Iba a ponerme en Bleyk el Beneficio "sangre de ándalo", pero por la descripción parece que te obliga a ser rubio. ¿Me puedo poner algo así como "afortunado" con el mismo efecto pero sin tener que ser rubio?
Retiro la pregunta, porque ya he visto que hay un Beneficio que se llama Afortunado. Así que me pongo ese.
Ya está la ficha de Bleyk completada.
Como Desventaja por ser adulto me he puesto Altivo. Me gustaría añadir una desventaja más y sería alguna relacionado con mi secreto. Algo así como Secreto Oscuro, para que tenga influencia en el juego si me lo descubren. No sé si hay por ahí alguna que se ajuste o si se puede inventar una similar.
Lo dejo en tus manos.
PD: Con los 20 de experiencia que me sobraban he utilizado 10 para comprar la especialidad 2B de Armas de Hoja Larga.
PD2: Me he comprado el Beneficio de Herencia para que tener una espada de acero Valyrio que mi padre me haya dado. En vista del espíritu belicoso de la Casa Uller y de su vinculación con las espadas me ha parecido que quedaría bien.
Me parece todo perfecto, Sir Uller.
Ponte esa desventaja, que hará que se pueda investigar algo sobre tu pasado y que lo puedan descubrir. Por ejemplo un maestre que vea la descendencia de los Uller podrá ver que no terminas de encajar o, si te hacen preso, podrán hacerte cantar eso o, si te preguntan algo de tu infancia, no sabrás que responder.
Un saludo y ponte con el otro pj.
Fiavo Fersin
-Parecéis turbado, mi Señor –especuló Fiavo sin necesidad de levantar los ojos del plato para advertirlo-. Uno diría que el tener de vuelta a vuestro hijo, convertido en un todo un Caballero, habría causado en vos mejor respuesta.
-Sois un hombre directo, braavosi. Es por ello por lo que os invito a veces a mi mesa. No gustáis de ambages ni artimañas –respondió el Señor de los Uller.
-Las fintas las reservó para la espada, mi Señor –respondió alzando la cabeza con media sonrisa. Sus ojos, de rojo iridiscente cruzaron la largura de la tabla hasta posarse en su anfitrión-. Pero más allá del combate no se me da bien mentir.
Hermen Uller río.
-Eso es cierto. –Después meneó la cabeza y reflexionó unos instantes-. Mi hijo ha vuelto. Es cierto. Y ya es un Caballero. Y las leyendas sobre su supervivencia… la flor de siete hojas… su valor... El pueblo está dispuesto a idolatrarlo…Y yo con ellos… En parte…
-Es su carácter lo que os preocupa –afirmó Fiavo con atrevimiento.
-Por alguna razón nunca he conseguido transmitir humildad que todo gobernante debe guardar. Ser un noble no es una concesión graciosa. El pueblo soporta nuestro peso sobre sus hombros. Si laceramos sus espaldas con desprecio agotamos sus fuerzas y nos dejan caer…. ¿Sabes Fiavo? Cuando le abracé tras su vuelta me pareció un chico diferente al que partió. Le noté cambiado. En su físico y en su porte. Por un momento parecía otra persona. No fue hasta cuando arremetió contra el criado que pisó su capa, cuando reconocí en él a mí hijo. ¿Qué dice eso de mí?
-Dice que os preocupáis por el pueblo, que ya es más de lo que otros hacen…Vivimos en tiempos de incertidumbre. Tiempos que demandan arrojo y fuerza. Y vuestro hijo es rico en ambos.
Harmen Uller negó con la cabeza.
-Lo es y por ello confiaré en él nuestra estrategia. Pondría mi ejército en sus manos, sin dudarlo. Pero su comportamiento en sociedad en más propio de un Lanister. Los Uller somos una casa humilde-. El Señor quedó callado unos segundos-. Si su madre hubiera vivido para educarlo más. Si yo hubiera estado más pendiente…
-No os culpéis. Vos recibisteis una educación similar. ¿No es así? Disfrutastéis de los mismos lujos…Cada uno elige su camino.
-Pero su infancia quizás fue demasiado cómoda… Ni los años, ni la pena, ni la lucha han forjado su espíritu.
-El dolor forja nuestro espíritu. Pero son los recuerdos buenos los que nos mantienen cuerdos en momentos de tormenta. De esos recuerdos vive la esperanza… Lord Uller. Cuando me recogisteis hace dos años y me amparasteis confiasteis en mí. Yo os dije que era un prófugo de Braavos huído por una buena causa y vos, me mirasteis a los ojos y a pesar de su color me creísteis. Y nunca me habéis pedido que os contara nada más. Y en gracia a ese respeto os lo voy a contar. Crecí con mi tío, Frivo, allá en Braavos. Mi tío, su esposa y su hija eran una familia de circenses. Acróbatas, lanzadores de cuchillos, maestros del estoque. Hicieron de su habilidad su forma de vida e hicieron lo mismo conmigo. Frivo había sido un valiente guerrero. Un guerreo imbatible. Pero se cansó de la guerra. Se cansó de matar. Dijo que sólo había de matarse por una buena causa. Que los fantasmas de quienes matas te acechan. Sólo cuando estás seguro de que alguien merece morir puedes librarte de sus susurros. Pero si dudas, te hundirás más y más en la muerte.
Para mi tío, la honestidad era lo más importante. Así me educaron. También me enseñó a danzar con la espada. Yo aprendía deprisa y me ganaba la vida junto a ellos. El color de mis ojos me hacía alguien exótico. Mi número era bueno y adquirí cierta fama. Pero el negocio no duró tanto como yo habría querido. Mi tío acumuló deudas. Así que tras dieciocho años partí del circo, con el propósito de ganar dinero para ayudar a mi familia. Alquilé mi espada al mejor postor. Y descubrí que mi tío tenía razón… Sobré las muertes… Lo muertos no callan y yo me vi atrapado en una vida de violencia, muerte y espadas. Resultó curioso. Lo de mis ojos. Antes me consideraban un mago de iris de fuego y la gente sentía curiosidad por ellos. En mi nuevo oficio me llamaban Ojos de la Muerte y me temían.
Sentí, en mi alma, que no podría continuar así por más tiempo. Por fortuna, mi situación me llevó a colaborar con la guardia de la ciudad y quedaron sorprendidos con mis habilidades. Esa relación me llevó a convertirme en un caza-recompensas. Se me daba bien observar y relacionar datos. Así que me pagaban por localizar criminales y, en el mejor de los casos, llevarlos con vida a la justicia. Al menos podía justificar sus muertes.
Una de aquellas investigaciones me llevó de nuevo al hogar de mis tíos. Iba a aprovechar para reunirme con ellos y darles un bueno puñado de monedas que seguro iba a acabar con sus problemas financieros. O eso pensaba. Pero cuando llegué ya no estaban. Indagué y las noticias me helaron el corazón. Se hallaban presos en el calabozo del alguacil local. Conseguí, no sin cobrarme algún favor, entrevistarme con ellos y así me contaron. El prestamista, el hijo de un noble local, los había apresado, utilizando las deudas como excusa, con el propósito de forzar a mi prima a contraer matrimonio con él. Mi prima había accedido, pero Drimm Blend(así se llamaba él) la mantenía sometida a todos sus caprichos con mis tíos como mordaza. Me pidieron que hiciera lo posible por salvar a su hija, pues Drimm Blendi hijo de Hiiros Blendi le influía toda clase de tormentos y la sometía a sus impías perversiones. Les juré que lo haría. Supe que Drimm iba a tener una aparición pública a la siguiente mañana, así que dispuse mi oportunidad. Aparecí frente a él, para acusarle de atentar contra el honor de mi familia y retarle a un duelo. Él, lleno de cólera, arrojó sobre mí a su guardia personal. Yo los despaché y me batí con el propio Drimm dándole muerte. Tomé a mi prima del brazo y escapamos. Los hombres del padre de Drimm nos siguieron, así que traté de ganar tiempo haciéndoles frente. Mi prima siguió corriendo, con los ojos enjugados en lágrimas. Nunca volví a verla. Pero había cumplido mi palabra.
Yo fui capturado. Hiiros Blendi, padre de Drimm me hizo llegar una cesta con las cabezas de mis tíos en ella con una nota donde se me comunicaba que iba a ser conducido a su presencia para ser ejecutado ante sus ojos. Pero los caballos de nuestro convoy enfermaron de peste y mientras mi escolta los atendía logré escapar. Embarqué como polizón en un barco y así llegué a este continente, marcado como preso y con la ira de Hiiros sobre mis espaldas, quien seguro ha puesto precio a mi cabeza. El resto ya lo conocéis.
Yo nunca tuve un padre, pero mi familia me fue arrebata. Vos tenéis una oportunidad con vuestro hijo. Lo creíais muerto y os fue devuelto. Aprovechadlo y permitíos buenos momentos el uno al otro, pues estoy seguro de que os sorprenderá con sus actos. Yo descubriré quien intentó matarlo y llegaré al fondo de todo ello.
Ahí está el preludio. La Ficha también está subida, a falta de los Beneficios y Desventajas.
Según el libro, por ser de mediana edad, hay un defecto en brío, agilidad o constitución salvo que el narrador disponga otra cosa. Considerando el preludio, creo que ese defecto no queda muy bien, pues es un hombre de mucha acción. En su lugar me pondría otra desventaja, sumadas a otras dos que le dan más transfondo y están justificados. Serían:
Honorable- No le gusta mentir, lo cual le da un contraste con Bleyk que vive en una mentira.
Estigma- Los ojos de color rojo hacen que la gente no confíe en el, pues parecen algo maligno. También tiene una cicatriz en el rostro fruto de su vida violenta. Me he puesto una foto que inspira eso para que los demás jugadores también desconfíen, aunque en el fondo el personaje sea bueno. El hecho de ser lo contrario de lo que parecen es un punto que guarda en común con Bleyk y puede estar bien.
Enemigo jurado- Sería Hiiros Blendi.
Me parece perfecto y he revisado la ficha, está todo bien. Ahora bien, ten en cuenta que soy muy jodido con los defectos, si no puedes mentir no puedes hacerlo y si eliges un enemigo jurado este, durante la partida, trataré de matarte.
Un saludo.
Me parece bien. Los defectos deben tener influencia en el juego, si no son un cheat.
Lo de de honorable es que tienes penalizaciones a las tiradas de engaño (creo). De todas formas a mi personaje no le gusta mentir y tratará de evitarlo más allá de que pudiera arriesgarse a tirar.
Lo de enemigo jurado me parece lógico. De igual forma, si quieres que aparezca cualquier secundario de los preludios, como la "hermana" de Bleyk o la prima de Fiavo que me inventé, están todos a tu disposición.
He pensado que con Bleyk recuperaré los 10 puntos que me puse en una especialidad porque me sobraban y me quitaré un 3 de algún lado (quizás de Puntería) para ponerme Engaño 4.
El motivo es que pensaba que me costaría 40 y y por eso me guarde los 20 que me dejé de repartir. No caí en que ya tenía 10 invertido para ponerme engaño de 2 a 3 y que entonces serían 30 puntos.
Shock ¿donde andas? En la otra partida llevas sin aparecer un tiempo y en esta si estás jugando.