Cuando Garin fue a disparar, el cañón produjo un zumbido desilusionado. No iba a funcionar más. Las quimeras se echaron encima y le tosieron con fuerza. Eddie, por su parte, con el agua por las rodillas y la porquería chorreándole por el pecho y los pantalones de cuero, tomó impulso y le arreó tres machetazos al reptil albino que hicieron que saltase la sangre, la carne y las escamas. Eddie soltó una carcajada enloquecida y ni siquiera el coletazo salvaje que le dio el cocodrilo le hizo parar.
Motivo: glamour
Dificultad: 1
Tirada (3 dados, se repiten 10s): 2, 8, 4
Éxitos: 1, Éxito
Motivo: ataque eddie fdv
Dificultad: 1
Tirada (9 dados, se repiten 10s): 8, 2, 8, 5, 6, 9, 10, 5, 8, 6
Éxitos: 5, Éxito
Motivo: ataque cocodrilo
Dificultad: 1
Tirada (6 dados, se repiten 10s): 5, 10, 6, 4, 5, 7, 9
Éxitos: 2, Éxito
El látigo de Van Doren chasqueó en el aire una tercera vez y en esta ocasión acertó de lleno en la quimera y estalló en llamas desde el mango hasta la punta.
Motivo: Látigo+FdV
Dificultad: 1
Tirada (7 dados, se repiten 10s): 6, 1, 6, 10, 7, 9, 4, 9
Éxitos: 3, Éxito
Garin, desesperado, hizo como si fuese un cowboy con un lazo. Una de las quimeras Plaga fue suspendida por el pie y sujetada al techo por una cuerda. La otra fue eliminada por Van Doren con un grito de agonía. Eddie repitió la acometida y cercenó del todo la cabeza del cocodrilo. El cuerpo del reptil se colapsó y pasó a flotar. El redcap cogió la cabeza y la lanzó a la pasarela de cemento mojando a Van Doren y a Garin en el proceso. Tenía una herida en el brazo y estaba empapado, pero parecía eufórico cuando salió a pulso del canal. De un machetazo en el cráneo se ocupó de la quimera colgada y sin dejar de avanzar cogió a Garin del cuello y lo empujó hacia el canal.
Motivo: cantrip
Dificultad: 1
Tirada (6 dados, se repiten 10s): 10, 6, 7, 4, 3, 10, 1, 8
Éxitos: 3, Éxito
Motivo: ataque eddie
Dificultad: 1
Tirada (9 dados, se repiten 10s): 7, 9, 6, 8, 4, 1, 9, 8, 7
Éxitos: 4, Éxito
-Tienes diez segundos para decir lo que tengas que decir antes de que te ahogue en el río de mierda -dijo Eddie cogiéndole de la nuca e inclinándolo hacia el agua sucia.
Van Doren abrió la boca todo lo que le dio la mandíbula mirando su vestido, ahora manchado por una mezcla de sangre y barro maloliente. En su mano el látigo volvió a encenderse, pero se apagó cuando la pooka cerró los ojos para contener su rabia.
-¡Eddie! -exclamó resoplando y se acercó a él para separarlo de Garin-. No. Primero tenemos que salir de este infierno y luego llevarle al feudo.
-Pandora me ha dicho que Dung está muerto y sé que esa quimera es suya -dijo Eddie-. No tengo que sumar muchos números para saber que es culpa tuya. ¿Por qué tendría que hacerle caso y dejarte marchar? Podría matarte ahora y vengar a mi colega. Como ya has visto, los vejestorios todavía tenemos cuerda para rato...
-¡Yo no lo maté! Sólo cogí el cañón, necesitaba defenderme. Esa cosa, la calavera... Lo ha matado ella. Y viene detrás de mí y quiere hacer lo mismo conmigo. Por favor, no me llevéis al feudo. Si estoy allí, ella vendrá y nos matará a todos. Se ha hecho muy grande, demasiado grande, y ya no puedo controlarla. Por favor. Por favor, yo sólo quería ayudar a Stevron -gimió Garin.
-Eddie, lo necesito más o menos entero, así que no afiles los machetes todavía -la Madame se volvió hacia Garin-. Niño estúpido. ¿Acaso crees que solo tú quieres ayudarle? Te vienes conmigo.
Van Doren tuvo que conducir el coche de Eddie de vuelta al feudo una vez salieron de las alcantarillas, pues un sluagh es imposible de atar y el redcap prefería amenazarle desde el asiento de atrás para asegurarse de que no hiciera nada inapropiado. Después de aparcar y tras llevarlo al feudo, Garin aceptó ser llevado a sus habitaciones cuando Van Doren "le persuadió" para ello. Para entonces, las ropas de Eddie y las suyas estaban ya secas, aunque seguían oliendo a agua estancada.
Eddie le hizo una seña para hablar fuera con la puerta entreabierta y sin dejar de echarle un ojo al sluagh, que intentaba vendarse la pierna herida con poca fortuna. El redcap miró pletórico a Van Doren con una sonrisa de sincera alegría.
-Lo que todo hombre necesita para reponerse es una buena carnicería y unos cuantos machetazos. Gracias, Annie. Me gustaría llevarte a celebrarlo, pero supongo que tienes que quedarte aquí de carcelera y...
-Dámelas llevándome el vestido al tinte -le cortó mirándole con reproche. Aún así la pooka aflojó un poco el duro gesto y sonrió ligeramente-. Pero me alegra ver que te has vuelto a engrasar las articulaciones. Sabes... En el feudo te necesitamos, más ayer que mañana. No nos vendrían nada mal tus machetes en la cocina.
-Yo no he sido el que ha elegido las alcantarillas para un paseo matutino, guapa -rió él-. Me lo pensaré. Tengo que recuperar la mañana, pero quizá el fin de semana o alguna tarde libre... Qué demonios, me he divertido. No sabía que lo echaba de menos tanto hasta que lo he hecho. Cuando me necesites otra vez, llámame.
Eddie sonrió. El pelo se le había despeinado al mojarse y ahora parecía más natural. Había más autenticidad en su aspecto, como si se hubiese reconciliado con su semblante feérico, sus tachuelas y su cuero.
-Lo haré -le aseguró y se despidió de él. Van Doren volvió a entrar en la habitación y miró a Garin de manera reprochadora-. ¿Qué voy a hacer contigo?