Partida Rol por web

Martes, 20 de noviembre de 1984 - 17:23

El amante de Silveth trabajaba como tatuador en su propio estudio, en el Haight. La recepcionista, una punk que se presentó como Bri, le enseñó algunos de los trabajos de Jacob, bastante buenos. Cuando el joven se desocupó, la llamó para tratar con ella los detalles de su encargo... aunque no fuera tal.

Van Doren miró los tatuajes y al ver entre ellos varios diseños de una araña se le ocurrió algo descabellado, pero Jacob interrumpió sus pensamientos. La mujer observó al chico de arriba abajo y pensó que la verdad no estaba nada mal... En lo que había visto no parecía tener una relación muy maravillosa con Silveth, pero no se sorprendió, después de todo era Silveth y nadie le aguantaba... Aunque sentía curiosidad. La pooka le habló de sus ideas para el tatuaje durante un momento antes de llevar poco a poco la conversación a un plano más personal...

-Oye, que te iba a decir... ¿tienes novia?

Jacob levantó la mirada y sonrió, halagado por el interés de una mujer tan guapa, pero con la diversión de alguien que no está interesado en el tema.

-No, no tengo. Tampoco quiero. No juego en ese equipo. -Sus dedos expertos trazaron otro boceto rápido y se lo enseñó-. ¿Prefieres así o sigues pensando en usar la tela de araña como fondo?

-Ajá, ya veo por donde vas... Pues no se que haces soltero con lo mono que eres. ¿Una ruptura muy fea? Yo he tenido varias de esas.

Van Doren volvió a prestar atención a los ejemplos que le enseñaba como si tal cosa.

-No se, no se, igual algo más... ¿Puedes hacer una araña que parezca que está ahí de verdad?

-Sí. He tenido que dejar a mi novio porque eramos bastante... incompatibles. Creo que no estaba muy bien de la cabeza. Le quiero, le aprecio, pero tampoco le amo como para dejar pasar eso. Es complicado -soltó. Pareció avergonzarse por lo que había dicho, así que se inclinó más sobre el dibujo-. Sí, con el sombreado podría hacer relieve y sensación de profundidad.

-Mira, tienes pinta de ser un chico majo... Yo te digo una cosa, no deberías sentir pena por él. Me suena a que te ha tomado el pelo y que tienes el síndrome ese, el de Eslovaquia. Yo me he pasado horas llorando por gentuza que no se lo merecía, pero desde que no lo hago me siento mucho mejor. Además mira que talento, tu vales mucho, te apuesto lo que quieras a que estás mejor sin él, así que nada de sentirse culpable. A saber cuantas veces le habrás tenido que aguantar... Y apuesto a que nos e interesaba por tu arte.

Van Doren le dio un par de palmadas en el antebrazo y se acercó un poco más a él para hablar por lo bajo.

-Oye, ¿andas más de pasta? ¿El chico este es famoso o rico? Mira, conozco una forma estupenda de olvidar amantes. Yo tenía un novio que me pegaba siempre que se emborrachaba. A mi y al perro, e incluso al canario si me despistaba. Le dejé, pero seguía acosándome en mis pesadillas y en la realidad, así que decidí ponerme dura. ¿Sabes lo que hice? Me colé en su oficina haciendo creer a la secretaria que todavía estábamos juntos, después de todo el muy anormal lo seguía pensando, cogí todos sus papeles secretos y se los presenté a los de hacienda, que le llevaban tiempo investigando. El tío acabó en la cárcel y yo me gané una pasta con las entrevistas del periódico. Me monté un negocio con el dinero y ahora conduzco un Porche.

El asqueroso este nunca me dedicó una palabra bonita ni me sacó a cenar, así que pensé: ¿por qué no?. Siempre hay que sacar algo de esa gentuza para resarcirte. Dicen que vengarse es malo, pero créeme que duermo muchísimo mejor desde entonces sabiendo que está encerrado y que no puede hacer daño a nadie... Y además me vino de perlas, porque no me daba para pagar el piso y me iban a echar.

La pooka asintió.

-Lo de la profundidad suena bien.

-No estoy para tirar cohetes, pero... Él está trabajando de modelo y algo más tiene, sí. -Jacob carraspeó-. Mira, siento lo que te pasó, pero no estoy seguro de que Neil se merezca... Quiero decir, sí, podría hacerle daño si quisiera, pero él no ha sido malo conmigo. Sólo se ha comportado como un loco. Y además yo... Yo le he hecho más daño que él a mí. Aunque he de admitir que a veces le daban cambios de humor muy fuertes y que si no se hubiera comportado así yo no habría... -El tatuador frunció los labios-. Le saqué del arroyo y le acogí. Le ayudé. Supongo que él me debe... me debe...

Había conseguido hacerle dudar, pero necesitaría un empujón más fuerte si pretendía hacerle caer del todo.

-Vete a por ello -sentenció la pooka-. Demuéstrale que contigo no se juega, que eres una persona y no un juguete. Si no no va a aprender nada de todo esto, no va a aprender que sus actos tienen consecuencias que podrían haberse evitado. Y luego olvídate de él y disfruta de la vida. Te puedo presentar a alguien un día de estos -le guiñó el ojo.

-¿Y qué hago? -Jacob torció el gesto-. Creo que ya he hecho todo lo que podía para dañarle. Por mi culpa va a morirse. -Se encogió de hombros-. No es que haya más.

-¿Cómo que va a morirse? ¡No seas exagerado! Pero si tienes cara de no poder matar una mosca, ¿qué le vas a hacer tú?

-Ya está hecho -musitó Jacob-. Le contagié el sida.

Tan pronto salieron esas palabras de sus labios, el tatuador se alteró muchísimo.

-Oh, joder, ¿lo he dicho? ¿Por qué lo he dicho? Escucha... Escucha, por favor, tienes que guardarme el secreto. No se puede saber que soy seropositivo, perdería mi negocio. No está claro... no está claro cómo se contagia. Sólo el sexo... Es decir, no soy peligroso...

La pooka le miró genuinamente sorprendida, aunque luego pensó que eso podía explicar por qué el sidhe actuaba como actuaba...

-No te preocupes, no se lo voy a decir a nadie -dijo mientras en su cabeza pensaba que ya no era tan buen plan el hacerse tatuajes en ese sitio-. Nadie tiene por qué saber que tu eres portador, el que sepan que él lo es es suficiente. Ya no volverá a embelesar a chicos como tú para luego atormentarlos.

-Me lo pensaré, ¿vale?

Viendo que Van Doren quería salir y algo abatido, el tatuador la acompañó a la salida.

-Escucha, seas quien seas, te pido por favor que no digas nada sobre lo que te he contado...

-Ni mu. Y bueno, si puedes no mencionar tampoco nada de lo que te he dicho... A mi negocio tampoco le va bien que se sepa que extorsioné a mi ex. Supongo que esto es un pacto.