Partida Rol por web

El choque inicial entre los dos jinetes es brutal. Ambos golpean con sus lanzas al oponente, se oyen terribles gritos de los guerreros y animales y la nieve se tiñe del rojo de la sangre que mana de las terribles heridas sufridas...

La lanza de Obendiya alcanza con precisión milagrosa, como guiada por Urox, la garganta del dragonut de verdes escamas. Pero el impacto de la lanza de su oponente tampoco yerra el blanco, y la afilada punta golpea en mitad del escudo del guerrero para resbalar hacia abajo sobre la superficie haciendo saltar pedazos de cuero y astillas, hasta alcanzar el filo del escudo para quedar libre y hundirse casi un palmo en la carne de Michabo, que muje de dolor mientras un chorro de sangre brota de la herida.

El jinete cierra las rodillas y presiona con la izquierda espoleando así hacia ese lado a Michabo, que a pesar de la herida continúa su galope resoplando y mujiendo dolorido. Cuando se da la vuelta, Obendiya comprueba que el dragonut yace sobre la nieve, con la cabeza casi arrancada del cuerpo por el terrible desgarro que su certera lanza ha causado en su garganta. La montura del dragonut derribado la sujetan de nuevo dos o tres exploradores, calmándola.

- ¡Urox me ha dado la victoria!

No tienen cabellera, así que no se si quedarme con sus colmillos o con sus garras...

Obendiya está tentado de tomar un trofeo de su oponente caído, como es costumbre en su pueblo, pero estas criaturas son extrañas y de pensamientos tortuosos, y no quiere arriesgarse a provocar un ataque de sus congéneres por profanar el cadáver aún caliente de su camarada. Así que se queda mirando unos instantes el cuerpo sin vida que todavía sigue derramando sangre por el cuello destrozado, y luego se vuelve a Ixlavish.

- He resultado victorioso de la prueba... aunque el premio es abandonar a mis compañeros y unirme a vosotros, unos extraños cuyas intenciones desconozco y cuyas metas no me importan lo más mínimo. ¿Y qué ganan mis compañeros con este encuentro, salvo perder miembros del grupo?

Y sin esperar respuesta, pues ya ha tenido antes prueba de la impasibilidad del dragón que camina sobre dos piernas, se dispone a usar su magia sobre la herida de Michabo, aferrando su bolsa de medicina y pronunciando palabras en susurros con los ojos entrecerrados.

Formidable!, pensó al ver el choque de trenes.

Haciendo ostensiblemente el gesto afirmativo con la cabeza, dio a entender que le había gustado lo que había visto.

Este humano ha tenido la valentía y la fuerza de un mostali, creo que nuestra relación va a cambiar a partir de ahora...

Vemos si el Roto corre la misma suerte.

El diminuto mostali espera unos instantes por si el dragón que camina sobre dos patas le contesta a Obendiya, pero una vez más la hierática criatura desatiende aquello que no le interesa escuchar y permanece mirando al resto del grupo esperando el siguiente candidato.

Ese soy yo. No le daré oportunidad de usar ese arco que parece su arma favorita. Y estoy convencido de que mi armadura resistirá los ataques de esas pequeñas espadas... eso si logra alcanzarme, porque va a tener que agacharse mucho. En cuanto a sus escamas...

- Combatiremos a pie, a distancia de nuestras armas de cuerpo a cuerpo, sin ninguna otra restricción. Estaré preprado en cuanto prepare mi arma -dice mirando a Salanth, su oponente. Enseguida vuelvo.

Y curiosamente, Swot se va a la parte trasera de la carreta y sube a su interior, desapareciendo de la vista de todos. Pronto se oyen ruidos metálicos en el interior de la carreta y la lona se mueve de vez en cuando como consecuencia de lo que sea que esté haciendo Swot en su interior.

Swot se despoja de su coraza y de su cota de malla y deposita su hacha sobre un barril. Luego se concentra unos instantes y lanza sobre su arma un conjuro para que su filo sea mortífero.

Luego se apresura a colocarse la armadura y sale del carromato con su arma en las manos.

Swot emerge del carromato al cabo de unos pocos minutos, como si nada hubiera pasado. Lleva su hacha en las manos y parece accionar un mecanismo, y en cuanto lo hace, el arma chirria y su mango metálico comienza a estirarse hasta alcanzar una longitud de casi el doble de su tamaño normal según va saliendo una sección del interior de otra.

- Vamos, lagartija, veamos si tus escamas son tan duras como crees...
 

Tres Tubos se mantiene como espectador tras ser rechazado su ofrecimiento de ayuda, deseándole suerte y el favor de Mostal al diminuto enano.

- Está bién, veo que no has perrdido el orgullo de enano de hierro -le dice arqueando la ceja- Segurro que no has olvidado lo esencial del combate. Que Mostal guie tus movimientos parra que sean tan prrecisos como Máquina.

Acto seguido, comienza el combate del explorador humano, y como no está familiarizado con el combate con monturas observa y aprende, aunque resulta ser un combate muy corto, de tan sólo una carga.

- Parece devastador. Sin duda no se debe enfrentar uno a un jinete en campo abierto. -piensa mientras observa el encuentro con sus brazos cruzados sobre el pecho. Al acabar, hace un gesto de aprobación al ver el resultado, una mueca con su boca torciendo los labios hacia abajo mientras menea la cabeza arriba y abajo y mira a sus compañeros enanos de hierro para transmitirles su juicio sin mediar palabra, y comprobando además que Arbar está de acuerdo por sus gestos.

En poco tiempo, Swot se enfrentará con el otro ser reptiliano. Respira hondo y espera que el resultado sea como el del combate anterior, con un dragonut ensangrentado en el suelo.

Pese a no conocer mucho a estos rivales, del pueblo de los dragones, el resultado no ha sido una sorpresa. Hal conoce al pueblo de los bisontes y el espíritu guerrero de Obendiya, sus acometidas son atronadoras e imparables. Sonrrie alegre al ver al nómada salir victorioso y levanta el puño como breve celebración de la hazaña.

Ahora resta Swot, al cual no ha visto a penas en combate pero, es un mostali y viste recia armadura, será duro de pelar, sin embargo, asiste ansioso a los primeros movimientos, apretando fuertemente las riendas en su puño. Los primeros movimientos prometen, espera que el hijo-de-dragon Salanz caiga rápido. Aunque hay otro pensamiento que no le abandona. No puede quitarse de la cabeza que, el premio por la victoria, es tomar el lugar de los caidos, ¡quién sabe con que propósito y hasta cuando!

El dragonut adopta una posición de combate con sus dos espadas cortas, una en cada mano. Realiza sus ataques con la izquierda, y desvía los golpes con el arma que empuña con la derecha. Sus movimientos son rápidos, y es el que lleva la iniciativa en el combate...

Swot permanece a la espera de los ataques del dragón que camina sobre dos patas, que es más rápido. Le lanza una certera estocada con la espada de hueso que lleva en su mano izquierda y el mostali bloquea con el metálico mango de su hacha, pero aún así el golpe le alcanza en la placa pectoral de su armadura, haciéndole un leve arañazo. Cuando Swot contesta con su mandoble y el dragonut lo detiene con su pequeña espada, el hueso se astilla con un crujido y el terrible ímpetu del hacha le golpea en el brazo derecho, aunque sus escamas son tan duras como el bronce, pues no sangra.

Los dos siguientes intercambios de golpes parecen repetición del primero: nuevamente el dragonut le alcanza y desvía el golpe, y el contraataque del mostali hace crujir la cada vez más deteriorada espada del escamoso guerrero y además recibe un golpe en el abdomen y otro en la pierna derecha, en la que por fin aparece un pequeño corte.

Entonces el dragón hace honor a su nombre, y abriendo sus fauces, deja salir una llamarada mágica que pilla por sorpresa al pequeño mostali: las roja llamas cubren por completo al enano de hierro que no puede hacer nada para protegerse. Cuando cesa el mágico ataque, el mostali está en pie, humeante, con su arma y armadura chamuscada y en muchos puntos deformada, pero vivo y dispuesto a terminar el combate.

Recibe una última acometida del dragonut que, a pesar de desviarla, le alcanza de refilón en el abdomen y rebota contra sus placas de cobre encantado. Y entonces contraataca con un mandoble que hace girar el hacha sobre su cabeza para descender en un arco mortífero sobre la rodilla izquierda del guerrero enemigo, que con su espada de hueso ya muy deteriorada no bloquea con demasiada eficacia. El filo impacta lateralmente en los blandos pliegues de la corva y el corte es tan profundo que casi cercena el miembro, que queda colgando de un trozo de carne y piel. El dragonut grita y vuela por el aire levantando las piernas en su caida, para golpearse en la misma pierna que ha recibido el hachazo.

La criatura se revuelve unos instantes en el suelo, mientras la sangre sale a borbotones por su herida, hasta que al fin queda inerte y muere.

Entonces Swot, sin más ceremonias, comprueba los daños sufridos por su arma y su armadura.

El maldito fuego mágico a combado el mango del hacha y las placas de la armadura. Será costoso reparar todo su equipo...

- Eh, tú, Ixlavish, espero que puedas pagar los desperfectos que he sufrido en este estúpido combate sin sentido. Mi equipo es muy valioso y si el premio que Obendiya y yo vamos a recibir es ser reclutados de manera forzosa en vuestra caravana... se nos pagará generosamente. Espero.

El dragonut portavoz observa como los pequeños dragonut exploradores recogen los cadávers y pertenencias de sus compañeros muertos. Luego se vuelve hacia los mostalis y humanos que han interceptado y obligado a combatir en este extraño juego mortal.

- Bien. El jinete del... monsstruo peludo gigante... al que he oído llamar Obendiya, y el diminuto guerrero de metal al que he oído llamar Sswot, han luchado con honor y no deben temer repressalia alguna de Ssalanth o Khesssyrunax si se vuelven a cruzar en ssu camino en otra ocassión.

Hace un gesto y la comitiva comienza a moverse. Los jinetes guerreros que rodeaban el carro de los mostalis se ponen en marcha y los enormes monstruos de cabeza cornuda que transportan el palanquín se agitan, prestos para ponerse en marcha de nuevo.

- Sswot, Obendiya, recoged vuesstrass cossass. Obendiya, iráss en vanguardia de nuesstra caravana con loss otross jinetess. Tú Sswot viajaráss ssobre esse tricuerno de ahí -dice señalando a la enorme bestia que transporta pertrechos en su lomo. Vuesstrass almass esstán ahora ligadass a nuesstro desstino. No podréiss abandonar la missión hassta que sse oss libere de la missma. Ssi abandonaiss contra nuesstra voluntad... vuesstrass almass abandonarán vuesstross cuerposs.

Aparentemente va a darse la vuelta y marcharse sin decir nada más, pero tras ese primer ademán se detiene un instante y añade algo.

- Podéiss continuar vuesstro viaje. Vuesstross compañeross ssirven ahora en una missión diferente. Quizá vuesstross caminoss sse vuelvan a cruzar en el futuro...

Y entonces sí, se marcha. Sube de nuevo al tricuerno con el palanquín y desaparece en su interior.

Cuando "El Roto" fue envuelto por el fuego mágico del Dragonút, veramente se preocupó, pero al ver cómo volvía a la carga y como vencía a su rival, se sintió orgulloso de su mutua condición de hijos de Mostal y volvió a realizar el mismo gesto de aprobación que hizo tras el anterior combate...

Parece que el pequeño mostali ha sido un hueso demasiado duro de roer para su rival... otro ejemplo más de nuestra superioridad... Y buscó la complicidad de Tres Tubos, que seguro que había disfrutado como él.

El veterano capitán no ha pestañeado durante el combate. Un ligero gruñido ha escapado de su boca cuando el dragón ha vomitado fuego sobre el diminuto soldado mostali, pero poco más.

Escucha en silencio las palabras del portavoz de los dragonuts, con la resignación del que sabe que no hay nada que negociar. Krunk solo sabe negociar con las armas en la mano y en este caso una negociación como esa daría al traste con la misión.

Se dirige a los compañeros que están a punto de partir. Han sido contratados por él por un precio y merecen cobrar su soldada por el tiempo que han servido.

- Obendiya, has servido bien a nuestra misión el tiempo que has estado a nuestro lado. Has sido un fiel compañero de armas y has demostrado conocer el oficio de la guerra... con tus propios métodos de combate, eso sí. Espero que estos dragones que caminan aprendan de tí lo que es el valor y la lealtad. Ten esta bolsa de monedas por tus servicios. Es un justo pago.

Luego se vuelve hacia Swot

- Swot, eres un pequeño mostali que ha demostrado no haber olvidado que es una máquina de combate, aunque en miniatura. Confieso que dudé de tu compromiso con la senda de Mostal, pero esta aciaga tarde se ha probado que el mecanismo aún funciona en tu interior. Cuando finalices cualquiera que sea la misión que los dragones te encomienden, espero verte de nuevo en Mal Negocio, donde son necesarios soldados competentes como tú. Aquí tienes otra bolsa de monedas por tus servicios. Es un justo pago.

Entonces echa una última mirada con ojos entrecerrados a Ixlavish antes de que desaparezca en el interior del palanquín y se gira hacia el resto del grupo.

- Despedíos de los compañeros que parten por sendero diferente al nuestro y pongámonos en marcha. No perdamos de vista que nuestro objetivo es seguir a esa carreta hasta dondequiera que vayan, y ya hemos perdido una buena hora de luz diurna aquí jugando con nuestros amigos los dragones.

Hal se acerca a los dos amigos que parten con un sentimiento agridulce. Alarga su mano a Obendiya y se agarran los antebrazos, un signo de gran amistad entre los orlanthis. - ¡Genial!, me abandonáis con los más alegres - bromea levemente y se arrodilla ante Swot. - Tú sigues siendo mi mejor amigo mostali, no dejes que esos piel de lagarto te metan ideas raras en la cabeza - se vuelve a poner en pie, los mira un instante y añade - Ahora estáis solos, cuidaos mutuamente -, después vuelve a montar y se aleja en dirección a la carreta que perseguían, quiere saber cuanto antes si siguen enteros y donde demonios están.

El guerrero se despide de Hal sin mucha efusividad, pero resulta evidente que tras pasar tantas semanas juntos ha congeniado bien con él.

- Que los vientos te sean favorables, Buscasendas. Espero que nos veamos de nuevo.

Después se dirige a los mostalis.

- Siento tener que abandonar la misión sin verla concluida. Habéis sido buenos compañeros de armas: hemos sangrado juntos en batalla, así que siempre os consideraré mis camaradas.

Se aleja haciendo trotar a Michabo sin mirar atrás, uniéndose a la caravana de los dragones que caminan sobre dos patas.

El mostali refunfuña y maldice mientras recoge sus pertrechos. Palabras como "reptiles inmundos", "lagartijas sin cerebro" o "iguanas apestosas" se oyen en su monólogo particular. Cuando termina, se despide de Hal primero y de sus hermanos mostalis después.

- Hal, amigo, siempre llevarás el hacha que forje para tí, así que acuérdate de mi cuando la uses contra tus enemigos.

Se vuelve hacia Krunk y el resto de mostalis.

- Capitán, agradezco sus palabras, ha sido un honor servir bajo sus órdenes. La Máquina del Mundo puede ser reparada de muchas formas y en muchos lugares. Espero librarme pronto de las obligaciones con estos compañeros forzosos y así volver a la senda que Mostal ha trazado para mi en el mundo de la superficie.

Entonces sin mediar palabra alguna más, se dirige al monstruoso animal de tres cuernos en la cabeza y con grandes dificultades sube a su lomo por una cuerda anudada como la que el lagarto con anteojos ha usado para subir al otro. Desde arriba, les dice adiós con la mano un instante y luego se vuelve a mirar hacia adelante.

Swot, dijo, (Por vez primera no le llamaba "Roto"), has demostrado gran valía, eres un gran mostali del hierro y te deseo que finalise prronto tu viaje y nos volvamos a verr...

Obendiya, dijo después girándose hacia el humano, has demostrado ser también un gran guerrero, como y desirr a Swot, deseo que nuestros caminos se vuelvan a krussar en brreve.

Golpeó después el mango del martillo contra la coraza dos veces como gesto de despedida. 

Krunk echa una mirada a los dragones que caminan sobre dos piernas mientras se alejan y mira de reojo a Argörath y Thorkegar, que no se han despedido de ellos. Ciertamente no estaban muy unidos a ellos, pues no eran más que guías contratados como Hal, pero han pasado muchas semanas juntos, han combatido y han visto sus vidas en peligro muchas veces durante la aventura y tal vez merecían unas palabras como las que los demás han pronunciado. Hasta un mostali desarrolla unos mínimos sentimientos de camaradería con los compañeros tras pasar por lo que han pasado ellos.

Últimamente la presencia de ambos pasa desapercibida y aportan poco al grupo. Diríase que Krunk comienza a preguntarse si no ha sido un error traerles a esta misión a ellos y no a otros, con sus mismas habilidades pero mejor disposición de espíritu.

- En marcha -dice secamente. Sigamos las huellas. Hal, en vanguardia. Ahora estás solo, así que permanece atento a cualquier indicio de emboscada y no te alejes nunca más de lo necesario.

Y así, reanudaron el viaje y dejaron atrás a dos de sus compañeros, que partieron al sur junto a los dragones que caminan sobre dos piernas.