Partida Rol por web

Al cabo de unos minutos en los que permanece agazapado y tiritando de frío, el nefasto conjuro que pesaba sobre él privándole de la vista se disipa al fin, permitiéndole de nuevo ver el entorno que le rodea a la ténue luz rojiza de la luna llena. Está total y completamente desorientado tras recorrer a trompicones y a ciegas una distancia desconocida y en una dirección desconocida...

Bosporus recobra la vista, al rato se acostumbra otra vez al brillo de la luna roja, mira a su alrrededor y no sabe donde esta. Despues de un rato mirando hacia donde cree que viene, parece ver movimiento a lo lejos y preparado con sus armas se dirige hacia alla.

En efecto, Bosporus ha divisado una sombra moverse a lo lejos y se mueve hacia allá intentando no ser descubierto. Avanza aprovechando la escasa vegetación que encuentra y los desniveles del terreno pero, si bien la oscuridad favorece la ocultación, dificulta la tarea de ver bien dónde se pisa para no hacer ruido. Pronto Bosporus oye una voz susurrante procedente del bulto que ha visto moverse:

"¿Quién anda ahí?, ¿sois vosotros?"

No es otro que Heenshen el propietario de la voz que susurra en la oscuridad. El mercader parece aterido de frío, pues como Bosporus, salió del saco de dormir cuando se produjo el ataque y no va abrigado. Lleva solo su daga que mantiene frente a él, mirando a un lado y a otro. Parece evidente que ha oído algo, pero no parece ver a Bosporus.

- Se que hay alguien ahí. Mostráos...

Bosporus intenta moverse sin hacer ruido, pero lógicamente no ve donde pisa y ademas sus habilidades no son las de ocultación. Ve al mercader y le dice - Baja la voz soy Bosporus. Cuando se acerca le pregunta - Como estas? Sabes donde esta el campamento? Volvamos al campamento a ver si se han ido esos bastardos. Dice en voz baja.

El mercader parece enórmemente aliviado de ver a Bosporus

- ¡Bosporus, compañero!, ¡gracias a los dioses!... ¡creí que me había quedado completamente solo!

Resolpa un momento y, tiritando de frío, echa un vistazo alrededor.

- Hace unos minutos oí unos gritos de uz en aquella dirección -dice señalando la penumbra rojiza de la noche. Pero ya no se oye nada... quizá todo haya terminado. Vayámos a ver qué nos encontramos.

Los dos hombres se internan en la noche, camino del campamento.