Partida Rol por web

El grupo viaja con el de Betty hasta Gold Pass, teniendo que parar ante casi cada patrulla a dar algunas explicaciones. Nimbus sobretodo, pero también Ciele, Sias y Zed'Ora llaman bastante la atención, pero la presencia de humanos con ellas, y el buen aspecto de Masumi, Janna y Marian calman las cosas desde lejos. Cuando están cerca y preguntan por el extraño grupo... Es increíble la labia que tiene Emelyn. Realmente es como dijo Garren, la chica tiene un don de palabra asombroso, y en ningún momento hay amago de que les vayan a intentar detener o algo parecido después de que hablen con ella y se presente como sacerdotisa de Sitaara.

Ajusta su verbo al nivel cultural de su interlocutor, le hace preguntarse si está haciendo bien, explica que su objetivo es simplemente regresar a las Tierras de los Ríos, y siempre con educación, una sonrisa y buen humor. No son pocos los que incluso se disculpan con las cuatro mencionadas por haberlas juzgado prematuramente.

Si hay alguien capaz de hacer dudar de su fe a un fanático, es ella.

Una vez que llegan a Goldpass y les han dado las indicaciones al grupo de Sanya sobre cómo encontrar el alijo, se despiden de ellas (Y del Felyne con el que Masumi se había encariñado) y siguen hacia el norte.

Aran es una jovencita encantadora y llena de vitalidad, que canturrea sin darse cuenta y es la primera en ofrecerse para cualquier cosa, y luego duerme del tirón y como un lirón.
Sias habla mucho con Ciele, con Nimbus y con Varysse, y las dos súcubos comparten la tienda de campaña, donde todo el mundo está más que invitado a pasar la noche...
Por su parte Varysse es algo más mayor y a veces le cuesta un poco seguir el ritmo del grupo, por lo que Nimbus le lleva su mochila de buen grado. Es apacible, sabia y gusta de observar y pensar antes de hablar. Es sacerdotisa de Rhea, así que su amor por la flora es notable.
Ormen es bastante profesional y aunque tiene sus momentos de buen humor, es por lo general un tanto serio. Que su pueblo haya sido atacado y arrasado hace poco más de un mes seguro que tiene algo que ver. También le sorprende la naturalidad con la que se maneja el sexo en parte del grupo de Sanya, y ha sucumbido en una ocasión a las artes  hechiceras de las súcubos, para gran jolgorio de los tres.
Mitxi pertenecía al mismo pueblo de Ormen y Garren. Es curioso, del tamaño de un niño pequeño, y hace buenas migas con Aran y Ciele, además de gustarle ir en el hombro de Nimbus.

El camino por la llanura de Alvirad está plagado de encuentros distantes con aldeanos que evitan al grupo al ver de lejos a Nimbus, aunque no todos. A algunos les puede la curiosidad, y se acercan a charlar, y es por ellos que pueden seguir las indicaciones hasta el Cráter de los Señores. 

Hay como media docena de leyendas sobre cómo se formó, pero no cabe duda de que es enorme, de varios kilómetros de diámetro, tanto que cualquiera de esas leyendas que involucran a héroes míticos, dioses, archimagos o príncipes infernales es perfectamente plausible a juzgar por el resultado. Según Betty, el alijo está a media altura del lado suroriental del cráter, en una grieta de apenas unos metros de anchura, lo cual hace que el área a rastrear sea relativamente extensa a pesar de las indicaciones.

 Ufff.... Contando con que nadie se despeñe, es un buen tramo que revisar. Dijo rascándose la sien.

 Puedo dar una vuelta volando, a ver si encuentro algo. Se ofreció Sias.

 Creo que lo mejor será separarnos en parejas o grupos de tres para abarcar más terreno en menos tiempo, tampoco querremos extendernos demasiado.

A medida que fue conociendo a los nuevos integrantes en su grupo Sanya dió gracias por ello. No solo eran hábiles y necesarios, parecían buena gente con la que hacer migas e intimar. Toda una ayuda para desenvolverse en aquellas tierras, donde la pericia, labia y donde de gentes ayudaban con cada encuentro casual que les deparaba el camino.

Se despidieron del grupo de Betty con cierto pesar, podían tardar mucho en volver a encontrarse y siempre estaba el temor que fuera la última vez que se vieran. El peligro estaba ahí.

Las noches se tornaban menos frías si compartía su lecho en la tienda o junto a la hoguera con amigas ya conocidas o con los nuevos integrantes. El sexo no era un tabú para ella y pensaba disfrutar de su cuerpo añorado de humana. Por ello no cerraba la puerta a nadie que se acercara en mitad de uno de aquellos tórridos encuentros, ni tan siquiera el pequeño y adorable felino. Había que ver lo que podía hacer con aquella cola..

Cráter de los Señores. Llegaron por fin y era mas inmenso de lo esperado.

- Ormen tiene razón, hay que dividirse o nos sorprenderá la noche junto al cañón.-

Buscó la opinión de los demás en cuanto a los grupos, aunque ella daría algunos nombres, dejaría si alguno lo deseaba cambiar con otro compañero.

- Iré con Varysse y Sias.

Ciele puedes ir con Aran y Ormen.

Finalmente Saiko y Nimbus, con Mitxi

Sias asintió agradecida del voto de confianza al haberla escogido como parte de su grupo de búsqueda, Saiko asintió, Ormen dividió arbitrariamente tres franjas de terreno para cada grupo, y Aran se puso algo colorada cuando Ciele le acarició la espalda mientras la acompañaba alejándose de los demás grupos. 

Gracias por el voto, Sanya. Empezaré sobrevolando la zona, os avisaré si veo algo interesante. Con un gesto, de su espalda aparecieron dos alas blanquecinas con reflejos azulados, aunque seguían siendo de murciélago. Sugiero que vayáis por la parte más fácil... Dijo mirando de reojo a Varysse, la que menos estaba para ese tipo de trotes. Yo me encargo de las áreas más impracticables.

Varysse estaba en los cuarenta y tantos, pero no había sido una aventurera nunca, simplemente tuvo que echarse al camino por acusarla cuando habló en contra de los métodos de los izradorinos, así que edad aparte, no estaba nada acostumbrada a trepar o bajar laderas complicadas y ralentizó considerablemente a Sanya.

El sol empezaba a ponerse cuando bajó Sias volando hasta al lado de ambas.
Nimbus intenta decirnos algo. Dijo señalando a la giganta, que movía ambos brazos con energía. De vez en cuando señala a la roca, creo que lo han encontrado.

Para cuando los tres grupos llegaron ya era de noche, pero con la luz que encendía Aran en la punta de su bastón se pudo ver claramente el engaño: Unas tablas de madera apoyadas contra la entrada de la cueva, con clavos, y piedras de la zona apoyadas en esos clavos y luego cubiertos con tierra, que hacían que pareciese una parte más de la piedra de la zona hasta que no estabas considerablemente cerca.

Retirar el tablón debía ser sencillo, Nimbus podría simplemente cogerlo y apartarlo, debería hacer dos por dos metros aproximadamente, de forma más o menos ovalada.

 Hay que reconocer que el escondite es buenísimo! Dijo mirando la forma en que las piedras formaban una falsa pared de roca.

 Encontré lo que me parecieron rocas movidas para facilitar un paso, pero si no es por Mitxi, la 'puerta' se me pasa de largo.

El felyne sonrió ampliamente, muy pagado de si mismo.

 Varysse se dejó caer, agotada, a unos metros de la puerta que habían encontrado. Con permiso.... aff... me siento un rato... Apoyó la espalda en una roca. Madre Verde, que no estoy para estos trotes...

- No hay de que, confío en ti. Si, avísanos si ves algo.

Sanya ya había contado con tener que ayudar a Varysse en aquellos escarpados terrenos, mas que pendiente de la búsqueda, lo estaba de su integridad mientras Sias cargaba con la labor de su grupo.

- Genial, vayamos a ver que han descubierto.- Dijo pendiente de las señas de Nimbus en la distancia. Al llegar, como el resto, estuvo pendiente de las explicaciones. - Buen trabajo, y gracias por el esfuerzo a todos. - Aunque se habían ganado un merecido descanso que la noche los hubiera alcanzado no era de su agrado. Allí en medio estaban muy expuestos y aún quedaba entrar en la caverna oculta donde podían haber sorpresas.

- Si Betty guardó un buen alijo ahí dentro puede haber todo tipo de trampas. Saiko, Ormen y Mitxi, conmigo. Aran, acompáñanos tambien. Los demás podeis descansar, pero que haya siempre dos montando guardia.

Nimbus levanta la trampilla, y una bocanada de polvo nubló el lugar un instante, sacando un estornudo breve a Ciele como si fuera una gatita. La risa vino cuando Mitxi estornudó exactamente igual. 

La avanzadilla del grupo entró en el túnel, con bastantes estrecheces, y quizá fuera la habilidad o la simple suerte de Ormen, que le permitió encontrar la trampa que temían. Entre el polvo pudo ver un cable a un par de centímetros del suelo. Examinándolo entre los más manitas del grupo (Ormen y Mitxi, principalmente), dedujeron que tirar del cable frotaría y encendería un reactivo que hubiera hecho estallar dos cartuchos de dinamita que habían a cada lado de la pared, ocultos tras unos tablones y envueltos en clavos y otra metralla, que además de herir de alta gravedad a los que estuvieran en el túnel, les habría sepultado completamente.

Una vez desarmada la trampa, pudieron recuperar los dos cartuchos, y tras quitarse el susto de encima y buscar alguna otra sorpresa, llegaron a un tramo de la cueva que contenía el botín que buscaban. Aparte de equipamiento de viaje y material de curación por si llegaban heridos, había poca cosa... pero de gran valor.

Una cota de escamas de muy buena calidad, y una espada larga que al sacarla de la vaina brillaba tenuemente y desdibujaba su forma al blandirla como si estuviese parcialmente hecha de humo.. Una poción que costó de identificar y que si no les servía, sin duda sería cara, una aljaba con algunas flechas y una nota manuscrita que rezaba "Manejar con cuidado". Resultaban unas flechas explosivas de tremenda potencia. 

Además de alimentos poco perecederos y el resto de cosas, habían pendientes, anillos y otra joyería femenina (bastantes de ellas aún con sangre) y un cáliz con motivos religiosos de Merak, el dios de la Guerra, con manchas de sangre seca en el interior, como si se hubiera llenado hasta arriba en más de una ocasión.

 Bueno... Parece que el botín es bueno. Algo podremos sacar... Siempre será mejor que lo usemos nosotros que ellos.

Ormen se mereció una ovación gracias a su pericia, ya que si no llega a ser por el aquella noche de celebración bien podría haberse tornado en lamentos.

- Buen trabajo, este oro será muy importante y necesario para la causa. El resto del botín miraremos la mejor forma para repartirlo. Por poner un ejemplo, estas flechas tan peligrosas las repartiría entre los exploradores, pero preferiría que las usaran los mas experimentados con el arco.-

Su siguiente preocupación era donde pasar la noche. Quería alejarse lo mas posible de aquel escondite y acampar creando turnos

Tras una apresurada cena se sentó junto al resto frente al calor de la fogata.

- Mañana partiremos al amanecer. ¿Cuántos días de camino nos aguardan?.- Preguntó a quienes conocían mejor aquellas tierras.

El grupo se marchó de la gruta a paso rápido, y después de subir el cráter montaron campamento en el borde de una arboleda cercana, pues si se adentraban más, Nimbus n o cabría porque eran árboles pequeños y tupidos. Aprovecharon una charca para lavar los objetos valiosos, y los guardaron para venderlos más adelante.

 Mañana por la tarde-noche estaremos en el bosque élfico... A partir de ahí otro día entre bosques y montañas, y un par más siguiendo los ríos hasta Rhypes. Aunque nos encontrarán e interrogarán mucho antes, no te quepa duda. Dijo mientras hacían la cena. Tener a Sias en el grupo hacía que encender un fuego fuese extremadamente sencillo, lo que se agradecía. 

 genial... deberíamos tener algo pensado que decirles para cuando nos encuentren. ¿Son agresivos?

 No, pero como no vamos a tomar la ruta comercial, que nos llevaría varios días más, estarán más suspicaces... al menos confío en que un grupo tan variopinto llame la atención en primer lugar.

 O podemos tomar la ruta comercial... No sea que nos tomen como una amenaza si vamos campo a través siendo un grupo tan armado y tan... peculiar. 

 ¿Y qué tiene de peculiar nuestro grupo? Bromeó, sacándole una risa a Mitxi. Ahora en serio... yo confío en que nuestra diplomacia sea suficiente, y ahorramos tiempo...

 Supongo que Sanya tiene la última palabra... Dijo mientras se arrimaba a Saiko, ahora que la hoguera estaba encendida.