Partida Rol por web

Catherine se sentó frente a Wallace e intentó cruzar una mirada y una sonrisa con él mientras le decía

"Sa va bien, Wallace?. Tienes que comeg un pocó, necesitagemos todos de toda nuestra fuegza paga salig de aquí con vida, te necesitamós. Comprends pas?"

En cuanto el mayordomo acabó de hablar se pudo escuchar en una voz lo suficientemente alta para que lo oyera el mayordomo

"Esto es un ultraje, a mi me servirán hasta el último momento, ya me encargaré yo de eso... No deje mi mansión para venir aquí y hacer de pinche de una fregona y una pela patatas con acento raro"

Con desidia se metió un trozo de salmón en la boca y puso cara de asco al decir

"Está incomible, quiero comer carne pela patatas así que mueve tu culo hacia la cocina si no quieres que se ponga esto más feo de lo que ya lo está"

Nadia se levantó para acercarse de nuevo a Greg y rodearlo con sus brazos en un intento de consolarlo.

- No estas solo. Si salimos de aquí me aseguraré de eso -intentó dulcificar la voz pero su rostro denotaba el horror de imaginarse a Dylan haciendo aquello.

Ignoró por completo a Carl y sus malos modales.

Greg miró a Nadia y parpadeó 2 veces muy despacio, como si aquellas cálidas palabras y aquellos brazos no estuvieran destinados para él. El temblor del inmenso cuerpo de Greg  entre unos brazos de Nadia que apenas podía abarcarle hubiera sido cómico si no hubiera sido por la reacción posterior del hombre. Pasando los brazos por la espalda de la mujer se abrazó a ella con fuerza mientras hundía el rostro entre sus pechos mientras lloraba y decía

"La señora Stinson es buena con Greg, la señora Stinson es amable, pobre, pobre señora Hemmens....pobre señora Stinson"

La doncella le guiñó al ojo a Nadia mientras le daba golpecitos en el hombro a Greg como si este fuera un niño

"Venga grandullón, ya está bien, le harás daño al bebe...y le vas a subir la temperatura a la señorita" dijo mientras ponía una sonrisa burlona mientras Greg hundía la cabeza entre los pechos de Nadia.

Entonces se volvió al mayordomo y le dijo

"Y no seas tan cenizo, cariño, estoy segura que no nos pasará nada...... uy, se me escapó, resulta que su porte no es lo único que se puede poner estirado"

El mayordomo se puso lívido pero no contestó, solo levantó una copa de cristal que tenía al lado y dijo

"Esta es la copa de repuesto de la que bebió el señor Relish....si alguien ha tenido suficiente que venga y la coja" La mirada de amenaza que le dirigió a la doncella fue respondida con una sonrisa por parte de ella, la sonrisa que presagia una noche muy salvaje.

Nadia se sonrojó ante lo inesperado de aquel gesto. No sabía muy bien como proceder en ese momento. Tenía la mente de un niño pero el cuerpo de un hombre.

- Tranquilo. Encontraremos la forma de salir de aqui - dijo sin creerselo ni ella misma mientras le acariciaba la cabeza como si de su hijo se tratase antes de apartarlo con suavidad de su cuerpo  - Vamos a tomar algo antes de decidir cual será el siguiente paso, vale? - lo miró a los ojos y esperó su confirmación antes de recuperar su asiento y servirse un vaso de agua. No pensaba comer, pero liquidos tenía que ingerirlos si o si.

No quería entablar conversación ni perderse en frases que no conducirían a una parte, respondiendo a la cocinera con un leve encogimiento de hombros. No podía ni quería decir más, manteniéndose en su continuo estado de depresión crónica. Sin embargo escuchar al señor Vincent encendió una pequeña llama en su interior que creía extinguida. No sabía si era saber que ya no quedaba nada o tener una injusticia delante con alguien que parecía igual o más asustado que ella, pero juntó las manos en la mesa mientras retiraba su plato.

- Desde que empezaron las muertes pensé que todos tendríamos una razón para seguir adelante, que daba igual lo que hubiéramos hecho, merecíamos una segunda oportunidad.- Levantó el rostro para fijar su mirada en Carl, cargando en su mirada el vacío que sentía en su interior.- Pero ahora que le escucho cómo trata a las personas…- Sonrió, un surco en sus labios que apenas duró unos segundos.- Es la primera vez que deseo que usted sea el próximo en caer, porque estoy seguro que nadie lamentará su muerte. Es un ser despreciable que se merece un psicópata que le dé una muerte lenta y dolorosa.- Y volvió a su estado natural, encorvando la espalda y bajando la cabeza, más centrado en el movimiento de sus nudillos que en otra cosa.

Se encogió de hombros ante la respuesta del enorme jardinero.Él era uno de sus sospechosos así que le importaba un pimiento lo que pensara de ella y menos si en lo que a la Bruja Muerta se refería.Esa psicópata estaba muy bien donde estaba que era en el infierno

El enorme hombre llegó poco después y contestó de una forma brusca a la cocinera.No recordaba que ese hombre fuera así ¿lo era?Seguramente la casa estaba provocando cosas raras en todos ellos.Y ahora Wallace deseando la muerte a alguien...era inconcebible...oh no si se ceñían a lo que Dark decía

-"¿Por qué se ha encerrado ese hombre ahí arriba?"-preguntó a nadie en particular

Greg se enjugó las lágrimas y cabeceo tres veces muy rápido, como esas figuras de los salpicaderos con la cabeza muy grande, mientras le lanzaba una sonrisa y una mirada repletas de amor y gratitud mientras le decía

"Greg la protegerá señorita, no dejaré que nadie le haga daño ni a usted ni a su hijita....Si alguien le intenta hacer daño Greg se lo hará pagar, como con papá"

Dijo como si nada, aunque, según la primera vez que la voz de Dark había resonado, Greg había sido el culpable, de una manera u otra, de la muerte de su padre.

Sea como fuera Greg había dejado de llorar y comía apresuradamente mientras miraba a Nadia como a una diosa de la maternidad.

La cocinera temblaba de rabia al escuchar la forma, tan poco respetuosa, en la que había hablado aquel ser repulsivo en el que se había convertido Carl una vez que había decidido abrir la boca. Las manos crispadas, los nudillos blancos y una linea apenas insinuada era la formada por sus labios hasta que escuchó a Wallace hablar lo que le hizo sonreír mínimamente antes de decirle

"Monsieur, como ha dicho el señog Butleg si no le gusta puede ig a la cociná.... ya no tgrabajo aquí...."

Entonces cruzó la mirada con Wallace y le dijo con una sonrisa más amplia

"Merci.....Merci beacoup!"

El mayordomo se levantó dando un puñetazo en la mesa y antes de que pudiera decir ninguna palabra la electricidad de la casa falló dejándoles sumidos en la más absoluta penumbra.

Con una voz tranquila el mayordomo dijo

"Por favor, permanezcan tranquilos, el generador auxiliar se activará en 5 segundos!"

Nadia se encontraba bebiendo de un trago su copa de agua cuando la luz se fue. Tras soltar un grito asustado intentó esconderse debajo de la mesa  mientras rezaba en su cabeza todo el repertorio de salmos y demás.

Ni esperaba ni iba a escuchar la respuesta de Carl, si realmente tenía intención de hacerlo tras la breve “reprimenda” que le había tendido. El golpe en la mesa del mayordomo le pilló de improvisto, alzando la mirada extrañado a la par que la luz se extinguió, intentando buscar en un lado u otro algún foco lumínico.

Tal y como pidió, se quedó quieto esperando a que la luz volviera, sin hacer nada más que apoyar las manos en su regazo y contando mentalmente esos 5 segundos.

Chasqueó la lengua con fastidió antes de empezar a contar a media voz

-"Cinco,cuatro,tres,dos,¡uno!"-no se movió de su sitio ni hizo movimiento alguno en aquel breve intervalo aunque se mantuvo atenta a la respiración y los movimientos que pudieran hacer cerca de ella

La oscuridad del comedor hizo que a Nadia se le erizara el vello de la nuca. Peligro. Allí había peligro y el instinto de conservación animal de una madre para su cría hizo que el cuerpo de Nadia se moviera casi inconscientemente buscando la protección de los bajos de la mesa, como lo hubiera hecho cualquier animal con una cueva o escondrijo en el suelo, su hija, era lo único que importaba, su motivación para superar esos momentos de angustia y temor.

Pudo oír como una silla frente a ella se movía y el tintineo de varias copas mientras un roce casual de la pierna de Vanessa le anunciaba que estaba junto a ella, en realidad sobre ella, mientras hacía la cuenta atrás esperando que el generador de emergencia se pusiera en marcha.

La oscuridad del comedor hizo que a Wallace se le erizara el vello de la nuca. Peligro. Allí había peligro aunque era incapaz de ubicar el origen y la forma en la que se presentaría, si sería bajo la forma de alguna de las trampas y recovecos de la oscura alma del señor, o, si por otra parte, la mano que empuñaría el puñal sería la de uno de sus compañeros de mesa, aunque, por suerte hoy se estaba sirviendo pescado y el acceso a armas blancas no era tan sencillo.

Pudo oír como una silla cerca de la cabecera de la mesa se movía, como algo impactaba en el suelo y lo que parecía el tintineo de una copa, mientras hacía la cuenta atrás esperando que el generador de emergencia se pusiera en marcha.

La oscuridad del comedor hizo que a Vanessa se le erizara el vello de la nuca. Peligro. Allí había peligro aunque era incapaz de ubicar el origen y la forma en la que se presentaría, si sería bajo la forma de alguna de las trampas y recovecos de la oscura alma del señor, o, si por otra parte, la mano que empuñaría el puñal sería la de uno de sus compañeros de mesa, aunque, por suerte hoy se estaba sirviendo pescado y el acceso a armas blancas no era tan sencillo, a no ser que se hubieran cogido con anterioridad como era su caso.

Pudo oír como una silla frente a ella que se movía, como algo impactaba en sus piernas y empezaba a temblar, la embarazada, la embarazada se había ocultado bajo la mesa y lo que parecía el tintineo de dos copas justo a la izquierda, en la cabecera, todo eso mientras hacía la cuenta atrás esperando que el generador de emergencia se pusiera en marcha.

La oscuridad del comedor hizo que a Carl se le erizara el vello de la nuca. Peligro. Allí había peligro aunque era incapaz de ubicar el origen y la forma en la que se presentaría, si sería bajo la forma de alguna de las trampas y recovecos de la oscura alma del señor, o, si por otra parte, la mano que empuñaría el puñal sería la de uno de sus compañeros de mesa, aunque, por suerte hoy se estaba sirviendo pescado y el acceso a armas blancas no era tan sencillo, a no ser que se hubieran cogido con anterioridad como era su caso.

Por suerte ninguno de sus compañeros parecían moverse y salvo la cuenta atrás llevada a cabo por Vanessa no parecía estar ocurriendo nada.

Los segundos se desgranaron como la arena de un reloj, filtrándose de un cuerpo a otro, cayendo con una lentitud que pareció interminable y que solo fue rota por la cuenta atrás a media voz de Vanessa

"Cinco, cuatro, tres, dos, ¡uno!..."

El cero no se produjo del mismo modo que la electricidad no regresó y la oscuridad mantuvo su manto frío sobre el comedor. La voz del mayordomo con un nerviosismo evidente dijo

"No entiendo que ha pasado, el sistema no suele fallar...no..."

Entonces la voz de Greg avergonzada, como un susurro de un niño que ha hecho una travesura se dejó oír en la penumbra

"Le dije a la señora Hemmens que el motor del generador estaba encendido cuando fui a calmar a los animales.... el motor no debería estar encendido, tal vez esté averiado, Greg irá a repararlo pero antes...."

Se oyó el golpe de algo pesado en la mesa, un chasquido y una cerilla iluminó la cara del gigante mientras encendía un candelabro con una única vela. El mayordomo miró al gigante y le dijo

"Intente arreglarlo, no podemos quedarnos a oscuras con un asesino en la casa..."

Greg lo miró con mirada estúpida mientras miraba el plato de salmón como miraría un perro un hueso que su amo le acaba de quitar, le faltaba babear, pero la estampa que ofrecía era la de un sabueso con las mejillas descolgadas. Arrastrando los pies se acercó hacia la puerta.