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La caravana finalmente llega a las fronteras del ducado de Naskorion. El ducado se extiende hacia el este a lo largo del río Doskior, que garantiza y determina la vida de la población. En el margen norte del río, cuya orografía es de contornos más suaves y la tierra más fértil, la agricultura es la principal forma de vida, mientras que en el margen sur, donde la tierra es más agreste conforme se acerca a la frontera con Keanos, la ganadería y la pesca en el río sustituyen a la agricultura como la principal ocupación. La mayor parte de las gentes de Naskorion, el grueso de la casta de los granjeros, son de raíces culturales orlanthis, pero desde el Imperio Oscuro de Arkat sus costumbres y creencias han ido cambiado y con los siglos un sistema feudal no hereditario se ha asentado con fuerza como forma de gobierno. Pertenecen a la Iglesia Henoteista Estatal de Naskorion cuyos dioses principales después del Dios Invisible son Orlanth y Ralia, la diosa del trigo. Otra organización eclesiástica llamada la Iglesia Stygiana de Naskorion que promueve el culto a Arkat el Troll, a cuya cabeza está el arzobispo Kurzum Aragat, un troll negro, ha ganado prestigio y privilegios últimamente, y el mismo duque se ha declarado agente de la organización secreta La Cadena de Argan Argar, dedicada al apoyo de las caravanas de trolls que viajan entre Guhan, al oeste de Ralios, y Halikiv al este. No es raro por tanto que Naskorion cuente con una numerosa población de trolls en sus fronteras.

El territorio del ducado está dividido en condados tributarios del duque, poseedor de todo del territorio en propiedad. El condado más reciente es el de Garema, en el confín norte del territorio, formado por tierras arrebatadas a la tribu Riagos de Delela. Esto ha soliviantado aún más a los habitantes de Delela, de cultura orlanthi tradicional, que junto con los de Keanos situados al sureste son los principales enemigos de Naskorion desde tiempos antiguos que se remontan a la llegada de Arkat como invasor y destructor del Imperio Brillante de Nysalor. Naskorion también tiene enemigos al sur y al oeste, ya que arrebató tierras tanto al Condado de Borin como al de Sentanos en el pasado reciente. La presencia de varios castillos y fortalezas salpicando el territorio y dominando cada ciudad o aldea del ducado da fe de lo belicoso de sus gobernantes.

La ciudad de Marost es la más rica e impresionante del ducado, y la única que cuenta con unas murallas capaces de soportar un asedio. Situada junto al río, rodeada de fértiles campos y con el castillo ducal, una verdadera fortaleza además de la sede del gobernante, la prosperidad y el crecimiento de esta gran ciudad no es de extrañar.

Los guardias de la puerta oeste reciben a la caravana al atardecer con apatía, haciendo las preguntas de costumbre y sin mostrar mucho interés por los viajeros. A esta hora de la tarde las calles se van vaciando conforme las tiendas van cerrando, los tenderetes callejeros desapareciendo y las gentes van regresando a sus hogares tras un duro día de trabajo desde la salida de Yelm para cruzar el firmamento. Heenshen conduce a la caravana hacia la posada El Descanso Soñado: conocedor de la ciudad donde reside, les recomienda este establecimiento amplio, limpio y de precios razonables. Solabel, la dueña, es amiga de su familia y antes de marcharse a su residencia, el joven mercader se asegura de hablar con la ya anciana mujer para asegurarse de que sus compañeros de viaje son bien tratados. La posada es amplia, de dos pisos y está situada en una calle secundaria en el barrio de los artesanos y con un gran patio frontal donde se encuentran los establos y las letrinas.

Heenshen se marcha para asearse y ponerse ropa limpia con la promesa de volver cuanto antes para cenar con ellos y celebrar el fin del ajetreado viaje. Mientras tanto el resto de viajeros se acomoda en sus aposentos, organiza sus pertenencias y también se asean para bajar a cenar, pues la noche ya se hace dueña de la cuidad.