A pesar de su estatura y su pelo rojo, Gábriel se las ingenia para pasar desapercibida para sus colegas recogiéndose el pelo y caminando muy detrás de ellos. Comprueba durante un rato que en efecto callejean por el barrio deteniéndose en los puestos y tenderetes y pronto se aburre de seguirles.
Da media vuelta y pasea observando a las gentes, que la miran con curiosidad unos, y con lascivia apenas contenida otros. No ve ningún troll por el barrio, y pregunta a algún ciudadano sobre ellos. Lo que le cuentan de los trolls es que no se dejan ver por el día, ya que normalmente están descansando, y como todo el mundo sabe, odian la luz de Yelm. Por la noche sin embargo salen de sus casas y la ciudad tiene una extraña actividad nocturna. Los trolls mercadean por la noche y mantienen las tabernas abiertas, lo cual ha hecho que éstas sean más prósperas y ha dado trabajo a más gente. No son muchos los trolls que viven en la ciudad, apenas unos cientos y casi todos viven en un barrio de peor aspecto que el de los porqueros o los pescadores. Pero curiosamente no parecen ser problemáticos. La guardia nocturna está compuesta por trolls y trollkins casi exclusivamente. Al parecer algunos no ven con buenos ojos que los trolls vivan en su ciudad, pero son los menos y parece que la mayoría se ha acostumbrado a su presencia. Además, el estatus de la muchos de los trolls está por encima de los granjeros, ya que al ser muchos trolls guerreros y formar parte de la guardia se les equipara con la casta de los caballeros. A veces hay altercados entre trolls y humanos, pero no son muy frecuentes dado que la mayor parte del tiempo ambas razas tienen su actividad en momentos diferentes del día, y como la guardia nocturna está compuesta por trolls y trollkins, los humanos han aprendido rápido a no buscar problemas nocturnos.
En cuanto al duque, Gábriel observa que el palacio es un recinto amurallado dentro de la ciudad. Una verdadera fortaleza interna a la cual no se puede acceder sin un permiso expreso. Guardias patrullan las murallas y vigilan las puertas día y noche.
Tras haber hecho sus investigaciones por Marost, Gábriel regresa a la posada.
Gabriel regresa a la posada ya tarde, tras deambular por distintos barrios de la ciudad observando y tratando de entablar alguna charla casual con las gentes del lugar intentando sin éxito obtener más información sobre la seguridad del duque sin llamar demasiado la atención. Sin embargo su condición de extranjera tal vez juegue en su contra a la hora de conseguir que le cuenten datos relevantes acerca de tal cuestión. Lo único que logra sacar en claro es que la guardia personal del duque está a cargo de Orktbrak, un Señor de la Muerte.
Tirada oculta
Motivo: Habla Fluida
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 39 (Fracaso)
En breve reincorporaré a Gábriel a la siguiente escena.