Partida Rol por web

Los telmori indican el camino por el que se marcharon los hombres de la carreta que andan persiguiendo. La buena noticia es que el acosos que el clan de la Sangre en la Pradera mantuvo sobre ellos les ha retrasado y han podido reducir varios días de la ventaja que les llevaban. Si se dan prisa, en dos o tres días de viaje les podrían alcanzar. Les entregan algunos vívieres y les dan indicaciones de que al cabo de unas tres jornadas de viaje abandonarán el territorio telmori, y a partir de ahí es tierra de dragones que caminan. Los telmori y los dragones que caminan no tienen trato, salvo para marcar su territorio y matarse entre ellos cuando unos u otros no respetan los límites. Cuando lleguen a la tierra de los dragones que caminan, tendrán que valerse por sí mismos de nuevo.

El grupo parte hacia el este sin demora, siguiendo las indicaciones de los circunstanciales aliados telmori...

Dragones que caminan... mmm... recuerdo que en una ocasión llegó una comitiva a la puerta en que estaba destacado... tengo curiosidad de verlos en su hábitat...

Con los drragones que caminan... bueno... es difísil saber lo que piensan o lo que tienen intención de haserr... hemos de ser cautelosos...

Y darnos prrisa...

Cuando el orlanthi escucha hablar de los Dragones que caminan, un sentimiento primario de terror le hiela la sangre y guarda silencio. No esperaba, en ningún caso, encontrarse con Dragonuts, demasiadas historias y leyendas le previenen de buscar su presencia. Está convencido de que no deben de tentar a la suerte con esos seres, bastante han tenido ya con los Telmori.
Asi, tras volver el coraje a su corazón, se limita a decir - Entonces debemos apresurarnos, no podemos dejar que salgan de territorio Telmori.

Con bastante nerviosismo sigue las indicaciones de los Telmori hacia el este, procurando señalar la ruta más suave para que la carreta vaya lo más ligera posible y no frene demasiado la marcha. Se adelanta en ocasiones para buscar el rastro de su presa, un rastro joven, según le han dicho, y cuando lo pierde o no va hacia el este, vuelve sobre sus pasos y se asegura, mientras le alcanza la carreta con los enanos.
Si no está seguro llama a Obendiya para que le ayude, bastantes problemas han dado ya los rastros falsos.

En una de sus inquietas idas y venidas se dirige a la carreta - Deberiamos alargar la jornada siguiendo hasta que la noche nos envuelva, parando lo justo. No es necesario detenernos a comer, tomaremos algo sobre la marcha. Ya por la noche, Obendiya y yo prepararemos la fogata mientras la carreta nos alcanza. Dormiremos pocas horas, antes de que vuelva la luz del nuevo día podemos levantar el campamento, tomar algo para aguantar la marcha y movernos en cuanto veamos lo que pisamos - habla casi sin respirar, como si lo hubiera decidido hace horas, no ha pensado que los demás podrian tener algo que decir al respecto.

Se rasca la nuca mirando el suelo mientras reflexiona y asiente con la cabeza.

- Como sabes, no es lo mio el seguir rastros, pero seguramente sí que atisbaré una carreta en lontananza antes que tú. Entre ambos no se nos escaparán. Apresurémonos.

Un par de días de marcha les han aproximado a los forasteros que les preceden, según indican todas las marcas que Hal va encontrando. Al final del segundo día, el resplandor de su hoguera es visible a tan solo tres o cuatro kilómetros de distancia, e indudablemente ellos verán también su fuego...