .- agitó las manos.- O lo que fuera. Fusionaríamos nuestros blasones, una flor con un hacha y una corona y nuestros colores se mezclarían, el gris y el verde.- se recostó en la silla. No entendía nada. Ni por qué Lyonell había hecho aquellas propuestas de vasallaje que le haría perder estatus en inicio ni por qué Lady Morna no aceptaba un cuarto de las tierras de los Haffer casi de manera gratuita. - Ese sería un principio de acuerdo para casar a mi heredero. Cualquier condición perjudicial para mi casa no sería aceptada, o hay fusion total en igualdad de condiciones para nuestro nieto/nieta o Ser Guileon se casaría con  alguna casa vasalla o con alguna hija no heredera de otra casa igual a la nuestra.

- Pero esto, evidentemente, solo podría llevarse acabo si de esta reunión lord Urthen saliera con otro compromiso de matrimonio aceptable y digno para una casa como es la casa Haffer. - dijo y clavó sus pupilas en el maestre Debian.
 

Había hablado con condicionales porque era muy consciente de que seguramente estaba en medio de una maniobra o farol. No esperaba que las negociaciones fueran por ahí. Se sentía en medio de una jugada mal ejecutada. Pero Lady Gianna empezaba a tener claro que el maestre Debian había llegado ahí con un propósito concreto y lo estaba consiguiendo.
 

- En cualquier caso, creo que deberíamos trabajar por acercar posturas entre nuestras tres casas, no por alejarlas. 

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17/08/2020, 08:50
Lord Lyonell Haffer

- Os lo explicaré, Lord Esthal. – Respondió Lyonell al esposo de la anfitriona.

- Contadme primero cómo hemos pasado de casar a vuestra hija y mi hijo a hacer que desaparezca mi Casa. El punto de partida inicial, y que todos dábamos por sentado, era que la pareja heredaría todas las tierras de ambas Casas. Con eso en mente, si cedo en el asunto del apellido para que no desaparezca el Hawick puesto que Bessa es vuestra única heredera, los Haffer simplemente desaparecerán… Por ello es menester que el matrimonio de Urthen y Bessa reciban apoyo por parte de nuestra Casa, pero no pueden quedarse con todo lo perteneciente a los Haffer, ni de lejos. Así que, o encontramos otro modo, o simplemente la última propuesta que había sobre la mesa no es válida para mí. – Explicó. – Con esa propuesta, con la que estabais tan contento, Urthen pasaba de ser el heredero de una Casa a la que podíais mirar como a una igual, tal y como habéis dicho, a ser el último descendiente de dicha Casa, y el remanente de la misma pasaría a ser absorbida por completo por los Hawick. Ahí no habéis protestado ni abierto vuestro pico de oro, ¿verdad? Cuando Valder y su descendencia quedaran como vasallos, de vasallos, de los Tully… ahí no habéis dicho nada… - Prosiguió. La indignación de Lyonell era palpable.

- Si aceptamos que la pareja heredará todo, algo que me parece aceptable y justo, y que vela por el bien de ambas Casas… para que el poder de ninguna Casa se desprestigie no quedaría otra que poner un nombre y blasón nuevos a la nueva Casa. – Argumentó. Exactamente como había indicado Lady Gianna que esperaría hacer con su hijo en caso de que se hubiera casado con Bessa. – Desaparecerían los Hawick, y los Haffer, y la Casa resultante sería más poderosa al resultar de la fusión completa de ambas. -

En ese momento desvió la mirada hacia Lady Morna, y quedó claro que sus palabras iban para los dos esposos. - No veo cómo la primera propuesta os parece aceptable, y mi última propuesta un insulto… A mis ojos ambas son igual de malas. – Añadió como si hubiera tenido claro que ninguna habría contentando a todos desde el principio. - ¿Habláis de agradecimiento? – Aquello estaba claramente dirigido a Lord Esthal - Estaba y estoy encantando de emparentar mi Casa con la Hawick… Pero con esa propuesta inicial… decidme. ¿Qué ganábamos los Haffer? Decidme una sola cosa por la que tuviéramos que estar agradecidos si es que considerabais a ambas Casas iguales. Perdíamos poder militar, perdíamos poder económico, perdíamos tierras y perdíamos apellido. Teníamos que, simplemente, ¿poner buena cara y ser felices?

Lyonell volvió a centrar su mirada solo en Esthal.

- Dejadme que os sea sincero por completo. Soy íntimo amigo de Lady Morna desde antes de que vos llegarais a la familia Hawick, y por eso lo dejaré pasar esta vez. Pero si volvéis a llamarme rata avariciosa, o a insultarme en modo alguno… espero que tengáis a bien defender vuestras palabras con vuestra espada. – Dijo con el semblante muy serio. Quería que le quedara muy claro a Lord Esthal.

Aunque procuró no darle demasiada importancia, no fuera a ser que a Lord Esthal se le fuera la cabeza y prosiguiera en su empeño. De ser así, Lyonell no dudaría en desafiarle a un duelo... pero confiaba en no tener que llegar a ese extremo.

Pasó entonces a dirigirse a ambos Hawick. – Estamos aquí para negociar y acercar posturas. Si no os gusta mi propuesta sentíos libres de decírmelo y buscaremos otra. Si os parece insultante, sentíos libres de decírmelo con educación, y lo tendré en cuenta para no cometer el mismo fallo en mis futuras propuestas. – Esa última frase iba para Esthal… - Tal y como ha hecho vuestra esposa.

Tras varios segundos más manteniendo la mirada con Esthal, acabó por apartarla y se dirigió en exclusiva a Lady Morna.

- No he pretendido ofender a vuestra Casa, ni mucho menos a lady Bessa. Mis más sinceras disculpas. Busquemos otra forma en la que ambos salgamos ganando… pero que no me mire todo el mundo a mí buscando respuestas. Fusionar ambas casas y que desaparezcan ambos apellidos a mí no me parece una mala opción…

Tras esas palabras, Lyonell giró el rostro y miró al maestre Debian.

- Retiro mi anterior propuesta, pero no nombro a Valder mi heredero de facto. No hasta que lleguemos a un acuerdo aquí, y veamos dónde acaba todo. De momento solo estoy dialogando con los Hawick… y si vos mismo tenéis alguna sugerencia para conciliar caminos, tal y como ha hecho Lady Gianna, soy todo oídos. – Recalcó las palabras “conciliar caminos”.

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17/08/2020, 10:03
Maestre Hazzea

Lord Lyonell mantenía aquella conversación con su habilidad natural para llegar a acuerdos beneficioso para su casa, haciendo que Hazzea se callase en uno de los puntos que estaban sobre la mesa, concretamente en cuanto al matrimonio que estaba por proceder se tratara. Aunque había otra idea aún en el aire, las cuestiones de boda sobre el futuro e incierto enlace con el primogénito de los Vance  -... El honor de Lord Lyonell le hace un hombre adecuado para poder dar su opinión sobre un conflicto que afecte directamente a la región de los Ríos, y Lady Gianna no niega la posibilidad, siendo la afectada directa, por lo cual estimo que no deba ser causa de pugna que pudiera vetar o no a la futura prometida de Guileon.... - opinó la maestre con el cuidado de quien camina sobre clavos ardiendo.

Tras hablar la maestre con Lord Esthal determinó que el varón había sido muy explícito en el tema de Thaena, explicando con detalle el pasado de la misma -...¿De dónde es Thaena?...¿De alguna familia conocida?...¿A quién servía con anterioridad?.... - preguntó con duda, ya que no podía hablar de matrimonio, se entretendría con chismes, pensando quiénes eran los señores de Bosque Otoño -... Estoy convencida de que la muchacha tuvo muy buena acogida en el castillo, en realidad fue una suerte que terminara sirviendo a vuestra niña.... - fue amable dándole conversación al señor de Fuerte Floresta.

Lo que no esperaba Hazzea era la resolución que tomaría su señor sobre un tema del que se le había prohibido hablar, haciendo que la anciana abriera los ojos como si de un besugo de agua dulce se tratara... ¿Realmente estaba dispuesta a quitarle a su niñito Haffer lo que le correspondía?... No hablaría de la boda tal y como le indicó Lord Lyonell, así que no debía echarle de aquel encuentro pues no trasgredía las normas, pero no iba a quedarse callada.

- Urthen es el joven más bueno y responsable de cuantas criaturas existan sobre todo Poniente, leal y competente, un futuro gran señor, preparado y criado para ello. Si hablamos de justicia, no darle lo que corresponde es como mínimo una humillación.... - dijo la anciana con seriedad -... Mi propuesta sobre Valder iba a ser temporal, hasta que asentara la cabeza... Amo a vuestros hijos como si fueran míos, Lord Lyonell, vais a humillar a quien siempre os ha obedecido y el joven no lo merece.... - ya iban dos veces el comentario de casarse, y Hazzea quedó meditando, tomando la palabra de nuevo Lord Esthal, denotando un claro enfado por el trato injusto que iban a recibir los Hawick de los Haffer.

Las iras fueron desviadas hacia el maestre Debian, pensando Hazzea que siempre era mejor para muchos matar al mensajero, en este caso, al escribano que no redactaba con su impoluta letra sobre el pergamino, y es que estaba clara una cosa, Lord Esthal allí tenía el mismo poder que Hazzea, si Morna lo deseaba podía mandarle callar de igual manera, aunque para ser sinceros, aquella rubia mujer no actuaría jamás de ese modo, de lo contrario, la reunión sería mucho más divertida si cabía y la idea de montar cierto grado de caos sería interesante, pero maldita fuera su buena cabeza cuando decidía no tomar vino ni en celebraciones ni en negociaciones, de lo contrario la anciana, podía ser temible.

- Maestre Debian, ciertamente los hijos de pescadores no saben luchar, pero mínimos entrenamientos, como vos sugerís, por parte de nuestros hombres de armas dará poder y esperanza al pueblo.... Poder porque en caso de ataque, la potencia armada de la zona se habría incrementado, dándole a los jóvenes y soñadores campesinos la posibilidad de defender a sus familias.... Y esperanza porque todos los muchachos de Poniente a determinada edad quieren ser caballeros, dejemos que sus juegos e ilusiones se desvíen por esta línea, así aprenderán con dedicación y siempre admirarán a quienes defienden a los señores que viven en el castillo... Es una forma de unir y acercar a todo aquel que habita en una región, y este cambio social tendrá una repercusión beneficiosa sobre el comercio... - apuntilló la mujer, tenía claro que aunque no lo pareciera, el punto más importante de todos era el que casi habían decidido. Sin riquezas no había tropas ni alimentos, sin éstos se incrementaría el malestar popular y el bandidaje, y las tierras de los señores podrían acabar yermas, un futuro en cualquier caso desolador.

- Lady Morna..., comprendo vuestro miedo ante la posibilidad de formar milicias propias...., para eso están las leyes contra el bandidaje, se pueden ofertar recompensas cuantiosas para quien entregue la cabeza de algún reconocido rebelde, cuando caigan dos o tres de éstas creedme que nadie más deseará levantarse contra sus señores... Al pueblo le mueve la codicia porque con los venados que puedan conseguir, viviría su familia holgadamente durante el resto de su vida... - incide la anciana mujer.

- Lord Lyonell... ¿os debo recordar cuál es vuestro hijo responsable y cuál no?... Tened cuidado que podéis llevar a los Haffer a la ruina, y si retiráis la primera oferta, no se os recordará como un hombre de honor, estáis cruzando una línea que puede no tener marcha atrás.... - susurró Hazzea a su señor, recomendándole fervientemente sin decir absolutamente nada del matrimonio entre quienes debiera darse 

Escuchar en esos instantes a Lady Gianna provocó malestar en Hazzea, y es que su señor estaba enfangándose, mientras que la oportunista Vance decía lo que los Hawick querían escuchar... ¿De verdad estaba sucediendo todo aquello?... La maestre comenzó a rascarse las caderas como si tuviera algo de urticaria.

- Mi señor Lyonell ha descansado poco, seguramente el efecto de los nervios por los eventos que están por llegar... - no dijo la palabra matrimonio para que no la echasen -... le están pasando factura... Pero como es un hombre de HONOR.... - miró a Lord Lyonell con intensidad -... No debería jamás recular en negociaciones previas que en su momento bien decidió era lo mejor para su casa, descendientes y donde claramente se visualizó un futuro prometedor para quienes constituyen las Tierras de los Ríos... - tragó saliva -... Señores míos, les ruego disculpen las posturas peregrinas que están tomando lugar justo en este momento, quizás venga bien un descanso para... hablar, recapacitar, beber con tranquilidad y volver sobre los dos puntos no aclarados...¿no les parece?.....

Lord Lyonell expuso de nuevo su punto de vista haciendo especificaciones al respecto de lo acontecido, él no pretendía insultar a la casa Hawick para insultarles y quizás fuera un buen momento para lanzar alguna de sus paridas de maestre, aún a riesgo de ser expulsada...

- Oh... ¿no les parece bello?... Hawick-Haffer.... es como fundir una loncha de queso sobre el pan... y a todas luces algo mucho más sabroso que comer solo pan o solo queso...¿no les parece?.... - como símil no tenía desperdicio, pero claro, tras ver temblar los cimientos del compromiso, la maestre prefería relajar el ambiente con comentarios más típicos suyos que ver cómo la sangre pudiera llegar justo, a las Tierras de los Ríos.

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17/08/2020, 11:20
Lord Esthal Hawick

Llegados a aquel punto y tras haber aceptado la explicación del maestre, Lord Esthal parecía tener sólo oídos para Lord Lyonell. Con las palabras de Morna no se había calmado, pero sí contenido, y las primeras palabras que dijo el señor de los Haffer no sirvieron para que se relajase. Lord Esthal movió ligeramente la cabeza, como si con aquel «Os lo explicaré» les estuviera tratando bien como un crío o bien como un idiota, y no le gustase.

Aún así, el hombre mantuvo su temperamento a raya mientras Lord Lyonell hablaba, aunque cuando dijo aquello de que era amigo íntimo de Lady Morna y habló de llegar a las armas a Lord Esthal poco le faltó para dejar de contenerse.

—No voy a batirme en duelo con vos, Lord Lyonell —le dijo mirándolo con un total desprecio, poniéndose en pie mientras tanto—. Sería tan ruin como batirme con vuestra maestre. No tenéis ninguna opción de ganarme. Sería como un asesinato. —Antes de decir algo más le sostuvo la mirada unos segundos—. Y poco me importa el tiempo que haya pasado desde que conocéis a mi esposa. Eso no os da ningún derecho. Si creéis que por ese motivo podéis abusar aún más de nuestra confianza, estáis muy equivocado.

Dicho aquello hizo una pausa muy breve.

—Y si queréis que os explique cómo hemos pasado de casar a nuestros hijos a hablar de que desaparezca vuestra Casa, la explicación es sencilla: lo propusisteis vos, Lord Lyonell. Aquí y ahora. Y de todos modos, —añadió arrugando el entrecejo, como si hubiera algo que no comprendía—, ¿qué es lo que os sucede? ¿No os vale que desaparezca el apellido Haffer, o que vuestro segundo hijo se convierta en vasallo del primero, como propusisteis, pero sí os vale que desaparezca si también desaparece el Hawick?

»Quizá no sois una rata avariciosa, después de todo. Quizá simplemente no os llega la sesera para moveros por la codicia. En tal caso, igual que vos —dijo con una pequeña reverencia y una gran expresión de sarcasmo—, me disculpo por la posible ofensa.

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17/08/2020, 11:51
Maestre Debian

El anciano parecía curtido en muchas batallas dialécticas como la que tenía lugar en aquella estancia, pues no se inmutaba ni alteraba aún cuando Ladys y Lores lo hacían. Su mirada se movía de unos a otros y de tanto en cuando tomaba esas notas extrañas. Tras escuchar a Hazzea, respondió.

—Quedaría en cada Casa la decisión de formar a nuevos soldados a partir del pueblo llano, siempre que los interesados en esa opción puedan garantizar que eso sólo irá en beneficio de la seguridad de todos y no en su perjuicio. —Tomó algunas notas mientras hablaba—. Calcularemos los soldados necesarios para esta milicia y las proporciones de cada Casa antes de informar a todos de cuántas unidades deberán aportar. Además de tomar algunas de las otras sugerencias dadas aquí. —Dedicó un vistazo fugaz a Lady Morna y asintió—. Dejaremos este tema por el momento pues parece bastante encaminado ya. 

Atendió entonces tanto a Lady Morna como a Lady Gianna, y al fin, también a la maestre Hazzea, sobre el asunto de la liberación del heredero de los Vance. 

—Lo lamento si mis opiniones os incomodan —dijo a la Hawick—. Estoy aquí en representación de Lady Harriet y es su voz la que habla. Si necesitáis consultarlo tengo las credenciales y los poderes que lo atestiguan. Trataré de mantener mi opinión personal al margen, pero hay ciertos puntos que Lady Harriet considera inaceptables. —Carraspeó y bebió un trago de agua antes de seguir hablando—. Los Vance ya pagaron toda su deuda económica tras la guerra, pero si ese es un esfuerzo que a Lady Hawick le parece aceptable, es algo que sí nos parece asumible. En todo caso eso no tiene nada que ver con las tropas que los Vance proporcionen a la milicia común, ya que casa Casa aportará a proporción. Aún si fuera por eso, no pagarían a los Hawick. Pero si lo que queréis a cambio de la liberación de Ser Guileon es dinero, dinero tendréis. 

Llegado a ese punto, desvió su mirada hacia Lady Gianna y respondió con la misma calma a la mujer.

—En ningún momento he aceptado que ese veto conste de modo oficial, mi Lady. Siempre he hablado de que sería un acuerdo privado entre vos y Lord Lyonell, o quien vos designaseis. Tenéis derecho a pedir consejo de quien vos gustéis y a aceptar ese consejo como una prohibición si lo deseáis. Pero, como he dicho, no vamos a sentar un precedente como ese de forma oficial en la Tierra de los Ríos. Lady Harriet mira hacia el futuro, no se queda en una rencilla del presente. —Hizo un gesto con la cabeza, hacia Lady Gianna—. No es extraño pagar una dote a cambio de un tutelaje, mi señora, ya sea en forma de dinero o tierras. En cualquier caso, no os preocupéis por el dinero. Si ese es el precio porque las cosas se hagan del modo correcto, Lady Harriet lo asumirá gustosa. Como dije al principio, estoy aquí para ayudaros a llegar a un acuerdo que zanje este conflicto, pero de cara a todos sus vasallos Lady Harriet no está dispuesta a aceptar según qué cosas.

Contempló después el intercambio sobre la boda entre los Hawick y los Haffer, tomando nota de cada intervención. Miró por un instante a Lady Gianna cuando fue ella la que habló, para después regresar sus ojos al pergamino. Los escuchaba en silencio, hasta que Lord Lyonell se dirigió directamente a él, momento en que llevó su mirada hacia el Haffer. 

—Me pedisteis consejo sobre ese tema al inicio y mi sugerencia fue la misma que acaba de poner Lady Gianna sobre la mesa. Nuevo nombre y nuevo blasón para la unión de las dos Casas. Que una Casa sea absorbida por la otra también es una posibilidad. O un reparto como el que proponíais hace un momento. En cualquier caso las heredades deben quedar claras y bien definidas, por la paz del futuro de la Tierra de los Ríos. 

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17/08/2020, 12:21
Lady Morna Hawick

Morna asintió ante las palabras del maestre, considerando zanjado el tema de los caminos. Se masajeaba la sien, mientras volvía a posar la vista sobre Lady Gianna- Consideramos que es necesario que se nos entregue algo a cambio de la liberación de Ser Guileon Vance. Un acuerdo económico me parece lo más acertado, y para ser justa, basaré la cantidad en precedentes que se hayan dado al respecto, entre casas de fortuna y estatus similar al nuestro. Seremos razonables, pero debemos recibir algo a cambio, como he indicado. -concluyó, inspirando hondo, bebiendo un sorbo de vino, apretando el tallo de la copa entre los dedos, quizá con algo más de presión de la necesaria, antes de exhalar, despacio. 

La intervención de Hazzea no pareció causar mayor animadversión en su gesto, de hecho, por una vez, las palabras de la maestre le resultaron cautas y juiciosas en aquella reunión. Sin embargo tras la intervención de Esthal, y de Lord Lyonell, su rostro era una brasa de acero frío. 

Morna se levantó, despacio, y apoyó ambas manos sobre la mesa, mientras miraba al frente. Se permitió unos instantes de silencio, y esperó a tener la atención de toda la mesa, antes de hablar- Escuchadme bien, vosotros dos.-dijo, mirando alternativamente, tanto a su marido, como a Lord Lyonell, con un tono que si bien no era elevado marcaba cada palabra, pronunciándola con detenimiento, para dejar claras cada una de sus intenciones- No pienso permitir que eclipséis la boda de vuestros propios hijos derramando sangre. Me da igual vuestro estúpido honor. Si deseáis saber quien presenta una virilidad más extensa os vais juntos luego a las letrinas, y solucionáis el asunto a tales efectos. Pero aquí, os comportáis. Estáis en mi Casa. Y no toleraré esta estupidez. -dijo, tajante- Si tenéis el descaro de no respetar a la Señora de Fuerte Floresta, os quedan ganas de seguir faltándoos al respeto mutuamente y seguís con esas amenazas, o si desenvaináis cualquier arma o ejercéis cualquier tipo violencia en esta mesa, no me temblará la voz a la hora de mandaros a internar en los calabozos, a ambos. Así que no me obliguéis, guardáos la virilidad en las calzas y comportáos como hombres adultos, y no como jóvenes imberbes que cacarean como gallos de corral. -concluyó, guardando aún silencio al dejar clara aquella sentencia, clavando aún las pupilas sobre ambos, antes de añadir.

Ciertamente, vos mismo propusisteis tal cosa, Lord Lyonell. ¿O qué pensábais que significaba nombrar Hawick a los hijos del matrimonio y hacer de Valder un vasallo de Urthen? Significa, ni más ni menos, que en dos generaciones, cuando nuestros nietos nos sucedan, los Haffer serán vasallos de los Hawick. Es un concepto de heráldica básica. -indicó, permaneciendo aún de pie hasta asegurarse de que ambos calmaban sus ánimos - Entiendo que no comprendíais el alcance de vuestras propias palabras. Sea entonces, consiento que queráis retirarlas. En ese caso, mi propuesta única y final es esta: Una nueva casa, un nuevo blasón. La unión de todas las tierras. Y el renombramiento de vuestro hijo Valder a este nuevo apellido, así como el de posibles futuros hijos que podáis tener en otras nupcias. Si los Hawick perdemos la oportunidad de conservar un heredero, los Haffer deberían hacer el mismo sacrificio. De lo contrario, me plantearé otros candidatos para mi Bessa. No toleraré nada que no sea igual o superior que una igualdad de condiciones, para dos Casas de igual estatus. 

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17/08/2020, 12:49
Narración
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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17/08/2020, 12:50
Narración

Las palabras de Lady Mona resultaron ciertamente intimidantes. Era la señora de Fuerte Floresta, y no se le caían los anillos al demostrarlo. Su figura emanaba seguridad y confianza, y Lyonell estuvo seguro de que no le temblaría el pulso a la hora de mandarlo al calabozo en caso de considerarlo necesario. Si tenía que hacerlo, lo haría, independientemente del estatus de él o de la relación que compartían.

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17/08/2020, 12:56
Narración

Las palabras de Lady Mona resultaron ciertamente intimidantes. Era la señora de Fuerte Floresta, y no se le caían los anillos al demostrarlo. Su figura emanaba seguridad y confianza, y Lady Gianna estuvo segura de que no le temblaría el pulso a la hora de mandar a quien fuese al calabozo en caso de considerarlo necesario. Si tenía que hacerlo, lo haría, independientemente de su estatus o de la relación que compartieran.

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17/08/2020, 12:57
Narración

Las palabras de Lady Mona resultaron ciertamente intimidantes. Era la señora de Fuerte Floresta, y no se le caían los anillos al demostrarlo. Su figura emanaba seguridad y confianza, y la maestre Hazzea estuvo segura de que no le temblaría el pulso a la hora de mandar a quien fuese al calabozo en caso de considerarlo necesario. Si tenía que hacerlo, lo haría, independientemente de su estatus o de la relación que compartieran.

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17/08/2020, 12:59
Lord Esthal Hawick

Ante las palabras de su mujer Lord Esthal volvió a tomar asiento. No separaba los ojos de Lord Lyonell mientras lo hacía, y cuando arrimó su silla otra vez lo hizo con el rostro aún teñido de enfado.

—Jamás os perdonaré por haber obligado a mi mujer a reaccionar de esa manera —le dijo—. Sois un invitado, y ella la señora de Fuerte Floresta. No lo olvidéis.

Después de esas palabras apartó la mirada de él para dirigirla a Lady Morna, suavizando poco a poco su expresión. Sin duda a él mismo le había intimidado, pero a una parte de sí mismo le había encantado ver a su mujer de ese modo.