¡Voy primero señor! dijo justo antes de introducirse por la puerta dispuesto a bajar.
Aguzó sus sentidos para orientarse y comenzó a descender con su escudo por delante y su martillo, listo para actuar, detrás.
Tirada oculta
Motivo: sent. terrestre /otear
Tirada: 1d100
Dificultad: 85-
Resultado: 77 (Exito)
Tres Tubos hace una mueca al oir el destino que han sufrido algunos de los humanos, pero es la guerra, y era de esperar que hubiera bajas, aunque éstas se acumulan. Decidido a concluir su misión, voltea su hacha y se encamina al interior de la torre detrás de Arbar sin mediar palabra.
Supongo que mientras sube Arbar, se puede descansar un rato, ¿no? Si se puede hacer alguna tirada...
El uroxi ha esperado con gran impaciencia a que todos suban, pero una vez están todos arriba les mira nervioso. Ya ha abierto la puerta con precaución y se ha asomaso al oscuro hueco de las escaleras, constatando que está despejado pero mal iluminado.
- ¡Tenemos que bajar ya! ¿Alguien tiene una antorcha? Al final del tramo de la escalera se ve un resplandor que indica que más abajo hay luz, pero en las escaleras no se ve un carajo...
Dado que se tardan unos 12 asaltos en subir, hay ese tiempo entre que suben los que vienen detrás para descansar.
El orden ha sido: Sokendal, Palgrem, Krunk, Vorkadung y Arbar
Es decir, Sokendal tiene 48 asaltos para descansar, Palgrem 36, Krunk 24, Vorkadung 12 y Arbar ninguno (a menos que se retrase el grupo para esperar a darle un respiro o que se quede atrás a pesar de haber dicho que baja el primero).
- Nosotrros no necesitamos luz para entrar ahí, camarrada Sokendal. Mantente detrrás y ve con cuidado hasta que encontremos un lugarr más luminado. -dice en su torpe idioma comercial con su marcado acento mostali.
El joven enano de hierro ha descansado casi por completo y está bastante fresco teniendo en cuenta que el asedio es largo y va muy pertrechado. De hecho aún lleva su ballesta colgando en su costado. Sería muy raro que el enano dejase su ballesta y su tecnología a merced de algún curioso.
Motivo: Descanso
Tirada: 12d3
Resultado: 26(-12)=14
Vorkadung recupera 14 PF mientras subía su compañero, lo que le deja casi al máximo de su capacidad.
El veterano mostali enarca una ceja ante la revelación de que la mujer pelirroja, que controlaba un elemental de aire, ha caido. Aunque el ascenso mediante cuerda era una señal de lo ocurrido. Y esa otra perdida, el granjero, su unidad familiar va a ver mermada su capacidad de supervivencia, el miembro más experimentado de su grupo ya fue eliminado. Crisol hirviente no quiere admitirlo aún pero, si Botas ligeras siguiera con vida, tendrían que tener algún indicio.
- Es hora ya de asegurar el fin de estas pérdidas acabando con la amenaza -indicando con una mano a Tres Tubos que comience el descenso por la escalera tras Martilloalto.
Mira hacia Martilloalto, el último en ascender y el primero en adentrarse, valorando su estado físico- ¿eres capaz de funcionar de manera eficiente?, si necesitas un período de recuperación no avances en primer lugar. Rompepiernas, baja tras los humanos, yo bajaré junto a Tres Tubos en tercer lugar -sus movimientos pudieran indicar que lo acepta ya como el orden correcto.
Motivo: Descanso
Tirada: 24d3
Resultado: 49(-24)=25
Repuesto completamente tras la ascensión de sus dos camaradas.
¡Estoy perfectamente señor! dice casi sin pararse.
Arbar, resoplando por la fatiga y con unos goterones que le caen por el rostro, avanza el primero bien parapetado. Tras su degradante ascenso, quiere quitarse la espinita yendo al frente del grupo.
Yo estoy cansado por el/los ascenso/s, porque mientras subía el resto del grupo, yo descanso abajo...
El mercader se despide de los enanos escuetamente.
- Tened cuidado ahí abajo. Se ha oído un fuerte estruendo durante unos minutos y luego todo ha cesado y no hemos vuelto a tener noticias de ninguno... yo me quedaré custodiando al prisionero, bajaré con Thorkegar a cierta distancia de vosotros.
Rompemiernas interviene entonces.
- Sí, yo iré en retaguardia con el humano, pues nuestro sentido terrestre podrá guiarle por la oscuridad llegado el caso.
El granjero toma la lámpara que cuelga junto a la puerta con la mano en la que embraza el escudo y espera a que los tres enanos guerreros bajen para luego seguirlos con Sokendal.
Las escaleras son muy estrechas, impidiendo manejar en ellas cualquier arma cortante o contundente de gran tamaño. Incluso las de menor tamaño serán difíciles de manejar a menos que se usen como armas de acometida. La oscuridad es al principio casi completa, pero en cuanto doblan la esquina hacia la izquierda se ve como a media escalera un descansillo interrumpe momentáneamente la bajada de la escalera y este parece tener iluminación de alguna antorcha. Bajan con cuidado y se adentran en las entrañas de la torre.
NOTA: Todos menos Thorkegar, Heenshen y el prisionero abandonan la escena y pasan a la escena "Una torre llena de muerte".
Una vez bajados todos, bajó tras el primer grupo guiándose con su sentido terrestre. Vva descendiendo por las angostas esaleras. Va con las manos desnudas auqnue se ha llevado consigo en la mochila el martillo y el cincel de esculpir.
El merecader empuja al soldado manteniéndole bien sujeto de las cuerdas con las que lo ha atado. El pobre diablo, herido aún en su brazo, atado y amenazado con una daga en el cuello, no tiene oportunidad alguna de escapar, así que se resigna a bajar con el enano y el hombre hacia los pisos inferiores de la torre...
- Bien, pequeño amigo, no veo muy bien por la oscuridad, aunque algún resplandor se ve al final de la escalera. Avísame si ves algo raro...
La escalera baja un tramo corto en completa oscuridad hasta llegar a la pared y entonces gira noventa grados a la izquierda. El único resplandor proviene precisamente de alguna antorcha o lámpara que parece arder algo más adelante escaleras abajo. Cuando giran en la esquina, ven un largo tramo de escalera que desciende y desciende, pero a mitad hay un descansillo que da paso a la planta inferior y en efecto parece iluminado por alguna antorcha.
La escalera parece continuar hacia la oscuridad más absoluta más allá del descansillo iluminado, pero cuando llegan al descansillo se ven obligados a detenerse. Thorkegar sale de la estrecha escalera y ve el cadaver del bárbaro Horen boca abajo, junto al hacha de batalla de hierro de Hal buscasendas, con una enorme herida en la pierna y un charco de sangre bajo él. A su lado, y bajo la antorcha anclada en la pared que ilumina el pasillo, una enorme figura decapitada le acompaña en su descanso final. El gigante iba equipado con un arnés de placas de pecho para arriba y cota de malla de abdomen para abajo, y presenta una funesta herida en el vientre además de faltar la cabeza, que está en un rincón todavía dentro de su yelmo. Una lanza y un escudo hecho astillas debían ser las armas del difunto. Más allá, al fondo del pasillo, el cadáver de una pequeña criatura grotesca y embozada en una negra túnica mancha de sangre el suelo de piedra. Uno de sus miembros ha sido amputado y ha llegado a los pies de Arbar. Es un brazo inhumano, cubierto de pelo blanco como la nieve y de manos desproporcionadamente grandes. La cara de la criatura, que tiene la cabeza abierta de un tajo, también es extraña, de nariz achatada y pelo blanco por todas partes excepto alrededor de la boca naríz y ojos.
Llama la atención una puerta al lado de la antorcha, que a pesar de estar completamente a oscuras, Thorkegar puede examinar con su sentido terrestre desde el dintel de la puerta. Parecen unos enormes y lujosos aposentos privados, quizás los del propio Samaliman. Otra puerta más al norte y otra al final del pasillo, más allá de donde yace la mutilada criatura albina, completan las posibles salidas del pasillo. No hay ni rastro de sus compañeros, pero quizá estén en alguna de las otras habitaciones, si no han bajado ya a la siguiente planta. Heenshen y Rompepiernas echan un rápido vistazo a la planta en la que se encuentran, descubriendo que la puerta del fondo es una simple letrina. La habitación norte es un cuerpo de guardia, seguramente para el retén encargado de vigilar la azotea. Allí encuentran el cadáver de uno de los hechiceros sobre un gran charco de sangre, con una pierna amputada y su cuerpo prácticamente partido por la mitad. No parece quedar ningún enemigo en esta planta, y deciden bajar de inmediato a las plantas inferiores para intentar unirse al otro grupo.
NOTA: El mensaje de Thorkegar ha llegado demasiado tarde, así que no baja tras sus compañeros como pretendía, sino al cabo de un rato con Heenshen. Se cierra esta escena y pasan a "Una torre llena de muerte".