Partida Rol por web

El malestar de Horen se hace patente en su estado inquieto y algo malhumorado. Cree que no todo es lo que parece en este grupo, pero no tiene más remedio que seguirlos. En cierto modo, su obligación moral de atender correctamente al guerrero caído choca con sus malas sensaciones.

-Incinerarlo es lo habitual. Así... nos calentamos- su espíritu podrá ser guiado hasta el otro lado y... la vieja bruja risitas podrá ver que estamos aquí arderán todos los malos recuerdos. Lo que daría por otra posada con buenas doncellas con las que pasar la noche calentito.

Honremos sus restos. Los dioses así lo esperan. Las cenizas... me servirán de colchón purgarán nuestros males y las pesadillas no enturbiarán nuestro sueño.

Cuando hablan de incinerar a Onaekko, Bosporus se da la vuelta y deja de buscar sus pertenencias,  clapor su mirada en Horen y dice - Incinerar? Claro... y ya de paso nos colgamos cacerolas y un cartel que diga "señores ladrones no se preocupen solo venimos a matarles y recuperar lo que habeis robado". Enterremoslo y punto, y dejemonos de llamar mas la atencion. Y coninua diciendo - Para poder alcanzarlos no debemos llamar la atencion, y mucho menos explicarles que fuimos atacados por troll's. Mira a todos mientras mueve la cabeza negativamente, y vuelve lo suyo. -Menudos son estos soldados... piensa para si mismo.

Las últimas palabras de Bosporus terminan por desesperar a Horen. ¿Pero de dónde habéis salido vosotros, que más parecéis venir de Vadeli? ¡La vida no es más que un paso por el mundo que crearon los dioses, pero nuestro espíritu vivirá eternamente en el plano heroico junto a ellos, y vosotros le estáis negando la entrada para que vague ciego entre otros espíritus errantes! ¿Y si acaso algún hechicero caótico lo atrapara por siempre en este mundo atado a la esclavitud, o peor aún, que le obligara a ocupar el cuerpo de un muerto para animarlo? ¿Os gustaría a vosotros ser la marioneta de un malkionita, por ejemplo, o vagar entre las nieblas intentando recordar quiénes sois? Este hombre se merece un descanso eterno, y no voy a ser yo, ni vosotros, quienes me impidan dárselo. Si no es ahora, será a primera hora de la mañana, cuando Yelm aparezca.

Horen está increíblemente asombrado por la intransigencia y la pasividad de esta gente con algo tan importante. ¡Se toman la muerte como si no fuera nada! Los dioses los maldecirán por esto. ¿Cómo pueden ignorar sus designios? Daka Fal no toleraría esta promiscuidad. ¡Parece como si no hubieran visto el mal que pueden causar los no muertos, o como si no les importaran los dioses! ¡Qué terribles herejías! "Enterrarlo y ya está..." Increíble, como si fuera una piedra.

Horen reza a los dioses pidiéndoles misericordia mientras prepara, con las pocas fuerzas que le quedan, la pira funeraria.

No cabe duda de que el resto de aventureros desconoce las costumbres de los shargashianos. Posiblemente porque nadie que no fuera de la ciudad de Alkoth haya salido jamás de sus muros y podido contarlo. En ella, la ciudad está casi permanentemente en llamas, y las cenizas de los muertos -tanto enemigos como amigos- cubren las calles y el cielo de la ciudad con la que luego los sacerdotes invocan a los terribles demonios de ceniza de Alkoth. Cualquiera habría callado antes de sugerir lo que dijo Bosporus para no sufrir una rápida decapitación . Pero no es el caso, y tampoco es menester hacerlo en las circunstancias que rodean a Horen. Sea cual sea la razón, es curioso, sin duda, la poca importancia que le da el resto del grupo a una muerte. Quizá ninguno haya presenciado jamás una ceremonia de fieles de Daka Fal fallida...

Groth muestra de nuevo su media sonrisa tan característica y, lanzándole una mirada de soslayo a Bosporus y al resto de mercaderes se acerca renqueando hasta donde Horen ha empezado a apilar leña.

Y empieza a reunir ramas y hojarasca para avivar el fuego... cuando comience.

- La Muerte no está reñida con la inteligencia, amigo -le dice a Horen con tono tranquilo- ¿Qué atraerá más miradas, el resplandor de la pira en medio de la noche, o una columna de humo por la mañana?

Se gira hacia el resto del grupo con expresión divertida, como si esperara la respuesta a una adivinanza.

- Sea como sea, nos aseguraremos de que El Hombre y Medio no se vuelva a levantar.

La cazadora seguía sin abrir la boca, pues fuese como fuese Onaekko iba a ser incinerado según sus tradiciones, y si alguien se oponía ya se encargaría ella de evitarlo - Por la honorabilidad, por la justicia y por la venganza, bien vale la pena arriesgarse. ¿Si no qué quedaría de nosotros? - a la mujer todavía le pesa que ese malnacido troll hubiese lanzado su sucia magia contra ella impidiéndole proteger a Onaekko, pero era hora de seguir su sendero, y por supuesto, eso no implicaba olvidar, pues para cumplir su venganza debía seguir avanzando.

- Por no hablar de Zorak Zoran...no me extrañaría nada que en estas tierras infestadas por trolls nos pudiéramos encontrar con un algún Señor de la Guerra. Pero seguro que eso lo sabréis vosotros mejor...- dice mirando a Groth, porque al trollkin ni se digna a dirigirle la mirada - Y escuchadme bien, no permitiré que nadie utilice su cuerpo para crear esqueletos, zombies o cualquier otra abominación, así que cuanto antes realicemos el rito funerario, antes nos podremos poner en marcha - Gábriel también ayuda a apilar leña para conducir al espíritu del hombre y medio fuera del plano de los mortales.

En un lugar algo alejado del campamento, el fuego devora la carne de Onaekko y la convierte en humo. La hoguera parece arder con extraño ímpetu, como si el cuerpo del hombre y medio fuera un combustible especialmente propicio para el fuego. Diríase que incluso en ocasiones, el humo parece adoptar formas que animales antes de deshacerse en jirones arrsatrados por la brisa de la madrugada.

Pocos descansan bien esa noche, algunos con heridas todavía abiertas y sin terminar de curar y otros recuperando sus energías mágicas. El día siguiente se emplea en volver a poner en orden de marcha la carreta, que requiere algunas reparaciones, y terminar de curar las heridas de los que aún están débiles, como Groth, Horen o incluso Vaerles. Eso merma de nuevo las reservas mágicas, que se recuperarán a lo largo del día mientras reemprenden la marcha.