Partida Rol por web

Esa última idea me parece realmente buena, Lord Royce, podéis encargaros de escribir las cartas. Pero ahora pasemos a lo más importante, nuestro plan de acción ahora ¿marchamos a sitiar a los Arryn? ¿destruimos las tierras de los Corbray ahora que la mayor parte de sus ejércitos se han marchado? ¿esperamos las tropas de los Hunter? ¿o tomamos otra elección? -te pregunta finalmente el hombre que volverá a alzar la sangre Arryn en su valle.

-El asedio del Nido de Águilas habremos de cocinarlo a fuego lento, no tiene sentido lanzarse ahora a por Petyr... Dadas las circunstancias asaltar las tierras de los Corbray es nuestra mejor opción- -dijo Andar señalando en el mapa "El Hogar"-. Las tierras de los Hunter están cerca de allí; no tiene sentido que le esperemos, por lo que creo que la mejor opción es que Lord Hunter irrumpa en sus territorios por el este y nosotros por el oeste. Sin embargo... -comentó pensativo Andar-, no podemos descuidar ni el Nido ni un posible envío de refuerzos a los Corbray. Creo que lo mejor es que vuestras fuerzas tomen posiciones en el río (*) para bloquear cualquier refuerzo y consolidar nuestra posición de cara a un avance futuro sobre el Nido... Yo iré con mis hombres desde el oeste al encuentro de Lord Hunter sobre el Hogar -Andar levantó la vista hacia Lord Belmore con la decisión prendida en sus ojos-. Creo que es lo mejor... Yo me encargaré de redactar todos los mensajes. Buena suerte, Lord Belmore; estaremos en contacto -se despidió estrechando la mano del joven Lord y salió al exterior a disponer la partida lo antes posible.

La noche la pasó Andar reflexionando entre carta y carta escrita a los Sunglass, los Ryger, los Mallister y los Hunter... Se había acabado el tiempo de los planes para pasar a la acción. Y en verdad lo agradecía. Ya había dado las órdenes a sus caballeros y sargentos para que informaran a todos sus hombres sobre el plan y que estuvieran formados al alba para partir cuanto antes. Cuando despuntara el sol hablaría con ellos. Aquella noche Andar la reservó para refugiarse en sus recuerdos; su esposa ya muerta, su padre, sus hijos y Kainar... Los Royce debían prevalecer. Su linaje pesaba ahora sobre sus hombros. 

Antes de dormir entonó sus oraciones a los siete y trató de descansar.

A la mañana siguiente, ya ataviado con su armadura y su capa, montó su corcel de guerra y se presentó ante sus hombres. Una vez vio que estaba todo dispuesto se dispuso a hablar.

-Hoy partimos por fin a la guerra. Poniente está sumido en el caos, no hay rey sentado en el trono y en el valle gobierna un usurpador mentiroso. ¿Cabría esperar otra cosa? Nos corresponde a nosotros, hombres de honor, devolver las cosas a su justo estado. Por eso cuento con vosotros, por eso os elijo para esta noble misión, porque sé de vuestro arrojo y fuerza -Andar paseó una mirada fiera sobre los rostros de sus hombres-. ¡Muerte al usurpador y a los Corbray!