Partida Rol por web

- Gracias, pero no tengo más pokeball ni dinero para comprarlas. - Le respondió a Nate. - Estaba pensando en conseguir algo de dinero por la ciudad pero creo que ir con vosotros puede ser más interesante.

Kano estaba deseoso de ampliar su equipo pokémon pero no quería desaprovechar la oportunidad de trabar una amistad con aquellos chicos y ir de aventuras a la torre donde sin duda, podría hacer algo más que estar dando vueltas por la ciudad. 

- Siento retrasaros. - Dijo inclinándose ligeramente. - Intentaré que valga la pena la espera. 

No hay problema! Dijo la entrenadora completamente feliz por hacer un nuevo amigo. Yo tengo uno fantasma! Dijo sonriendo a Kano, tú que pokemon tienes. Comentó con curiosidad para después sentarse en el suelo. 

¡Si!, esperaremos y volveremos con una victoria, esa gente no me da miedo, repetía recordando el susto de la torre, para después volver otra vez a mirar a sus amigos esperando una respuesta sobre su pokemon. 

Fue corriendo al mostrador a coger su pokemon, Gracias, espero no tener que traerle a menudo, perdón por hacerte daño. Decía a su pokeball, tras dejar de hablar con la enfermera. Para volver corriendo a donde sus amigos y esta vez si, esperar una respuesta sobre su pokemon. 

Por suerte para Kano, la tercera miembro del grupo era una chica poco desarrollada que no inquietaba sobremanera al muchacho.

- Tengo una Larvitar, se llama Aegis y le encanta comer rocas y metal. - Respondió a la entrenadora. - Es de tipo roca y tiene bastante mal genio. 

Aún no había tenido un combate serio con su compañera pero confiaba en que juntos, además de con sus dos compañeros y sus pokémon, podrían hacer frente a cualquier peligro de la torre pero, si estaban allí recuperando a su equipo, él mismo no habría de confiarse. 

- Por cierto, ¿a qué gente te refieres? ¿Había alguien que os desafío aún combate y derrotó a vuestros pokémon? 

La enfermera tomó el pokémon de Ren y le respondió: Pues calculo que a las 16.30 lo tendrás listo. Tardamos siempre una media hora en curar a todos los pokémon. Le comunicó a la chica.

La enfermera le entregó las pokéball a Blissey y se los llevó al interior del centro pokémon. Puedes esperar en esas sillas de ahí. 

Tu pokémon ya está cien por cien recuperado. Les comunicó alegremente a Kano. Está como nuevo. Así que no temas en hacerles luchar de nuevo, pues con cada combate se fortalecen más, mejoran y crecen. ¡Así que no dudéis en seguir entrenándoles! ¡Muchas gracias! Dijo con una sonrisa.

Cuando Nate vio que la otra enfermera volvía con el pokemon de Kano se emocionó, bien llego el momento, es tiempo de volver a la Torre, pensó para sí, sabía que en esta oportunidad la suerte si le iba a sonreir, Lawliet era un poco más fuerte y eso le podía dar la carta ganadora para el próximo combate, o eso creía él. Miró a Miaka luego a Kano y les dijo, bueno es el momento de volver a esa torre y derribarla si es necesario jajaja, culminando con una leve sonrisa. 

Tenía deseos de capturar ya sus primeros pokemon y así poder ganar algo de dinero y quizás pronto tener sus primeras batallas de gimnasio., tras revisar que no se le quedará nada se dirigió a la entrada del CP para abrirla y así dejar salir a sus compañeros y por último él rumbo al destino previsto.

Habiendo acabado el trabajo de la enfermera, Kano asintió a las palabras de Nate y salió del centro pokémon, deseoso de ver qué había en la torre que tantos problemas les había dado a sus compañeros.

- Espero que no haya necesidad de tanto, pero cuenta conmigo si quieres derribarla. - Sonrió con picardía, tentado de hacer lo que su compañero decía pues, sin saber muy bien por qué, esa torre le daba escalofríos. - ¡Rumbo pa'llá! 

 Ren no paraba de mirar la hora, era consciente de que ya casi estarian sus pokemon listos y no podia estar mas nervioso.
Caminaba de un lado para otro esquivando a la gente que ya habia recibido sus pokemon pensando en su siguiente destino. Habia valorado el volver a la zona del safari, ¿Pero le merecía la pena? ¿Quizas seria mejor ir a busar algo de dinero? Estaba tan sumido en sus pensamientos que no había reparado en el resto de entrenadores que habia en la sala.

Tras un largo rato decidió que la mejor opción que tenía en ese momento era preguntar a la enfermera Joy si sabía de algún sitio que necesitasen personal o ayuda ya que con su dinero actual se limitaban mucho las opciones.

¡Bienvenido al centro pokémon! Dijo la enfermera Joy en cuanto entraron por la puerta. Soy la enfermera Joy de Shakonya y estoy aquí para echaros una mano con vuestros pokémon. ¿Qué necesitais? 

El centro pokémon de Shakonya nada tenía que ver con la ciudad, era sumamente pequeño con tan solo un mostrados con dos bandejas para dejar seis pokémon en cada una. Junto a Joy había una Blissey y también estaba otra mujer que parecía ser algún tipo de ayudante o enfermera.

En la sala solo había un banco con cuatro asientos y no había absolutamente nada más. En otras regiones parecía que había tienda, o había zona de descanso para los entrenadores. Allí no. 

En cuanto había cuatro personas más, el local estaba en su aforo máximo y el quinto ya estaba francamente incómodo. Lo mejor sin duda, sería esperar fuera.

Tu pokémon ya está cien por cien recuperado. Les comunicó alegremente a Ren. Está como nuevo. Así que no temas en hacerles luchar de nuevo, pues con cada combate se fortalecen más, mejoran y crecen. ¡Así que no dudéis en seguir entrenándoles! ¡Muchas gracias! Dijo con una sonrisa.

Ardsen irrumpió en aquel lugar con cara angustiada y sin mirar a nadie se dirigió al mostrador.

Rápidamente pero con delicadeza dejó su macuto allí encima y de él sacó un seedot debilitado. Te vas a poner bien amigo. Se podían notar los ojos rojos de la emoción en aquel chico. Cúrenlo por favor. Decía a las enfermeras, tragándose los mocos de la nariz que le habían producido las lágrimas.

Esperando a que las enfermeras se pusieran manos a la obra, Ardsen se frotaba con la manga el rostro mientras seguía sorbiendo mucosidad.

Finalmente miró a su alrededor y vio a los allí presentes, aunque no dijo nada

- Muchisimas gracias Selena, iremos a continuar con nuestro entrenamiento.

Ren estaba muy agradecido de que sus pokemon volviesen a estar en plena forma. En ese momento irrumpio un chico con una pinta muy extraña, pero muy preocupado por sus pokemon.
Ren, en este breve tiempo habia aprendido a apreciar la relacion entre entrenador y pokemon y podia entender la frustracion el chico.

-"Tranquilo, Selena y la enfermera Joy son muy buenas en su trabajo, veras como pronto se recuperan tus pokemon"

Tras esto saco de su mochila un pañuelo de papel deshechable y se lo ofrecio ya que ver como sorbia sus propios mocos le habia dado un poco de repelus. -"Que te ha pasado? Te han atacado o fue entrenando?" Trataba de entablar conversacion para que se tranquilizase un poco mientras curaban a sus pokemon, su cara estaba desencajada de tanto llorar y tenia la sensacion de que no solo sus pokemon iban a necesitar descansar. 

Con el rostro aún húmedo observó como uno de los allí presentes se acercaba hacia él, probablemente sería otro maltratador de pokemon más y estaría allí por ese motivo.

Tranquilo, Selena y la enfermera Joy son muy buenas en su trabajo, veras como pronto se recuperan tus pokemon

Ardsen abrió la boca para dar una lección de moral a ese insensible, cuando éste sacó un pañuelo de su mochila.
Aquello le hizo contener sus palabras. Pero no cogió el pañuelo por orgullo, y se secó rápido el resto de las lágrimas con su puño intentando disimular que no había llorado.

Que te ha pasado? Te han atacado o fue entrenando?

Volvió a mirar al chico y finalmente su barrera mental se disipó. Y empezó a hablar con total confianza.
¡Me atacaron! Fui a una torre... Se le atropellaban las palabras. Y una maldita psicópata azuzó a un Gastly para atacarme. Acabó cogiendo el pañuelo del compañero. Y mi amigo Seedot salió a defenderme. Los ojos se le volvieron a enrojecer. Y el pobre acabó herido por aquellos salvajes. Se acercó el pañuelo a la nariz y ojos para limpiarse ya que nuevamente había empezado a sollozar. Pero me las pagarán, nos las pagarán. Se podía escuchar a través del pañuelo.

¿A ti que te ha ocurrido? Preguntó con la cabeza aún agachada terminando de limpiarse

Tras un tiempo en que Miaka se había quedado mirando la nada, se dio cuenta de que sus amigos no estaban. Eh, Nate? Kano? Seguro que me he despistado y ya han ido a pelear contra los de la torre.

Miró su pokeball con un pokemon ya recuperado dentro. Torre allá voy, dijo recuperando la sonrisa. Esta vez no nos vencerás! 

Mientras corría hacia la salida vio al chico extraño con el que habían hablado al principio y antes, Ardsen! Que tal en la torre! Yo voy volando que llego tarde. Espero verte pronto. Y a todos los demás! Dijo con una voz cada vez más lejana mientras corría sonriente y dando algun salto intercalado entre sus pasos. 

La enfermera tomó el pokémon de Ardsen y le respondió: Pues calculo que a las 17.30 lo tendrás listo. Tardamos siempre una media hora en curar a todos los pokémon. Le comunicó al chico.

La enfermera le entregó las pokéball a Blissey y se los llevó al interior del centro pokémon. Puedes esperar en esas sillas de ahí. Y anímate chico, seguro que esa entrenadora solo quería entablar un combate amistoso contigo. Le dijo tratando de insuflarle algo de ánimos.

Tras las palabras de Joy, una chica con la cara aparentemente ida y que parecía mirar al infinito llegó al centro pokémon. Se acercó hasta el mostrador y sin decir ni una palabra dejó su pokéball en él. No dijo nada más, simplemente se quedó mirando al techo como si las luces que hubiera ahí fuesen de lo más espectaculares.

-"En mi caso fue más una cura preventiva para que estuviesen en forma" afirma Ren. -"Me gusta que estén en plena forma por lo que nos podamos encontrar."

Tras tomar aire vuelve a Ardsen y continua -"¿Sabes donde puedo encontrar algun pokemon de tipo siniestro?" Justo en ese momento un terrible ruido proveniente de su tripa azoto todo el centro pokemon. Ren no pudo evitar ponerse como un tomate -"Jeje si te apetece cuando tus pokemon esten totalmente recuperados vamos a comer algo al restaurante, con la tripa llena todo se ve de otra forma." con una voz tranquilizadora con intencion de evitar que volviese a ponerse a llorar continua -"Y después de comer podemos ir juntos a esa torre, así no será tan peligroso"

Al irrumpir una chica con pelo verde Ren no pudo evitar quedarse mirando, parecia que estaba como drogada o en shock o algo peor, ¡POSEIDA! -Hola, perdona, ¿te encuentras bien? La extraña actitud de la chica habia llamado mucho su atención y mas después de lo que Ardsen le había contado. -"¿Quizas sea la que ataco a este chico? ¿Que le pasará?"

¿Sabes donde puedo encontrar algun pokemon de tipo siniestro?

Ardsen se quedó pensativo ante aquella pregunta. Quizás en la Torre... De repente el rugir de la barriga de aquel chico cortó la conversación.

jeje si te apetece cuando tus pokemon esten totalmente recuperados vamos a comer algo al restaurante, con la tripa llena todo se ve de otra forma.

Se le abrieron completamente los ojos. Con tanto ajetreo y tanta tensión, Ardsen no había reparado, pero estaba realmente hambriento.

Y después de comer podemos ir juntos a esa torre, así no será tan peligroso

Me parece una idea excelente. Dijo mientras se le dibujaba una sonrisa en la cara. En cuanto mi amigo vuelva pode... La sonrisa se disipó al mirar a la puerta. Una chica acababa de entrar.

Hola, perdona, ¿te encuentras bien?

¡MALDITA SALVAJE! Chilló Ardsen al verla. Ella ha sido quien me atacó. ¡¡Es una violenta!! ¡Libera a tus pokemon de tu tiranía esclavista! Gritaba mientras se ponía más y más rojo de furia. ¡Humanos como tú sobran en esta sociedad! ¡Opresora! ¡Maltratadora!

-"Así que en la torre eh?... Entonces ese será nuestro destino, despues de llenar la barriga obviamente" Ren no puede evitar soltar una carcajada al evitar pensar en comer. 
"Ahora solo nos queda esperar por tus pokemon, espero que nos de el dinero para la comida, ¿Probamos en el restaurante?"

Ren observa la reacción del chico tan desmesurada y se queda perplejo.

-"Tranquilizate hombre, ella esta como tú, ¿No ves como está? Parece ser que alguién le ha dado caña, solo espero que sus pokemon no esten graves." Con una voz sosegada intento que recupere la cordura y se relaje ya que el centro pokemon es un sitio que no debería dar lugar a ninguna disputa.

Ren no podía evitar sentirse incomodo con la actitud de la chica, había algo extraño en ella aunque no lograba averiguar de que se trataba. -"Chica ¿estas bien?" Ren volvía a insistir tratando de conseguir algún tipo de reacción por su parte aunque parecía que era en vano

¡Bienvenido al centro pokémon! Dijo la enfermera Joy en cuanto entraron por la puerta. Soy la enfermera Joy de Shakonya y estoy aquí para echaros una mano con vuestros pokémon. ¿Qué necesitais? 

El centro pokémon de Shakonya nada tenía que ver con la ciudad, era sumamente pequeño con tan solo un mostrados con dos bandejas para dejar seis pokémon en cada una. Junto a Joy había una Blissey y también estaba otra mujer que parecía ser algún tipo de ayudante o enfermera.

En la sala solo había un banco con cuatro asientos y no había absolutamente nada más. En otras regiones parecía que había tienda, o había zona de descanso para los entrenadores. Allí no. 

En cuanto había cuatro personas más, el local estaba en su aforo máximo y el quinto ya estaba francamente incómodo. Lo mejor sin duda, sería esperar fuera.