Partida Rol por web

La noche transcurre tranquila y todos duermen cómodos y calientes en el interior del gran salón del clan. Al amanecer, tras un rápido desayuno, los tres exploradores tienen que decidir cuál será su destino.

Obendiya se levanta pronto, y al observar que sus compañeros duermen se va a comprobar el estado de Michabo, mientras camina hacía los establos intenta observar si hay algo extraño o fuera de lo común para una aldea como esta dando una vuelta por ella, cuando llega con Michabo se queda un rato con con él preparándolo para el viaje que deben emprender, cuando ve que ya deben estar despiertos se acerca al salón.

-Bueno Hal, ¿entonces deshacemos nuestro camino para confirmar si el camino es correcto?

Después de disfrutar de un profundo sueño, Hal se despierta para ver como casi todo el mundo está aún bajo mantas y pieles, al ver que Obendiya no está, despierta a Swot y preparan sus cosas para la marcha. Al salir de la gran casa, encuentran a su amigo y hablan de la ruta a seguir.
- La verdad es que no sé que hacer, si buscamos más allá de la aldea y no encontramos nada, tendremos que volver por donde vinimos, igualmente si lo intentamos en el camino del Este hacia el Paso de Kartolin, podriamos perder el tiempo para nada. Es muy posible que al ser un Meldek se dirija a las ciudades del Sur pero, lo extraño es que no hayan sido descubiertos por nadie del clan. Quizá, lo mejor sea que busquemos una ruta cercana, por la que puedan haber rodeado la aldea sin ser vistos con un carreta y si no encontramos rápidamente su rastro, entonces volvamos atrás.
Mientras piensan que hacer, recuerda lo que dijo la noche anterior - Antes de irnos, me despediré y les ofreceré nuestra ayuda en pago, aunque solo podamos ofrecer una pieza de caza a nuestro regreso.

Los exploradores se despiden de Lodregast con una promesa de ponerse a su servicio como cazadores una jornada cuando regresen, para aportar a su clan una pieza de caza. El noble parece complacerse con su ofrecimiento y les despide con un deseo de que los vientos les lleven por el camino correcto y den caza a la presa humana que persiguen. Antes de que partan, como muestra de generosidad Lodregast les entrega a los tres una bufanda de tela de color azul con rayas amarillas formando unos dibujos cuadrados, similar a la que llevan muchos de sus hombres.

Durante las primeras horas de la mañana rondan por los alrededores de la aldea y examinan los caminos en los límites de las tierras de los Kochgeran. Se encuentran con centinelas que patrullan los caminos y en ningún caso identifican positivamente la carreta que buscan. Cada vez es más evidente que no han usado el camino del sur, así que dan media vuelta y a paso vivo remontan de nuevo el camino en dirección norte, dejando las tierras de los Kochgeran atrás. Poco antes del mediodía, avistan a lo lejos una carreta que viaja hacia el sur y se va acercando comprueban que son sus compañeros mostalis, que ya les dan alcance...