¡Bienvenido al centro pokémon! Dijo la enfermera Joy en cuanto entraron por la puerta. Soy la enfermera Joy de Shakonya y estoy aquí para echaros una mano con vuestros pokémon. ¿Qué necesitais?
El centro pokémon de Shakonya nada tenía que ver con la ciudad, era sumamente pequeño con tan solo un mostrados con dos bandejas para dejar seis pokémon en cada una. Junto a Joy había una Blissey y también estaba otra mujer que parecía ser algún tipo de ayudante o enfermera.
En la sala solo había un banco con cuatro asientos y no había absolutamente nada más. En otras regiones parecía que había tienda, o había zona de descanso para los entrenadores. Allí no.
En cuanto había cuatro personas más, el local estaba en su aforo máximo y el quinto ya estaba francamente incómodo. Lo mejor sin duda, sería esperar fuera.
Vanessa se acerco directamente a la enfermera, Disculpe mi falta de tacto pero mi pequeña Solaris necesita de su atención, ofreciendo la Pokéball a la enfermera para que atendiese al Pokémon en su interior, una vez noto que había mas gente a su alrededor, puso una sonrisa tímida, emm... mucho gusto, soy Vanessa, espero no haber ofendido o saltado a nadie.
Ren se detiene en seco al escuchar que alguién le gritaba, era Selena la ayudante de la enfermera Joy. Sacó la pokeball de nidoran y al abrirarla ¡ESTABA VACIA! se quedó de piedra. Con paso lento y la cabeza baja se dirige a recoger a Nidoran.
Al llegar a la ayudante Selena levanta un poco a la cabeza y con voz baja y suave -" Gracias señorita Silver, vi la pokeball y creí que ya estaba dentro. Muchas gracias por cuidar a nidoran"
Justo antes de marchar irrumpe una chica de pelo rosa muy preocupada por su pokemon. Al escucharla recordó las palabras que aliviaron un poco su preocupación cuando dejo a su pokemon. "Tranquila no ofendes a nadie, todos aquí nos preocupamos por nuestros pokemon, está en muy buenas manos y pronto se repondra." Tras esto vuelve a agachar su cabeza por su despiste con Nidoran y retoma su camino sin decir ni palabra.
Me dirijo a la zona 6, zona safari
La media hora se me hacia eterna XD
-Vaya, seguro que allí encuentras un pontón de pokémons.- Le dijo a Ren al escuchar a donde se dirigía.- Puede que nos encontremos por allí, mucha suerte.- Dijo con una pequeña risa.
Estaba encantado de la gente que había conocido hasta la fecha. Ren parecía un buen tipo, y también la gente del centro y laboratorio pokémon.
Media hora, nunca había caído en cuanto se tardaba en recuperarse un pokémon... Kalel se sentó en una de las sillas que ofrecía la enfermera.
-Pues no se, supongo que deberíamos intentar buscar más pokémons.- Dijo Kalel pensativo, ir de compras habría estado bien, pero tenían muy poco dinero para ello.- De momento esperar.- Dijo finalmente con una sonrisa, entonces vio a esa otra enfermera e inclinó un poco la cabeza curioso.- Vaya, nunca había visto una enfermera que no fuese una Joy.- Dijo mientras se rascaba la nuca.
Entonces otra chica hizo acto de presencia de una forma un tanto abrupta, aunque tampoco era raro, al fin y al cabo, estaba preocupada por su pokémon.
-Yo soy Kalel. Tranquila, ya están atendiendo a mi pkémon, solo estamos esperando.- Se presentó el chico saludando desde la distancia.- ¿Acabas de combatir?- Le preguntó con curiosidad, era increíble a cuanta gente podías encontrarte en el centro pokémon.
Tu pokémon ya está cien por cien recuperados. Les comunicó alegremente a Kalel y Lay. Está como nuevo. Así que no temas en hacerles luchar de nuevo, pues con cada combate se fortalecen más, mejoran y crecen. ¡Así que no dudéis en seguir entrenándoles! ¡Muchas gracias! Dijo con una sonrisa.
La enfermera tomó sus pokémons y les respondió: Pues calculo que a las 13.30 lo tendrás listo. Tardamos siempre una media hora en curar a todos los pokémon. Le comunicó a Vaneesa
La enfermera le entregó las pokéball a Blissey y se los llevó al interior del centro pokémon. Puedes esperar en esas sillas de ahí.
Vanessa sonrió tímidamente a las palabras de confort que le dio Ren, antes de que pudiera responder algo una joven enfermera llego interrumpiendo luego la enfermera Joy hizo un anuncio y llevaron a los Pokémon a curar, en ese momento el chico con el que hablaba la peli-rosa desapareció antes que ella se diese cuenta y un chico mas se acerco a hablarle.
Mucho gusto me llamo Vanessa, y si vengo de luchar contra una de las chicas Kimono, son duras de vencer, oh, veo que ya esta tu compañero recuperado ¿vienes con aquella chica? dijo haciendo referencia a la pequeña rubia que también estaba esperando.
-Gracias.- Dijo Kalel verdaderamente agradecido por las palabras de animo de la enfermera que no era una Joy.
La miró por unos segundos aun por ver a una chica como esa allí, pero finalmente solo sonrió y se centró en la otra chica que estaba allí cuando le dijo algo.
-Si, ella es Lay. Acabamos de llegar, y saliamos del laboratorio cuando uno de los chicos quiso poner a prueba a nuestros nuevos pokémon, y como Shinx estaba regular vinimos aquí antes de ir a ningún otro sitio.- Dijo con una mirada curiosa, no sabía quienes eran esas chicas kimono, pero tendría en cuanta las palabras de la Vanessa.- ¿Llevas mucho tiempo aquí? La verdad es que no tengo ni idea de quienes son las chicas kimono.- Dijo rascándose la nuca algo sonrojado.
La chica sonríe y suelta una risilla, la verdad también soy nueva, es mi primer día en la ciudad, solo decidí pasar al teatro por que me interesa la actuación y ahí fue donde conocí a las chicas Kimono, acepta retos en la mañana y en la noche dan una función, para mi fue una sorpresa pero decidí tomar el reto al toparme con el, espero que su viaje Pokémon sea agradable y que podamos encontrarnos nuevamente.
Sin apenas darse cuenta, Lay se había quedado absorta echando un vistazo a su cuaderno de notas sobre cómo atrapar pokémon. Tanto que no se dio apenas cuenta de que había llegado una chica, y que Ren se había ido. - Uy, disculpa. Soy Lay, encantada. - saludó a la chica de pelo rosa, un tanto avergonzada por darse cuenta tarde. Fue un par de segundos más tarde cuando se dio cuenta de eso mismo. - ¡Vaya, que pelo tan bonito! - exclamó, con un claro brillo en sus ojos, y sin rastro ya de su vergüenza anterior. - Te debe costar mucho mantenerlo así de bonito. - añadió, mirando luego a Kalel. - Estoy lista para tener a mi segundo pokémon. -le respondió de forma tardía, haciendo una uve con los dedos. Lo cierto era que la chica esperaba poder combatir antes junto a Ignis, pero tampoco le desagradaba la idea de ampliar su grupo de nuevos amigos pokémon.
Tu pokémon ya está cien por cien recuperados. Les comunicó alegremente a Vanessa. Está como nuevo. Así que no temas en hacerles luchar de nuevo, pues con cada combate se fortalecen más, mejoran y crecen. ¡Así que no dudéis en seguir entrenándoles! ¡Muchas gracias! Dijo con una sonrisa.
La chica del cabello rosa le sonrió a la pequeña, mucho gusto Lay, me llamo Vanessa, luego la rubia hizo un comentario sobre su cabello, oh, ¿mi pelo? gracias por tus alagos, el secreto es el shampoo que uso, tiene base de miel de Combee y un derivado de veneno de Dragalge, ¿tu segundo Pokémon? suerte con ello, escuche que se pueden encontrar Pokémon tipo fuego en la Fabrica abandonada, también oí que hay Pokémon en el Dojo "Hitmon", pueden ser buenos lugares para empezar su búsqueda, eso si no tienen algún plan ya definido para empezar su búsqueda, entonces llego la enfermera Selena a entregar su Pokémon a Vanessa, ¡muchísimas gracias! espero que la próxima vez que regrese mi pequeña amiga este en mejores condiciones, sonrió dulcemente a la enfermera para luego dirigirse a los chicos, a sido un placer espero que logren atrapar muchos Pokémon, yo tengo que ir a buscar a mi hermana Selene, se despidió de los chicos con un beso en la mejilla a cada uno, espero encontrarnos en otra ocasión.
Camino al Hotel (2)
¡Bienvenido al centro pokémon! Dijo la enfermera Joy en cuanto entraron por la puerta. Soy la enfermera Joy de Shakonya y estoy aquí para echaros una mano con vuestros pokémon. ¿Qué necesitais?
El centro pokémon de Shakonya nada tenía que ver con la ciudad, era sumamente pequeño con tan solo un mostrados con dos bandejas para dejar seis pokémon en cada una. Junto a Joy había una Blissey y también estaba otra mujer que parecía ser algún tipo de ayudante o enfermera.
En la sala solo había un banco con cuatro asientos y no había absolutamente nada más. En otras regiones parecía que había tienda, o había zona de descanso para los entrenadores. Allí no.
En cuanto había cuatro personas más, el local estaba en su aforo máximo y el quinto ya estaba francamente incómodo. Lo mejor sin duda, sería esperar fuera.
No tenía muy claro a donde ir aun, pero suponía que la mejor opción era la de capturar nuevos pokémons, al menos así se ahorraría alguna que otra visita al centro pokémon.
Agarró bien su macuto y se aseguró de que Shinx estaba en la pokeball, y se puso en marcha, sin duda había conocido a gente curiosa en lo poco que llevaba en aquel lugar.
-Pues vamos para la zona Zafari.- Le dijo a Lay mientras se ponía en marcha con una enorme sonrisa.- Muchas gracias a las dos. ¡Hasta luego!- Les dijo a las enfermera a modo de despedida.
Aunque a decir verdad algo le decía que se iba a pasar allí muchisimo tiempo.
Hacia la zona Zafari
Lay asintió al escuchar el secreto del champú de la pelirrosa. Lo cierto era que su hermana usaba uno parecido para mantener el rosa, aunque creía recordar que no era del todo así. No siguió la conversación porque en seguida llegaron con el pokémon de la chica, y ellos también debían continuar la aventura.
- ¡Bien! - exclamó la chica al escuchar a su amigo. - ¡A la Zona Safari! ¿Has oído Ignis? - le preguntó a su compañero pokémon. - Vamos a tener un amigo más. Aunque luego me gustaría realizar entrenamiento, Kal. O... - terminó la frase mirando de nuevo a su amigo, aunque se quedó pensativa a medio camino. - Bueno, también me gustaría combatir contra alguien. - terminó, mientras seguía a Kalel rumbo a la zona safari. - ¿Me ayudarás a buscar algún entrenador para enfrentarme? - le preguntó mientras salían del centro.
Hacia Zona Safari.
¡Bienvenido al centro pokémon! Dijo la enfermera Joy en cuanto entraron por la puerta. Soy la enfermera Joy de Shakonya y estoy aquí para echaros una mano con vuestros pokémon. ¿Qué necesitais?
El centro pokémon de Shakonya nada tenía que ver con la ciudad, era sumamente pequeño con tan solo un mostrados con dos bandejas para dejar seis pokémon en cada una. Junto a Joy había una Blissey y también estaba otra mujer que parecía ser algún tipo de ayudante o enfermera.
En la sala solo había un banco con cuatro asientos y no había absolutamente nada más. En otras regiones parecía que había tienda, o había zona de descanso para los entrenadores. Allí no.
En cuanto había cuatro personas más, el local estaba en su aforo máximo y el quinto ya estaba francamente incómodo. Lo mejor sin duda, sería esperar fuera.
Ardsen irrumpió en aquella sala sin saludar si quiera. ¡Necesito ayuda! Gritó en general, y se dirigió rápidamente hacia la enfemera y aquel Blissey, empujando a quien fuese necesario.
Mi compañero ha sido herido de gravedad, por favor, ayúdenle, por favor se lo pido. Las lágrimas recorrían las mejillas de Ardsen mientras susurraba a aquel Seedot. Te vas a poner bien, te vas a poner bien, te lo prometo
Por favor, ayúdennos. Volvió a repetir descontroladamente.
Una vez adentro del Centro Pokemon Nate da 2 pasos cuando de repente apareció a sus espaldas un entrenador gritando de una manera histerica y poco masculina, a pesar de estar un poco cansado por el combate Ralts logra reaccionar rápidamente ante el peligro y con sus poderes teletransporto a su entrenador como a si mismo hasta el área del banco donde no estuviera en zona de riesgo ante el descontrol del entrenador mientras este pasaba hasta donde estaba la enfermera, si así se comporta teniendo un solo pokemon como será cuando tenga 2 o los 6, una broma totalmente rara! pensó Nate para sí.
Sin embargo no dijo nada y después de mirar al Ralts y asentir camino hasta el mostrador para pedir ayuda a la enfermera, Enfermera Joey vengo a sanar a Ralts, yo llegue antes que el joven presente solo que en vista del riesgo prefería apartarme, puede atendernos en el orden que ingresamos por favor? Y tras guardar a Ralts continua, acá le entrego a mi amigo.
Una vez que le retornará a Ralts sano y salvo volvería a su destino.
Después de que curen a Ralts voy a
Torre Shakonya (7)
Enfermera Joey vengo a sanar a Ralts, yo llegue antes que el joven presente solo que en vista del riesgo prefería apartarme, puede atendernos en el orden que ingresamos por favor?
Ardsen se giró hacia su interpelador con una mirada de ira bastante aparente. Le señaló con los dedos mientras se enrojecía su rostro, abrió la boca...
acá le entrego a mi amigo.
Al escuchar esas palabras, Ardsen dirigió la vista hacia Ralts y pareció calmarse completamente. Sus cejas se hundieron en señal de tristeza y acabó observando al chico de una manera distinta. Finalmente habló
Si, perdone enfermera, probablemente estuviera antes que yo. Atienda a este Ralt si lo necesita. Concluyó mientras sonrió al pokémon. Mejórate campeón. Le susurró a Ralt. Perdona compañero. Dijo arrepentido al chico.
No os preocupéis, somos capaces de atender a varios pokemon a al vez. Dijo mientras recogía a Ralts y al pokémon que Ardsen le había entregado con tantas prisas.
La enfermera tomó sus pokémons y les respondió: Pues calculo que a las 15.00 los tendréis listos. Tardamos siempre una media hora en curar a todos los pokémon. Le comunicó a los chicos
La enfermera le entregó las pokéball a Blissey y se los llevó al interior del centro pokémon. Mientras tanto podéis esperar en las sillas de ahí. Dijo mientras le indicaba la pequeña zona de espera habilitada con tan solo cuatro asientos.