Jornada 2 (Narayana)
La segunda jornada del torneo tiene lugar en un recinto distinto. Esta vez la comitiva de luchadores, organización y público se desplaza hasta las orientales montañas nubladas para celebrar el encuentro en Narayana. Se trata de un espectacular emplazamiento natural donde un largo linaje de monjes ascetas ha decidido recluirse para alcanzar la perfección y el equilibrio entre la mente y el espíritu.
Cuando el juez de la arena os invita a subir al tatami, la grada enloquece enfervorizada con la perspectiva de un nuevo y apasionante combate.
Además de mover las fichas en el tablero, indicad en qué posición (x,y) termináis cada asalto en esta escena para que la cosa vaya más rápida y podáis jugar varios turnos sin necesidad de que entre yo a avanzar nada.
Ahora, tirad iniciativa y comenzad el asunto. Yo estaré revisando y resolviendo las dudas que me planteéis desde una cómoda butaca.
¡Buena suerte!
Una mujer menuda y fuerte aguarda al otro lado de la arena a que suenen los cuernos que anuncian el comienzo de la contienda. Su pelo corto y despeinado se agita ante el temblor producido al apretar los dientes en un gesto de rabia contenida. Un tatujae emborrona su mejilla blanca, sin que se pueda discernir su dibujo desde esta distancia.
Por detrás de su hombro, varias jabalinas asoman sus picas como una hilera de dientes. Sus ropas y sus curvas son ocultadas por una malla metálica bastante ceñida, sobresaliendo del cuello de la armadura unos pomposos volantes escarlata pertenecientes a la camisa que la viste debajo. Un cinto entalla su figura, ciñendo el camisote a la altura de las caderas y dejando que la malla caiga a modo de faldón. Más abajo, sus rodillas musculadas hasta las que llegan dos botas de piel. Cuelgan del cinto dos adornos: en su cadera izquierda una pequeña bolsa de cuero; en su cadera derecha una daga enfundada y ornamentada.
Su mano izquierda está desnuda, sujetando una larga lanza más alta que ella. La lanza larga sigue entre ella y su oponente hasta ser sujetada por la mano derecha, oculta tras un descomunal guantelete armado con púas.
Tirada: 1d20(+6)
Motivo: Iniciativa
Resultado: 3(+6)=9
Todavia con el anterior combate en la cabeza salgo al ring, y esta vez cometo el error de recrearme ante el clamor del publico, esta claro que fui una sorpresa en el primer combate, y me recreo en saludar al publico, lo que sin dda hace que mi respuesta ante la señal sea cuanto menos lenta
Tirada: 1d20(+6)
Motivo: Ini
Resultado: 1(+6)=7
Cago en todo lo que se mueve...
Un humano moreno, de aspecto taciturno, un colgante con la forma de una calavera que muerde un reloj de arena destaca sobre las mallas que forman su armadura
En sus manos una maza de armas y un gran escudo de madera sobre el que se repite el simbolo de la calavera y a su espalda se perfilan un par de jabalinas. Por ultimo en su cinturon, un par de bolsas repletas de abrojos medio abiertas, listas para ser utilizadas
Ultimerian se acerca rápida y veloz.
¿Qué hago? ¿Me recreo en el cuerpo a cuerpo o le echo del tatami?
Su duda le corroe. Nada le gustaría más que enfrentarse cuerpo a cuerpo a un combatiente de la fé. Pero no quiere matarle. Aunque esa calavera no identifique a un dios muy recomendable... un dios siempre será un dios, y es peligroso desafiar su ira sacrificando a uno de sus seguidores.
Huuuuuyeeeee...
La chica está tan cerca que su símbolo sagrado casi llega a cobrar vida. Un reloj de arena en bajo relieve y una orden muy clara: huír de la ira de Ultimerian para no perecer enfrentándose a su lanza.
Tirada: 1d20(+4)
Motivo: Saber religión ¿Deidad?
Resultado: 17(+4)=21
De 15,10 a 7,10
Orden imperiosa TSVOL CD 12.
Ultimerian reconoce la deidad de Artagh el oscuro como Dar-Kunor, señor del tiempo y la reencarnación.
Y sin saber muy bien por que me doy la vuelta y me largo del tatami tal y como he entrado, justo cuando piso fuera me doy cuenta de que es lo que ha sucedido y aprieto los puños, descargando la maza fuertemente contra uno de los maniquis de calentamiento y tirandola despues al suelo en un claro gesto de cabreo
Joder!, imbecil!, en que coño estabas pensando para caer en tu sistema, y encima con alguien que lo hace mucho peor que tu. Los gritos se siguen escuchando mientras entro en la zona de descanso, tirando cosas al suelo
Tirada: 1d20(+4)
Motivo: TS Voluntad
Dificultad: 12+
Resultado: 3(+4)=7 (Fracaso)
je, enhorabuena, no llegue a actuar
¿Qué significa esto? Un clérigo que venera una de las manifestaciones del infinito Tiempo...
¿Puede tratarse de una simple coincidencia? ¿O es que los dioses del tiempo tienen un interés oculto por este torneo?
Debo hacer todo lo posible para ganar. Algo me dice que no solo la gloria para el campeón está en juego en este envite. Quizás de Artagh y de mí dependan los pilares de toda la realidad.
¡Un 1 y un 3! Eso si que es que los dados te odien. Suerte para el resto del torneo, ¡tenemos que dejar el pabellón de los clérigos bien alto!
Después de la orden imperiosa que grita a todo pulmón Ultimerian, Artagh baja del tatami como si se hubiese olvidado de algo y quisiese utilizarlo en el combate. Sin embargo, a pesar del comprensible enfado del clérigo oscuro, la organización da por finalizada la ronda y como vencedora a la sacerdotisa del tatuaje en el rostro.
En un primer momento, el público hace un claro amago de abucheo, pero finalmente se corre la voz del poderoso conjuro que la dama ha empleado y el aplauso de júbilo recompensa a la valiente heroína.
Sois de los pocos que han intentado hacer algo diferente. Os lo agradezco de veras a ambos.
¡Enhorabuena Braderick! ¡Mucho ánimo, Itha!
Cierro la escena.