Partida Rol por web

Las cuatro muchachas decidieron iniciar su expedición, y tras cerrar la puerta de la sala de su Club Secreto, avanzaron con sumo cuidado por los pasillos del tercer piso hasta llegar a la estatua de la bruja tuerta, Gunhilda de Gorsemoor, que tantas y tantas veces habían visto cuando se dirigían a las clases de Encantamientos. ¿Que habían pretendido decir Altair y Victoria con que les llevarían a explorar los secretos del castillo?

El lugar estaba escasamente iluminado, solo por algunas tristes antorchas cada cierta distancia, pero lo suficiente como para poder ver bien los alrededores. El lugar estaba despejado, y los únicos dos cuadros enormes del lugar no contenían ningún rostro, solo eran paisajes,...uno de un barco en mar abierto y otro de una isla desierta. ¿Quizá habría alguna inscripción en la estatua? ¿Alguna pared hueca? ¿Cómo estaban tan convencidas Altair y Victoria que allí había algo?

Cruzamos medio castillo en fila, unas detrás de otras, aunque yo iba la primera como si supiera a dónde iba. Lo sabía, sí, pero en realidad, estaba tan sorprendida y nerviosa como las demás porque para mí era igual de nuevo que para ellas.

Cuando llegamos, exploré el pasillo en busca de la estatua de la bruja y cuando llegué hasta ella, saqué mi varita, volvía a asegurarme de que no había nadie, mirando en todas direcciones y la agité, diciendo en voz baja el hechizo.

¡Dissendium!

Raven estaba confundida y no tenía claro que hacía allí. Últimamente había estado preocupada por todo lo ocurrido, y ya le había expresado a sus padres por carta que Hogwarts no era como esperaba y que estaba asustada desde lo vivido la noche de los dragones. Había tratado de integrarse, acudir a las clases, pero se sentía fuera de lugar constantemente, y aunque consideraba que las amigas con las que estaba eran buena gente, no terminaba de sentir que encajase en ningún lugar. Altair y Victoria eran inseparables y compartían mucho en común, desde vivencias hasta secretos, Anastasia parecía encajar bien con Thad, y Kayla ya tenía a Ártemis en su vida. 

Pese a todo, trató de implicarse e intentar dilucidar que habían allí.

- ¿Qué se supone que tenemos que buscar? No veo nada que no haya visto ya aquí,... Y esta estatua siempre me ha transmitido mal rollo...

No trataba de ser pesimista, solo que no entendía que hacían allí. Si las viese Filch, no tenía claro que el celador no las tildes, y no era lo que deseaba.

Kayla había seguido a Altair manteniendo un inusual silencio en ella, y no era para menos, estaban haciendo una supuesta travesura, y charlar podría provocar ser un foco de atención, pero la sonrisa de su rostro relataba que aquella aventura le encantaba.

La pelirroja cuando llegó al tercer piso no tenía muy claro que allí fuera a haber algo interesante. De hecho hasta dudaba de ello pues cientos de veces había pasado por aquel lugar sin ver nada en especial... ¿O quizás si?.... Le encantaba la imagen del cuadro del mar abierto. No era que la pintura fuera particularmente mágica o le mostrara caminos secretos, pero el cuadro en sí le fascinaba, con aquellas olas agitándose de un lado para otro...

- Es casi hipnótico... - comentó haciendo referencia al cuadro -... por cierto chicas... ¿qué buscamos?.... ¿un pasadizo? ¿una salida?..., no será una broma y os estáis burlando de mi... ¿verdad?.... - Kayla se encoge de hombros sonriente, y es que en el fondo se sentía a gusto con aquellas niñas, puede que no encontrasen nada en particular, pero ya la compañía y el objetivo en sí le resultaba interesante.

Victoria llegó hasta el lugar siguiendo a sus amigas, Altair iba en cabeza, aunque nerviosa, intentaba mostrar seguridad y rápidamente localizó la estatua de la bruja y se acercó a ella para susurrar algo. Victoria mientras observaba el pasillo, mirando los cuadros y nerviosa vigilando que nadie viniese, escuchó las palabras de Kayla y Raven se encogió de hombros.

- Altair nos lo mostrará

Aunque estuvisteis mirando los alrededores por si había algo relevante, nada os llamó en demasía la atención. La estatua estaba vieja y oxidada, con apariencia siniestra, oscura y con una enorme joroba y el ojo izquierdo tuerto, y en la base resaltaba una pequeña placa metálica en la base, con el nombre de la bruja "Gunhilda de Gorsemoor" y las fechas en las que vivió "1556-1639", acompañado de una breve reseña "Gran bruja sanadora que desarrolló la cura para la viruela de Dragón".

No fue hasta que Altair susurró la palabra Dissendium, que no se escuchó un pequeño crujido en la parte atrás de la estatua que no sabíais de que podía tratarse, y cuando mirasteis con atención el origen de aquello y golpeasteis la enorme joroba, un pequeño pasadizo hizo acto de aparición, permitiendo observar un pequeño rellano y una especie de escalera de caracol de piedra que descendía hacia lo profundo. ¿Os aventuraríais a descender? Parecía que no había más opción, dado que empezasteis a escuchar unos pasos acercándose desde la sala de trofeos.

Justo cuando las cinco accedísteis al pequeño rellano y cerrasteis la pequeña abertura por donde os habíais colado, el rellano donde reposabais empezó a inclinarse, y lo que hasta entonces era una escalera con escalones, se tornó una superfície lisa y deslizante, a modo de tobogán, que provocó que os deslizaceis en caída hasta llegar al suelo. ¿Cómo ibais a regresar? Escalar una superficie lisa y con tanta pendiente resultaba francamente imposible, y ante vosotras solo se vislumbraba un largo pasadizo subterráneo de enorme oscuridad, frío y humedad. ¿Dónde os encontrábais?

En cuanto la estatua dejó al descubierto el pasadizo, no pude evitar sonreír, claro que no tuve mucho tiempo para quedarme allí satisfecha por haberlo encontrado, porque alguien parecía acercarse.

-¡Vamos, corred! -exclamé en voz alta, entrando en el pasadizo.

Una vez dentro, y al cerrarse la estatua, todo quedó en completa oscuridad.

-Vaya. Esperad un momento -susurré. Levanté mi varita y...

-¡LUMUS!

Del extremo de la varita salió una luz que iluminó todo el lugar. Era un sitio frío y húmedo, pero la emoción de estar haciendo algo mal superaba con creces a todo lo demás.

De repente, perdí el suelo bajo mis pies. Los escalones se transformaron en una rampa y todas caímos a un pasadizo que nos había dejado bastante lejos de la salida. De todas maneras, cuando examiné los alrededores, no me costó encontrar otra forma de volver al castillo, así que me encogí de hombros y me volví hacia las demás.

-Bueno, queríamos una aventura y ya la tenemos. ¿Seguimos?

Victoria se había mostrado muy segura de que Altair sabía lo que hacía, algo que se demostró casi al instante cuando unas palabras eran nombradas, Dissendium, abriéndose un pasadizo secreto ante sus ojos, lugar al que debieron acceder con prontitud, ya que unos pasos rompían la tranquilidad del lugar.

Kayla obedeció de inmediato introduciéndose por la abertura tras Altair, y al llegar al suelo sacó la varita de su túnica e hizo los movimientos para crear Lumos, un hechizo que creía haber aprendido bien, algo que comprobó no era así, pues falló en la ejecución, encogiéndose de hombros la pelirroja

- Bueno con tu varita tenemos bastante... - dijo sonriendo levemente ante su inutilidad -... no es mi día con la magia...

Dicho esto comenzó a observar alrededor si existía alguna zona de ascenso. La bajada por el tobogán le había encantado pero se planteaba algo...¿cómo subirían posteriormente?....

- Por toda la magia, hace fresquito aquí abajo... - comenta Kayla con una sonrisa demostrando que era más una observación que una queja -... Altair...¿cuántas veces has bajado hasta aquí?.... ¿cómo sabías de este lugar? ¿a donde conduce el pasadizo?.... - preguntó consecutivamente la niña observando a su compañera de casa -.... esto es alucinante.... Y por supuesto que seguimos..., vamos..., es que si nos damos la vuelta ahora es para matarnos..., muero de la intriga....

Kayla mira a Victoria y le sonríe.

- ¿Tú que dices? ¿avanzamos?.... He visto una forma de regresar al castillo de nuevo..., quizás hayan más maneras conforme avancemos por aquí..., que emoción... - le faltaba dar saltitos de satisfacción.

Victoria entró en el pasadizo con todas y cuando cayeron por la rampa gritó de sorpresa ¡que emocionante!

- ¡Auch! - dijo al caer de culo cuando el tobogán llegó a su fin, miró a su alrededor y todo estaba oscuro y frío, su compañeras ya estaban encendiendo sus varitas y ella las imitó - Lumus - alzó la varita y miró alrededor para observar el oscuro y húmedo pasillo que se abría ante ellas, - pues claro que seguimos - contestó decidida a Altair, y se dispuso a comenzar a caminar por el túnel.

Mientras caminaba con la varita levantaba, me mostraba más segura de lo que me sentía. Estaba yendo por un túnel desconocido y oscuro hacia un lugar que no había visitado nunca, dejando atrás la seguridad y el calor de Hogwarts. ¿Qué había pasado con mi parte prudente?

Altair...¿cuántas veces has bajado hasta aquí?  ¿cómo sabías de este lugar? ¿a donde conduce el pasadizo?

Eh... ninguna. Esta es la primera vez, así que no sé a dónde conduce. En cuanto a cómo lo conocemos, nos lo dijeron unos conocidos -le expliqué, mirando de reojo a Victoria.

Había seguido a las chicas en silencio, hasta el pasadizo estando atenta únicamente por si venía alguien y nos encontraba. Aunque al principio no me había parecido una buena idea, creo que hubiera sido mejor seguir con ellas que irme. No es que me emocionaran mucho las golosinas pero al menos ir a Hogsmade si. 

En cuanto accedí al pasadizo, lancé el hechizo.- Lumos.- y aunque había conseguido iluminar un poco la zona, la verdad es que el frío que hacía allí abajo era increíble, cuando suspiré mi aliento se convirtió el vaho condensado y la mano que tenía libre me restregaba contra el otro brazo para intentar adquirir un poco de calor pero notaba como prácticamente estaba congelándome.- ¿Sabéis si tardaremos mucho...? - dije mientras castañeaba los dientes del frío.

Raven también estaba calada hasta los huesos y no dejaba de tiritar, seguro que de haber sabido que irían por un lugar tan frío se hubiese llevado una ropa más abrigada. Siendo que estaban aún en otoño, se sorprendió que el lugar estuviese tan helado. ¿Cómo sería aquello en invierno? No podía si quiera imaginarlo.

Cuando se incorporó del suelo tras la caída, hizo lo propio como sus amigas, tratar de iluminar la zona y ver posibles opciones para regresar. Al parecer, la ruta pornos que habían bajado estaba demasiado empinada, lisa y deslizante para subir por ella, casi parecía hielo la superficie de aquel tobogán.

- ¡Lumos! - susurró a la vez que agitaba su varita e iluminaba la punta. Al cabo de muy poco observó un extraño mecanismo en la pared,... Por un lado había cuatro palancas de madera con unos símbolos grabados en cada una de ellas, una especie de cadenas y engranajes que entraban dentro de la pared, unos agujeros de pequeño tamaño por los cuales al observar se veían al otro lado de la pared una especie de dispensadores con bolas de colores en su interior, y unos pequeños frascos sobre unas balanzas. ¿Que demonios era aquello? ¿Hacia falta una cantidad exacta de bolas en cada frasco?

- Tengo la impresión de que esto que vemos puede ser alguna especie de problema o enigma a resolver. Probablemente sea necesario resolverlo para regresar por este mismo camino a Hogwarts. Sea como sea, movámonos, estoy calada hasta los huesos...

Si queréis regresar por el mismo lugar por donde habéis venido, deberéis encontrar la lógica al enigma.

Al mirar por los agujeros veis cuatro dispensadores de bolas de distintos colores,...  el primero bolas de color Azul, en el segundo de color Rojo, en el tercero de Verde y en el cuarto de Amarillo.

Las palancas tiene grabadas estas inscripciones.

Palanca 1 (UM)

Palanca 2 (C)

Palanca 3 (D)

Palanca 4 (U)

Los frascos contienen actualmente 

Frasco 1 (Una bola azul)

Frasco 2 (Cinco bolas rojas)

Frasco 3 (Cinco bolas verdes)

Frasco 4 (Seis bolas amarillas)

Cuando movéis una palanca hacia arriba se retira una bola del frasco, y cuando la movéis hacia abajo, se añade una bola.

Nota: la capacidad máxima de cada uno de los frascos es 9.

Bueno, ¿preferís resolver el enigma antes de irnos por el pasadizo o lo hacemos luego, cuando volvamos? -pregunté a las demás -. Yo prefiero que nos vayamos ahora. Tengo más curiosidad por lo que hay delante que por lo que dejamos atrás. ¿Qué opináis?

La verdad es que marcharnos no significaba dejar de pensar en aquel enigma, sino que lo posponíamos para más adelante. Además, como había dicho Raven, nos íbamos a morir de frío si continuábamos allí.

La decisión parecía unánime y las cuatro aventureras se dispusieron a avanzar a través de aquel lúgubre y helado pasadizo. ¿A dónde conduciría? ¿Estarían yendo a un lugar seguro? La caminata se hizo más larga de lo esperado, y aunque en algún momento casi pensasteis que era mejor opción regresar por donde habíais venido, entre vosotras os ayudasteis y animasteis a avanzar. La que peor parecía pasarlo era Anastasia, la cual tenía los labios morados de tanto frío y las manos congeladas, pero toda preocupación desapareció al llegar a una especie escalera de madera que ascendía hasta una pequeña trampilla en el techo. Al levantarla, llegasteis a una especie de almacén lleno de chuches, artículos de repostería, y todo tipo de dulces exquisitos... el lugar era cálido y agradable, pero lo mejor de todo era el suave y delicioso aroma que impregnaba vuestras fosas nasales. ¿Donde habíais llegado?

La respuesta llegó en cuanto abristeis un poco la puerta de aquel almacén y visteis el otro lado. Efectivamente, estabais en la conocida tienda HoneyDukes, en Hogsmade. Nada os impedía cruzar la puerta y camuflaros entre la gente como si fueseis unos clientes más, o incluso coger "sin querer" todo tipo de dulces y retiraros por donde habíais venido. Otra opción era salir de la tienda y recorrer Hogsmade por vuestra cuenta aunque estuviese prohibido a alumnos de primero. Aunque, si ningún docente de Hogwarts o alumno de cursos superiores que estuviese allí os reconocía. ¿Por qué no ibáis a poder investigar el lugar? Todo dependía de vosotras, solo que eran las cuatro de la tarde y a las seis anochecía, si queríais llegar a tiempo a Hogwarts, disponíais de una hora para estar por Hogsmade y otra para regresar a tiempo.

Kayla se quedó observando las palancas de colores y las bolas que contenían, pensando que aquel jeroglífico era muy complicado para ella, pero no por eso evitaría poner todo su intelecto en intentar averiguar la clave. Cada dispensador tenían palabras asociadas y el número de bolas era variable, así que deberían averiguar las combinaciones posibles quizás para formar una orden. Una suerte el ir con una Ravenclaw, seguro que Victoria podría llegar a la solución en un tiempo record.

- Yo prefiero avanzar, sin duda... - indicó Kayla, algo alérgica a pensar, poniéndose de parte de Altair casi al instante, sintiendo el nerviosismo de no saber hacia donde se dirigían, pues su compañera de casa era la primera vez que se aventuraba a recorrer aquel oscuro y frío pasillo. Anastasia y Raven estaban heladas, y a pesar de que la pelirroja también sentía el malestar del frío, intentó no evidenciar la incomodidad, caminando cuando sus compañeras lo hicieran.

Kayla estaba preocupada por Anastasia, si hubiera tenido un abrigo extra sin duda se lo habría prestado, pero tan solo portaba su túnica oficial del colegio, ¿quién le iba a decir que iba a meterse en algún lugar donde la piel se conservara tan bien?.... Probablemente si su abuela descubría aquel sitio lo usaría como tratamiento reafirmante, seguro que funcionaría mejor que las pociones que se ponía de noche.

El eterno pasillo desembocaba en una escalera de madera, la cual no dudaron en ascender las pequeñas, elevando una trampilla que quedaba sobre ellas y.... ¡oh sorpresa!.... ¡habían llegado al almacén del paraíso terrenal!... Todo estaba lleno de dulces, caramelos y exceso de glucosa. Los ojos de Kayla brillaban emocionados ante tantas exquisiteces, intuyendo dónde se encontraba.

- ¿Honeydukes?.... - comentó casi en un susurro temiendo que fueran descubiertas cogiendo un dulce del almacén, un sitio no vigilado -... chicas... ¿qué os apetece hacer?...., si queremos ser discretas es cuestión de coger chuches de aquí y llevárnoslas.... Si os gusta la aventura podríamos salir a la tienda, pero nos pueden descubrir.... Y si os va la marcha de verdad..., podemos ir a las tres escobas a tomar una cerveza de mantequilla.... Yo prefiero lo tercero, ya que estamos lo ideal sería pasear..., pero un consejo..., hay que quitarse las túnicas del colegio, o si no..., sabrían que nos hemos escapado..., llamaríamos mucho la atención.... ¿no creéis?....

El pasillo parecía que no terminaría nunca y mi eterna inseguridad me hizo empezar a pensar que había sido un error ir hasta allí. Sin duda, me gustaba la aventura, pero me sentía como si yo fuese la cabeza visible de aquella y a mí no me gustaba liderar nada. A pesar de todo, estaba emocionada y me sentía más segura con Victoria a mí lado.

Sabía que me apoyaba, igual que yo a ella.

-Anda, una escalera -dije al verla. Subí como si supiera a dónde me conducía y levanté la trampilla, para descubrir que habíamos llegado a...

¡¡¡HoneyDukes!!!!

-¡¡¡Estamos en Hogsmade!!! -exclamé, tapándome rápidamente la boca para que nadie nos oyera.

No dudé en salir y mezclarme entre la gente junto con las demás.

Yo prefiero lo tercero, ya que estamos lo ideal sería pasear..., pero un consejo..., hay que quitarse las túnicas del colegio, o si no..., sabrían que nos hemos escapado..., llamaríamos mucho la atención.... ¿no creéis?....

Por mí de acuerdo, pero mejor salimos por turnos, porque así si nos descubren a una de nosotras, las otras podrán seguir sin ser atrapadas. ¿Os parece bien? 

El jeroglífico era complicado, 4 colores, ¿tendrían que ver con las casas de hogwarts? pero, ¿que significaban esas letras? ¿como saber la cantidad de bolas que... ? la voz de Altair sugiriendo que siguieran adelante y ya después resolvieran el acertijo sacó a la ravenclaw de sus pensamientos y siguió a sus compañeras sin vacilar. El pasillo parecía ser interminable y sus compañeras Raven y Anastasia estaban pasándolo mal. Finalmente llegaron a una escalera que todas subieron y tras atravesar una trampilla llegaron a una especie de almacén, lleno de.... ¡CHUCHES! Victoria no tenía ni idea de donde estaban, pero debía ser cerca del paraíso. Sin embargo, Kayla resolvió sus dudas, Honeydukes al parecer, la famosa tienda de Hogsmeade. Genial.

La niña miró a su alrededor y la boca se le hizo agua, tenía la tentación de coger todas las golosinas posibles, pero era demasiado prudente para ello ¿o se atrevería? pensó en que era el negocio de alguien y no le gustó la idea de "robar" aunque quizás un pastel de calabaza más que menos... no se notaría tanto...

Las chicas sugirieron salir a las Tres Escobas, parecían decididas a ello, Victoria se encogió de hombros, realmente le daba miedo que las descubrieran y ese lugar seguro estaba lleno de gente y habría alumnos, puede que algún profesor... Pero ella no pensaba echarse atrás, si decían de ir, ella iría. Altair propuso ir de una en una y Vic se mordió el labio inferior, separarse era lo que menos quería, pero era cierto que así tendrían menos posibilidades de ser descubiertas.

- Bu...bueno vale pero luego, en las Tres Escobas volvemos a juntarnos ¿ok? No conozco nada de este sitio... - si, no conocía nada de Hogsmeade, pero estaba deseando descubrirlo todo.

Raven no estaba del todo convencida en cuanto a salir de la tienda y exponerse. ¿Y si algun alumno las reconocía y se daba cuenta de que eran alumnas de primer año? ¿Habría quizá algún docente, siendo el inicio del fin de semana? Las dudas la asaltaban, pero la mayoría de ellas estaban disfrutando de la experiencia y quería ir hasta las tres escobas a tomar cerveza de mantequilla. En verdad aún tenían tiempo hasta la puesta del sol, ¿Y si se arriesgaba por una vez y dejaba de lado esa timidez tan característica en ella? 

- Es-está bien... Va-yamos a las tres escobas y probemos esa dichosa cerveza de mantequilla... Se aventuró a decir la pequeña Slytherin aún con visibles dudas. Pero no quiero quedarme sola, por favor. ¿Vamos en pequeños grupos de dos en dos? Fue entonces que se dio cuenta de que eran cinco, lo que implicaría que una de ellas fuese a solas, por lo que rápidamente se rectificó. ¿Si vamos tres juntas no sería muy evidente, no?

Yo no tenía demasiada confianza en que pudiera salir sin ser vista, pero dado que Raven no se atrevía, me decidí a irme con ella.

-No te preocupes, Raven. Iremos juntas. 

Estábamos bastante ocultas entre la gente y no me fiaba mucho, pero inspiré varias veces profundamente, miré en todas direcciones y cuando me pareció que podíamos salir, tiré de ella.

-¡Ahora!