Partida Rol por web

Pregunta uso el bonus de logica?

Pregunto porque pienso en el ejemplo que da para averiguar los movimientos del enemigo.

Ser Jaron, incapaz de librarse de Jean, aturdido y amoratonado por los golpes de Jean, toma la decisión de rendirse y dice -No tengo posibilidades, me rindo.

Tras levantarse y limpiarse un poco el barro y el polvo de la ropa y la armadura Ser Armidal le tiende la mano a su oponente victorioso -Ha sido un combate extraño, a decir verdad. No creo que tu técnica sirva de mucho en grandes batallas pero en un uno contra uno es realmente efectiva. Eres un gran luchador, sin duda alguna. Sir Héctor hace bien rodeándose de gente como tu.

Sorprendiendo a todos Jean ha conseguido entrar en los cuartos de final gracias a sus atípicas habilidades de combate. En esta parte de la clasificatoria debe luchar con un imponente enemigo, Kordur Merronen, el legendario bárbaro que aún siendo apenas un crío se enfrentó con valor a los otros.

Ha llegado tu hora chico, serás tu el que deba recibir cuidados después de nuestro combate -bromea Kordur soltando una larga carcajada cargada de soberbia -demos un digno combate al público.

Sin darte demasiado tiempo a reaccionar Kordur se lanza a por ti, blandiendo su mangual.

Tras el combate con Sir Jaron le respondo - Muchas gracias por el combate Sir, no había visto nunca algo tan rápido - con una sonrisa en la cara - Y bueno, tanto como buen luchador..., intento sobrevivir, y si es como médico mejor que mejor - término con un ligero ilillo de voz. Lo despido respetuosamente y vuelvo a descansar un poco en la baranda de madera.

Cuando me acerco hasta allí me parece oír a unos cuantos vitorear mi nombre, lo que me agrada considerablemente "está bien volver a notar el afecto de las masas" pienso recordando aquella ciudad infecta por mil demonios...

Cuando salgo de nuevo ante el ahora sí, animadísimo público, el campo de combate parece más grande "no sólo quedan menos luchadores", el heraldo enuncia mi llegada con voz atronadora y un número considerable de gente comienza a aclamarme "si bueno, tal vez no es la mejor idea para pasar desapercibido... Pero que cojones, esto está siendo muy divertido!" Digo sin pensar todavía en lo duro que será levantarse el día de mañana. 

Cuando el griterío para el heraldo de nuevo con una voz potente nombre a mi siguiente oponente... El graderío está vez sí, estalla casi de locura al ver salir a la imponente y brutal figura que es Kordur, por un segundo pienso que me zumban los oídos, y por supuesto las voces que me aclamaban no son ni un sordo clamor entre todas las bocas que gritan al unísono "Kordur Kordur Kordur!!!". 

- Pues déjame almenas una mano sana para tratarme - respondo al corpulento bárbaro ante su bravuconada con una sonrisa. Que desgraciadamente se me borra al ver como esa bestia se mueve como un relámpago hacia mí. 

El enorme manual de tres cabezas que porta el salvaje arremete contra mi armadura provocándome un dolor bestial asfixiante y abolla el protector pectoral de la armadura, ignorando el profundo dolor del golpe ruedo sobre mi hombro y lanzo presto el látigo hacia mi oponente lacerándole las piernas y dejándolo enredado, pero la mole que supone Kordur sigue caminando a duras penas justo hasta que me encuentro al alcance de su mayal nuevamente, que me golpea el brazo como si no llevase más que una fina camisa de seda, pero presto con mi brazo sano arremeto como un hunde contra su cara, dejándolo sorprendido durante un instante y apartando me de su alcance, entonces la mole intenta venir a por mí pero todavía tiene el látigo enredado entre los pies aunque con una sacudida de sus piernas consigue arrancarlo y de milagro no parte el duro cuero, lo que me dá un último respiro para volver a lanzarle un poderoso gancho contra su mandíbula cuadrada que parece de granito, pues apenas se mueve en dirección contraria al golpe y además me résulta imposible agarrarlo debido a su poderoso físico, por último con una serie de golpes, primero con el mástil de mayal luego con un rodillazo en la parte de la cota de la armadura y por último me agarra y me lanza casi dos metros más allá echo un ovillo metálico y jadeante.

"Tal vez debería haber amañado menos combates en mi vida" pienso antes de escupir un espeso líquido rojo negruzco "gracias a los siete que me puedo rendir" pienso mientras levanto la mano en señal de rendición - Vale Kordur... Te dejaré ganar por esta vez... Pero no te a-costumbres- digo entre toses y sangre con un tono de voz todavía más débil del que acostumbro, echo una desgracia, e intentando luchar por respirar.

Miro hacia el público intentado buscar desde el suelo a los que antes me hábian animado al menos unos instantes... "Si yo también me habría cambiado de bándo con el primer golpe... Cabrones!" Pienso con una sonrisa ensangrentada.

Si la anterior batalla le habia salido barata con solo un corte de espada, esta le habia cobrado caro. Pero como podia evitarlo su enemigo era monstruo mas grande de lo que esperaba cada sablazo parecía traspasar la armadura sin mucho esfuerzo y el pobre Jean aunque bastante habil con el latigo no podia competir con la fuerza del otro. Miraba y recordaba mi batalla contra Sir Trant, por cada impacto recordaba los del caballero contra mi.

Al final de la contienda muchos de los observadores cambiaban rápidamente de bando y quedaban pocos que felicitaban a Jean por la gran demostración de destreza, yo me encontraba en el segundo grupo. Gritando felicitación y aplaudiendo a pesar de mi dolor. Sin mucha demora llame a dos de los soldados de mi casa para que fuera a ayudarlo a levantar y llevarlo con un medico.

El día siguiente se centra en los juegos de mesa, de ingenio y habilidad. Las partidas son en habitaciones cerradas, aisladas del resto, por lo que para la mayor parte de los asistentes este es un día de descanso.

Finalmente se proclama como vencedor el Maestre Elijah, que siquiera se permite esbozar una sonrisa cuando Sir Héctor lo felicita públicamente.

El siguiente día es el de la caza. Tres partidas salen del castillo en diferentes direcciones, tratando de encontrar la pieza más magnífica de los bosques.

Al menos no hizo un discurso, para demigrar a los demas participantes.Penso mientres lo aplaudia por educacion.

En el siguiente dia, Symon siguio a los varios grupos para la ultima competicion. Debia conseguir algun animal grande para impresionar al jurado, penso un poco en algun animal que pudiera coseguir rapido y que tuviera buen tamaño.

Decidio buscar un javali.

Al final parece que se habia confiado en su habilidad, que no poseia y ni un pequeño jabali encontro en el bosque para traer. Derrotado volvio cuando anunciaron el final de la competencia y se quedo mirando con rabia al resto de los participantes que habian podido conseguir algo.

Decido buscar un ciervo puesto que una liebre o un conejo... Podría ser algo patético... 

Symon no encuentra a su jabalí en los bosques, perdiendo toda la mañana en una búsqueda poco fructífera.

Por el contrario Jean tuvo mejor suerte y encontró su presa, junto con otros tres participantes. Los caballeros cabalgaron en pos de la pieza pero sólo uno le acertó con una flecha directa, Aron Quilore, el hombre procedente de tierras lejanas. De esta manera Jean volvió, al igual que Symon y otros muchos, sin haber cazado nada.

Sir Hector, tras acabar todas las pruebas, os reúne a todos los participantes e interesados en las afueras de su mansión, el lugar en el que se desarrollaron las justas y los combates.

Han sido tres días de actividad frenética y gran esfuerzo pero por fin tenemos los nombres de aquellos más dotados para formar el concilio, nuestro consejo de gobierno, del que saldrá elegido nuestro señor por un período de cinco años. Maestre, puede proceder a la lectura-dice dando piea al Maestre Elijah.

-Sir Matius Trant, Sir Hector de Disirous, Sir Jared Wisp, Sir Jaron Armidal, Sir Symon, Sir Ander Worrius, Maestre Elijah, Aron Quilore y Kordur Merronen -enuncia el maestre con voz fuerte y fría, sin atisbo alguno de sentimientos ni cuando pronuncia su nombre.

Mañana se celebrará la reunión para elegir a nuestro líder, ahora descansad y divertíos -concluye Sir Héctor.

Symon quedo atónito al escuchar su nombre entre los miembros del consejo, en su mente creía que habia quedado fuera luego de su gran fallo en la ultima prueba. Pero al parecer ahora formaba parte de un consejo junto a las figuras importantes de esta nueva casa. En ese momento comenzaba sentir el peso de todo esto, era momento de reflexionar un poco sus acciones para no deshonrar al resto de los elegidos y debia pensar para mañana a quien debia apoyar para que nos dirija hacia el buen camino.

Solo el fuerte golpe en la espada lo despejo de sus pensamientos, era konrad que lo felicitaba con mucha alegria e invitaba a tomar para festejar su nuevo puesto. Symon acepto, ya que esperaba además hablar un poco con él sobre lo que haria mañana.

Al inicio de la mañana me levanto con un dolor de cuerpo indescriptible, estaba peor que si me hubiesen pegado una paliza "porque joder me habían dado una maldita paliza... Maldito Kordur" pienso con una sonrisa recordando como su mayal me golpeaba y notaba como si un rayo me partiese cada vez que golpeaba en mi armadura, que ahora descansaba plegada encima del arcón de mi pequeña cama. 

Cojo del armario una de las dos viejas túnicas limpia y fresca y me la pongo. Al salir al patio apenas despunta el sol, pero todos los caballeros están ya montando en sus respectivos jamelgos. Cojo mi caballo prestado, un arco de caza y una buena lanza para trinchar a cualquier animal "y que voy a hacer yo con todo esto... prefiero pagar la maldita comida..." con pesadumbre y legañas me subo en el animal a duras penas con punzantes dolores en el brazo y en el abdomen. Aún así me pongo derecho y salgo con el animal en dirección al frondoso bosque. 

Al cabo de unas horas bajo del animal con los muslos destrozados de la fricción con el animal - Bueno amigo hasta aquí llegamos... - le digo al caballo que solo relincha como única contestación. A partir de ahí sigo a pie, puesto que me siento más seguro que en ese animal "que voy a hacer si encuentro una presa encima de ese bicho, ¿insultarlo?... que los dioses dotrhakis se lleven a esos animales", recuerdo el sitio donde los dejo atado y sigo mi camino a grandes zancadas mucho más seguro de mi mismo. Al cabo de no mucho rato diviso a mi presa, un bello ciervo pastando tranquilamente, el animal no parece inmutarse... tenso el arco de caza apuntando al animal, tranquilamente, aguanto la respiranción... "mierda! esa maldita mancha otra vez..." pierdo de la visión al ciervo, bajo el arco cierro un momento los ojos y ahí esta otra vez "joder... tantas curas y todavía no sabes lo que te pasa en la maldita vista... ¡hijo de puta!" pienso volviendo a recordar el purísimo golpe sufrido hace tantos años, el dolor me penetra la cabeza, pero no es real... solo es un recuerdo...

Dejo tranquilamente el arco en el suelo y saco la lanza que llevo atada a la espalda, el ciervo mueve la cabeza hacia mí, me mantengo quito, por un momento vuelvo a perderlo... "sigue ahí..." el animal vuelve a agachar la cabeza y puedo avanzar despacio intentando no hacer ruido, aunque la túnica no ayuda demasiado "¿por qué me sigo empeñando en llevar esta mierda? ¡Concéntrate anda!" sigo avanzando hacia la presa pero, a más de treinta metros la criatura oye algo y da dos grandes zancadas antes de darse a la carrera, abandono el sigilo y salgo tras el a la carrera, en ese momento ya no aparece la mancha blanca, solo el ciervo, rápido como un relámpago, sigo tras el hasta que lo pierdo de vista, al menos durante más de una hora, pero finalmente vuelvo a encontrarlo esta vez no demasiado lejos... avanzo hasta él, "no está demasiado lejos... puedo hacerlo ahora..." salgo tras de un árbol y el animal da un gran brinco, lanzo la lanza hacia la presa y apenas consigo arañarle los últimos pelos de los cuartos traseros, en ese momento sale un caballero maldiciendo tras la espesura a galope con un palafrén negro y una jabalina, que le lanza inútilmente, corro tras ellos, muy por detrás, pero lo suficiente para ver como ese maldito hombre del otro lado del mar angosto aparece presto en su montura con un arco de doble curva y lanza una certera flecha que atraviesa el ojo del animal asesinandolo rápida y brutalmente... - ¡Joder!- digo a casi un centenar de metros de donde comenzó la alocada carrera, por si fuera poco algo en mi caja torácica duele punzantemente... "mierda a que me he fisurado algo por hacer el imbécil... si al menos siguieras en el caballo no tendrías que volver andando". 

Tras otras al menos dos largas horas encuentro a mi caballo que para colmo se ha enredado en una zarza, - Ya bueno mi día tampoco a sido muy bueno sabes, vale, vale, hooola, hooola, tranquilo amigo - le digo con una palmada en el cuello intentado tranquilizarlo, le desato las riendas del árbol y las llevo con la mano - Venga vamos a pasear un poco - le digo al animal caminando a su lado. 

Al final aparezco cuando ya están practicamente dando los premios y nombrando a los ganadores "Pues nada Aron... que te aproveche, malditos extranjeros" pienso mientras veo como incha su pecho de orgullo "Esa presa era mí presa...". Con un ligero asentimiento de cabeza dejo al caballo en los establos donde un escudero se encarga de guardarlo y quitarle todos los arreos - Muchas gracias - le digo al joven con tono agotado. 

Finalmente me vuelvo a mis aposentos, y trato todas mis heridas... que no son pocas, cambio las vendas de todas ellas, y echo un ungüento con un holor penetrante en las más dolorosas. Tras esto me abandono a un corto sueño para descansar, y a la noche voy a la cena "sí... no vaya a ser que alguien te eche de menos ¿no?" pienso con una sonrisa socarrona, paso la cena sin mayores vaivenes y felicito a los que han entrado en el concilio con sinceridad, pero me voy temprano a dormir para estar a la mañana siguiente presente en la reunión. 

Cuando llego al camastro me desnudo cuelgo la túnica con la otra, y tras sentarme aparatosamente en la cama me recuesto y cierro los ojos a una noche de sueño tranquilizador y relajante...