Partida Rol por web

-Digamos que te hacemos caso. Digamos que te ayudamos a hacerte con el feudo y te lo cedemos para que seas nuestra tapadera. ¿Qué seguridad tenemos de que no vas a usar tus poderes de sidhe para barrernos afuera? Haz un Juramento. Jura que tú serás el señor del feudo, pero que nos dejarás utilizarlo en todo momento. Si lo Juras y no la lías, nosotros te prometemos protección y músculo. Le caías bien a Pandora; supongo que lo mismo que ella a Reddie. De lo malo, malo... es la única señal que tuvimos sobre ella y que tenemos ahora sobre ti, y tan mal no nos ha ido.

-¿Te refieres a la Soberanía? No sé usa ese Arte.- Con los dedos de una mano cruzados en el bolsillo- Juro que jamás he visto panda de plebeyos tan estúpidos como vosotros, pero me sois útiles intacto. Tanto como yo os sirvo a vosotros. 

Cabe señalar que a los oídos de los presentes solo sonó:

-Juro que aunque aprenda ese Arte, tomaré el señorío y jamás os impediré acceder al Feudo o su Glamour, siempre que no me perjudiquéis a mi o al Feudo.

Los plebeyos se tragaron las palabras edulcoradas de Silveth con vaselina. Sonrieron, incluso, ignorantes de lo que encerraban.

-Muy bien, tenemos un trato. ¿Por qué no nos cuentas más? ¿Defensas? ¿Artes que posea ese eshu? ¿Recomendaciones? -Maggie puso los brazos en jarras-. Nosotros somos nueve y podemos conseguir hasta quince. Tengo algunas de las armas especiales de Dung; le birlé la llave de su almacén secreto y creo que sé usarlas.

Damara le echó una mirada al sluagh y dijo suavemente:

-Esa quimera vino hasta aquí, a mi casa. Salí con ellos a cazarla por esa única razón. Resulta que prenderle fuego no es suficiente. Ha dado muchos problemas y no sólo a mí. Y ahora dices que la quimera salió de este libro. Lo mínimo que puedes hacer es ofrecernos toda la información que tengas antes de pedir que sigamos descifrándolo. Si tienes algo que decir, Garin, este es el momento.

"Cachorritos, necesitan un cerebro y un líder, pero entre todos no suman medio"

Medito las preguntas de Maggie antes de responder

-Hay una sátiro, sabe luchar con espada y escudo. Lo más probable es que esté borracha, de resaca o dormida. También habrá una boggan, como todos, conocerá algún arte, pero su corazón es blandito como un soufflé de chocolate, antes de hacer daño a nadie se desmayará o algo así. Preferiría que esas dos no sufrieran daño, eran mi vieja familia al fin y al cabo.

Sigo caminando  

- El eshu, probablemente, embustes, soberanía o adivinación. Dado como le he visto actuar.  Los otros dos, calculo que habrá cogido gente...- Pienso en la pluma de búho que encontré en la mansión, en la probable conspiración, y como todo había ocurrido como había previsto.-... también hay una Eiluned, puede que esté o no. Una sidhe cuya magia desconozco. Pero bueno, no creo que les sea fácil lanzaros un ningún conjuro, se os ve...que habéis pasado mucho tiempo en el mundo gris. No trato de insultaros con eso. En resumen, como mucho dos guerreros y dos hechiceros.

Garin se metió las manos en los bolsillos.

-Cuando encontré ese libro, entendí que el hechizo era para proteger a una persona de una enfermedad. Lo que hizo la quimera fue... bueno, atacarme a mí. Supongo que era una quimera que protegía a la enfermedad, no de la enfermedad. Y dado que yo estoy sano e intentaba curar a Stevron... Está claro, ¿no? Además, con todas esas plagas... La calavera se hizo fuerte, muy fuerte. Creo que las comanda de alguna manera. El miedo de la Bahía lo alimenta. Toda esa gente enferma... La calavera se siente afín a ellos y se alimenta de su miedo y de su malestar. Eso es todo lo que sé. Eso es todo lo que puedo deciros.

Calandra cruzó las piernas y se inclinó hacia Garin.

-A ver si me entero. ¿Todo esto ha pasado porque no sabes leer bien? Madre mía, Garin, yo dejé el colegio con once años, ¿cuál es tu excusa? -Suspiró y empezó a juguetear con su pelo-. En fin. ¿Y cómo la paramos? ¿Le tiramos condones?

-Lo único que suena preocupante es la sidhe. Nos la cepillamos primero y luego el resto -indicó el sátiro.

-Podemos preparar el ataque para este fin de semana, que es cuando tengo libre. Tres días. ¿Puedes esperar tres días, chato? -inquirió la nocker.

-No voy a quedarme a solas con el libro mientras esa quimera esté suelta -dijo cruzándose de brazos-, pero a partir de ahora yo me encargaré de leerlo. No sea que te parezca buena idea volver a sacar algo de él sin terminártelo antes... O alguien se queda aquí conmigo o yo iré con quien lo guarde cada día hasta que esto quede resuelto. Sois libres de decidir el método.

El pooka saltó de la pila de libros y puso los brazos en jarra.

-Pues nada. Sube a por el camisón y los rulos, que te vienes conmigo. ¡Fiesta de pijamas!

Shyam puso cara de circunstancia, no muy seguro si debía rescatar a Damara de aquello o no. Decidió dejarlo correr porque, bueno, era Calandra y sabía que podía defenderla perfectamente.

-Bueno, pues... Llamad cuando tengáis algo, ¿de acuerdo? -Se despidió con la mano y aguardó un momento por si alguien tenía algo más que añadir. De lo contrario iría de vuelta a casa, a ver a Rose, y luego al Terciopelo para ver cómo iban las cosas.

-Puedo aprovechar ese tiempo para haceros las cosas más fáciles, solo me hace falta un bote de narcóticos y tomarme un té con la gente del Feudo. Dos cosas importantes.- Señalo al Kinain- Tú, a partir de ahora serás el ejecutor, si hay que matar alguna Fae el Dan no te hará sufrir repercusiones, a los demás nos trae Banalidad. Segundo, me has dicho que si yo os juraba ser un buen chico, vosotros juraríais protegerme y ofrecerme vuestros músculos. Es vuestro turno.

Entre las sombras, se escondía alguien que no podía identificar. Trato de fijarme en él. 

-Tres días...en tres días pueden cambiar demasiado las cosas ¿No puedes preparar un coctel molotov con materiales quiméricos o algo? La casa es de madera, aunque arda hasta sus cimientos en su lado quimérico al vincularme a él, podré reconstruirla y modificarla a placer.

-He dicho que te lo prometíamos. No hablamos de Juramentos. No creemos en esas cosas, al menos en lo que a extremo emisor se refiere -replicó Maggie sonriendo-. Pero descuida; ahora que nos has hablado sobre ese feudo, somos los primeros interesados en obtenerlo. El viernes por la noche lo atacaremos. Nada de cócteles molotov ni gaitas; lo haremos cuando lo hagamos. No hay prisa.

-Cierto.- me encojo de hombros como si no me importara.- Nos vemos el viernes. Aquí antes de ir supongo. 

Me despido con un gesto antes de irme. Mientras me pregunto quién era el cuarto integrante del grupo.