Alek ofreció a sus compañeros marcharse, aunque todos ellos se pusieron en pie y se quedaron al lado de su capitán, poniéndole una mano en el hombro o en la espalda, remarcando así su apoyo.
Contigo, capitán. Dijo Terry, sonriendo.
Danna, por su parte, los miró y negó un poco a Alek.
Me quedo como estoy, gracias... Dijo, acercándose, y poniéndole la mano en el pecho, acariciando un poco, suavemente. Pero de momento voy con vosotros, aunque sí querré ver mundo y hacer algo de... vida. No pasa nada por esperar otro poco, al fin y al cabo viviré siglos más que ellos...
Y por último fue a hablar con Kaila, que no se cortó en darle un beso.
Gracias, pero de momento creo que buscaremos un lugar donde nos vaya bien. Tenemos que plantearnos muchas cosas... Como "caudilla", he de pensar en nuestro legado. Todas nuestras tradiciones eran mentira, pero aunque para nosotras sean cómodas, y vivir en una jungla nos fuese agradable, tenemos que pensar en nuestra descendencia, y la clase de vida y cultura que queramos que tengan.
No nos sería fácil adaptarnos a la vida en ciudad, pero a la larga sería lo mejor para las generaciones que vengan, que vivir aisladas en una jungla, con una cultura que parta de una mentira. Le abrazó y le rodeó con una cola, dándole un juguetón azote en el trasero. Pero al menos sabré dónde encontrarte... Dijo guiñando un ojo.
PD: Emelyn está a cientos de kilómetros, se ha quedado cuidando de unos prisioneros e intercediendo por ellos ante los elfos.
Gladio se sorprende de ver la aceptación de ambas, y no duda en estrujar a ambas alzándolas en el aire. Había visto el gesto de Masumi, pero se había girado con respecto a ella y el resto, y finjamos que Aznabar y Vestale no lo escucharon llorar un poquito en ese abrazo que duró algo más de la cuenta. En buena parte, no quería que Betty lo viese, porque sabía que la vaquera le iba a tocar las narices.
Después de adecentarse un poquito la cara para que no se notase tanto, a partir de ese momentolo único que lució Gladio fue una sonrisa radiante, besándolas a ambas quizás un poco más de la cuenta, y luego por supuesto devolviéndole el gesto de alegría a Masumi, a la que también cogería en volandas en alguna ocasión.
- No te pienses que me voy a olvidar de ti, enana. Te debo un montón, y siempre que necesites cualquier cosa, me tienes disponible. -le recuerda.
Después ya vendrían las bodas y el jolgorio. De algún lugar, Gladio se encargó de mezclar con cualquier bebida a la que pudieron acceder, dejando también una variedad de alcoholes al alcance.
Durante su boda, Gladio no podía estar más contento con el discurso de la Diosa, que en cierto modo sabía todo lo que habían pasado, y en cierto sentido él también había presenciado cosas desagradables en primera persona hacia la bella diosa, lo que le dio un puntito de malestar, pero rápidamente lo aparcó.
Igualmente, por su parte, también la sacó a bailar y le recordó que si ella o su clero los necesitaban, también sabían dónde podían encontrarlo, aunque dudaba poder hacer algo por alguien de su categoría.
- ...y siento no haber podido joderle más la cabeza a Kermen durante el torneo... Creo que os he dado problemas de más. -concluye él, con un suspiro, pero finalmente apretándole las manos tras el baile a la "muchacha".
Durante la fiesta, aprovecharía también para estar en algún momento con Riltree, Syrune y las gaarti para alguna pincelada sobre el futuro, así como en esta noche particular, intentar molestar un poco a Betty, aunque en esta ocasión se notó que lo hacía desde una "malicia bienintencionada", llevado por el espíritu de la celebración.
Finalmente, viene la despedida de Alek, a quien estrecha el antebrazo.
- Lo mismo te digo, Alek. No sé cuánto de bien o mal os recibirá el mundo, y no sé cuánto tardaremos en volver a hacer funcionar a nuestro pueblo, pero si nos necesitas sabrás dónde estamos, y con el tiempo también tus "colmillos" tendrán un sitio para obtener equipamiento de élite y practicar con él. Buena caza.
La larga noche disipó al menos parcialmente las tensiones de todos, saboreando la victoria y compartiendo momentos unos con otros, sabiendo que el mañana sería mejor.
Querrían esconderse de mi mirada, evidentemente querían esconderse... pero por mucho que quisieran o pareciera distraída con mi pareja o dando un espectáculo de guitarra, mis ojos sabían por donde estaba llevándose Gladio a Masumi; de hecho seguramente ambos notarían mi mirada sobre ellos. Podría tocarle los huevos, y realmente ganas no me faltaban... quizás empezar a cantar sobre que pasaría con el aparato reproductor del cazador si continuaba con la angelita luego de proponer matrimonio a dos chicas a la vez. Pero venga, por una vez y por ser una ocasión especial no iba a hacerlo... aunque que no se aprovecharan demasiado.
Escucharía a la diosa hablar de los elegidos luego de mi pregunta. Por lo que se ve, estos poderes los mantendríamos hasta mañana -Genial, al menos podremos aprovechar el martillo de Zed'Ora en mi yunque tras casarnos- pensé para mi misma, asintiendo a las palabras de Sitaara -De acuerdo. No lo pregunto por quedarme estos poderes, ya sabía que eran prestados... además, tener magia tampoco es lo mío, je. Preguntaba quizás por si algunos otros dioses, como tu has decidido que Alek se mantenga como Elegido, encuentren a algunos de los que han sido elegidos en este momento dignos para continuar siéndolo- le explicaría. Quizás el dios de la protección veía a Janna digna de continuar siendo elegida por ejemplo.
Vi entonces como Sitaara convertía aquel horrible campo de batalla en un gran ambiente verde nupcial, con el sol iluminando las decoraciones y la nueva vegetación, sonriendo mientras miraba que también nos limpiaban -Si, mucho mejor- diría... aunque realmente, para mi mientras estuviera con la mujer que amo, cualquier lugar era el adecuado.
Y viéndola a ella, vi que ella también estaba contenta... y me agarró y me morreó haciéndome girar en el aire. Hasta a mi me sorprendió, y luego de corresponder con toda mi pasión, sonreí cuando me bajó al suelo -Te voy a hacer ejercitarte mucho para que me des más besos así, jeje...- le diría bromeando... antes de que me dijera esas cosas al oído, y hasta yo me sonrojé, pero le acabé sonriendo -Vaaale... por algo será nuestra noche de bodas... Pero tendré que hacer estiramientos...- le diría al final tomándola de la mano.
Sonreí a mi compañero viendo como la draña aceptaba su oferta, lo cual me hizo muy feliz. Escucharía a la diosa diciendo que sus sacerdotes sabrían quienes éramos -Desde luego, entre usted y quizás los otros, vamos a ser famosillos, jeje- bromearía.
Antes de que empezara la boda, miraría a Masumi -¿Que haces por ahí? ¡Anda ven, que necesito una dama de honor!- le diría a la chica sonriendo, dándole un papel en nuestra boda más allá de simple espectadora que creo que le iría como anillo al dedo nunca mejor dicho.
Agradecería por todo y por el discurso de Sitaara y que nos diera su bendición, antes de que Zed'Ora y yo nos fundiéramos en un amoroso beso. Continuaría celebrando con una guitarra, una esposa y unas cuantas baladas más si el público lo pedía, hasta que Alek se despidió. Si era un adios, le daría la mano con firmeza -No tengo ni la más remota idea de como nos irá la cosa- diría de forma sincera sobre si la liaremos o buscaremos paz. Nunca los planes salen como esperan, y ya veríamos como nos iba sin todo el pillaje y bandideo de por medio -Pero sea donde sea que nos lleve el camino, lo recorreremos juntas y con una familia apoyándonos- diría riendo levemente -Mucha suerte a ustedes, y que ninguno pille rabia- una última broma perruna como despedida, deseándole una suerte sincera.
Viviría aquella fiesta de celebración por todo lo alto, festejando que hoy había ganado el amor y el bien. Aunque alguna que otra vez mi sátira y yo desaparecíamos durante unos minutillos, y cuando volvíamos ella aparecía algo roja y sonriendo como boba y yo limpiándome la boca... simples aperitivos de lo que en cualquier momento haríamos cuando nos fuéramos a celebrar nosotras dos solas. En este momento todo era felicidad y celebrarlo sería la única preocupación. Y la noche... sería una noche legendaria que recordar.
Los festejos se alargaron hasta que el Sol se puso y volvió a salir, e incluso la misma diosa bailó con casi todo el mundo, alegre, feliz, libre y dichosa. El centenar largo de compañeros y sacerdotes que habían combatido codo con codo en la gran batalla darían fe de las hazañas épicas que se contarían acerca de Los Gladiadores, y de cómo sus nombres acabarían convertidos en leyendas.
Algunos empezarían vidas tranquilas y alejadas de las aventuras, o incluso del mundanal ruido. Algunos más intentarían liquidar todo lo que quedase de los cultos kermenitas, o estabilizar los reinos en guerra... Otros buscarían fortuna, y otros aprovecharían la fama... Y puede que alguno buscase el poder personal a costa de otros, pero ninguno sería fácilmente olvidado.
En los años siguientes, historiadores, bardos y cuentacuentos irían a buscarles para conocer sus historias de primera mano, puede que incluso escribir algunas biografías... Más o menos exageradas, aunque la historia era tan increíble que era difícil discernir qué estaba exagerado y qué no. Y por supuesto, canciones.
Con el tiempo, el nombre de Betty y su banda sería escuchado por sus versiones malvadas, lo que no tardaría en ocasionar problemas... Que tendrían que solucionar, no sin un último baño de sangre antes de poder disfrutar de una merecida y desconocida paz.
Por parte de Gladio, el auténtico Garren le agradecería de nuevo su ayuda, y le pondría en un lugar preeminente entre los Cazadores, que se empezarían a cuestionar algunas tradiciones, y muchos pensaban que debían de extender su 'negocio' hacia criminales, sectarios, y altos mandos izradorinos. Y entre ellos, algunos querían llevarles ante la justicia, y a otros les bastaba con llevar su cabeza.
Aznabar seguiría al lado de Gladio, por supuesto, aunque su espíritu libre le llevaría con los años a pasar algunas temporadas lejos del hogar familiar, buscando nuevas experiencias.
Alek y su grupo comenzarían estabilizando Leonia, y cuando la paz, o algo parecido, hubiera llegado a aquellas tierras, se convertirían en restauradores y guardianes del templo de Sitaara, y finalmente en una orden sagrada que atraería a más personas que cuidasen de los peregrinos.
Tafy y su grupo tenían el potencial de convertirse en exitosísimos inventores y alquimistas, y acabadas las guerras, los reinos "se daban de hostias" por tener sus servicios. La competencia con los 'herederos' de Gustav Tinker, (o mejor dicho los ladrones de sus inventos) sería feroz, pero hey... ¿En qué cabeza estaba el ¿Verdadero? Gustav? Pues eso.
Olimpia sintió que debía hacer algo respecto a los enanos, pero su sueño era una vida tranquila en un lugar bucólico, junto al amor de su vida. Sus agradecidos vecinos se encargarían de ahuyentarles historiadores, bardos y otros pesados para que pudieran vivir en paz.
Para Kaila, vivir en la jungla con sus chicas era la opción lógica. Era donde estarían cómodas y donde medrarían con facilidad... Pero sabía que sus tradiciones eran falsas, y que una población de gaarti que viviera así, viviría una mentira, y si en algo pensaba la caudilla, era en su legado... Así que terminaron viviendo de ciudad en ciudad, buscando el lugar ideal donde sus descendientes tendrían mejor vida. Fue durísimo acostumbrarse, pero a la larga sería lo mejor.
El grupo de Gretch se convirtió en una cotizadísima banda de mercenarios, con escasos escrúpulos, que vivieron sus vidas de contrato en contrato, mientras éstas se iban apagando cada vez que una misión salía peor de lo esperado.
El grupo de Kasenia también adoptó una vida rural y tranquila, cansadas de su vida de mercenarias. Con los años aceptaron algunos trabajos de proximidad, pero en general se retiraron a vivir de su fama, la caza y la cosecha. Un poco de paz, después de tanto sufrimiento.
El grupo de Darkness no podía dejar de agradecer la tercera 'forma' que les concedió Sitaara, una completamente humana. Como "hermanas", se convirtieron en profesoras de magia y hechicería, desmintiendo insistentemente los rumores de que eran drañas. Cuando no se pudo ocultar más, fue una suerte que tuvieran tantos amigos y tantas buenas obras a sus espaldas, para poder seguir siendo aceptadas.
Orión hizo extensos desaguisados en las islas piratas, rebelando esclavos y convirtiéndolos en una guerrilla. Fueron razonablemente exitosos, pero sin apoyo de los reinos beligerantes del continente, lo mejor que pudieron hacer cuando las cosas se pusieron feas fue huir hacia el continente... donde siguió combatiendo la esclavitud y la tiranía allá donde asomase.
De Vidomina y Uland no se supo gran cosa, aunque se descubrió con el tiempo que ascendieron a puestos de poder en las sombras en Easanios, unas tierras oscuras y plagadas de maldiciones.
De Abigail y su alter ego Tazar se supo que vivía en las tierras de las hadas, lejos de todo y de todos. Muchos intrépidos cuentacuentos murieron a manos de las territoriales hadas intentando llegar a una de las últimas gladiadoras de las que no se podía obtener una historia de primera mano.
De Sanya no se supo nada... Probablemente Antares estaría ferozmente en desacuerdo con la réplica de la amante de su marido, pero a nadie extrañaría que la ex naga tuviese una nueva identidad y un perfecto escondite, seguramente a plena vista... No en vano su amante era el Dios de los Fugitivos.
En cuanto a Emelyn, cuidar de aquellos prisioneros enloquecidos fue una tarea titánica incluso con la ayuda de los elfos, y dilapidó el resto de su adolescencia dando su mejor esfuerzo en ellos.
Mathilde volvió a recluirse en sus estudios, aunque los pocos que lograban hablar con ella la encontraban menos borde pero mucho más melancólica. Haber tenido el poder de una Elegida y no haber podido experimentar con él le pesaría hasta el fin de sus días, aunque buscaría incansablemente la forma de volver a llamar la atención de Selene.
Y Sitaara estaría observándolos a todos desde arriba, cuidándoles en la medida de lo posible.
No puedo expresar suficiente el agradecimiento que siento por vuestra constancia y vuestro esfuerzo. Muchas gracias, amigos :)