Partida Rol por web

Sanya pasó por delante de Nimbus, que estaba rompiendo secciones y manteniéndose milagrosamente en la pasarela.

Llegó a la sala norte, donde estaban las escaleras... y el agua estaba llegando allí también por el otro lado, de hecho el suelo estaba ya encharcado. Si abría esa puerta, el agua empezaría a inundarlo todo por dos lados. Supondría casi con toda seguridad la muerte de los cinco asaltantes, y si Nimbus seguía aporreando pasarelas y bloqueando el paso, quizá también de ella. 

Sanya podría escapar por las escaleras llegado el caso.

Sanya dio un último vistazo a la mujer gigante sobre aquella pasarela, en una frase emotiva que sonaba a despedida.

- Nos vemos en el otro lado amiga mía. Si llegan a conseguir saltar... ¡Rómpelo todo!. Aunque sospechaba que era mas bien un hasta ahora, ya que sabía que de morir se volverían a ver muy pronto.

Se fue directa a la puerta y la abrió, dejando que el agua campara a sus anchas en una corriente que la alejo y la obligó a subir un par de peldaños en las escaleras, aunque sin llegar a salir.

- Ab aqua venimus, ab aquam revertemur.* Musitó con funesto pesar.

Los asaltantes pudieron oír las órdenes de Sanya.

Nos vemos en el otro lado amiga mía. Si llegan a conseguir saltar... ¡Rómpelo todo!

Y el ruido de agua se hizo más intenso...

Vamos! rápido... si queremos tener alguna posibilidad debemos saltar ya!

Dije, con premura, mientras hacía mi mejor esfuerzo para intentar llegar al otro lado.  Si iban a romper la pasarela, era ahora o nunca.

Al ver lo que la naga tramaba decidí cortar por lo sano y sin siquiera dudarlo tome un poco de impulso y salté hacia la plataforma siguiendo a Orión.

Vamos, es hora de terminar con esto, no podemos permitir que esa granuja se salga con la suya. - digo mientras salto hacia la plataforma espada en mano, listo para el combate.

El grupo saltó a toda velocidad hasta la otra pasarela. Orión y Alek ayudaron a llegar a las elfas, que apenas tenían sitio en la pasarela cuando saltaron. El agua las siguió, cayendo al ácido y levantando una nube tóxica de aspecto muy peligroso, diluyendo la sustancia asesina. La giganta cumplió la orden de su líder, arrancando los soportes de una sección de la pasarela y dándole un violento pisotón. El agua empezó a salir con más de un metro de altura por la única puerta de salida, y la giganta guardaba el paso.

NOOOO!!! Gritó Syrune horrorizada. ¡Esa era la salida!!! ¿Qué has hecho!???

 Nimbus estaba al punto de la lágrima. ¡Lo siento!! Tenía que... Impedíroslo!

 Sue se abrazó a su madre, viendo cómo el nivel del ácido subía. Mamá sácame de aqui!! Chilló asustada. 

 Xellyn miró con odio a Nimbus abrazando a Sue. Trranquila carriño... serrá un momento..

Si debo morir no será pacíficamente, tal vez la perra de tu jefa escapo, pero tu te vienes conmigo maldita zorra. - le grito a la gigante para luego lanzarme al ataque.

Orión mata a esa perra por mi, yo te haré el puente.

Cual perro de presa salto al cuello de la gigante con las fauces abiertas y me arrojo sobre ella intentando derribarla.

Era un ataque suicida, lo sabía, pero si la misión se cumplía habría valido la pena.

Sin duda así va a estar más claro (La estrella es Nimbus). El problema no es llegar al sitio por donde sale el agua, el problema es que de ahi estaa salliendo mas de un metro de agua en cascada directo al ácido, y si saltas se te lleva la corriente de vuelta para atrás. Estirar a la giganta muerta o viva no iba aa solucionar ese problema (Ademas que la giganta estaba casi ilesa)

Aun asi he tirado por si le hacias al menos 2 de daño, pero vaya...

Que oye, así me gusta, luchando con uñas y dientes hasta el final ^^

Negué con la cabeza.

La presión y la situación hará que nos maten... Pero qué dicen si nos cargamos a una gigante antes? Si vamos a irnos... Que sea a lo grande.

Sonreí, y cargué aferrando mi lanza.

Si debo morir no será pacíficamente, tal vez la perra de tu jefa escapo, pero tu te vienes conmigo maldita zorra. - le grito a la gigante para luego lanzarme al ataque.

Orión mata a esa perra por mi, yo te haré el puente.

Cual perro de presa salto al cuello de la gigante con las fauces abiertas y me arrojo sobre ella intentando derribarla.

Era un ataque suicida, lo sabía, pero si la misión se cumplía habría valido la pena.