Acepto de buen grado el abrazo de Aran antes de escuchar su pregunta. Lanzo una significativa mirada a las dos que quedan y lanzo un suspiro. No quisiera decirlo delante de ellas, pero necesito que comprendan a lo que nos enfrentamos.
Susurrando incluso más bajo que la propia Aran, le respondo. Kaila permaneció consciente y sufriendo cada décima de segundo. Tan solo cogía aire para volver a gritar, y de hecho creo que solo dejó de gritar cuando no pudo hacerlo más. Pero su expresión... su cara... sus ojos... No, esa no es una forma de morir. Es algo que no le deseo ni el más vil de los enemigos que haya podido tener en toda mi vida. Por supuesto que estoy asustada, ¿cómo no podría estarlo?
Helen y Narfi se acercaron a las dos, inquietas. Aran estaba cabizbaja, con la mirada perdida en el suelo por lo que había dicho Aznabar.
No he... oído bien lo que decíais. Admitió. Supongo que... sea lo que sea, preferís que no lo sepamos. Pero por si acaso nos sirve para salvar la vida... Nos gustaria saber cómo es ese ser tan peligroso.
Dijiste que era 'como un demonio'. En el aspecto cornudo y rojo, como el de la novia de Betty? Era la primera vez que se la veía a la chamán fuera de su máscara de sombría serenidad.
Niego ante las palabras de Helen. He querido simplificar el asunto porque no quería andar dando muchas explicaciones. Pero en realidad no era un demonio. Yo soy en parte demonio y en parte ángel, así que sé reconocerlos.
No, eso se trata de un ser que quizá en algún momento fue humano pero que está corrompido más allá de cualquier límite que podáis imaginar. Creo sinceramente que es algún tipo de Avatar, una representación física, del propio dios caído. Pero como poco es alguien completamente fanático de él y con todos los poderes que este le ha dado. Que son muchos.