Partida Rol por web

El aula de la clase de Astronomía estaba ubicada en la parte superior de la Torre de Astronomía; dicha torres se podía encontrar justo encima de la entrada al castillo; el aula parecía un punto de observación a primera vista, aunque los telescopios alineados justo en el borde de la plataforma apoyados en la barandilla sugería lo contrario, cada telescopio apuntaba en una dirección ligeramente distinta casi queriendo que ninguna parte del cielo se quedara sin un método de observación.

Al fondo de la plataforma se hallaba una pizarra con la intención a ayudar a plasmar el cosmos con tiza, no había ningún asiento ni pupitre, ya que el planetario en el centro de la sala de dimensiones asombrosas impediría que todos pudiesen observar bien si estuviesen sentados, en vez de sillas se podían observar unos delgados cojines repartidos por el suelo que parecían bastante confortables con el fin de poder observar mejor el planetario y el cielo desde una posición más baja.

El planetario estaba compuesto por numerosos astros con sus órbitas presidido en el centro por una pequeña bola presumiblemente el Sol, el planetario entero se sostenía encima de otro más pequeño que traspasaba el suelo hasta la sala justo debajo del aula, este solo tenía una bola translucida en el centro, rodeada de distintos anillos.

La Torre era ideal par la observación del cosmos y a su vez si uno se asomaba por la barandilla podía díscernir los campos de Quidditch, los invernaderos, el patio de entrada a la escuela así como la mayor parte del castillo y los alrededores.

Un anciano observa como los estudiantes van entrando y se van sentando en sus respectivos asientos, cuando ya se percata que ninguno más entra, levanta la mano y la puerta se cierra suavemente.

-¡Bienvenidos a la clase de Astronomía de 1º Año del Colegio Hogwarts! Mi nombre es Lecog Ölmez y sere su profesor por este año-. Comenta amablemente el anciano con un toque de entusiasmo en su voz.

-Estaré a su disposición por posibles dudas y para ayudarles en lo que necesiten a aquellos apasionados de la astrología y astronomía, si me quieren encontrar mi despacho esta en esta misma torre, creo que ya todos recibieron un Mapa del Merodeador, con el no debería costarles mucho encontrarlo...Cof....Coff...-.El anciano hace una pausa para toser.-Bien perdónenme, ahora ya comencemos con la lección básica de hoy.

-La luna es el único satélite natural de la Tierra, su apariencia es gris o blanca dependiendo de las fechas, posición y hora a la que se vea, aunque indiferentemente de eso se puede apreciar en su superficie unas manchas oscuras, se saben que estas manchas eran antiguos mares producidos por volcanes y desplazamientos de tierra lunar. También y ya si se mira desde un telescopio se pueden ver líneas irregulares que forman circunferencias o toman su forma; esto son las montañas y montes de la luna, de poca altura debido a que desde hace siglos se ha ido allanando por los meteoritos que caen en su superficie-.El profesor va dando la clase mientras apunta hacia un planetario mágico ubicado sobre sus cabezas que solo tenia una Tierra y una Luna flotantes, la dimensión de la Luna era casi como 4 personas juntas.

Desde antes del descubrimiento casi de la magia, la luna ya aparece en la mitología y en la cultura de muchas civilizaciones; esto es por ser el 2º astro que más se ve después del Sol y esto es así debido a que la propia luna refleja la luz solar cuando esta no le da directamente, por eso por el día no la vemos ya que en algunos casos la luz le llega directamente y esto impide que la vemos bien y parezca que no esta. Dentro de unas semanas hablaremos de los eclipses, son un fenómeno bastante curioso y que se salta esta regla… bueno a lo que íbamos, por la noche sin embargo la podemos ver claramente porque la luz no le da directamente así como tampoco nos da a nosotros, solo nos da por refracción de los demás cuerpos celestes-.Explica con alegría mientra mueve el planetario de tal forma que la luz le de a la luna desde distintos ángulos para ayudarse a su explicación.

Su posición varia ya que se mueve alrededor de la tierra, esto provoca un suceso de crecimiento y decrecimiento ilusorio que llega hasta el eventual desvanecimiento de la Luna, esto por supuesto es un fenómeno óptico la luna siempre esta ahí solo que no la vemos de nuevo por la luz del Sol.

Después de que hayan obtenido los conocimientos básicos del satélite me dispongo a explicarles la clase de hoy: La influencia en los encantamientos de las Pleamares y Bajamares-.Hace una pausa en su explicación para agregar.-Como este año no he podido venir antes desde Turquía no pude comunicarle al colegio un libro que comprar para mi asignatura, tampoco creo que ningún libro no muggle dispongan esta información tan básica y a su vez necesaria, así que les pido que presten especial atención durante este año para no perderse nada.

Las pleamares y Bajamares son dos fenómenos ocurridos debido a la Luna estos consisten e que el agua suba y baje de nivel, esto se ve claramente en mares y océanos. Cuando hay pleamar en un lado del mundo, en la otra cara hay bajamar, muchos estudiosos lo comparan con un corazón latiendo; aquellos que conozcan algo de la anatomía de un corazón me comprenderán-.Dicho esto comienza a dibujar rápidamente en la pizarra detrás de el un esquema de lo que esta a punto de explicar para que a sus alumnos les sea más fácil de comprender.

 La Pleamares y Bajamares de dividen en 2 posibles a uno se les llama mareas muertas; ocurren cuando se da una pleamar en una Luna menguante o creciente son de menor magnitud y se sabe que modifican la magia elemental de agua. Si te encuentras en una Bajamar la magia del elemento agua se vera debilitada, dependiendo eso si de tu distancia a grandes masas de agua, el punto exacto de la Bajamar en ese momento y el grado en el que la Luna este menguando o creciendo. Por ejemplo si esta decreciendo solo se notara aun más este fenómeno, el punto máximo de este fenómeno es justo antes de alcanzar la Luna Nueva

La Pleamar de las Mareas Muertas tiene el efecto opuesto al de las Bajamares de Las Mareas Muertas, amplifica el efecto de la magia del elemento agua también dependiendo de los factores que condicionaban una Bajamar dando su punto álgido justo antes de la Luna Llena; también se ha de saber que este efecto vuelve más fuertes y agresivas a las criaturas subacuáticas, aunque esto ya lo discutiremos en próximas lecciones-.Después de terminar este apartado de la explicación se gira con una sonrisa en la cara solo para decir.-Bien… por ahora ¿Alguna pregunta? ¿No? Perfecto, alumnos avispados, me gusta-."Que raro" piensa, "esperaba pillar a uno o dos dormidos ya en este punto, puede que si que sean buenos estudiantes al fin y al cabo".

Vamos a continuar con las Mareas Vivas; se denominan Mareas Vivas a aquellas Pleamares y Bajamares que ocurren cuando hay Luna Nueva o Luna Llena; aunque estas no afectan a elementos sino a la magia protectora, tened mucho cuidado con esto pues un día puede salvaros la vida.

En las Bajamares de las Mareas Vivas, la magia protectora se debilita enormemente dependiendo de la distancia al agua, el punto exacto de la Bajamar y el lugar del globo terráqueo donde nos encontremos, se cree que afecta más en el Ecuador que en los Polos; este fenómeno causa aparte de una disminución en la magia defensiva un debilitamiento de las criaturas subacuáticas casi llegando a la muerte dependiendo lo débiles que sean esas especies

Por el contrario las Pleamares de las Mareas Vivas refuerzan la magia protectora llegando según la intensidad de la magia a hacerlas casi impenetrable excepto para ciertos hechizos prohibidos, depende también de las mismas condiciones que su cóntraparte la Bajamar, también marca el ciclo reproductivo de las especies subacuáticas y con ello su necesidad de encontrar comida, hay que tener cuidado ciertas especies son muy mortales en estas circunstancias-.Dando un largo suspiro se gira para anunciar.

¡Bien! Y con esto finaliza la primera lección ¿Alguna duda?

Cuando vi en mi horario que la siguiente clase era astronomía salí corriendo hacia el camino que me indicaba el mapa del merodeador que me habían obsequiado para llegar a la torre donde se impartía la clase, aunque siendo pequeña y menuda me costó trabajo subir hasta lo más alto con mis pergaminos, pluma y el telescopio que pesaba bastante para una niña de casi once años.

Me encontré la puerta abierta y vi que era un gran planetario con miles de enormes telescopios cada uno apuntando a una dirección distinta y pensé ¿hacia dónde estarán mirando?

Vi que en lugar de pupitres había cojines en el suelo para disfrutar de la simulación mágica que el profesor había preparado, en ese momento repare en el profesor, un hombre mayor con una gran barba blanca y que parecía sereno, sabio e inteligente a simple vista.

Me deje caer en el cojin más cercano al profesor para no perderme nada de aquella clase.

Cuando todos los demás llegaron empezó el profesor a explicar sobre La luna, me encantaba aquella clase, parecía que podía ver las mareas subiendo y bajando, era interesante que las fases de la luna al igual que afectaban al océano y las olas también afectaban a los hechizos y conjuros que nosotros practicábamos.

Levante la mano para preguntar una duda:

-a..además de afec..tar al o..oleaje, lo..los hechizos y …las cri..Criaturas ma marinas. ¿afec..ta o..otras co..cosas, pro…profesor?-

La ultima clase Astronomía, una clase tranquila ubicada en la torre, esta era la última sesión del día y aunque era emocionante era la más común y corriente de todas, mi madre me contaba antiguas historias de los magos que estudiaban las estrellas podía prever eventos, incluso en los cuentos de los dioses griegos las estrellas servían para profetizar grandes eventos o terribles tragedias.

Al llegar a la clase tome uno de los lugares, y escuche toda la catedra del profesor, curiosamente no era como mi Abuelo Herman, el profesor parecía mucho mas viejo y no se dormía, en cambio el abuelo nada mas contaba sobre cuando el era joven y terminaba roncando.

En esta clase me dedique a tomar notas y pensar como conseguiría algunos pergaminos faltantes, mi madre solo me había podido comprar dos, pero era obvio que necesitaría más, me sumergí en esos pensamientos y en la explicación de los fenómenos de las mareas y la luna.

-Profesor disculpe-, me atreví a interrumpir, ligeramente adormilado – es cierto que los muggles, pudieron llegar a la Luna o es falso? - era una pregunta que siempre me causaba  curiosidad mi padre defendía que eso era algo que el hombre había logrado, mi madre por su lado decía que los magos lo habían permitido y la discusión terminaba con ambos tomando té y galletas, así que este era un momento para despejar esas ideas.

Subir a la clase de Astronomía era como practicar deporte de riesgo, pero el ascenso hasta el lugar merecía la pena. Las vistas eran inmejorables, el lugar bien ventilado, tanto que en diciembre podría ser un verdadero congelador y colgar carámbanos de las ventanas. Y los telescopios apoyados sobre las barandillas apuntaban por doquier. El cielo nocturno estaba muy bien controlado.

Kayla entró en la clase y se sentó en uno de los cojines, al lado de una chica Ravenclaw, si no recordaba mal se llamaba Lenia, lo había escuchado en otra de las clases. Lo bueno es que ambas estaban muy cerca del profesor y no tenían porqué perderse palabra de lo que el hombre decía.

- Que emocionante, me gusta la astronomía... - comentó la Slytherin cuando la sesión de clase dio lugar. Palabras de las que se arrepintió posteriormente... Aquel hueso longevo que era el profesor Ölmez no paraba de hablar y hablar y hablar.... Kayla a la par no dejaba de escribir, y escribir y escribir... Otra asignatura como Historia de la magia donde la práctica era mínima y la teoría ardua... ¿por qué no le mandaban mejor leer el libro?...

- La luna..., las fechas..., las mareas.... la luz... criaturas subacuáticas agresivas.... - Vale, el profesor no tenía libro de la asignatura y esperaba que estuvieran atentos -... Me va a explotar la cabeza... - lo dijo casi en un susurro. ¿por qué Matusalem les castigaba de esa manera? Le gustaba la Astronomía, pero el mito había caído al nivel del fango, si seguía así sus neuronas morirían por desgaste emocional y lo peor..., habían compañeros de clase que preguntaban... ¿por qué preguntaban?....

Kayla suspira y sigue tomando apuntes, a ese ritmo sus padres deberían mandarle un cargamento de tinta o destripar ella misma al calamar gigante.

Los escalones que llevaban a lo más alto de la torre de Astronomía se le habían hecho muy pesados y cuando consiguió llegar a lo alto le dolían las piernas.

Jolines, ya podían poner una conexión flu desde las salas comunes hasta aquí. Dio un pequeño bote en el suelo, colocándose mejor sobre el hombro la correa de la mochila donde llevaba el telescopio; todo el aula era como una extraña tienda: había muchas cosas expuestas pero nada que sugiriese un uso didáctico (pues esos telescopios no eran precisamente para ellos) más allá de la pizarra. Nada de pupitres. Nada de asientos. 

-Profesor Ölmez-levantó la mano- ¿astrología y astronomía no son lo mismo?-intuía que le iba a pasar algo parecido a lo de la relación entre alquimia y pociones pero no iba a dejar pasar la oportunidad de aclarar eso (sobre todo porque ella era muy dada a mezclar conceptos en su cabeza).

Sacó pergamino donde pronto las anotaciones sobre la luna se vieron mezcladas con pequeños dibujos (algunos del planetario, otros eran garabatos que poco o nada tenían que ver con lo que ahí se hablaba). Hubo un momento en que se quedó pensando en las musarañas y cuando quiso volver a prestar atención descubrió que ya no hablaba de la luna sino del mar. Abrió mucho los ojos y miró a su alrededor con cierta alarma, ¿qué había pasado mientras estaba en su mundo como para que la clase de astronomía hablase de mareas? Carraspeó un poco y miró al profesor, fingiendo de forma bastante deficiente que no se había perdido y que entendía perfectamente cómo habían hilado temas.

-Profesor disculpe, ¿es cierto que los muggles, pudieron llegar a la Luna o es falso?

Aquella pregunta le cortó un bostezo a la mitad, sacudió la cabeza y frunció el ceño confundida.

-¿Los muggles han llegado a la luna?¿Cómo? Habrá sido algún confundus que se les fue de las manos o algo... la luna está tan lejos que ni te puedes aparecer ahí.-y si los magos no tenían hechizos para ese cometido ¿cómo iban a tener los muggles una oportunidad para llegar ahí?-¿y por qué iban a querer ir a la luna? 
 

-¿Enserio nunca escuchaste del Apolo 11? – mire a  la chica confundido – Y si lo pregunto es por lo mismo no se la respuesta, mi padre dijo que el cuando era jovén quería ser como Neil Armstrong y dice que fue el primer hombre en pisar la superficie lunar- comente lo que mi padre me había contado – Cierto yo no puedo ir, pero existen muchos aparatos y maquinas, los muggles son listos-  aclare  -¿Pues supongo que por descubrir más a ti no te inquieta saber que hay mas allá del planeta?.

Viendo la pequeña disputa que había empezado a surgir en su clase por si de verdad alguien había estado en la Luna, el anciano empezó a reir suavemente antes de responder con una sonrisa en su cara.

-Por favor, paz, estos endiablados temas siempre acaban por aparecer, pero tranquilos... A ver antes de nada señorita Flowater la respuesta a su pregunta es 'Si', la Luna afecta a alguna cosa más que no tenia pensado explicar pero parece que sus compañeros me van a obligar a hacerlo, tranquila nada peligroso pero si algo tedioso-.Dijo el profesor antes de asentir a Lenia y girarse hacia Daniel e Yvaine.-La respuesta para calmar sus efusivos sentimientos ahora mismo es también 'Si' los muggles llegaron a la Luna o más bien debería de decir que el mundo llego, ¿Acaso creen que los magos no nos metimos de por medio?... por todos los Longhorns rumanos. Se trataba de la oportunidad de visitar un satélite, por supuesto que la aprovechamos hace 30 años se celebro un concilio de magos para abordar el tema, yo mismo fui por mi reputación en la astronomía. Si quieren más detalles tendrán que preguntarle al prof. Flemel por ellos, seguramente el tendrá más datos de ello que yo aunque fuese joven-.Dijo el viejo docente tal vez reflexionando sobre aquella época o sobre su misma edad.

-Lo que si que puedo decirles es que al margen de que los muggles no pueden usar magia señorita McCalish, el motivo por el que no podemos teleportarnos a la Luna es debido a que el espacio esta lleno de Tormentas espaciales que en un momento dado pueden reubicar tu destino aumentando considerablemente la dificultad del viaje, también existe la presión gravitatoria que ejercen los astros entre ellos, en los mismos astros no se nota debido a que el propio astro protege a los que viven de el mediante un campo propio pero en el espacio eso no existe... para que se hagan una idea el espacio a la hora de viajar es como caminar con un laberinto donde las paredes cambian constantemente de lugar y siempre hay la posibilidad de que una pared surja en el mismo espacio donde estas tu, esas paredes son puntos de presión interplanetaria y si uno surge donde estas tu... bueno digamos que hay gente que en su cabezoneria lo intento, descansen en paz, grandes magos-. Comento el profesor antes de bajar la cabeza durante unos instantes, solo para volverla a levantar para proseguir con la siguiente pregunta.-La diferencia entre astronomía y astrología es sencilla, la astronomía es la división que estudia los astros, sus órbitas y los fenómenos que ocasionan, la astrología es aquella división que estudia el significado de los astros a nivel tanto elemental y vidente. Sencillamente hablando de astronomía mágica no puede existir sin la astrología, la astronomía estudia el astro y sus efectos, la astrología los elementos mágicos que lo componen y el futuro que nos revela; por ello quería yo que este año llevasen uno de mis libros en ellos explico los matices para que la gente venga preparada a clase y no desesperen en ella-. Termino de decir dedicándole una rápida a Kayla y volver a Yvaine.-¿Le ha quedado claro señorita McCalish?.

La clase de astronomía prometía ser de las más raras de todas. Había que subir a la torre y una vez en la clase, no había mesas ni sillas, sino cojines. Supuse que aquello estaba diseñado más bien para invitarnos a observar el firmamento, y no solo para asistir a una clase magistral.

En silencio, me acerqué con los demás y me senté en uno de los cojines.

-¡Bienvenidos a la clase de Astronomía de 1º Año del Colegio Hogwarts! Mi nombre es Lecog Ölmez y sere su profesor por este año-

El profesor Ölmez parecía estar a punto de caer derribado por una brisa ligera, pero al mismo tiempo, en sus ojos había fuego, la emoción de estar allí hablando con nosotros y quizás, enseñándonos cosas. Mi primera impresión fue buena.

Pero en cuanto empezó a hablar, me di cuenta de que de nuevo, iba a tener que copiar. Saqué el pergamino y mi libro, y empecé a tomar notas de todo cuánto decía... y dijo bastante. Algunas cosas ya las sabía yo de la escuela, pero claro, los aspectos mágicos no, así que levanté la mano para preguntar.

-Profesor, ¿a qué criaturas subacuáticas se refiere cuando habla de la disminución de la magia defensiva en la bajamar? ¿Y por qué eso les puede causar la muerte?

Otros compañeros preguntaron otras cosas también, así que por lo menos, la clase se volvió interesante al resolver un buen puñado de dudas.

Pero ya había dicho que mandaría un trabajo, así que...  a ver cuánto tiempo debía pasar en la biblioteca esta vez.

Sentirse observada por el profesor y no positivamente le hizo a Kayla sentir una oleada de bochorno. Así no debía comportarse una verdadera Slytherin, tenía que mejorar y la reprobación de una mirada era suficiente como para molestarse en atender más y protestar menos. Intentaría seguir el hilo de la clase y a unas malas, hacer una tienda de campaña en la biblioteca, donde pasaría sus años de juventud y posiblemente hasta su graduación de la escuela.

- Profesor... - levantó la mano educadamente para formular su pregunta y esperó a que le concedieran permiso -... ¿cuál es el libro que nos recomienda?..., me gustaría ponerme al día sobre los estudios de la luna... Cuando mis padres me compraron los libros del curso no había ninguno sobre Astronomía o Astrología..., si fuera tan amable de decirme el título...

El tono de voz de la muchacha casi era de imploración. Si llevaba bajas calificaciones a casa podría salir en las crónicas de sucesos del Profeta o peor aún, en las esquelas.

Tras subir a lo alto de la torre llegamos al observatorio en donde el profesor Olmes nos empezó a describir los efectos de la órbita lunar tanto sobre las mareas como sobre la magia.

En verdad, no presté mucha atención a la parte que hablaba sobre las mareas, sin embargo, cuando mencionó la magia defensiva, eso sí que llamó mi atención.  

No tenía idea del tremendo poder que ejercía la luna sobre la magia defensiva, eso en definitiva podría marcar una gran diferencia en un duelo mágico, por lo que pensé en conseguirme una carta lunar, para poder aplicar mejor este secreto recién adquirido.

Miró al niño de Gryffindor con la misma confusión que él tenía en el rostro pero por motivos muy distintos. ¿Apolo 11? ¿Neil Armstrong? No, eso debía de haber sido  mucho antes de que ella naciera y en casa de los McCalish el espacio no era precisamente ni materia de estudio ni tema de conversación, lo más lejos del suelo que salía a colación eran las nubes y más por preocupación o porque significara que no había forma de salir de casa ese día que por otra cosa.

¿Pues supongo que por descubrir más a ti no te inquieta saber que hay mas allá del planeta?.

-Eh... no, no mucho. Creo que no-reconoció a trompicones.

 La respuesta para calmar sus efusivos sentimientos ahora mismo es también 'Si' los muggles llegaron a la Luna o más bien debería de decir que el mundo llego, ¿Acaso creen que los magos no nos metimos de por medio?... por todos los Longhorns rumanos. Se trataba de la oportunidad de visitar un satélite, por supuesto que la aprovechamos hace 30 años se celebro un concilio de magos para abordar el tema, yo mismo fui por mi reputación en la astronomía. Si quieren más detalles tendrán que preguntarle al prof. Flemel por ellos, seguramente el tendrá más datos de ello que yo aunque fuese joven-.Dijo el viejo docente tal vez reflexionando sobre aquella época o sobre su misma edad.

-Lo que si que puedo decirles es que al margen de que los muggles no pueden usar magia señorita McCalish, el motivo por el que no podemos teleportarnos a la Luna es debido a que el espacio esta lleno de Tormentas espaciales que en un momento dado pueden reubicar tu destino aumentando considerablemente la dificultad del viaje, también existe la presión gravitatoria que ejercen los astros entre ellos, en los mismos astros no se nota debido a que el propio astro protege a los que viven de el mediante un campo propio pero en el espacio eso no existe... para que se hagan una idea el espacio a la hora de viajar es como caminar con un laberinto donde las paredes cambian constantemente de lugar y siempre hay la posibilidad de que una pared surja en el mismo espacio donde estas tu, esas paredes son puntos de presión interplanetaria y si uno surge donde estas tu... bueno digamos que hay gente que en su cabezoneria lo intento, descansen en paz, grandes magos

¡30 años! Eso era un mundo en la mente de alguien que apenas había sobrepasado la tercera parte de esa cifra. ¡Ni siquiera sabía si sus padres eran tan mayores! No solo eso, el anciano profesor (si 30 años eran mucho en su mente ese señor para Yvaine podía tener perfectamente doscientos años) se extendió en una explicación teórica de la aparición y por qué no podía usarse para llegar a la luna.

-Creo que sí, profesor.-asintió con la cabeza y volvió a levantar la cabeza, miró al muchacho de Gryffindor fugazmente y después de nuevo al profesor- ¿entonces los muggles también han visto el otro lado de la luna?¿Es igual que la que vemos nosotros? Si han llegado pueden haber dado la vuelta, ¿no? Porque, no sé, es redonda como la Tierra y...-había llegado al punto de no saber cómo traducir en palabras para los demás la idea que le había llegado a la mente así que dejó que la voz se muriese a mitad de frase y se rascó la punta de la nariz frotándola con la mano.
 

Victoria se encaminó hacia la última clase (por fin) Astronomía, acompañada de su inseparable curiosidad de novata. Al llegar suspiró aliviada tras subir todas esas escaleras hasta la parte más alta de la torre de astronomía cargada con su telescopio, ¡ya podían poner un ascensor! La niña rió al imaginar la cara de los magos y brujas si la oyeran proponer aquello. El aula era impresionante y Victoria se quedo asombrada. Se sentó en uno de los cojines junto a Lenia y una chica Slytherin que si no recordaba mal se llamaba Kayla y esperó que comenzara la clase.

Cuando hubieron llegado todos, el profesor cerró la puerta con un movimiento de su mano, era un señor muy anciano, de larga barba, impresionaba un poco. Sin embargo cuando comenzó a hablar, la niña pudo ver que el entusiasmo del hombre no se había perdido a pesar de sus años.

Él les hablo de la Luna y la niña es incapaz de tomar notas, impresionada por el planetario que el profesor señala, supone que todo estará en su libro y no quiere perderse nada.

Como este año no he podido venir antes desde Turquía no pude comunicarle al colegio un libro que comprar para mi asignatura, tampoco creo que ningún libro no muggle dispongan esta información tan básica y a su vez necesaria, así que les pido que presten especial atención durante este año para no perderse nada.

¡Oh cielos! ¡Acababa de recordar que no había libro!

El profesor sigue su explicación, haciendo esquemas en la pizarra y Victoria comenzó a aburrirse asi que sacó un pergamino y empezó a anotar lo que él les contaba, cuando terminó les preguntó si tenian dudas y algunos levantaron la mano, haciendo preguntas tales como que si los muggles habían ido realmente a la luna ¡pues claro! Finalmente el profesor aclaró que sí y que los magos también participaron, y siguió respondiendo preguntas. Al menos parecía que la cosa se ponía interesante.

La clase de astronomía estaba en un lugar muy bonito y acogedor en cierta forma, sin embargo, aunque el profesor parecía bastante agradable y que además se notaba que le gustaba mucho lo que contaba, eso era aburrido. Raven iba notando como los ojos se le iban cerrando según escuchaba al profesor hablar. Casi sin darse cuenta la clase llego al final y el profesor pregunto si tenían dudas, ella niega con la cabeza mientras suprime un pequeño bostezo.

Había sido un día largo, lleno de emociones, decepciones y una que otra sopresa, es por eso que cuando llegué a la clase de astronomía ya estaba algo cansado. El profesor Lecog parecía amable, no sabía si era su apariencia o su forma de hablar pero me daba la impresión de ser alguien bueno. Además, por lo que nos decía se notaba que era todo un experto en el tema. 

El problema es que ya no tenía la energía de las primeras clases y toda la información que nos estaba dando fue algo abrumadora, yo estaba tratando de entender las características de la luna cuando ya habíamos pasado a bajamares y subemares. Luego cuando me di cuenta que no se llamaba subemares sino pleamar y que cuando había pleamar en un lado del mundo en el otro había bajamar, ya había compañeros que preguntaba sobre cosas que volvían a confundirme. Que si las criaturas marinas, que si los muggles en la luna, mi cabeza me daba vueltas. 

Por si fuera poco llegué a la conclusión de que estaría en problemas. El profesor estaba tratando de explicarnos la diferencia entre astronomía y astrología, las cuales para mi sonaban prácticamente igual y diferenciarlas en un examen me parecía una tarea imposible, cuando dijo que todo nos quedaría más claro con su libro. El problema era que yo no tenía el libro que había mencionado y no sabía si fue descuido de mi madre o que pasó pero no lo tenía. 

Victoria estaba a mi lado, ella parecía estar tomando notas y eso me hizo pensar que tal vez ella si estaba entendiendo mejor todo. Así que le hablé en voz baja para tratar de que el profesor no se diera cuenta. 

-¿Has logrando entender todo? Le pregunté intrigado. -Yo estoy así: poom Hice como si mi cabeza explotara con mis manos y lo acompañé con una mueca graciosa. Estaba algo aburrido y conversar con ella estaba siendo la parte más interesante de la clase. 

Llegué a la clase muy desanimado, el día no estaba yendo como esperaba, aún así quería intentar ver el lado bueno, de los errores se aprende, eso está claro, pero era difícil. El profesor nos esperaba dentro, tenía un rostro afable, y empezó a hablarnos de los efectos de la luna sobre la tierra, el tema era muy curioso, pues esta hacía cosas que parecían mágicas, subía y bajaba la marea, ampliaba el poder de la magia elemental del agua, parecía muy interesante.

Por el contrario las Pleamares de las Mareas Vivas refuerzan la magia protectora llegando según la intensidad de la magia a hacerlas casi impenetrable excepto para ciertos hechizos prohibidos.

- ¿A qué tipo de hechizos prohibidos se refiere, porfesor Ölmez? ¿Tienen que ver con las maldiciones imperdonables?

La vista desde la torre era impactante, parecía que la clase iba prometer, ¿Descubrirían algún planeta nuevo?, ¿verían alguna estrella fugaz?, estaba emocionado, no podía esperar más...

...20 minutos más tarde, - ¡Oh Dios mío!, maldigo a todos los astros, tendría que haberme comprado una de esas Fantasias Patentadas- tras finalizar la larga, aburrida, tediosa, infumable, explicación solo una duda surgió en su mente.

Alzó la mano y preguntó - Profesor tengo una duda, ¿Alguna vez se ha tirado alguien de la torre de Astronomía tras escuchar alguna de sus clases? Porque yo me lo he planteado a mitad de ésta-, dije sin remordimientos, -Si tengo que aguantar otra clase así juro que me tiro- pensé.

Más preguntas... una peor que la otra... ¿que se fumaban estos niños para estar tan flipados por la Astronomía?..., no podía ser sano... parecían miembros de alguna secta. Y ahí estaba ella, intentando agradar.... Cuando de repente alguien abrió la boca y consiguió hacerle sonreír.

- ¿Lowell?... - Susurró atónita la pelirroja. Debía tener conexión mental con Kayla porque hubo un par de momentos que ganas le entraron, pero desde luego ella no tenía el valor de decir lo que pensaba. Alex Lowell a partir de ese momento, era su ídolo. Se había ganado una cerveza de mantequilla, dos si tenía en cuenta que le había salvado de la calificación de troll en herbología