Partida Rol por web

Las campanas del templo resuenan, aunque los contendientes ya habían sido despertados antes para que se preparasen para el combate.

Al tañer por duodécima vez, los guerreros son rodeados por una niebla densa, y cuando ésta se desvanece, los guerreros están en la bamboleante cubierta de un barco de guerra perfectamente equipado, pero por lo demás vacío de tripulación, que se sacudía a la deriva movido por sus velas extendidas y el fuerte oleaje. No había tierra a la vista, y ambos contendientes estaban uno en cada extremo del navío.

Como en el combate anterior, necesitarían poco más que desearlo para que sus aliados fueran viniendo a ayudarles según fueran necesitándoles.

El combate no terminaría hasta que una de las dos estuviera muerta...

Gretch trazó un molinete en el aire con su hacha mágica e invocó a Strom. La semiorca trató de poner nerviosa a su rival con su verborrea de patio de colegio mientras cargaba sobre ella.

-Prepárate, santurrona... Espero que te gusten las pollas gordas y rosas porque Cuando haya acabado contigo, voy a dejar que Strom practique el medievo con tu pequeña almejita!!

Luego, Gretch lanzó su ofensiva, cargando tras el centauro

Olimpia apareció cerca del timón, y saltó a la cubierta bamboleante. ¡Claro que si, sigue soñando! Se desequilibró ligeramente al caer, lo que le dio a Gretch la posibilidad de dar el primer golpe. El hachazo vertical fue detenido parcialmente por la armadura de la guerrera, más que por su habilidad.

¡A las armas, amigos! Dijo sorprendida por la potencia del ataque de la mestiza.

De un portal breve, similar al que hizo que apareciese Storm, todo el grupo de Olimpia apareció a la vez, lanzándose al ataque. La paladina se levantó, y aprovechando la distracción de los guerreros que la apoyaban, lanzó un potente mandoblazo contra Gretch al tiempo que gritaba con rabia.

Gretch no se esperaba aquella estrategia tan arriesgada de jugarse el todo por el todo. Con un grito, convocó a Akrass y a Enarah para que la apoyaran y contraatacó contra Olimpia con todo su poder mientras Akrass la protege por el flanco, Strom acosa a su rival por la espalda y Enarah le lanza un encantamiento que endurece su piel.

La batalla se torna cruenta, y una joven escudera consigue clavar un lanzazo en el cuello de Storm mientras éste corre por la cubierta tirándolo todo. El centauro empieza a chorrear sangre mientras da coces con la mano en el cuello, gorgoteando, hasta que tropieza y cae al suelo.

El ataque de Gretch no es ninguna maravilla, pero aún así y a pesar de la especie de hombre perro que la defiende, logra hacerle un profundo corte en la cara a la paladina, que contraataca apartando a la mestiza con un puñetazo y dando un corte horizontal, rápido y directo a la altura del cuello.

Akrass se interpuso y detuvo el ataque de la paladín con su peado escudo. Gretch se deslizó por el suelo, pasando por debajo del escudo y emergió resbalando al otro lado. La semiorca trazó un tajo paralelo al suelo, dirigido a las piernas de Olimipia que podría resultar en amputación.

Mientras tanto, Enarah, con su magia, trató de dormir o ralentizar a la totalidad del equipo de Olimpia.

Olimpia trató de defenderse como pudo del ataque arrollador de Gretch y su minotauro, pero Enarah logró ralentizarles lo suficiente como para que pudieran acabar con ella...

Efectivamente, el hacha de la mestiza cercenó la rodilla de la paladín, haciéndola caer en medio de un torrente de sangre. La mutilación distrajo al resto de sus aliados y Enarah los hizo caer a todos en un profundo sueño. Akrass, sonriente, dejó caer el escudo y el arma y comenzó a quitarse la armadura. Gretch se levantó y, mientras el minotauro se preparaba, fue, uno a uno, ejecutando a todos los partidarios de Olimpia. Para cuando hubo acabado, los gritos de horror de la paladín dieron un giro cuando su origen cambió de la horrible herida de su muñón a la devastadora verga del minotauro, que la violó sin piedad.

Gretch, mientras tanto, le aplastaba el rostro contra el suelo y reía sin piedad.

-JAJAJAJAJA...!!!

Mientras Akrass le quitaba la armadura a Olimpia, que apenas podía arrastrarse por la cubierta, dejando un reguero de sangre de su muñón, una bruma volvió a materializarse... y cuando se disipó, Gretch se encontró de nuevo en su campamento de siempre, de cuando hacían gamberradas por las tierras salvajes, y buscaban fugitivos.

Para la mestiza y su grupo era un lugar agradable y tranquilo, para el grupo de Olimpia, el comienzo de su peor pesadilla. Habían dos tiendas de campaña, su viejo armero y todo tipo de equipamiento, además de la fogata encendida y suficiente comida y alcohol para llenar tres veces todos los estómagos.

La paladina estaba atada y amordazada, sin su armadura, a un poste fuertemente clavado en el suelo, así como el resto de sus compañeros, una semiorca, un cambiante y la escudera, que estaban también fuertemente atados a sus respectivos postes.

Akrass y Enarah estaban saliendo de una de las tiendas de campaña, y Storm se acercaba a la joven escudera, rabioso. 

 OOooohhh, voy a enseñarte lo que es una 'lanza' en el cuello...

Gretch se acercó, riendo malignamente hacia Strom y la escudera. La semiorca la agarró del pelo y tiró hacia atrás para obligarla a levantar el rostro. Gretch se lo aplastó luego contra los huevos del centauro, que eran mas grandes que los pechos de la pobre chica.

Enarah se acercó por la espalda de Gretch y la rodeó desde atrás con sus brazos, acariciándola por todas partes.

-Enarah, crea con tu magia un arnés con polla para mí. Voy a follarme a esta perra con Strom. Akrass, ya sé que te gustan las de mi raza, así que esa es tuya. Enarah, el cambiante para tí.

Miry estaba aterrada al ver aquél monstruoso falo equino. Durante unos segundos no pudo ni hablar.

E-esperad! No fue nada personal, fue un duelo!! Dijo mientras el centauro la ataba las manos al poste con fuerza.

 ¡Marchando una polla temporal! Que la jefa tiene el día brutal! Dijo con voz cantarina mientras hacía unos pases mágicos, y un strap BIEN grande apareció puesto en la cintura... Además tenía varios puntos que con el movimiento excitarían a la vencedora. ¿Así, o más grande? Preguntó.

 IIIHHHH!! Por favor, por favor, por fa- Strom empezó a pasearle la punta por la cara. Para! Déjame!!

 Strom, con una sonrisa cruel, puso a prueba los poderes de aquél lugar. Te ordeno que abras la boca todo lo que puedas y te estés quieta... Miry así lo hizo, pues no le quedaba más opción, y una porción asombrosamente larga del falo de Strom entró en su boca. Se notaba el grosor en su cuello, y pronto sus ojos empezaron a ponerse saltones, rojos y a lagrimear a causa de la tensión y la falta de oxígeno. Aaahhh!! Joder, sí que tiene el cuello flexible!! Gmmmm!!! ¡Qué tal? Te gusta clavar lanzas en cuellos eh? Mira como a mi también, pequeña putilla!!!

 Akrass por su parte empezó a dirigirse a Dazguillian, que se sacudía atada a su tronco.

 Eh, eh... Aléjate, vamos... Escucha... No tenemos porqué hacerlo a las malas, vale...? Tú dime lo qu-

 Akrass le tapó la cara con la manaza y le dio la vuelta con fuerza y violencia, luxándole varias articulaciones, haciéndola gritar de dolor. Luego le arrancó los pantalones, lo que hizo que la semiorca siguiese gritando. Akrass le abrió el trasero y empujó con fuerza su verga enorme a través del ano. Se pudo oír una especie de crujido escalofriante que hizo que Dazguillian callase un momento, para luego seguir gritando más fuerte. Hilillos de sangre cada vez más abundantes empezaban a gotear a medida que Akrass la sodomizaba sin piedad. ¡ME GUSTA MÁS POR LAS MALAS!

 El cambiante no daba crédito a semejante brutalidad, y miró a Olimpia que seguía amordazada y tan horrorizada como él.

 Enarah se le acercó y cambió el peso a un solo pie, mientras apoyaba un codo en una mano y se acariciaba la barbilla. Ohh... Dijo con su dulce voz, cantarina. Siempre me toca la parte menos divertida.... Hizo un mohín que habría sido hasta tierno si no fuera porque a saber qué estaba pensando aquélla mujer. ¿Cuantos años tienes, vejestorio...?

 Ciento cuarenta, señorita...

 Joder, no te echaba tantos... A ver... ¿Saca la lengua todo lo que puedas, por favor...?

 Extrañado, sacó la lengua como le habían ordenado. Era bastante larga.

 Ah, bueno, me vale... Dijo mientras lo desataba. Por ahora vas a usar esa lengua conmigo... Luego ya veremos. Humillado, pero incapaz de negarse, Karnak asintió mientras Enarah se desvestía y se tumbaba en unos almohadones.