- Creo que hay un gran problema, majestad. Cómo habéis dicho, Illyrio es inteligente, así que dudo que su posesión más preciada la deje en alguna caja custodiada por unos pocos hombres. Creo que el cuerno lo tendrá él, puesto que si Dagon ya fue para allá, sospechará de lo que queréis. Y otra cuestión, si me arrodillo ante el Dios Ahogado, seré un hombre del hierro?
No creo que Illyrio se arriesgue a que el cuerno acabe en el fondo del mar, por lo que no lo llevará a batalla. Aunque si puede que se lo haya llevado. De todas formas en su mansión encontraréis objetos muy valiosos y, si dominamos Pentos, obtendremos un puerto realmente importante y estratégico-te cuenta Ashe, sincerándose contigo.
Respecto al otro asunto, ser un hijo del Dios Ahogado es un paso necesario pero no único para ser un Hombre del Hierro. Para ello deberás luchar por mi, matar por mi, sangrar por mi y follarte alguna mujer de sal por mi ¿estás dispuesto a ello?
Ya vamos acabando Krygan :)
-Entonces mi señora, sea pues. Pero espero que hayáis dado la orden a vuestros hombre para que se contengan, una ciudad saqueada y arrasada es difícil que vuelva a prosperar.- dio dos pasos hacia atrás, y realizó una profunda reverencia, marchándose de la sala donde se encontraba, buscando a Dagon.
Podéis hablar un poco entre vosotros. Cuando acabéis terminamos esta escena y, por tanto, esta parte de la partida :)
Al salir, cruzó el puente que se tambaleaba, y bajó al puerto. Buscó a Dagon, y al encontrarlo, se plantó delante de él, diciendo:
- Ya estoy aquí. Podemos hablar un momento?
-Y ahora qué giro tendremos-. Se preguntó el capitán mientras volvía su rostro al recién llegado. -¿Sí?
Sandor caminó delante del hombre del hierro antes de empezar a hablar, apoyándose en una roca:
- Su majestad me ha ordenado que sea ungido por el Dios Ahogado.
Disculpad la tardanza, estoy disfrutando mis últimas semanas de vacaciones xD
Una sonrisa se adivina en el rostro del lord comandante. -La Reina... ¿Os ha pedido que yo mismo os unja como hijo del Dios Ahogado?
Sandor sonrió ante las palabras del hombre del hierro, diciendo:
- No, no ha dicho que vos lo hagáis, además, no os dejaré tan fácil mi cuello al descubierto. Imagino que tendré que encontrar algún sacerdote, o alguien que predique su palabra.
-Ya me parecía... No conozco a muchos, al último que conocí lo vi ahogarse en Valyria. Dame un segundo. -Tras otear en el horizonte vio algo que le convenció -Mira allí en la playa estan bendiciendo a algunos de mis futuros marineros en el mar. Sígueme que hablaré con el sacerdote.
Encontráis a un bonito sacerdote.
Sandor siguió a Dagon hacia la playa, donde se estaba celebrando el ritual. Era extraño, pues les echaban agua de mar sobre la cabeza, pero había estado en Pentos, Volantis y Valyria, viendo rituales más extraños.
Al llegar a la playa, divisó al sacerdote, y esperando a que acabara con los marineros:
- He venido para ser ungido por el Dios Ahogado por orden de la Reina Asha.-dijo al sacerdote cuando terminó.
El sacerdote mira con desgana a Sandor. No está en sus costumbres el iniciar en los caminos del Dios Ahogado a un cualquiera pero, realmente, Maghallis no es un hombre cualquiera sino uno que viaja junto al Lord Comandante Dagon Harlaw y que se dirige a él con el apoyo de la reina.
Así sea, venid pues-ordenó el sacerdote introduciendo a Sandor en las aguas, rodeado por unos hombres ahogados. Antes de que Sandor pueda saber en que se está metiendo el viejo sacerdote coge con su mano la cabeza de Sandor y, ayudado por dos de sus hombres, la sumerge en las aguas saladas. Poco a poco el hombre va perdiendo la capacidad de razonar hasta que la oscuridad lo llena.
Cuando recupera en parte la capacidad para pensar escucha como la voz del sacerdote, algo distorsionada, dice-Señor Dios que te ahogaste por nosotros, permite que tu siervo renazca del mar, como renaciste tú. Bendícelo con la sal, bendícelo con piedra, bendícelo con acero.
Le tomó tan por sorpresa que los hombres los agarraran que sólo tuvo tiempo a coger aire, y poco. La visión empezaba a ser borrosa, y el agua de mar penetró en su interior. Cuando creyó que ya no lo contaba, lo sacaron, y empezó a oír el rezo del sacerdote.
Estaba más preocupado por recuperar la respiración, por lo que se quedó de cuclillas con las manos apoyadas en las rodillas, mientras la plegaria seguía. Cuando terminó, miró a Dagon esperando órdenes.
-Lo que está muerto no puede morir... -Susurró Dagon de manera mecánica acostumbrado a haber visto presenciar el bautismo entre recién llegados de una tripulación en su mayoría ahogada en Valyria.
Se pasó la mano por la cara para quitarse el agua y luego se echó el pelo hacia atrás. Yaa había echo lo que se le pidió, era hora de partir hacia Pentos. Se despidió del sacerdote, y acercándose a Dagon, dijo:
-Ya estoy preparado para partir.
Si no tenéis nada más que deciros, damos la escena por terminada y tendremos, por ahora, un descanso hasta que la nueva partida tome forma (estoy trabajando unas 11 horas diarias, demasiado para ser persona y seguir jugando, espero que lo entendáis).
Un saludo.
Sin prisas Krest, que todo vaya bien, y aquí esperamos ansiosos tu vuelta :D
Aqui te lo ha expresado mi compi