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Jornada 5 (Vishnu)

Para sorpresa de todos los contendientes, la quinta jornada del torneo tiene lugar en un enclave inusitadamente hostil: el abismo de Vishnu, señor de los demonios. Sin embargo, a pesar de encontraros en un nodo del plano del fuego, parece que los conjuros y las plegarias a los que la organización os somete antes de saltar al enorme tatami ardiente os protegen mejor de lo esperado contra los elementos.

Por supuesto, esta vez no hay espectador alguno que pueda seguir el desarrollo del combate.

Olaf es moreno y con el pelo largo y liso, parece un hombre bastante musculoso y alto. Su rostro deja ver una cicatriz que parece provocada por la garra de algun animal, aunque lo que mas destaca es su cara de pocos amigos. Sus ojos son negros y su piel bastante palida, sus brazos estan llenos de tatuajes de bestias salvajes y en su pecho se puede ver tatuado la cabeza de un leon rugiedo con furia.

Viste una armadura de cuero tachonado y sobre su espalda descansan un escudo y un gran hacha, en la parte izquerda de su cintura se puede ver como la empuñadura de una espada asoma de su vaina, y en su mano derecha porta una lanza larga, parece que esta preparado para cualquier tipo de combate.

Un elfo portando un arco largo y un escudo de rodela. En su cinto, una espada larga. Viste ropas de color marrón oscuro que dejan ver una armadura de cuero reforzado por debajo.

Olaf,con su lanza en la mano, avanzo hacia su enemigo todo lo que el terreno le permitia.

Disi dispara una flecha y se mueve como buenamente puede.

Olaf dejo caer su lanza y saco su gran hacha agarrandolo con las dos manos, miro a su oponente y rabioso se acerco hasta estar junto a el atacandolo con el hacha.

Disi suelta su arco y saca una espada larga con la que no  hiere a Olaf por la niebla.

Olaf volvio a intentar golpear a su contrincante con su hacha.

Cuando el hacha va a golpearle, Disi se convierte en un gigantesco dragón rojo y engulle al bárbaro mientras lo abrasa.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

El hacha de Olaf parte en diagonal al elfo arquero, cuyo cadáver cae en dos partes a las humeantes brasas. Contrariamente a lo que era normal en el resto de tatamis, la victoria de Olaf no se ve recompensada con ovación alguna. El bárbaro humano gira sobre sí mismo confuso, buscando a alguien de la organización hasta que de pronto ambos contendientes son teleportados a sus respectivas celdas de aislamiento para ser sanados.