Entráis con respeto y admiración al Gran Septo de Baelor, construcción que hace enmudecer tanto a creyentes como a paganos todos los días del año.
Allí habláis con un sacerdote que accede a avisar al Septón Supremo. Las gentes allí reunidas, muchas más de las que se solían ver en tiempos de la reina Daenerys pero menos que en otras épocas trágicas, os observan con respeto y curiosidad.
Al cabo de unos minutos el septón vuelve y os guía hacia las habitaciones de su señor, Alterir.
Buenos días tengáis Lord Arryn, Lady Lurleen. He rezado a los dioses por vuestro marido, para que el Desconocido lo reciba o la Madre lo guíe. Ha sido una gran pérdida para todos ¿que deseáis de los siete únicos y verdaderos dioses? -os comenta el Septón nada más entrar.
Entramos en el Gran Septon de Baelor. Y cuando por fin somos recibidos por el Septon Supremo hago una reverencia en forma de respeto.
-Gracias por atendernos con tanta presteza y gracias por los rezos que dedicais a mi marido. Espero que sea la Madre quien lo guíe de nuevo hacia el seno de mi familia.-digo amablemente.-Desde la Casa Arryn estamos muy preocupados por todos los acontecimientos que se preveen para próximos días. El pueblo sufre y queremos ayudar a paliar ese sufrimiento.
Hago una introducción antes de que Ramiel explique lo que realmente queremos del Septon.
-Hemos mandado traer hombres con alimento para la ciudad. El sitio esta cerca, las fuerzas de Quentin se acercan y intentamos organizar una efectiva defensa de la ciudad ante ese asesino. -Pronuncio sin miramientos tras una debida reverencia.
-Otra estrategia habíamos pensado a fin de organizar a la población de forma activa contra la tiranía que este hombre pretende. Vos sois el Alto Septom, conocéis de sobra mis derechos a la corona, pero no es eso lo que mas me preocupa. Excepciones de impuestos, severas excepciones para aquellos dispuestos a defender la ciudad. Esto ayudaría a la ciudad que se halla llena de saqueadores y provocadores a luchar por ella. Pero no es algo que podamos hacer con nuestro titulo. El pueblo debe conocer la verdad, debemos enseñarles la otra posibilidad, la cara opuesta de la moneda que se opone a la villanía de ese mercenario. -Expreso con angustia y desesperación.
-Sabéis que los nobles huyen, pero regresaran tras mi discurso. Apoyarme en el. Es la ultima esperanza de esta sagrada capital. Aquí me hallo suplicando vuestra ayuda para que nos deis las armas, armas de palabra que harán que el permanecer en esta ciudad hasta que caiga la ultima de las puertas no se convierta en un sacrificio.
El septón se masajéa el cráneo tras las palabras de Ramiel. Ramiel, no suelo hacer caso a los rumores por lo que, aunque en algunos estáis incluidos, no les veo legitimidad. Ahora bien, los que si creo, al igual que la mayoría, son los rumores sobre el tremendo ejército que trae Quentyn.
El hombre mira a unas estatuas en miniatura de los siete dioses, acercándose a la del guerrero -Ni aunque todos los ejércitos Arryn se encontraran tras estas murallas podríais evitar la caída de Desembarco del Rey. Aún menos si entran en juego los dragones, la Madre no lo quiera -continúa el septón dándole un beso a la estatua de la diosa.
Ahora bien, he escuchado como has tratado por todos los medios defender esta ciudad y como, aún ahora, lo estás haciendo. Pero lamento informarte de más malas noticias. Con las primeras luces la Comandante Liane ha partido con más de medio millar de guardias, dejando a la ciudad desprotegida. Y lo peor no es eso, algunos grupos que los guardias no han conseguido cazar han quemado varios de los almacenes de comida. El fuego se ha extendido y se han provocado daños irreversibles a las reservas que la reina hizo. Y eso no es lo peor, he mandado, con apoyo de los maestros, a varios hombres para contar nuestros suministros y, para nuestro mal, muchos de los almacenes están vacíos. Los mercaderes que eran dueños de esta materia prima tan importante han desaparecido, llevándose sus pertenencias con ellos.
El septón supremo se dirige a El Desconocido y lo mira con pesar y miedo en los ojos -Decidme, hijo, y vos, Lady Lurleen ¿creéis en los siete con todo vuestro corazón? ¿defenderíais la verdadera religión ante las falsas?
-Con mi vida. La inmortalidad esta en la defensa de sus designios, no en la pleitesía a falsos ídolos.-Comento servil, quizá ridículamente, haciendo referencia a las historias oidas sobre oscuros demonios que entregaban gran poder a los que los veneraban.
Me planteo mencionar las posibles soluciones frente a esos problemas pero cayo, parece que la presión va a empujarlo a entregarme su apoyo y no deseo que esta mengue.
Maravillo mi joven Arryn. Debo confesarle que tenia temor ante su respuesta. Las otras grandes casas de Poniente han perdido el juicio, los Stark adoran a los arboles, los Greyjoy al mar, la casa de la luz al fuego y, lo que es peor, los Martell parece que se han comenzado a inclinar, al igual que los Baratheon, por ese falso idolo encarnado en el fuego.
La Casa Arryn seran los protectores de los siete, sus guerreros, si asi lo quereis. ¿Que puedo hacer para ayudar a tan noble casa?
-La casa Arryn siempre sirvió a los siete y eso no va a cambiar siendo nosotros los representantes de ella.-le explico al Septon para que le quede claro.-Siempre he rezado a la madre para que me guíe, así me enseñaron mis padres y a estos los suyos...al igual que mi hijo lo hará con sus descendientes.
Miro a mi hijo orgullosa de su respuesta.
-Será un placer convertirnos en los defensores de la verdadera fé.
-Nuestros hombres llegaran con provisiones para la ciudad y otros aliados podrían arrinconar a Quentin contra las murallas si conseguimos defender la ciudad el tiempo suficiente.-Explico haciendo incapíe en la necesidad de resistir.
-Es imprescindible organizar una defensa ciudadana, debo dirigirme al pueblo y reconvertir los ideales de esta guerra para que se sientan identificados. Dejar atrás las ideas de que es una guerra por el trono y convertirla en una guerra santa. Daré al pueblo la oportunidad de luchar por sus valores, de demostrar su devoción a los siete en un campo en el que los enemigos no tendrán solo el rostro de traidores y usurpadores, si no de dioses oscuros que pretenden esclavizar y tiranizar las almas de cuantos este mundo habitan sin distinción de sexo o edad.-A cada palabra veo mas claro como reconvertir este conflicto de forma que todas las casas enemigas queden devastadas por la mano de una sociedad conservadora.
-Vosotros podéis organizar tal cosa, otorgarme el titulo de defensor de la fe frente al pueblo y hablarle a mi lado. ¿Haríais tal cosa?
Alterir sonríe contento, aunque en su rostro se dibuja la duda -Así sea joven Arryn. Mañana ha primera hora organizaremos una ceremonia. Serás nombrado rey y defensor de los Siete, bajo los ojos de estos que todo lo ven. Confía la noticia sólo a tus soldados, nuestros enemigos acechan en cada esquina. Es por ello que debo pediros que, tras la coronación, marchemos fuera de la ciudad, si así lo desea -os sugirió el líder religioso -creo que nuestro futuro será muy negro si seguimos aquí, aunque puede que bajo su liderazgo consigamos defender la ciudad el tiempo suficiente como para que lleguen los refuerzos.
-Debo meditar en ello.-Digo con dudas.-No me gusta la idea de abandonar la ciudad... De hacerlo llevaríamos junto a nosotros a quien deseara huir antes de la llegada de Quentin ofreciendolé la protección de los hombres que nos acompañan. Pese a todo si tengo la mas mínima posibilidad de hacer frente a Quentin resistiré aquí. -Digo temerariamente. -Aunque no os pediré que permanecierais a mi lado. Yo podría caer y convertirme en mártir, pero vuestra muerte dejaría sin pastor a los fieles.-Respondo comprensívamente.
-Hablaremos de ello mañana, pues en los tiempos que corren ese tiempo es una eternidad y mucho puede ocurrir hasta entonces. Alastor permanecerá con vos, las paredes tienen oídos hoy día y convertirse en nuestro aliado puede poner en riesgo su vida. ¿Os parece?
Te has dejado a Alastor, que aunque no tenga pj actualmente, de tenerlo mas adelante debería leer esta parte.
Me parece lo más correcto. Mañana a primera hora seréis coronado por Alterir, Septón Supremo elegido por la difunta Reina Daenerys -concluye el septón.
Con esto damos por terminada esta parte de la partida. Ya iremos avanzando, aunque Lurleen puede poner un mensaje final o podéis decir algo más entre vosotros :)
Pd: corregido lo de Alastor, tienes razón.
-Me alegra saber que entiende nuestra lucha. Nuestro deber es conseguir lo mejor para Poniente.-digo con amabilidad.-Mandaré a algunos de nuestros sirvientes y guardias para que le ayuden a preparar todo para mañana.
Digo antes de hacer una leve reverencia y salir de Septon.