Partida Rol por web

Ya me había sentado, la mesa estaba solamente puesta con copas, cubiertos y platos de un color precioso pero extraño, los de primer año se sentaban al principio de la mesa junto con los prefectos.

Mire a una prefecta que dijo:

-la nieta de Priscila Flowater, menudo logro-

varias niñas fueron a Slytherin por lo que eso me hizo sentir un poco fuera de lugar con tanto chico, después mandaron un chico pelirrojo a Ravenclaw que enseguida empezó hablar con otro que también era de primer curso.

En ese instante escuche que la profesora McGonnagall llamaba a otro chico, enseguida la sala se quedo en silencio y algunos empezaron a murmurar sobre su apellido, “Lestrange” “Lestrange” no me suena haberlo oído nunca pensé para mi.

Para mi sorpresa el muchacho fue escogido para Ravenclaw pero no hubo aplausos ni ovaciones solamente miradas indiscretas y murmullos en la mesa, como el chico pelirrojo hablaba con el otro muchacho, le deje al tal Lestrange un sitio a mi lado y le tendí la mano:

-Me llamo Lenia-dije sonriendo.

Al menos quería tener un amigo con el que ir a clase, si no iba haber chicas que mas daba que fuera un muchacho.

La chica a mi lado me estaba tendiendo la mano era extraño acaso no le importaba mi apellido simplemente lo ignoraba,estaba nervioso creo que jamas había tenido contacto con alguien de mi edad -Y-yo soy Francis,u-un gusto. estaba realmente nervioso no esperaba que alguien que no fuera un profesor me hablara.

¿yo.. no te molesto.? preguntaba pues me parecía extraño la actitud de ella aunque lucia bastante amable.

El chico empezó a tartamudear, que extraño, seguro que tenia muchos amigos o por lo menos mas que yo.

-¿molestarme? No no, tranquilo-dije sonriendo, algunos otros me miraron confundidos y dije- ¿que? ¿ni que fuera un apestado?-

Después me volví hacia él de nuevo:

-no te preocupes, no me gusta juzgar por un apellido, de echo ni conozco a tu familia, he vivido en una granja y hasta hace bien poco no sabia que era bruja, mi padre fue Slytherin y mi abuelo, sin embargo estoy en Ravenclaw-

La chica era muy amable e incluso me defendió de los demás,parece que ella realmente no sabe absolutamente nada sobre mi apellido -Mi familia también fue de Slytherin y ahora yo estoy en Ravenclaw,es una gran coincidencia ¿verdad? se dibujo una sonrisa en mi cara pero a la ves mis ojos se griseaban.

Francis también tenia familia Slytherin aunque preferí no preguntar por sus padres ya que se notaba que se había ofendido al llegar a la mesa.

-¿tus padres también? Vaya. Sera que tienes algún pariente Ravenclaw o que el sombrero a visto algo en tu cabeza, no todos los Slytherins son malos, mis abuelos lucharon contra el que no debe ser nombrado, mi abuela era Ravenclaw-

Cita:

Mi rostro palideció en ese momento,parecía que esta chica no tenia idea de nada y no sabia como decirlo,este momento estaba nervioso no sabia que decir las palabras no salían de mi boca estaba totalmente paralizado.

Daniel se ofreció a ser su amigo como quien presta una pluma o pasa una Quaffle. Xabier se extrañó durante un instante hasta que comprendió que no le costaba nada aceptar. -Bueno… Vale - Respondió con la misma facilidad que la pregunta.

Era una situación extraña y es que pasaron unos segundos hasta que el joven se dió cuenta de que era el primer niño con el que hablaba en un tiempo. Acostumbrado a jugar con los niños del pueblo cercano a donde vivía, Xabier no sabía cómo relacionarse con gente desconocida de su misma edad pues había tenido sus amistades desde que tenía memoria.

-Yo soy de España- Dijo contestado brevemente, tras una pausa entendió que tenía que dar una explicación a porque estaba estudiando en Hogwarts de la misma forma que Daniel lo había hecho. - Y… Bueno, estoy aquí porque mi madre es de aquí. - Desde que su madre enfermó sus familiares habían intentado ocultarlo o no hablar del tema. Así que inconscientemente, Xabier hizo lo mismo.

-A mi me gustan las túnicas - Se mantuvo absorto  mirando hacia abajo para ver como la túnica se movía al mismo tiempo que movía las piernas. - Son divertidas -

-Supongo, aunque la mía pica un poco- conteste -España, eso suena genial, papá me ha dicho que es un país hermoso, algún día lo visitare- de verdad que era un chico interesante no comprendo por qué los demás no hablaban con él.

-¿Juegas Quodpot?- pregunte curioso- ¿O ajedrez o gobstone?, si gustas podemos jugar un día de estos- continúe con la platica mientras la mesa se iba llenando lentamente de más personas.
 
-Por cierto, disculpa si soy muy parlanchín, y si en algún momento te incomoda, solo tienes que decírmelo- di un ligero sorbo a mi bebida -está muy buena, deberías probarla-  dije mirando al chico pelirrojo que también se encontraba en la mesa.
 

-En todo caso, ya espero estar en clases, mamá siempre me contaba de lo bien que se la pasaba en  Ilvermorny- mire emocionado hacia donde se encontraban los profesores -¿Quién será el que nos enseñe defensa contra las artes oscuras? Espero que sea alguien con una personalidad amable.

Vi como el muchacho palideció cuando dije que mis abuelos habían luchado contra el que no debe ser nombrado.

-¿he dicho algo malo? Muchas veces no me controlo, disculpa-digo con tono arrepentido.

-No descuida,s-solo estaba pensando un poco,tus abuelos deben ser increíbles.

Intentaba cambiar el tema o mi madre podría salir el tema y no sé si pueda decirle acerca de ella.

-si, bueno. No los conocí. Murieron a manos de un mortifago, nunca me dijeron su nombre-dije un poco entristecida y añadí-pero por lo menos tengo un buen recuerdo de ellos, ¿tus padres son muy estrictos? No me han contado buenas cosas de los Slytherins, también por la sangre y eso, no lo entiendo bien aun, yo soy mestiza, nunca me he preocupado por esas cosas-

No lo sé nunca e conocido a mis padres,a mi me crío mi tía tal vez allás escuchado de ella se llama Narcisa Malfoy.

-¿Puedo preguntar de donde eres? Se que aquí vienen de toda Inglaterra, Escocia, Irlanda, Gales... Yo soy de Inglaterra, pero tengo algo de sangre francesa, ya sabes, por la mezcolanza durante la Guerra de los Cien Años.

Esperó a ver si servían la comida mientras sus tripas empezaban a rugir. Quería comer y dormir, ahora mismo solo quería eso, aunque si solo era lo primero le valdría.

El joven Gryffindor se encontraba encerrado en su cabeza pensando en qué decir. Le aliviaba el hecho de que su compañero no parase de hablar ya que significaba que él no estaba obligado a decir algo. Mientras no le preguntara nada, todo iría bien.

Porque cuando ocurría, como era el caso, Xabier se veía obligado a responder. Daniel le preguntaba si jugaba a algo, y ejemplo tras ejemplo, él negaba con un escueto “No”. Evitando preguntar qué era cada juego para evitar parecer un estúpido. No sabía jugar a nada que le decía, ni siquiera había oído hablar de esos juegos. Por suerte, había uno que sí. - ¿El ajedrez? Sí, ese sí lo conozco. - Y era cierto. Su padre le enseñó desde que tenía la capacidad de entender normas complejas y cuando la antena de la televisión no funcionaba o no había electricidad debido a la lluvia solían jugar hasta que llegaba la hora de dormía. No había pasado ni una noche y ya lo echaba de menos.

-Vale- Dijo escuetamente a la petición de jugar.  

Parecía que su compañero había reaccionado a la manera tranquila de Xabier y es que se estaba dando de cuenta de que sólo hablaba él. Pero en vez de calmar los ánimos o simplemente decir que no pasaba nada. Él se limitó a levantar los hombros.

-Supongo que será uno de los que están en la mesa grande-  Dijo en relación a la pregunta sobre el profesor, señalando a los magos y brujas adultas que se sentaban frente a ellos observando toda la sala y a los que se encontraban en ella. No se había parado a pensar en si iban a ser amables o no porque se fiaba de lo que le habían dicho los abuelos; “Allí te cuidaran bien”. Resonaba la frase resonaba en su cabeza más y más alto hasta que se hizo insoportable. - ¿Tu crees que los profesores pueden no serlo? - Preguntó nervioso. El hecho de que Hogwarts fuera un lugar más hostil de lo que estaba siendo no le agradaba en absoluto.

-Eso no lo sé, pero se ven demasiado serios- hice la observación -de todas formas, no hay que preocuparse mucho- pero lo cierto es que si era inquietante ver como sería sus personalidades, y tampoco quería preocupar a mi interlocutor con rumores de profesores estrictos.

-De todas maneras, ya tienes un amigo, así que si alguien se mete contigo tu cuenta conmigo, Capisci- dije emulando la voz del padrino, esa vieja cinta que papá solía ver y reírse, mamá solo se limitaba a decir que un duelo de magia hubiera sido mas efectivo que tanto disparo sin sentido.

-Además tengo un arma secreta guardada- guiño el ojo con tranquilidad – es un truquito sorpresa- sonreí ante el comentario.

Tome otro sorbo de la bebida mientras seguían pasando los chicos, los de la casa azul se veían que se divertían al igual que las demás, todo me parecía como un sueño, además estaba rodeado de chicos de mi edad eso era bueno.

-Por supuesto, soy de Inglaterra también, nací en Liverpool. Por cierto, escuché que el sombrero decía que tu madre había estado en Hufflepuff, mis padres también coincidieron en esta casa, puede que conociesen a tu madre - respondí mientras miraba por la mesa a ver si aparecía algo que poder comer.

Un duro y largo trayecto en tren con la promesa de la magia al final del camino; una aventura emocionante que Abbadon no podía perderse, no seria el quien deshonrase un árbol familiar compuesto puramente de magos. Desde pequeño se espero mucho de el y ahora por fin ha de encaminarse para encontrarse con su destino.

El viaje en ten fue aburrido y largo, pequeños placebos en forma de golosinas mágicas son la única distracción posible para aquellos a los cuales conversar no les es de buen gusto, por lo menos el asiento fue muy mullido, tanto que si no fuese por el paisaje al otro lado de la ventanilla ni siquiera dirías que estas en movimiento. La llegada fue espectacular, en contraste con el tren ver tantas velas flotando... estoy seguro de que a más de uno nos saco una sonrisa.

¡LOS DE PRIMER CURSO POR AQUÍ!

Parece que ya nos reclamaban, nos fueron guiando a los más jóvenes a un gran salón, mucho más grande que lo que dejaba entrever su apariencia exterior, supongo que el dicho de "Las apariencias engañan" fue creado puramente por los magos. Unas grandes mesas nos saludaron, en las que la gente se sentaba y disfrutaba de una buena charla con lo que supongo que eran sus compañeros de curso; el bullicio era impresionante.

En ese momento, empezaron a llamar a gente al atril, se puede discernir que son los de primer año; parece que al fin vamos a poder ser elegidos por una de las famosas casas, que emoción. Expectante espere a que se nombrase para dirigirme hacia delante, tras unos minutos de incertidumbre y expectación por fin llego el momento:

ABBADON LOCKHART

La emoción se apodero de mí, respirando hondo, me levanto de mi sitio y me dirijo hacia la profesora que me llamo. Me indican que me siente en un taburete delante de todo el salón y acto seguido me colocan un sombrero encima.

-Buenos días pequeñín; estas listo para conocer tu futuro hogar....uhm.... una sed de conocimiento sin igual, aspiras a algo que ya sabes que tienes destinado, mientras sepas que puedes ganar no te importa luchar, comprendo. Que vivas bien inmerso en la más profunda reflexión joven...¡Ravenclaw!

 El banco de Ravenclaw se levanto en vítores mientras yo daba gracias por dentro al dirigirme hacia mi nuevo hogar, el que me proporcionaría el conocimiento para superar los obstáculos en mi camino.

-Menos mal que conseguí entrar en Ravenclaw, no sabría como decirle a mi madre que no pude entrar despues de 6 años observando mientras elaboraba pociones...

Libre de todas las tensiones, por fin pude colocarme en un sitio que mis compañeros abrieron para mi.

¿Y no hay manera de evitarlo?, ¡si vivimos al lado! - le preguntó Andrew a su madre cuando esta le dijo que tenían que ir a Londres de nuevo para coger el tren en el andén 9 y 3/4, hacía poco más de una semana que habían tenido que viajar allí para comprar todo el material necesario para asistir a Hogwarts, al chico le parecía un verdadero fastidio que viviendo a pocas decenas de kilómetros del castillo tuvieran que desplazarse de nuevo

En el tren se relaciono poco con los chicos de su curso ya que su hermano Gregory le había metido en un compartimento con gente del último curso, Andy estuvo a gusto con ellos, pero se prometió hacer también amigos de su edad cuando empezasen el curso, al fin y al cabo su hermano terminaba en Hogwarts este año y después ya no se podría apoyar en él

Su hermano ya le había contado todo lo que cabía esperar de la ceremonia del sombrero, así que estaba bastante tranquilo al respecto, no como otros alumnos que o bien provenían de familias Muggles y por lo tanto era lógico que no supieran de que iba o bien no sabían estar a la altura del momento

mientras esperaba su turno escuchó como la profesora llamaba a otro alumno

Francis Lestrange

inmediatamente Andrew fijó su mirada en el alumno que en ese momento subía al estrado - "Lestrange" - pensó para si, era un apellido poco usual actualmente en el mundo mágico, pero en los últimos años se había hecho muy popular - espero que no esté relacionado con la mortifaga, sino habrá problemas

siguieron pasando alumnos hasta que la profesora McGonnagall dijo su nombre.

Andrew Beaufort!

Al oirse llamar Andrew se aproximó con paso firme al taburete y se sentó, se fijó una última vez en su hermano que le saludaba desde la mesa de Griffindor antes de que el sombrero tocase su cabeza

Así que tenemos aquí un Beaufort eh?, aunque yo solo conocí a tu madre, Helena Abbot verdad?, la envié a Ravenclaw y creo que no le fue nada mal; luego está tu hermano, al que no me costó nada mandar a Griffindor; tu podrías ir a cualquiera de esas dos casas y no te iría mal en ellas, eres inteligente si..., también valiente..., pero veo algo diferente en tí, no te importa ensuciarte las manos ni el trabajo duro, así que te mandare a... ¡HUFFLEPUFF!!

Andrew sonrió y fué a la mesa de Hufflepuff entre aplausos y vitores del resto de alumnos de esa casa, también vio como su hermano le aplaudía desde lejos, estaba feliz

nada más llegar saludó a los dos chicos que también habían entrado en su casa, ambos tenían nombres peculiares - creo que no nos habíamos presentado aún, me llamo Andrew, o "Andy" como prefiraís, vosotros eraís Giles y, Janus?

-Hola, Andrew! Sí, yo soy Janus, encantado. Veo que ya somos tres, no está mal- comenté mientras le daba la mano y le hacía un hueco a nuestro lado para que pudiera sentarse. -Estábamos comentando que estamos muertos de hambre, a ver si aparece ya la comida- dije entre risas.