Partida Rol por web

La noticia de la destrucción de Antigua ha provocado el caos en vuestro grupo y en otras facciones rebeldes. Sus miembros, aquejados por la pérdida de la última casa noble de El Dominio y de otros muchos cientos de hombres de la zona, se han dividido entre aquellos que quieren atacar y matar a cualquier Dorniense o Greyjoy que encuentren, sin pensar en las consecuencias, sus ideas o sus características, sin importar si son niños, ancianos o soldados. Otros han visto quebrar su voluntad y, al no existir más sangre noble que pueda enfrentarse a los opresores, han comenzado a abandonar las armas y a pedir la disolución del grupo.

Tu padre aún no se ha decidido por ninguno de los dos bandos pero te ha hecho llamar a sus aposentos tras reflexionar varios días.

Con los nervios a flor de piel me dirijo a la habitación de mi padre. Con todo lo que ha pasado parece que estamos retrocediendo, pero no es así. Tenemos que aprovechar la furia de la gente y utilizarla con cabeza. Tampoco es bueno lanzarse sin un plan contra ellos. Quizás deberíamos mover el cuartel general a la base en el bosque en vez de permanecer en pueblos...- Pienso mientras termino de llegar a la puerta. El guardia disfrazado de criado al lado de la puerta me saluda con un gesto de cabeza. Respiro profundamente antes de entrar en el cuarto.

Al entrar observo a mi padre y le saludo con respeto. - ¿Me habías llamado, Padre?

Tu padre tiene el gesto perdido. Como si supiera que va a perder la batalla antes de combatirla. Tiene varios papeles encima de la mesa y cuando entras, alza la mirada y sonríe tenuemente.

- Hija - dice agachando la cabeza - Siéntate. Poniente se está redefiniendo y tenemos que buscar una salida para nuestra casa y nuestro linaje. Dime.. has meditado algo concreto? - pregunta tu padre por si tuvieras algún plan de cómo proceder - Yo he estado.. hablando con viejos amigos y creo que algo podremos.. hacer - sonríe. Ya no parece tener la mirada del soldado perdido.

Me siento en la silla ante las palabras de mi padre. - Creo que nuestra labor en Altojardin esta dando sus frutos. A menos que haya una alternativa mejor deberíamos continuar con ello. - aprieto los puños en signo de resignación. - No tenemos hombres suficientes para poder tomarla. 

Después de esto miro a los ojos a mi padre. - Pero tu esto ya lo sabes, ¿por qué me preguntas? ¿ qué es lo que tienes en mente?

Tu padre deja los papeles y mira por la ventana, hacia una fachada en la que unas hiedras escalan, ocultando las paredes de piedra a su paso -Durante dos décadas hemos procurado sobrevivir, alimentando la rabia de nuestras gentes y el temor de nuestro enemigo. Pero, al igual que una semilla, hemos ocultado nuestras raices bajo otras plantas mayores, esperando el momento, acechando, tratando de estar preparados para cuando la ocasión llegue comenzar nuestro ascenso, trepando sin detenernos. Muchas vidas se han perdido pero nuestras semillas se han expandido por todo Poniente y tenemos ojos, oídos y amigos en distintos puntos. Tal vez sea el momento de forzar la guerra, de debilitar a los que trataron de exterminarnos, de hacerles pelear entre sí ¿no crees, hija mía?

Padre, no dudo que tengamos que hacer algo y menos aun que este sea un momento propicio. Pero el instante exacto y el modo son los que determinan si sale bien o mal. - Hago una pausa mirando fijamente a mi padre. - No quiero que nos precipitemos en la decisión, hay que sopesarla mucho. - Dejo de aguantar su mirada y la desvío hacia el suelo. - En cualquier caso... Cuéntame Padre... ¿En qué habías pensado?

En cualquier caso si lo que le está pasando por la cabeza a mi padre es de ir acolchando la cama para no hacernos daño cuando nos tiremos, es una buena idea, si no... tirarse ahora puede ser un error.

En eso tienes razón hija, pero nos subestimas. Hablo de una superviviente, perteneciente a un linaje noble, los Cuy, que está desposada en la sombra con el líder de una casa importante ajena a Dorne, que puede promover la guerra contra estos ¿no te parece acaso un buen plan, siempre que actuemos en la sombra? -te pregunto algo asqueado por tus dudas.

Ya va a haber guerra contra Dorne, uno más en el bando contrario siempre viene bien, Padre. - Digo inclinando la cabeza mostrando arrepentimiento por haberle ofendido. - Cuéntame más, ¿quién es esa casa? ¿qué puedo hacer yo para ayudarle en esta encomienda?

- Supongo que tu tarea tendría que ser avivar la sed de guerra de esa casa... una casa de las tierras de las Flores.. siempre en guerra velada por dorne - comenta tu padre con media sonrisa - Lady Hana Cluy, es miembro de una de las últimas casa del Dominio... seguro que si les damos un motivo y un líder.. o alguien a quien seguir.. podríamos traerlos a nuestra vera - dice tu padre bastante convencido y te mira - Es la esposa de Lord Augusto Shepherd, no sé si lo conocerás.. - dice y tuerce un poco el gesto aunque mantiene su sonrisa.

No la conozco, Padre. - contesta siguiendo con atención las palabras de su Padre. - ¿Y quién va a ser ese líder? y ¿cuál el motivo? - con gesto de consternación continuo. - Entiendo lo que me dices, Padre. Pero sigo sin ver como puedo ayudar en esto.

He escuchado rumores de que aún quedan hijos de la Casa Tyrell o de otras casas vasallas importantes. Ello serán los líderes, nuestros líderes. Lady Cuy pondrá las semillas con sus ejércitos y nuestro pueblo volverá. Id, partid a las Islas Escudo y reuniros con la señora, proponedle el renacer de las casas del Dominio, el apoyo del pueblo a este ideal. Parte hija mía, antes de que perdamos esta oportunidad que tanto tiempo llevamos esperando, nuestra independencia del dominio de Dorne, nuestra vuelta a la libertad -concluyo tu padre despidiéndose de ti.