Partida Rol por web

-Disfruta de la lección, Elia. Espero que volvamos a vernos -me despido de la niña cuando ésta ya se aleja.

Miro entonces a Tommen y sonrío encogiéndome de hombros.

-Lo siento, no fue mi intención venir hasta aquí pero Elia puede ser muy autoritaria... Simplemente estábamos charlando cuando llegamos a este ala y ella ordenó que me dejaran pasar. Culpad a vuestros soldados, Lord Tommen, no a mí. No somos enemigos... -le recuerdo tranquilizadora-. Esa princesita es una niña muy lista pero en cuanto crezca un poco no habrá quien se haga con ella. De momento vuestra guardia parece obedecer sus órdenes antes que las vuestras. Me pregunto si su madre la envió con vos para sellar una alianza o para socavar vuestra autoridad...

¿Es que ni siquiera rodeada de soldados Baratheon puedes morderte la lengua, Sylven?

-Espero que tengáis a bien no detenerme por esta incursión, Lord Tommen -bromeo sin perder la sonrisa-. A cambio podéis visitar nuestro ala de la fortaleza cuando lo deseéis: mi padre estará encantado de hablar con vos. Aunque no lo creáis, os aprecia.

Lord Tommen te mira con frialdad, se da la vuelta y le grita a la niña que se aleja ya por el fondo del pasillo -¡Elia! Ven aquí de inmediato.

Mientras la chica vuelve el señor de la casa Baratheon te mira sin sonreir en ningún momento. Elia, dile a los guardias que me maten ¡Ahora! -grita Tommen furioso.

¿Que? No, no puedo hacer eso mi señor -contesta la niña nerviosa. Aún así Tommen la sigue mirando con frialdad y la niña comienza a llorar de forma desconsolada mientras el Lord continúa intimidándola. Finalmente la pequeña da la órden -Matad a Lord Tommen.

Ningún guardia se mueve.

Bien hecho pequeña -la actitud de Lord Tommen cambia radicalmente, limpia las lagrimas a la niña y le acaricia el cabello con dulzura -Tu inesperada amiga ha herido el honor de mi casa y menospreciado mi autoridad, ella afirma que tu mandas en mí ¿te lo puedes creer? Esa arpía quiere hacerte mal mi princesa, será mejor que tengas cuidado con ella.

La niña asiente con la cabeza y sale corriendo hacia el final del pasillo.

Mis hombres sólo me obedecen a mi, bastarda, si les ordenara que te mataran lo harían sin pensarselo. Y es algo que está rondando mi cabeza en estos momentos. Vete de aquí y no vuelvas pequeña zorra, si te vuelvo a ver por mi zona del castillo yo mismo te cortaré el cuello -la voz, el rostro y la actitud de Lord Tommen no pueden ser más transparentes, te desprecia y su amenaza es totalmente verídica.

Un par de guardias te acompañan a la salida y, tras un fuerte empujón, te expulsan de los dominios de los Baratheon.

Me recompongo tras el empujón de la manera más digna posible y lanzo una mirada a los guardias que protegen la entrada al pasillo.

-Recordaré cuanto habéis dicho, Lord Tommen -digo entre dientes pero en voz alta-. Y me encargaré de recordároslo cuando llegue el momento.

Me doy la vuelta y me alejo de allí con paso relajado. No quiero que parezca que huyo.

Vaya con Tommen... Entiendo que se haya sentido ofendido, tengo la singular cualidad de ofender siempre a la gente, pero qué culpa tenía la pobre Elia... Utilizarla de esa forma para montar su pequeño teatro de poder, qué asco... Ya sé que Elia no gobierna sobre sus guardias, ¡menuda tontería!

Y esa manera de tratarme... ¿Quién se cree que es? Yo soy hija bastarda, pero él también, y al menos mi padre y mi madre no salieron del mismo agujero. Tommen es una aberración repugnante y el sólo hecho de vestir con la insignia del Venado es una ofensa a la memoria del Rey Robert. Lord Gendry es quien debería portar el Ciervo en sus ropas, y mi hermano después de él. Ellos sí son Baratheon; Tommen es fruto de un asqueroso incesto Lannister. Daenerys jamás debió concederle la Casa Baratheon...

¿Por qué demonios atacaron nuestro barco aquellos viejos soldados Baratheon en vez de a Tommen? El dios de mi padre puede ser odioso y sus sacerdotes unos asesinos, pero mi padre es Baratheon de sangre, de porte y de herencia. Tommen es un Lannister por mucho que se esfuerce en negarlo...

Camino con el ceño fruncido dándole vueltas y vueltas a la cabeza, sin tener demasiada idea de adónde voy en el laberinto que es la fortaleza.

Tras dar varias vueltas por la fortaleza finalmente llegas al ala de tu casa. No encuentras a tu padre ni a nadie interesante en el comedor que compartís por lo que, tras comer, pasas toda la tarde en tus propios asuntos.

El nuevo día llega a tus aposentos y al despertar te percatas de que has dormido bastante más de lo habitual debido al cansancio ocasionado por la búsqueda del día anterior.

Una voz, la cual ha debido ser la causa por la que has despertado, suena atronadora tras la puerta de madera -Lady Water, soy Lord Desmond, su padre ordena que te presentes ante él lo antes posible.

Parpadeo varias veces, confundida, antes de reconocer la voz de Lord Desmond y levantarme de un salto de la cama. Me cubro con una bata y voy hacia la puerta.

Abro lo justo para ver al soldado.

-Buenos días, Lord Desmond. ¿Qué ocurre? ¿Ha pasado algo?

El lider de los guardaespaldas de tu padre te responde sin mirarte, tratando de ser respetuoso con tu persona -Mi señor, mi lord, quiere que te reunas con él ya que tiene una reunión con el representante de la Casa Lannister y desea que estés presente.

-De acuerdo. Iré ahora mismo -digo antes de asentir y cerrar la puerta.

Me aseo rápidamente y me visto para salir del dormitorio y dirigirme a las estancias de Lord Gendry.

Una reunión con los Lannister... ¿Y sobre qué quiere mi padre que hablemos con Brock? Podría haberme informado con antelación para no ir a ciegas...