El Pez Sombrío mira con rabia al Maestre durante unos segundos, lo que provoca que algunos de sus hombres apunten con sus arcos a este. Sin embargo su lengua no hace comentario alguno respecto a las palabras del Maestre Hoster y solo se limita a soltar a vuestro compañero y a dejar que se dirija hacia vosotros -Soltad pues a mi hombre. Y transmitidle a mi primo que no es el Pez Sombrío ni sus hombres los que están quemando los campos del sur y matando a sus sier... vasallos. Nosotros solo cogemos la comida que es nuestra y no matamos si no es como última acción necesaria. Encontraréis a los verdaderos habitantes del pueblo atados en sus hogares, sin daño alguno.
El maestre quedó en silencio, él sólo era un consejero, la orden de desatar quedaba en manos del líder de la expedición, aguardó cediendo su turno de palabra.
-"Desaten a su hombre!-dije apenas nuestro hombre llego con nosotros- entregare el mensaje con las mismas palabras que has dicho, la gran pregunta es: Como te haremos llegar una respuesta?"-
Tengo ojos en los caminos, bosques y entre vuestros propios hombres. Cuando descendáis del Norte os estaré esperando. No se vuestro nombre y me gustaría conocerlo, siempre es un placer dialogar con gente honorable como vos -responde el Pez -mi padre no me pudo educar en el honor, la lealtad y otros valores pues murió luchando contra Los Otros. Por suerte otros no me olvidaron, no como mi primo y esa reina, y me dieron una buena educación.
-"Me parece justo-dije con tono solemne- mi nombre es Robert Wolves, capitán de los exploradores del rey Bran, os aseguro que hablare este tema con diligencia y ante el rey en persona, estoy seguro de que en esta época donde los asaltos y rumores de guerra abundan lo que menos necesitamos es más derramamiento de sangre..."-
El maestre permaneció silencioso mientras observaba el parlamento entre ambos líderes.
-Desde luego que aunque el plan prometía, esta expedición no ha resultado demasiado afortunada. -Un nuevo vistazo al rostro del pez sombrío le hizo sacar al menos una conclusión positiva-. Por lo menos hemos puesto cara al autor de todo ésto, con esto en mente podremos la próxima vez prever un mejor plan de actuación.
Estoy de acuerdo. Volveremos a vernos, Sir Robert-se despide el Pez marchándose con cautela junto a sus hombres.
Os habéis quedado solos en el pueblo. Tres de vuestras caravanas han sido saqueadas, un par de vuestros hombres han muerto y, si las palabras del pez no son falsas, encontraréis al resto de hombres desaparecidos y habitantes del lugar encerrados en sus hogares.
-"Así será, aunque no soy Sir...soy Norteño"- dije con un gesto de cabeza, despidiendo al Pez Sombrío, para luego dar la orden de que registraran las casas, esperando que realmente ese hombre fuese quien decía ser y aun tuviera el honor que lo destacaba...
Un gesto de asentimiento efectuado por el maestre subrayó las palabras de despedida pronunciadas por Robert Wolves. Aún permanecía mudo a la espera de que el pez sombrío se marchara.
Tras la partida del Pez Negro recorréis cada una de las casas, liberando a los verdaderos habitantes y a vuestros guardias. Una pregunta no realizada queda en el aire pues, aunque el Pez Sombrío contaba con bastantes hombres, era bastante difícil que lograra apresar a tantísimos habitantes con esa facilidad, sin que nadie se escapara ni ofreciera resistencia.
Por suerte vuestros hombres, salvo los dos que os confesó haber matado el Pez Sombrío, están vivos, aunque algunos tienen moratones en la cara y el cuerpo al enfrentarse a sus captores.
-"Hicieron un buen trabajo todos ustedes, aunque tenemos dos caídos que volverán al norte para ser enterrados, sin embargo quiero que me digan como ocurrió el ataque, como los sorprendieron y como los capturaron, hay algunas cosas que me cierran de todo esto"-
Las recientes revelaciones torturaban al cansado maestre. Alguien emparentado con los Tully reclamaba los terrenos de aguasdulces y todo esto con una guerra entre manos. Además entre los que creía vasallos y seguidores del norte había traidores, como si en los últimos años el norte no hubiera visto suficientes traiciones...
Analizó los rostros de todos los hombres mientras esperaba la respuesta formulada por su líder. Demasiadas facilidades les han puesto...
Los hombres se miran los unos a los otros, tratando de que otro sea el que responda al soldado norteño. Finalmente se adelanta un hombre cercano a la vejez, de larga y sucia barba negra.
Tras ponerse frente a Robert y el resto de la comitiva inclina la cabeza con respeto y se dispone a hablar. Sin embargo, antes de que pueda hacerlo, veis un grupo de unos nueve hombres llegando a caballo a la entrada del pueblo. La mayoría de ellos son, sin duda alguna, soldados.
Os cambio de escena, seguís en "El rey en el Norte"