La huida de la celda parece no tener fin. Mientras corro sigo mirando hacia atrás por si algún guardia nos persigue y cuando por fin encontramos la salida, la luz nos ciega. Miro hacia los lados cuando el crepitar de las llamas llega a mis oídos. La guerra ha empezado...Las casas de la ciudad arden y los gritos de los habitantes resuenan en el cielo. Sigo las órdenes de Edric, nuestro salvador, y sigo a aquella mujer hacia la que sin duda es nuestra única salvación, escapar de la ciudad.
Madre, protégenos...
Seguís a la mujer durante un buen trayecto. Los fuegos queman aleatoriamente varias de las casas entre las que vais pasando. Finalmente llegáis a una puerta en la que otros dos hombres os esperan, con cuatro caballos sujetos, todos ellos bien equipados y con bolsas en sus lomos.
Partid, nosotros nos quedaremos en la ciudad. Volved a las tierras de los Arryn, rápido -grita la mujer.
Ramiel ha indicado que hoy no va a postear.
Os dejo hacer un mensaje final saliendo de la ciudad, envuelta esta en llamas, en revueltas y, en definitiva, en el caos.
Rapidamente recojo uno de los caballos y subiendo con habilidad a pesar de los años que han pasado desde que monte en uno me pongo rapidamente en marcha -No hay tiempo que perder. Esta herejia no puede quedar impune- Digo antes de partir al galope sin mirar atras
-Perdoname dios de siete rostros, te he fallado...Pero no se volverá a repetir, esta guerra será tuya. Todos los herejes moriran y solo tu reinaras en los corazones de todo Poniente. Esta vez llevaré a cabo mi misión sin dudar ni titubear, protegeme y tu voluntad se cumplirá- Rezo mientras galopo hacia las tierras del Valle
El calor de las llamas envuelven mi cuerpo mientras atravieso la ciudad montada en aquel caballo. Los gritos, las peleas y el humo inundan el cielo de Desembarco del Rey, la escena que se dibuja en la ciudad es la del infierno en la tierra. Cabalgo detrás de Ramiel, pendiente de que nada malo le suceda mientras intentamos salir de aquel maldito lugar.
A pocos metros de mi veo escenas horribles, mujeres siendo violadas, niños envueltos en llamas...muerte y destrucción que no puede significar otra cosa más que los herejes, adoradores de R'hllor, han sido los causantes de todo aquello. Intento aumentar el ritmo de la marcha, si alguien nos ve o consigue pararnos estaremos perdidos.
-Tenemos que salir de aqui cuanto antes-grito al resto ante aquella situación en la que nos encontramos.
La ciudad arde en llamas, no se si es producto de los dioses del fuego o un castigo a sus siervos. Lo que esta claro es que esto no solo no beneficiara a Quentin.
Fieles de todo el mundo se unirán al conocer el destino que la capital ha ardido tras la llegada de los demonios, ademas de haber producido la muerte del cabeza de nuestra iglesia. El Alto Septom.
Nos conducen fuera de la ciudad a gran velocidad, el humo y las llamas van quedando atrás mientras me pregunto por el destino de aquellos que nos han salvado.
Esperamos a Alastor hasta mañana y, si no vuelve tendré que matar a otro jugador :(