Partida Rol por web

El ladrón en las sombras

Protegiendo a la vieja feriante

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27/04/2013, 13:54
Director

En determinado momento en el que pueden hablar a solas, Horen, el hosco guerrero que tan heróicamente ha luchado al lado de Gábriel durante el asalto de los bandidos, se le acerca para transmitirle una propuesta...

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27/04/2013, 17:04
Horen

Oye, pelirroja. Tengo que decirte algo que quizá te interese. Sé que sientes curiosidad por los trolls que proliferan en esta zona... Era algo así ¿no? Bueno, tus motivos tendrás. En fin, verás, tu amiguita, la vieja esa tan simpática con la que compartes relatos heróicos y hazañas varias, está muy asustada. Como ella sí -y dice esta última palabra elevando el tono, recalcándola mientras le da unos golpecitos en la punta de la nariz con el índice extendido- sabe distinguir un hombre protector y entregado, me ha pedido que le acompañe durante dos semanas para escoltarla de posibles peligros. He pensado que debería decírtelo porque, ya sabes, las Hijas Leales de Vinga -esta vez lo dice mientras abre los ojos mirando al cielo y abriendo los brazos-, Orlanth las tenga en su gloria, siempre defienden al indefenso; y además es una oportunidad de oro para alejarnos de este sitio y que puedas seguir estudiando a tus uz sin levantar sospechas entre tanta gente. Supongo que tú tendrás que hacer cosas más importantes, pero no creo que tus hermanas vinganas vean con buenos ojos que hayas ignorado la petición implorante de una pobre anciana, ¿no es así? Entonces, al ver la cara de reproche de Gábriel, se apresura en añadir: Oh, déjalo. Sólo me pregunto que pasará por tu cabecita y qué haría tu diosa si la muerte de esa mujer pesara sobre tu conciencia, sabiendo que ignoraste su petición de ayuda.

Horen tamborilea con sus dedos en el mango de su hacha. Parece impaciente por partir, pero no lo muestra. ¿Y bien, no te vendría bien un dinero extra? Levanta el brazo derecho y señala con el pulgar detrás de él.

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27/04/2013, 17:26
Gábriel "La Cazadora"

No, a Gábriel no le gusta que le interrumpan cuando está en sus cosas. Y ese pesado de Horen no para de meterse donde no le llaman-¿Qué demonios querrá ahora...?-piensa mientras suspira. Separados un trecho del grueso del grupo, el bárbaro se limita a decirle que la anciana de las pociones necesita protección frente a los uz -Lo que me faltaba. Un seguidor de Shargash hablándome de cómo debo comportarme con mi diosa, no se si debo reir o clavarle mi lanza en todo el gaznate-la mujer opta por sonreir-Cada vez me haces más gracia, Horen. Te ascenderé a bufón del reino- le responde, devolviéndole el gesto de tocarle la punta de la nariz. Con sorna, la mujer echa la cabeza hacia atrás y se pone la mano en el mentón como si estuviese pensando-¡Ahora que lo dices!...podría teñirte el pelo y tal vez podrías pasar por una Hija Leal de Vinga-entonces cambia el gesto y le acerca la cara mirándole con ojos amenazadores-ya que sabes mejor mis obligaciones que yo misma-la mujer se aleja y comienza a girar en círculos pensativa hasta que decide contarle sus verdaderos planes-Está bien, llegados a este punto debo contarte lo que realmente me ha traído aquí. Me encuentro por estos lares en calidad de misión de mi culto. Hace dos estaciones los elfos del Bosque de Arstola comenzaron a escuchar temblores. Y dirás ¿Y qué tiene de interesante un temblor? Pues bien-sigue hablando sin elevar casi la voz- se observó un aumento en el tráfico de insectos en Ciudad de Plomo-la mujer gesticula mientras habla-Ya sabes, ese nido de trolls repleto de grutas subterráneas- la mujer cláramente tiene el semblante muy serio-Los elfos piensan que sería posible que la cadena de Argan Argar quiera extenderse más allá de Halikiv, por debajo de las Montañas Mislari, y hasta los túneles de Ciudad de Plomo-su cara de odio va creciendo conforme narra las sospechas-Y ese Duque de Naskorion segúramente estará al tanto de todo. Así que debo averiguar si sus sospechas son ciertas. Ese problema no sólo afecta a los elfos, sino a todos los habitantes de Paso del Dragón- la mujer se acerca ahora con el dedo levantado y amenaza al bárbaro - Y no se te ocurra subestimarme. Si me entero que vas contando esto por ahí no dudaré en cortarte esa lengua con tu propia hacha- la vingana mira entonces hacia la anciana- no, y a ti no te considero indefenso como a ella...- Dos semanas...en dos semanas no deberían alejarse mucho de la zona y podría aprovechar para investigar...-Está bien, os acompañaré. Y el hombre oscuro también vendrá con nosotros. Sólo espero que no hayas conseguido engatusarme con uno de esos potingues de la abuela- sonríe mientras deja con la palabra en la boca al bárbaro.

 

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27/04/2013, 18:09
Horen

Horen escucha las palabras de Gábriel con curiosidad. Al principio resulta divertida, pero a medida que afila su diálogo dejando las palabras tan cortantes como podría estarlo el filo de su hacha, Horen empieza a enfadarse de verdad. La verdad es que lo que escucha no le importa lo más mínimo. Él sólo desea hacer aquello para lo que fue entrenado y que le enseñó a valerse en la vida: matar a los que se lo oponen con firmeza y con el pulso firme. Pero una cosa está clara, tiene que seguir a esa mujer allá donde vaya porque ella puede guiarlos lejos de este territorio. Sin embargo, a medida que Gábriel se crece en sus palabras, empieza a pensar que quizá no la siga por eso.

-No sé quién que te crees que eres. Eres... una... mujer -dice masticando las palabras y escupiéndolas -literalmente- con cada pausa. No eres una reina aunque lleves corona, y menos aún mi reina. Tampoco tú sabes con quién hablas, Vingana. La ira de Shargash ha aplastado a cientos de orlanthis en su camino ante mis ojos. Sois tan impetuosos como el viento que sopla vuestro dios, pero ni el viento puede impedir la luz de Yelm, por muy fuerte que sople. ¡Yo soy Horen, antiguo miembro de los Ojos de Lobo de los Lobos Buarosianos, líder de la Mano Destructora y fiel siervo del Hijo de Yelm, quien gobernó el mundo en su ausencia! Yo también escondo secretos, pelirroja. No quieras medir mi ira... por Shargash. Una vez adoré a Orlanth, pero las tormentas que provocaba con sus enfados no dejaban escuchar mis súplicas, ni la de mis padres. Horen traga saliva al recordar su juventud. No toleraré que ninguna mujer se burle de un fiel devoto del Patrón de Alkoth llamándole bufón. Lo juro por la runa del fuego y la muerte que corre por mis venas.

Entonces cambia el tono de repente y su faz tenebrosa se ilumina por un instante con una sonrisa que está lejos de parecerlo. -¡Eh!  Vamos, jovencita. Nos espera un largo viaje y a tu nuevo amigo morenito se le están entumeciendo los músculos.  Horen se aleja para comentarle a la anciana que aceptan, no sin antes mirar a su espalda de reojo. -¡Oh, Dios! Esa mujer me enciende con el mismo color de su pelo.  ¡Es tan temperamental que acrecenta mis deseos! ¡Qué nalgas tiene! Ciertamente, lo que no sabe Gábriel es que Horen se siente cada vez más atraído por ella cuando más temperamental se muestra.

Se acerca a la anciana para comentarle lo dicho, cuando se da cuenta de que tiene los nudillos blancos de tanto apretar el mango de su hacha.