Hacía más de una semana que no visitabas a tu amada, unos días que te habían parecido infernales, ásperos, muertos, sin vida ni color. Tu señora, de la que eras amante, se había encerrado en sus aposentos tras escuchar las fatídicas noticias venidas desde Antigua, las alas negras que trajeron nuevas de la muerte de tantos inocentes.
Sarella ya había experimentado tal dolor una vez, hace casi dos décadas, cuando su familia arrasó las tierras y las vidas de tantos amigos y conocidos. Ahora ese dolor, mitigado por el paso de los años, había vuelto con fuerza, destrozando a la mujer cuya sonrisa daba sentido a tu vida.
Pero, por fin, te había hecho llamar, aunque desconocías el propósito de esta llamada.
Demasiadas preocupaciones existían en la vida de Simon en estos momentos. Por un lado Antigua, saqueada y vilipendiada por sus enemigos, por otro lado, su amada a la cual llevaba mas de una semana sin verla. Sarella, su amante, la señora del lugar, la cual poco podía hacer para ayudar a su pueblo. La pena le había hecho encerrarse en sus aposentos, sin ver a nadie. Y a él eso le preocupaba.
Pero ahora su mente se encontraba en otra cuestión. Había sido convocado por su señora, y no tardó mucho para estar preparado para la ocasión. Ahora, se encontraba caminando rumbo hacia el salón principal, donde se encontraba ella. A pesar de las ganas de verla, lo cierto era que pensaba en que quería la mujer para requerirle de aquella manera y sin previo aviso.
Te hacen pasar al interior de la sala donde está ella esperándote. Se levanta de su silla y se acerca a tí con ternura aunque su rostro está claramente compungido.
- Querido - dice posando sus manos sobre tus hombros - Dejadnos, por favor - dice a los restantes en el salón principal.
Todos obedecen y salen dejándoos a solas.
- Las alas negras no dejan de apalear mi corazón - te explica y cierra los ojos - La destrucción de antigua.. me ha traído recuerdos horribles a la memoria -hace una mueca- Debemos tomar cartas en el asunto.. me gustaría que buscaras al viejo Marcus Hightower... él y su prole podrían darnos una posibilidad de venganza.. y justicia - explica mirándote a los ojos.
Simon se mantiene en silencio, escuchando las palabras de su amada... y señora. Lo que esperaba el enamorado distaba mucho de lo que le decían ahora. Simon nunca podía olvidar que él era un servidor de una casa, y por mucho de su relación y de lo que deseaba hacer, estaba su deber.
Haciendo un considerable esfuerzo asiente- Marcus Hightower- repite el nombre- ¿y donde se encuentra? si he de ayudarle tendré que partir cuanto antes- aunque sea eso lo último que desee en estos momentos.
Hecho.
Tu amada deja que veas la frustración en su rostro antes de contestar, mordiéndose el labio aún indecisa -No se su paradero actual. Pero mis fuentes me han dado dos pistas que podemos seguir. El último lugar donde estuvo Lord Hightower -dijo, dotándole a Marcus el título que le otorgaba la muerte de su hermano en el ataque de los Greyjoy -fue Desembarco del Rey. Tal vez siga allí o puede haber partido, estar encerrado o muerto. También me han informado que unos siervos de la Casa Libertad se llevaron a su hijo Carter antes del ataque, salvándole la vida. Tal vez deberías buscar en las entrañas de esta casa.
Sarella se acercó a la única ventana que iluminaba sus estancias y cogió una rosa de una pequeña planta que recibía directamente la poca luz. Te miró, oliendo la rosa con regocijo y acercándotela -Odio ponerte en esta posición Simon, no deseo nada más que obligarte a quedarte conmigo o partir yo misma a tu lado. Sin embargo se lo debo a mi gente, os lo debo, tengo que permanecer aquí, guiando a los hombres y dando cobijo a los supervivientes. Y vos, mi amado Simon, eres la persona en la que más confío.
Lo entiendo- es lo único que puede decir. Cada uno tenía una responsabilidad que cumplir, y él tenía ahora la suya- ¿cuando encuentre a Lord Hightower he de transmitirle algún mensaje?- preguntó. Ahora mismo, su mente estaba centrada en el encargo de su amada y quería saber todos los detalles de aquella misión.
Decidle que Sarella Arena apoya el título que su hijo debería tener por su linaje y que estaré aquí, en Altojardín, dando cobijo a los supervivientes de Antigua. Decidle que busque entre aquellos que quieren hacer renacer la Casa Tyrell y sus dominios, que, pese a estar escondidos durante años, están preparados para la rebelión. Decidle que vuelva a su tierra y lidere nuestras fuerzas -te pidió tu amada. A continuación se acercó a ti y, dándote un beso en el cuello, te cogió la mano y te llevó hasta otra habitación, arrastrándote hasta su cama donde sus labios se juntaron con los tuyos una y otra vez.
Así lo haré, mi señora- y tras musitar esas últimas se dejó arrastrar por su amante. Hacía demasiado tiempo que no estaba con ella, e iba a aprovechar ese momento al máximo, antes de partir a su nueva misión.
Perdón por lo escueto del post.
No te preocupes. Ahora te pregunto ¿tienes algo más en mente que hacer? ¿o damos por finalizado el prólogo?
A excepción de preparar mi equipo y las cosas que necesitaré para el viaje, poco mas voy hacer. Puedes cerrar el prólogo.