El sol de la mañana no despertó a la mayoría de tus hombres pues estos ya se encontraban en pie, levantando el campamento para recorrer el mayor camino posible durante el día. Los salvajes de lord Arryn desayunaban tiras de carne desecada mientras hablaban entre sí a gritos en su lenguaje.
En poco tiempo, demasiado poco en tu opinión, el grupo se puso en marcha de nuevo y una nueva jornada de camino y polvo se presentó frente a ti. Vuestro destino os había conducido a las tierras de los Ryger, una casa que seguro no olvidaba lo que tus tíos y abuelos hicieron con sus tierras y vasallos.
Por suerte para vosotros los caminos, secundarios todos ellos, estaban poco frecuentados y salvo por el paso de algunos campesinos que huían de la guerra o se desplazaban en busca de trabajo no encontrasteis nada durante toda la mañana.
Tras una parada para comer continuasteis la travesía, siempre con un par de exploradores por delante para avistar posibles enemigos y zonas peligrosas por las que el carro del "fallecido" lord no pudiera pasar.
Mientras andabais por un estrecho sendero rodeado de bosque uno de tus hombres se acerca a ti, llevándote a un lugar de la comitiva más cubierto y rodeado de otros guardias. Una vez tranquilos y, aparentando naturalidad, te susurró -Los salvajes dicen que entre los árboles alguien nos observa ¿que debemos hacer?
Tirada oculta
Motivo: Día de viaje
Tirada: 1d20
Resultado: 1
Tirada oculta
Motivo: Peligro
Dificultad: 0
Tirada (1): 3
Guardados (1): 3
Total: 3, Éxito insignificante
Cuando Noj entró para despertarlo estuvo a punto de echarlo de allí de malos modos, la conversación de la noche anterior con Lord Arryn y la carta enviada sin saber lo que decía, no le habían dejado buen sabor de boca y no se lo había podido quitar ni aún vaciando el segundo pellejo; no tenía ganas de seguir con aquel viaje ni con el paripé de que llevaban el cuerpo sin vida de Meñique de vuelta a su hogar, pero una vez más ocultó sus sentimientos y pensamientos, y se dispuso a interpretar su papel.
Al acabar de pertrecharse salió para desayunar y vió que ya estaba todo casi listo, con un par de comentarios jocosos se acercó para comer su parte y, cuando se quiso dar cuenta, ya habían recogido su pabellón y estaban montando para reanudar la marcha, otro día sin fin para tragar polvo y acabar con las posaderas doloridas, pensó montando en su negro corcel y dando la orden de avanzar.
Todo transcurrió con normalidad, algunos campesinos en dirección contraria, que no aportaron ninguna noticia nueva; una parada, demasiado corta para su gusto, para comer y a seguir la marcha. A media tarde uno de los soldados se acercó a Brock y en un aparte le puso al corriente de una situación anómala; el pulso se le aceleró y se le secó la boca, pero con una sonrisa y aparentando seguridad dió las órdenes que creyó oportunas.
- Que capturen a quien sea vivo, quiero saber quién es y por qué nos vigila.
El soldado asintió pero no actuó directamente sino que fue charlando con algunos de los guardias mientras continuaban caminando, organizándolo todo disimuladamente.
Siguiendo sus órdenes a viva voz un pequeño grupo se adelantó para explorar, perdiéndose en el horizonte sobre sus monturas. Poco después dos de los guardias vivieron una trifulca con cuatro de los salvajes. No lograste saber si cada uno de los implicados eran unos bufones y actores ideales o su acción estaba regada con verdaderos sentimientos de desprecio y rechazo. El filo de las espadas afloró, iluminadas debilmente por el sol que ya marchaba y el fuego de un par de antorchas. Finalmente los cuatro salvajes se despidieron del lugar lanzandoos improperios y amenazas, quedándose detrás de vosotros.
Tras ambos sucesos todo continuó con cierta normalidad hasta que, de forma súbita, el cotidiano sonido de vuestros pasos y el rechinar del carro fue interrumpido por un par de gritos de dolor. Inmediatamente todos los guardias de la compañía, incluidos los bárbaros, sacaron sus armas y media docena de ellos apuntaron con sus arcos al oscuro bosque.
Tenéis diez segundos para salir o entraremos a por vosotros. Estáis rodeados -gritó el soldado al que habías dado las órdenes, tomando el mando en tu nombre.
Brock siguió los movimientos de los hombres con interés hasta que los gritos llegaron nítidamente a sus oídos, él no desenfundó pero su mano se acercó a la empuñadura de la daga que sobresalía de su cinturón.
Cuando acabó la comedia y el soldado dió el ultimátum a quienes observaban el avance de la comitiva, no pudo dejar de admirar la treta organizada; recordó haber leído algo parecido a la parte de la pelea simulada hacía varias noches, parece que las viejas lecciones del libro funcionan, pensó y se propuso poner más interés en la lectura de ese gran volumen.
Esperó a que la acción se desarrollase con una media sonrisa de superioridad, no es que fuese un cobarde, es que apreciaba demasiado su vida, y los placeres que podía obtener, como para echarlo todo a perder por actuar cuando había otros que podían hacerlo por él. Estuvo a punto de hacer un comentario sarcástico, pero se lo guardó para cuando tuviese a los mirones atados y arrodillados delante suyo; tenía que dar la sensación de que nada de lo que sucediese le pillaba por sorpresa, que todo era premeditado o previsible, y hablar antes de tiempo podía ser contraproducente para ello.
El murmullo en el interior del bosque se detuvo unos instantes salvo por un par de voces que se quejaban presos de algún tipo de dolor. De entre las sombras salieron las figuras de cuatro hombres armados que apuntaban con sus armas hacia el suelo y andaban a paso tranquilo, procurando no asustaros.
Está bien, está bien, nos rendimos -dijo uno de ellos, dejando caer su espada al suelo -no queremos problemas, por eso no os hemos atacado y ahora varios de nuestros hombres están heridos. Solo somos unos mercenarios.
Justo tras terminar sus palabras tres hombres más salieron del bosque inmovilizados por vuestros guardias y los salvajes que os acompañan. Los salvajes arrojaron al hombre que llevaban al suelo, manchando sus ropajes con la tierra, mientras que tus hombres sujetaban a la pareja de mercenarios, levemente heridos y con moratones en la cara.
Tirada oculta
Motivo: Número
Dificultad: 0
Tirada (3): 5, 6, 2
Guardados (3): 6, 5, 2
Total: 13, Éxito increible
Tirada oculta
Motivo: Número valido
Tirada: 3d3
Resultado: 2, 2, 3
La aparición de los cuatro hombres armados hizo que Brock elevase una ceja, la elevó más aún cuando oyó a uno de ellos hablar como si fuesen ellos los que tenían la sartén por el mango; cuando aparecieron los hombres de su escolta con tres más custodiados, sus labios esbozaron una curva irónica.
- OHhh! ¿Nos estás diciendo que nos hacéis el favor de rendiros? - dejó un pequeño silencio para que sus palabras calaran, no le había gustado nada el tono que había utilizado - Y si no queríais problemas porque lleváis tanto tiempo siguiéndonos, o es que todavía lo estabais sopesando. - su sonrisa se ensanchó y tiró de las riendas de su caballo haciendo que diese un paso lateral y así quedasen todos en su campo de visión - ¿Para quién trabajáis?
La pregunta fue directa, si eran mercenarios siempre había alguien que pagaba, quería poder mirarlos a todos mientras contestaban, para registrar sus reacciones y saber si ocultaban algo.
El rostro del mercenario se tornó mas oscuro y preocupado ante tus sentencias y preguntas -Mi señor, siento el malentendido, os seguíamos para ver si podíais ser gentes interesada en contratar nuestros servicios. No trabajamos con nadie, al menos aún, pues somos nuevos en este oficio. La guerra se avecina en Poniente y las espadas son un producto muy demandado. Sentimos si os hemos ofendido, si nos permitís, solo queremos proseguir nuestro viaje.
Brock hizo ver que tomaba en consideración las palabras del mercenario llevándose la mano izquierda a la barbilla y mesando una inexistente barba.
- Vuestros servicios, - echó una mirada alrededor, pasándola por sus hombres - puede que podamos encontrar un trabajo para vosotros, siempre que sepáis acatar órdenes de vuestros superiores.
Dejó que sus palabras calmaran el ambiente.
- ¿Hacia dónde os dirigíais?, pues debo suponer que en esa dirección hay problemas. La verdad es que nos vendrían bien noticias frescas de cómo está la zona, para no acabar en medio de alguna trifulca; sólo queremos llegar a destino y emborracharnos con la paga que nos den por la entrega, antes de volver a casa.
Supongo que no veo nada raro en su actitud y me lo creo... bueno, todo lo que puedo creer a alguien, ya que todos sabemos que todo el mundo miente ;P
Sería un gran acierto para vos contratar nuestros servicios y nos ayudaríais bastante en estos aciagos tiempos. Nos dirigiamos hacia tierras Arryn, se dice que allí existe una pequeña guerra y que los mercenarios son contratados con rapidez -contestó el mercenario satisfecho.
No se giró para ver la cara de Noj, sabía que éste no aprobaría la contratación de mercenarios pero si la zona estaba ya en guerra necesitarían toda la ayuda posible.
- Pues parece que vais a tener suerte, - comentó con una amplia sonrisa embaucadora - nos dirigimos hacia el conflicto, lo mejor sería volver pero si queremos cobrar debemos llegar. Quedáis pues contratados señores, me agradaría saber vuestros nombres y espero poder intercambiar historias de nuestros pasados, la verdad es que al cabo de una semana se empiezan a agotar las conversaciones y esto comienza a ser muy aburrido; por suerte tenemos vino para acompañar las horas tediosas.
Comenzó a dar la vuelta a su caballo pero se detuvo para añadir un último apunte.
- Como mercenarios seréis recompensados por vuestra valía, no hay nadie más generoso que yo con el trabajo bien hecho, NADIE; pero atended bien, no tolero la insubordinación, si mando beber se bebe hasta perder el conocimiento, - se dejaron oír unas risotadas por parte de algunos de sus hombres recordando la última vez que lo había hecho - si digo a correr se corre hasta el desaliento, y si ordeno saltar se salta aunque no se sepa adónde. En marcha, ya hemos perdido demasiado tiempo.
Estaba satisfecho con el discurso, cuando pasó por al lado de Noj vio cómo éste torcía el gesto pues échales un ojo, le susurró dejando la tarea de confirmar que eran de fiar en las capaces manos de su segundo.
El mercenario parecía más que conforme con todas tus palabras -Os contaremos nuestros nombres, nuestro pasado e incluso nuestro futuro si ello implica compartir buen vino. Y no os preocupéis, nos vendrá bien un patrón exigente para recuperar y mejorar nuestras habilidades en la lucha. Partamos pues.
Tienes esto actualizado. Si, como la escena no da para mucha narración, no escribes este fin de semana te traslado a otra escena distinta :)
Brock se puso en marcha y rápidamente todos volvieron a sus posiciones, bueno todos excepto Noj, en vez de ir a su lado como era su costumbre se quedó rezagado impartiendo órdenes nuevas para reacomodar a los nuevos hombres de los que disponían y, cómo no, para echarles un ojo y tenerlos controlados.
Sólo les quedaba un día de viaje y llegarían a las tierras del Valle, no sabía que se encontrarían allí; había comenzado una guerra interna por ocupar el sillón en el Nido y la carga que ellos transportaban era la chispa que daría lugar a una gran explosión, para bien o para mal la suerte estaba echada, el joven Lannister esperaba tomar las decisiones acertadas y no poner en peligro a su casa ni a su familia.
Ya tá ;P