Partida Rol por web

Vale, pero recuerda que no tengo prisa alguna por empezar a actuar...

¿Podría darles la orden de seguir a sus compañeros al galope, cuando el primero se ponga en marcha?

Luego, con el último, ordenaría arrancar a la carrera... ;P

Y por supuesto correrían durante toda la duración del hechizo (con dos horas tengo de sobras...) ;)

Sí, es perfectamente viable. Son doce caballos, saca cuentas de PM, tiradas de INTx3, etc.

Tratar de realizar la compleja manipulación de un hechizo mientras mantienes otro en activo es como intentar dividir tu mente en dos compartimentos y realizar simultáneamente dos operaciones matemáticas, una progresiva y otra regresiva. O tal vez fuera más exacto describirlo como el esfuerzo por tararear dos melodías completamente diferentes de forma simultánea...

La cuestión es que requiere un esfuerzo de concentración verdaderamente titánico... y aunque Agay Abab ya lo ha logrado otras veces antes... en esta ocasión no consigue realizar semejante proeza.

Por el contrario, pierde la concentración un solo instante y todo se desmorrona.

Parpadea... y vuelve a estar en su campamento, camuflada bajo la identidad de la vieja Aleü Gaal y rodeada de sus coyunturales compañeros en esta arriesgada aventura...

Tan pronto como se hace noche cerrada y el resplandor de la fogata de la caravana a la que persiguen resulta visible, la vieja Aleü cloquea complacida:

- Ya son míos – y deja oír una risa aguda y gutural que sube y baja varias octavas – Jeeee, je, je, jeee, jeeeeeee…

Luego se dirige a sus circunstanciales compañeros de viaje, señalándoles con un huesudo dedo acusador:

- Ahora, ni se os ocurra hacer un fuego que ellos puedan detectar – advierte – Y dejadme tranquila, jovenzuelos, tengo cosas muy importantes que hacer y necesito toda mi concentración… ¡Que nadie me moleste a menos que sea absolutamente imprescindible!

Entonces se sienta en cuclillas, envuelta en su oscuro chal… y empieza a canturrear en susurros palabras ininteligibles mientras se balancea lentamente adelante y atrás, como si estuviera acunándose a sí misma. Y cae en lo que parece un profundo trance mientras sus ojos, abiertos, se entornan mostrándose completamente blancos… Resulta una imagen escalofriante. De vez en cuando, sin embargo, la vieja todavía acierta a decir algunas palabras apenas susurradas:

- Si tengo éxito en esto, pronto sabremos con exactitud el número y la naturaleza de nuestras presas…

Tras un silencio de varios minutos, la anciana va balbuceando algunas cosas más, erráticamente, con una dudosa coherencia…

- Ya los tengo… si, si, si… son dos carros idénticos, como habíamos supuesto, otro grupo se ha unido a ellos… veo a seis guardias armados… parecen mercenarios… no, son ocho… todos llevan espadas y armaduras de anillos… y además hay dos magos… desde luego… practicantes del Arte… hechiceros… espera… veo algo más… dos figuras inmóviles como estatuas… guardando las carretas… van cubiertas de vendas como si fueran leprosos… no parecen algo natural... tal vez algún tipo de constructo mágico…

En ese momento la vieja se sonríe maliciosa y su tono cambia a otro más irónico…

- Dos carretas… y cuento doce caballos… eso me da una idea… je, je, je… me pregunto cómo se las iban a arreglar sin los animales de tiro… je, je, je… tal vez pueda darnos una ventaja táctica… veamos si…

En ese punto la anciana arruga la frente, como si estuviese esforzándose al máximo… y a continuación hace una mueca de profundo disgusto. Sus ojos vuelven a la normalidad y la oyen renegar en voz baja durante un instante de intensa frustración:

- ¡Oh, puta mierda de broo! – pero enseguida se calma y sigue con tono resignado – Bueno, no he logrado hacerlo… claro que todavía me queda energía para intentarlo de nuevo esta misma noche... dentro de un rato... no se han dado cuenta de nada…

Eleva la mirada y escucha a sus compañeros mientras se frota las sienes con ambas manos con gesto dolorido.

Ok, aunque hay cosas que voy a cambiar. Lo de pedir que no se haga una hoguera, por ejemplo, no tiene sentido. Cuando se logra localizar el humo y el resplandor de las otras carretas ya es avanzada la noche y hace rato que se encendió la hoguera del campamento necesaria para ver lo que se hace y no morir congelados.

Aleü pedirá que la despierten con la última guardia para volver a intentarlo antes del amanecer, cuando todos menos los guardias estén durmiendo en el otro campamento.