Partida Rol por web

El Cazador cierra los ojos un instante y un ligero temblor le recorre. Se frota el rostro con ambas manos, y luego levanta la cabeza y asiente a Darkness.

- Si, al jefe de mi aldea... Él se encargará de que el mensaje llegue a todos. Desea que aparezca ante nosotros una nota con toda la información que le quiero transmitir al Jefe de mi Aldea sobre la situación actual, escrita con mi letra. Lo revisamos rápidamente y lo hacemos llegar. -claramente hay algo que no le gusta de todo este asunto a Garren, pero, ¿qué remedio?

En la nota creada, aparecería un pequeño detalle sobre cómo se enteró del torneo y el viaje hacia el templo del Dios Caído, la identidad de este, lo sucedido en la ciudad del Conde Kudor y la responsabilidad de Izrador, cómo está este enloqueciendo por momentos. La necesidad de que esta información se expanda rápidamente por todo el mundo. También que lamenta ponerlo en aprietos, pero que no hay otra alternativa que actuar. Que tendrán ocasión de hablar en breves.
También informó de las violaciones y asesinatos que se viven a diario, y todo ello escrito de su puño y letra y sellado con el grabado de su brazalete demoníaco.

Ante lo escrito, el Cazador duda un instante y finalmente le dice:

- También podríamos tratar de invocar a las sombras de Izrador... Sería interesante saber si son otros guerreros como nosotros. -comenta él.

Darkness deseó que apareciese la nota ante ellos, y modificaron lo que creyeron necesario, mediante el deseo, para que pareciese la letra de Garren. Tras unos minutos revisándola y poniendo ambos toda su frente en el asunto, la dieron por buena, y selló la carta con cera usando el brazal.

Bien... Está hecho. Dijo al ver el lugar que ocupaba la carta cerrada, y a Garren al mismo tiempo. No dejaba de dar un poco de grima por mucho que uno se acostumbrase. Ahora... Sombras. Humm... Suena interesante. Sin duda deben saber mucho del Torneo. Adelante entonces.

Darkness se concentró... Y Garren pudo notar que un escalofrío tremendo le recorría el espinazo. El vello se le erizó, de frío o de una sensación de miedo sobrenatural...

Ante ambos, una criatura de tres metros, armada con una guadaña, se presentó apareciendo sin mas. Garren podía oler un demonio a la legua... y éste no lo era, pero su aura era tan aterradora y su poder tan tremendo que incluso el demonio del brazal mantenía un cobarde silencio. Garren pudo sentir cómo su cuerpo reaccionaba, acelerando su pulso y erizando el vello. El resto de los presentes miró hacia los jefes, sorprendidos con la nueva aparición.

Judicator presente. Deseo prohibido. Con movimiento pausado pero amenazante, posó el taco de la guadaña en el suelo. Explica intenciones y aguarda sentencia. Dijo a Darkness.

 Darkness titubeó un momento, mirándole. Carraspeó antes de hablar e hizo una reverencia. Bienvenido, Judicator... Tenía curiosidad por las Sombras de Izrador, deseaba conocer una. A ella misma le pareció que no colaba demasiado, y admitió algo falso pero menos grave que lo que pretendían. Quizá podía darme información sobre pruebas futuras. Me disculpo humildemente, no pensé bien lo que hacía.

La mirada del Judicator evaluaba a Darkness con una frialdad que helaba la sangre y un fanatismo más propio de un gólem que de una criatura con voluntad propia.

Garren asiente finalmente, tras firmar y sellar la carta, llevándose una mano a la frente con tensión. El asunto de convocar a una Sombra, no obstante, da con un resultado bastante distinto al esperado.

La criatura que aparece ante él le hace tragar saliva y su piel se perla de sudor. Todo en él le exige que guarde silencio, agache la cabeza y deje a Darkness capear el temporal sola. Sabe reconocer el más absoluto de los peligros cuando lo tiene frente a él. Y no obstante... No obstante, en toda la pasión que tenía estos días atrás en el torneo y que lo estaba volviendo loco no surge la respuesta, sino en la serenidad que ha alcanzado recientemente. Sabe que por su propio código, por cómo es, debe intervenir. No hay otro camino.

- Señor Judicator. Yo se lo he pedido. -responde él, seriamente, aunque la voz sale más vacilante de lo que le gustaría, pero se moja los labios, respira profundo y continúa- Sé de las sombras de Izrador. Cuando nos hizo pasar por ellas... Yo conocía a gente en esa ciudad, y no poca. Quiero saber... Cómo son aquellos que cumplen su voluntad. Cómo pueden llevar un trabajo así. -le dice, apretando los puños para darse fuerza y posicionándose entre Darkness y él- Quizás Izrador creó una copia de una ciudad real que conozco, junto a su conde y sus otras gentes, pero eso no lo hace más sencillo para mi. -inconscientemente, su respiración se agita y cierra los ojos al pensar en la devastación que debe haber sucedido, aunque no la haya vivido directamente, y cierta humedad acude a sus ojos- Quiero saber. ¿Tienen libre albedrío? Si es así, ¿son devotos hasta el extremo? -dice él- No es culpa de Darkness... No más allá de escuchar a alguien que ha tenido la orden de aterrar a personas a las que aprecia, pues desde luego al que vi actuaba como el real. Asumiré cualquier consecuencia en su lugar. -se coloca entre Darkness y él, cierra los ojos y baja la cabeza.

Simplemente, no puede mantenerse erguido ante esa figura.

El Judicator los mira un momento, escuchando a Garren, pero aparentemente no haciéndole demasiado caso.

Garren, aguarda juicio. Hace un gesto para que se aparte, y si no lo hace, lo hace él mismo con su gran brazo. Darkness sigue con la cabeza gacha humildemente. Redclaws y Greenlight se han acercado. Green parece asustada, Reclaws ha tomado su forma de guerra.

Vestale y Syrune también se han acercado a Garren, suplicando con gestos que no haga ninguna tontería. Riltree por su parte se mantiene algo más alejada, e Yria está tan sorprendida que se le ha pasado -momentáneamente- el pesar.

Deseos anulados. Lady Darkness: Quebrantamiento de prohibición. Atenuante: Desconocimiento. Agravantes: Búsqueda de beneficio ilegal, conspiración de fuga, y Mentir en un Juicio. Pena: Capital por Erradicación.

El movimiento de la guadaña gaseosa fue rápido, aunque no hubo ruido de golpe, impactos violentos o sangre derramada. Pasó a través de Darkness como la mano de un fantasma, pero la reina tosió y empezó a dar muestras de no sentirse bien.

Un segundo después se agarró el pecho y empezó a gritar y arañárselo como si tratase de arrancarse algo de dentro, con una expresión de absoluta desesperación e insoportable agonía en el rostro, de una intensidad tal que dicha expresión no podría ser reproducida por nadie que no la estuviera sintiendo en sus carnes. Ni siquiera los que la estaban viendo en directo podrían hacerlo bien. Trastabilló y gritó, de rodillas, mientras se le empezaba a descascarillar la piel, cayendo en pedacitos sanguinolentos poco más pequeños que un grano de arroz, pero que se deshacían en el aire antes de llegar a manchar nada, o si alcanzaban el suelo, desaparecían de la superficie con un siseo.

Redclaws gritó colérica y orientó sus cuchillas contra aquélla criatura, dispuesta a lanzarse al ataque, y Greenlight también adoptó su forma de combate, pero fue más prudente que su amiga.

Vestale se horrorizaba viendo deshacerse a Darkness, como si en ése momento estuviera deseando ser ciega.

Garren resulta apartado de Darkness por esa criatura, dado que esperando alguna clase de castigo, tampoco podía ver el gesto. Syrune y Vestale se colocan a su lado, tratando de darle ánimo, y él les hace un gesto.

- Pase lo que pase, no os metáis. -les indica, empujándolas suavemente hacia atrás con una mano en el hombro de cada una, mirándolas con miedo.

Tras eso, se vuelve de nuevo para escuchar el veredicto del Judicator, aunque no puede evitar decir algo más.

- ¿Conspiración de fuga?¡Pero si no puede fugarse sin desaparecer! -exclama, sin entender nada de esto, tanto menos de la sentencia- ¿Qué?¡He dicho que...! -comienza, pero no hay posibilidad de reacción ante el movimiento de la guadaña.

La grotesca escena a continuación hace que se quede paralizado en el sitio, hiperventilando cada vez más hasta caer al suelo con una mano en el pecho. No había dosis de calma suficiente que pudiese lidiar con todas las sensaciones que se le cruzaban.

- No es justo, no es justo, no es justo, no es justo... -comienza a repetir, una y otra vez, llevándose las manos a los laterales de la cabeza.

¡¡BASTARDO!! Gritó Redclaws mientras se abalanzaba contra la criatura. Las cuatro cuchillas fueron detenidas por una rápida sucesión de movimientos de la guadaña y colocación de los puntos duros de la armadura, que hicieron el ataque inútil. El Judicator intentó hablar, pero Redclaws continuó atacando inútilmente, así que habló mientras se defendía de ella.

 Redclaws: Tentativa de asesinato a Judicator. Atenuante: Motivos sentimentales. Agravante: Reincidencia. Pena: Capital. Método de ejecución: Erradicación.

La guadaña atravesó a la draña roja, con el mismo efecto mientras Darkness se seguía deshaciendo cada vez más deprisa. Estaba ya en carne viva y la mayoría de sus músculos estaban demasiado dañados para funcionar. Gritaba tan fuerte que se quedaba sin aire, y a pesar de la agonía, el cuerpo moribundo le exigía coger aire, pero apenas lograba coger un poco antes de volver a gritarlo, mientras veía con horror cómo sus manos se deshacían ante ella. Al menos mientras tuvo ojos.

El Judicator se giró hacia Garren. Salvo los gritos desgarradores de las dos, el resto estaba demasiado aterrado como para mover un músculo y no decía nada.
El ser hizo que se le oyese por encima del griterío entrecortado.
 Garren: Quebrantamiento de prohibición, autoría intelectual. Atenuante: Desconocimiento, Motivos sentimentales y confesión. Sin agravantes.

Mientras hablaba, la mayor parte de Darkness era huesos y escasos pedazos de músculos y órganos unidos a ellos, y ya no había nada de ella que pudiese gritar. Redclaws pronto estaría en el mismo estado. Afortunadamente para la draña, fueron segundos lo que sufrió. El resto acabó por deshacerse en una breve cascada sanguinolenta que desapareció al instante, sin que hubiese rastro alguno de que hubiera estado allí. El Judicator no prestó la más mínima atención a la agonía de ninguna de las dos.

 Veredicto: Absolución.

Y se desvaneció, dejando a todo el mundo con unos restos de Redclaws que convulsionaban mientras rápidamente se deshacían en la nada y dejaban atrás tan sólo un silencio sepulcral y aterrador, y una única draña presente.

Garren simplemente no procesaba todo lo que sucedía. Ni siquiera procesaba del todo lo que sucedía. Sus ojos, muy abiertos, aún así apenas captaron el momento en el que la guadaña atravesó a Redclaws.

Solo fue plenamente consciente de lo sucedido cuando su voz se sumó a la de Darkness. Las palabras del Judicator hacia él tampoco le terminaban. Tan pronto como los gritos de Darkness se extinguieron, apoyó las manos y las rodillas en tierra y vomitó todo lo ingerido, cayendo después sobre su costado, mirando a ese asesino, pusiese el nombre que se pusiese. La única palabra que entendió fue "absolución". El resto, seguramente le alcanzarían cuando se despertase, pues en ese momento perdió la consciencia.

Cuando Garren despertó, Vestale estaba a su lado de rodillas en el suelo, con la cabeza del cazador en su regazo. Se balanceaba, aún consternada por lo que había visto, y le acariciaba la cabeza con cariño.

Syrune estaba andando en círculos de un lado a otro. El collar lo llevaba en la mano, y jugueteaba con él, nerviosa.

Yria no paraba de llorar, al imaginar que la muerte de Kasenia había sido similar a aquéllas horribles y agónicas ejecuciones. Tampoco llevaba ya el collar.

Greenlight estaba en su forma humanoide en una telaraña a varios metros de altura, encogida sobre sí misma y temblando para aguantar los sollozos.

Riltree estaba sentada a la mesa y picoteaba aún un poco, más bien tirando a aburrida, mientras se distraía acariciando a su araña.

Garren... C-Cómo estas...?  Tragó saliva. Ha s-sido... horrible... No puedo dejar de pensar que... querías hacerlo tú...

Mientras hablaba, Vestale desapareció... Más bien se encogió, convirtiéndose en una bota vieja. Derecha, para ser más precisos. De color marrón y de una talla mediana tirando a grande.

El cazador golpeó la cabeza contra el suelo al desaparecer su compañera. Poco después de poder llegar a aterrorizarse por semejante transformación, Vestale volvió a aparecer, a convertirse en ella misma.

Chilló aterrada, tocándose y levantándose del suelo, pero tras los segundos de terror iniciales, se dio cuenta de que se encontraba perfectamente... para su sorpresa.

Garren despierta con una linda imagen, aunque al instante los recuerdos de los sucesos de hace quién sabe cuánto rato le arrancan toda posible emoción positiva.

Ante las palabras de Vestale, mueve la mano para coger la suya, pero esta se desvanece y la cabeza le golpea contra el suelo, haciéndolo rodar de forma instintiva y ver que ennese momento Vestale se transforma en una bota.

El Cazador compone una expresión de pánico, pero es entonces que Vestale vuelve a ser ella misma, y mientras ella se revisa, él se lanza y la abraza, temblando ligeramente.

- No puedo más con esta mierda... -se queja, sin saber cómo actuar.

Vestale se agarró a Garren como si fuese el único punto de apoyo al borde de un precipicio infinito. Syrune llegó a abrazarla también, a la sacerdotisa le temblaban las piernas.

P-pensé que iba a acabar conmigo t-también... ¿Qué ha sido eso...? De repente no sentía nada...

 Ya está... Tragó saliva, asustada. Ya está Ves... Ha pasado. Ha pasado. Tampoco se explicaba ese suceso, y miraba a Garren como si él pudiera tener alguna explicación.

Riltree alucinaba, sus ojos rojos estaban abiertos como platos. Si no supiera que iba a provocar la ira del grupo, quizá soltaría alguna broma jocosa al respecto.

Yria no se había percatado y a decir verdad, estaba demasiado dolida como para que le importase.

- Ni idea, cielo. Ha sido extraño. Pero ya vuelves a estar con nosotros... -les dice, acariciándolas a ambas a forma de consuelo- Pronto pasará todo. Quedaos conmigo. -les pide, aunque claramente no se refiere a "en ese preciso instante".

Viendo la situación, piensa que deberían apoyar a Yria y Greenlight, aunque ellas también necesitan ayuda, y apenas se percata de esto, el escenario comienza a desvanecerse...